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CORRESPONDENCIA ENTRE LAS PRINCIPALES VARIABLES DEL TEST
DE RORSCHACH Y LAS POSICIONES DE M. KLEIN.
(Relations betwen the main variables oh the Rorschach test.)
María Vives Gomila.
Facultad de Psicología. Universidad de Barcelona.
E-mail: mvives@psi.ub.es
RESUMEN:
La obra de M. Klein es ampliamente conocida por su contribución a la teoría evolutiva, al
psicoanálisis infantil y a la psicopatología. Pero, especialmente, por haber definido las
denominadas 'posiciones esquizo-paranoide y depresiva' que describe como dos actitudes
esenciales que la persona tiene hacia sus 'objetos'.
Basándonos en la teoría kleiniana de las 'posiciones', en el conocimiento del test de Rorschach y
en los cambios de 'posición' que experimenta el paciente en tratamiento, esta investigación tiene
por objeto comprobar si existe una correspondencia entre las 'posiciones esquizo-paranoide y
depresiva', y determinados valores del resumen estructural del test de Rorschach que podrían
representarlas.
Se han aplicado la prueba de Rorschach y la 'teoría de las posiciones esquizo-paranoide y
depresiva' a dos grupos de sujetos: una muestra de 20 niños catalanes con trastornos del carácter
y una muestra de 33 niños catalanes no pacientes (grupo control). Planteamos dos hipótesis: 1)
Los 20 pacientes con trastornos de carácter se ubicarían en la posición esquizo-paranoide o muy
próximos a ella. 2) Los 33 sujetos del grupo control se situarían en posiciones intermedias entre la
esquizo-paranoide y la depresiva.
Conclusiones Los objetivos y la correspondencia que puede establecerse entre las variables
estructurales del test de Rorschach y las fases esquizo-paranoide y depresiva creemos que,
contemplados evolutivamente, se han cumplido. La aplicación de los conceptos kleinianos (relación
de objeto, fortaleza del Yo, diferenciación entre mundo interno y realidad externa, equilibrio
afectivo, ansiedades y mecanismos de defensa predominantes) al Psicodiagnóstico de Rorschach
ha permitido distribuir los valores del resumen estructural en dos grandes categorías que se
corresponden con determinadas características de cada 'posición'. De este modo, la muestra
compuesta por 20 niños con trastornos de carácter refleja, como grupo, una relación de objeto
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parcial, adquisición progresiva del sentido de realidad, pobreza en su expresión afectiva, falta de
coherencia interna y mecanismos de 'splitting'. Características que confirmarían, como grupo, su
pertenencia a la posición esquizo-paranoide. Pero lo más interesante es haber detectado una
relación inversa entre la producción e incremento de valores estructurales que indican la 'relación
de objeto total' (M) y disminución o ausencia de indicadores de trastornos de pensamiento (códigos
especiales graves), hasta el extremo de plantearnos si dichos códigos podrían reflejar -y no sólo a
esta edad- relaciones interpersonales inadecuadas e insuficientes, incluso traducir el fracaso
provisional de una adecuada interacción.
El grupo control de 33 niños carece de mecanismos de splitting, y códigos especiales severos,
evolucionando hacia relaciones de objeto total (posición depresiva) en el 50% de los casos. Estos
hechos determinarían para más de la mitad de los niños no pacientes, su pertenencia a posiciones
intermedias de desarrollo con imbricaciones en la posición depresiva. Creemos que esta
indagación ha permitido constatar, una vez más, las continuas relaciones observadas entre la
teoría kleiniana y las variables estructurales que en Rorschach la identifican, descubrir 'posiciones
intermedias entre las ya citadas y contribuir al diagnóstico diferencial de cada paciente.
Aplicación de la 'teoría de las posiciones' a la interpretación del Rorschach
La correspondencia observada entre las diferentes formas de relación objetal y determinadas
variables del test de Rorschach, que creemos las identifican, mostraría los niveles de interacción,
congruentes entre determinados valores y proporciones de dicha prueba y las posiciones
esquizo-paranoide y depresiva postuladas por M. Klein.
Basándonos en los supuestos teóricos de la teoría kleiniana, en el conocimiento del test de
Rorschach y en haber observado durante años, los cambios de 'posición' -desde la
esquizo-paranoide a la depresiva, con numerosas subfases o posiciones intermedias-, en el
transcurso de una sesión terapéutica y a lo largo de numerosos tratamientos psicológicos, esta
investigación tiene por objeto determinar qué variables del resumen estructural del test de
Rorschach identifican el tipo de relación de objeto, estructura del yo, fantasías, ansiedades y
mecanismos de defensa, entendidos en el contexto de las denominadas 'posiciones
esquizo-paranoide y depresiva'.
- Metodología: sujetos, instrumentos
Para lograr dicho objetivo se han aplicado la prueba del Rorschach y la 'teoría de las posiciones' a
dos muestras de sujetos: una muestra fomada por 20 niños catalanes escolarizados con trastornos
de caràcter y un grupo control de 33 niños catalanes escolarizados no pacientes.
En cada uno de los dos grupos estudiados se han aplicado entrevistas, la prueba de diagnóstico de
Rorschach, habiéndose comprobado su pertenencia a la 'posición1 esquizo-paranoide, intermedia
o depresiva' (cuadros nos. 1 y 2).
Descripción de las 'posiciones esquizo-paranoide y depresiva'
Se definirà cada una de las posiciones con objeto de transmitir con mayor claridad los aspectos
teóricos y aplicados que las representan.
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La posición esquizo-paranoide se caracteriza por el predominio de una relación de objeto parcial, el
clivaje (escisión) entre la experiencia gratificadora y frustradora, la fragilidad del Yo y la poca
tolerancia a la frustración, la no diferenciación entre mundo interno y realidad externa y la pobreza
en la expresión afectiva. Se trata de una relación en la que convergen sentimientos destructivos,
junto a una ansiedad paranoide, fantasías de persecución y temores de destrucción del objeto. Los
mecanismos de defensa más utilizados en dicha 'posición' son el clivaje entre dos dos tipos de
experiencias, gratificadora y frustradora, los mecanismos de splitting, introyección, proyección e
identificación proyectiva, además de la idealización, negación de la realidad psíquica y control
omnipotente del objeto.
La posición depresiva se caracteriza por la constitución del objeto total, persona completa percibida
como distinta del sujeto, que puede ser amada u odiada; por una mayor coherencia interna y un
incremento de la capacidad de síntesis. Se observa un cambio en el tipo de angustia y en los
mecanismos de defensa utilizados, desapareciendo la extrema disociación y fragmentación del yo,
convirtiéndose la introyección y proyección en procesos de crecimiento.
Hipótesis
A partir de este doble procedimiento utilizado (diagnóstico de Rorschach y aplicación de la teoría
kleiniana de las posiciones al RE del test), se establecen las siguientes hipótesis:
H1: Los niños con trastornos de carácter se ubicarían, como grupo, muy próximos a la posición
esquizo-paranoide o situados en ella.
H2: Los 33 sujetos del grupo control se situarían en posiciones intermedias entre la
esquizo-paranoide y la depresiva
Correspondencia entre las "posiciones" y las variables estructurales del test de Rorschach
Teniendo como punto de referencia el contenido e interpretación de las 'posiciones
esquizo-paranoide y depresiva' kleinianas, se ha intentado determinar las variables estructurales
Rorschach que podrían identificarlas.
Posición esquizo-paranoide.
- La posición esquizo-paranoide comprende:
. Una relación de objeto parcial que se descubriría en el test por la ausencia de respuestas de
movimiento de nivel formal ordinario (Mo) y contenido humano H pura en la misma respuesta y por
el énfasis en detalles humanos, Hd y contenidos humanos entre paréntesis (H) y (Hd), como
consecuencia de los procesos de escisión ya mencionados.
Si se producen respuestas de movimiento de nivel formal ordinario (Mo) en un protocolo, suelen ir
acompañadas de determinantes de movimiento humano de calidad formal única (Mu) y menos (M-)
junto a contenidos parahumanos (H), (Hd) o animales A, Ad, (A), (Ad) con lo que podríamos
detectar en Rorschach y en el tratamiento diferentes niveles de relación objetal (Mo en H pura; Mo
en Hd; Mu en H; Mu en otros contenidos; M- en H, etc).
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. La fortaleza, fragilidad del Yo en este caso, y la poca tolerancia a la frustración quedarían
reflejadas por un monto de emociones dolorosas que, descontroladas, podrían desmoronar al
sujeto [variables del lado derecho de la experiencia base (eb) que repercuten en la capacidad de
control y tolerancia al estrés (D- y Daj-)]. Igualmente, un nivel de aspiración excesivamente alto
(W88), unido a una escasa dotación natural y con pocos recursos disponibles (M9 en relación a la
producción de globales) y un índice de egocentrismo bajo [3r+(2)/R9] que traduce baja autoestima,
conducirían a situaciones de constante frustración.
. La no diferenciación entre mundo interno y realidad externa se traduciría en el test por la
incapacidad para percibir de forma ajustada (X+%< 60%;XA<.70; WDA%<.75), por la distorsión en
la percepción y representación mental del objeto (X-%>29%) y su interferencia en el control
emocional y en la percepción de la realidad (F+%8ó dentro de la 0; y X+%9). La pérdida de
precisión perceptiva se expresaría por el predominio de respuestas de nivel formal menos sobre las
de calidad formal única ( FQx->= FQxu).
. La pobreza, inhibición o bloqueo del afecto, la extrema sensibilidad o actuación del impulso
afectivo se expresarían por medio de una proporción afectiva muy baja (Afr9), en el primer caso y
muy alta (Afr8), en el segundo.
. Las dificultades afectivas también vendrían marcadas por la presencia de restricción afectiva (C'8)
a costa de una deficitaria expresión del afecto (FC, CF9); el uso de vías de expresión de la
agresividad inadecuadas (S8, AG8 ó An8) ó (S8, AG=0, An=0), profusión de sentimientos
dolorosos (Y8, V8), abandono de la proximidad afectiva (T=0) o la necesidad excesiva de contacto
emocional (T8), el contraste de afectos dolorosos (mezcla de determinantes múltiples de colorsombreado, DM: FC.YF) y énfasis en el descontrol de afectos (C pura 8).
. Los mecanismos de splitting se apreciarían mediante la presencia o incremento del número de
respuestas desviadas graves (DR2) y de combinaciones inapropiadas (CONTAM); observándose,
también, combinaciones fabuladas de nivel 2 (FABCOM2).
. Los mecanismos de proyección e identificación proyectiva se reflejan especialmente, a través del
contenido de las respuestas de movimiento (M, FM y m), de nivel formal menos (FQx-) y de
contenido mórbido (MOR) que se tratan cualitativamente (véase cuadro no.1).
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Posición depresiva
En la posición depresiva observamos:
- La constitución del objeto total y la capacidad para relacionarse de forma más adaptada se
mostraría a través de la relación Mo en H pura y movimiento cooperativo (COP).
- El interés en las personas se traduciría por un incremento de las H puras, diferenciándose de las
tendencias esquizoides y paranoides, expresadas en los detalles humanos y contenidos humanos
entre paréntesis [Hd, (H) y (Hd)] que abundan en la mencionada posición, disminuyendo la
producción de Dd en localización y Hd, como contenido, sea del determinante de movimiento
humano (M), u otros determinantes.
- La presencia de una mayor coherencia interna podría observarse en el equilibrio de los valores de
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la tolerancia al estrés (estilos de EB sin el efecto 'Lambda alto'; valores EA:es; D= 0, Daj=0 dentro
de la media), autoestima suficiente (3r+(2)/R) y aspiraciones más acordes con sus posibilidades
reales (W:M).
- La tendencia a percibir de forma adecuada redunda en un mayor contacto con el medio, mejor y
más adecuado ajuste perceptivo (F+%; X+%; X-%; XA%; WDA%; PTI dentro de la 0) y contribuye a
la diferenciación entre mundo interno y realidad externa.
- El equilibrio entre mediación del estímulo (Afr dentro de la 0), afectividad modulada (FC:CF+C),
sin excesivas restricciones ni ansiedades dolorosas (valores del lado derecho de la eb dentro de la
0), ni complejidad excesiva (DM), junto a la posibilidad de canalizar y expresar los sentimientos
agresivos (valores S y AG dentro de la 0) decreciendo las respuestas anatómicas.
- Desaparecen los mecanismos de defensa más primitivos (escisión, idealización, proyecciones
masivas) utilizándose mecanismos mucho más elaborados (racionalización, desplazamiento).
- Disminuyen los mecanismos de splitting con la desaparición gradual de las respuestas desviadas
(DR2), combinaciones inapropiadas (CONTAM) y combinaciones fabuladas (FABC2), así como de
cualquier código especial de nivel 2 (véase cuadro n. 2).<br>
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- Posición mixta o de transición
Determinados autores (W. Baranger, 1997; V. Hernández, 1999, algunos terapeutas y
psicoanalistas) sitúan, entre las posiciones esquizo-paranoide y depresiva, las denominadas
posiciones intermedias o de transición, caracterizadas por determinados progresos en la
percepción, la ampliación de intereses, una mayor expresión de las emociones, iniciándose la
aparición del objeto total, que supone la evolución en el tipo de ansiedad y culpa y en los
mecanismos de defensa utilizados y su repercusión en la relación interpersonal. Veámoslo con más
detalle:
- Se inicia la relación de objeto total que influye en la calidad de la relación interpersonal. En dicho
estadio, a pesar de mostrar aún la fragilidad de la etapa anterior, el sujeto comienza a interesarse y
a relacionarse gradualmente y de forma más flexible con las personas de su entorno. Dicho
cambio, se caracteriza en el Rorschach por la aparición de algunas Mo con un contenido H pura y/ó
Mu originales y bien vistas, decreciendo la presencia de contenidos entre paréntesis (H) (Hd) y
detalles humanos, Hd, al tiempo que se inician y suceden los primeros movimientos cooperativos
(COP).
- Podría iniciarse cierta contención de los afectos dolorosos, capacidad para observar lo que se
rechaza de sí mismo, con posibilidades de dar cabida a otro tipo de autoestima. Paralelamente, se
observa la disminución gradual de códigos especiales graves o de nivel 2, incluso disminuye la
producción de otros códigos especiales (DV, INC, FABC).
- Se realizan progresos en la percepción del objeto, con ampliación e incremento de nuevos
intereses. Se detecta en el Rorschach por una relación coherente entre la capacidad de organizar
los estímulos (Zf) y la adaptación al medio (Zd). Se evitan progresivamente las estereotipias del
pensamiento, cuyo desarrollo se detecta por el incremento de contenidos humanos, mayor
variación y riqueza de contenidos y disminución de la frecuencia de contenido animal (A%).
- Se aprecian cambios en la diferenciación entre mundo interno y realidad externa, que en el
Rorschach se traduciría por la obtención de valores dentro de la 0 en las variables de mediación,
especialmente X-%, valores XA% y WDA%, disminuyendo el grado de distorsión perceptiva
(FQx->FQxu) que caracteriza a la posición esquizo-paranoide.
- Tienden a modular el afecto, con mayor capacidad para expresar sus emociones. En el
Rorschach se observan cambios en la proporción afectiva (Afr) que, ligeramente alta o baja, se
aproximan a la media. Del mismo modo, cambia la forma de expresar las emociones (FC:CF+C),
proporciones que tienden a ser mucho más equilibradas, ajustándose sus valores a las medias
respectivas, tras desaparecer la producción de C puras y nivelarse la de color-forma (CF) en
relación a forma-color (FC).
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Resultados y análisis
Se va a comprobar, en cada uno de los grupos indicados (niños con trastornos del carácter y niños
de 8 años no pacientes) la presencia o ausencia en el test, de determinadas agrupaciones de
variables que confirmarían su pertenencia a las posiciones esquizo-paranoide, intermedia o
depresiva, cuya equivalencia, a nivel teórico, ya se ha planteado.
Muestra de 20 niños con trastornos del carácter
Se trata de una muestra formada por 20 niños (10 de 8 años y 10 de 9 años) que presentan
deficiencias instrumentales (30%) y emocionales (100%) en algunos casos, de forma coincidente.
- Variables de la posición esquizo-paranoide:
Relación de objeto parcial [M en Hd (H) (Hd), A, Ad, (A), (Ad)]. Los niños de 8 años tienen interés
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por los demás pero su interacción, excepto para 5 de ellos, es precaria, dándose preferentemente
en la fantasía (H) (Hd).
La fragilidad del Yo y la poca tolerancia a la frustración (es>EA) se hacen patentes pero, además
se observan otros indicios de inmadurez. Podríamos decir que se trata de niños instalados, por
ahora, a esta edad, en la posición esquizo-paranoide. El grupo de 9 años, por su parte, cuenta con
menos recursos para hacer frente a las dificultades que podrían relacionarse con el temor a
evolucionar y a crecer.
En los dos grupos se constata la influencia que la afectividad tiene en los procesos perceptivos,
concretamente en su falta de ajuste (F+% = 59%%; X+%= 51%) influyendo en la pérdida de
precisión perceptiva (FQx- > FQxu). Este hecho incidiría en el tipo de relación interpersonal
desarrollado. Resultados que se incrementan a los 9 años (X+%= 55%).
Su receptividad al estímulo en general (0 de Afr=.72) no les impide, a nivel individual, quedar
envueltos por sus emociones, manteniendo como a presión toda esta sobrecarga que podría ser
actuada de forma imprevista (0 de Lambda = 1,38); y así ocurre con algunos sujetos si, a dicha
ansiedad y tensión (m) se unen el oposicionismo, indefensión, restricción afectiva y contraste de
sentimientos en la misma respuesta (S + m + C'.C + Lambda alto, ó S + m + CF.Y+ Lambda alto o
muy alto).
El intento de controlar sus emociones [(FC>CF+C), con predominio de CF sobre C pura] y la
constricción señalada anteriormente (C') podría indicar que la emoción permanece soterrada y
genera irritación o actitudes provocativas. La dificultad en el manejo de los afectos queda
confirmada por otros índices: disociación (Lambda alto o muy alto); inmadurez (es >EA; FM+m>M;
A% en el límite superior de la norma, presencia e incremento de respuestas de anatomía, An). Los
niños de 9 años son menos sensibles al estímulo afectivo pero presentan menor complejidad,
mostrándose mucho menos defendidos (0 de Lambda = 1.06).
Su ansiedad es paranoide (m, FM, Y) (Dd, Hd). Se trata de niños muy impulsivos, primitivos (FM),
con poca capacidad para acceder a sus propios recursos (EA). Los niños de 9 años son menos
ansiosos e indefensos y acumulan menor tensión aunque posean menos recursos.
Siete de los niños de 8 años pueden responder de forma claramente agresiva (AG= 2). Tres
somatizan sus sentimientos (An= 0,4). Sólo 3 niños no pueden dar salida a su oposicionismo u
hostilidad (S8, An= 0; S8, AG= 0) por carecer de canales de expresión adecuados. Los niños de 9
años con S8, en cambio, pueden expresar su hostilidad con mayor franqueza, pero los que
somatizan lo hacen aún más (An = 0,9) que los de 8 años. Podría plantearse si la dificultad para
'mentalizar' sus emociones no fomentaría su tendencia a la somatización, siendo el incremento de
respuestas anatómicas una de las variables a tener en cuenta para detectar al paciente
psicosomático.
La disociación influye en diferentes aspectos de su vida, repercutiendo en la forma de percibir la
realidad. Los dos grupos carecen de respuestas desviadas y combinaciones fabuladas de nivel 2
(DR2 = 0; FABCOM2 = 0), aunque posean combinaciones inapropiadas (CONTAM = 0,5)3.
En resumen, los niños con trastornos del carácter no muestran un excesivo interés por los demás.
Tienden a una baja autoestima [3r+(2)/R =.42] y sus relaciones interpersonales, además de
desarrollarse en la fantasía, pueden ser ineficaces, inestables y primitivas, aún sin olvidar que se
trata de niños de 8 y 9 años,por tanto en proceso evolutivo.
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- Variables de la posición depresiva
El análisis de los 20 protocolos constata que, pese a ciertas dificultades, dicho grupo posee un
relativo interés en la relación interpersonal (11). De los 7 niños que a los 9 años poseen respuestas
de movimiento humano, sólo tres son capaces de establecer relaciones más adecuadas con su
entorno. En dicho grupo, hemos detectado una relación inversa entre la producción e incremento
de respuestas de movimiento humano (M) y la disminución o ausencia de códigos especiales
graves (CONTAM, FABCOM2), hasta el punto de plantearnos si dichos códigos podrían confirmar
-y no sólo a esta edad en el test- relaciones interpersonales inadecuadas e insuficientes, incluso
traducir el fracaso provisional de dicha interacción.
Sólo 8 de los 20 niños pueden relacionarse ocasionalmente de forma más madura, sin olvidar su
proceso evolutivo. Se observa la ambivalencia entre los intentos de ser cada vez más coherentes y
la dificultad de superar la frustración por los objetivos no conseguidos.
Tienden a diferenciar la realidad externa de un mundo interno lleno de fantasías, necesidades y
deseos, no siempre satisfechos. Se aprecian, en ambas muestras, intentos de controlar las propias
emociones. Un análisis cualitativo reflejaría para 5 niños la capacidad de contener la ansiedad, así
como una mayor preocupación por las otras personas. Del mismo modo, se ha observado en los
dos grupos la presencia de mecanismos de disociación y de los códigos especiales graves, o de
nivel 2, ya comentados.
Muestra de 33 niños catalanes no pacientes (grupo control)
Se trata de un grupo de niños de 8 años pertenecientes a la población escolarizada catalana, cuyo
nivel intelectual oscila entre 90 y 130. La muestra fue seleccionada de acuerdo a rigurosos criterios
de normalidad excluyendo aquellos niños con enfermedades crónicas y deficiencias evolutivas
importantes -en alimentación, lenguaje, motricidad, comportamiento-, déficits severos en sus
aprendizajes, carencias afectivas graves, niños con tratamientos previos psicológicos o
psiquiátricos severos y enfermedades de alto riesgo que, de alguna manera, les ha impedido asistir
regularmente a la escuela. Los niños de la muestra tienen un funcionamiento normal a nivel
individual, escolar y social.
- Posición esquizo-paranoide:
Relación de objeto parcial (Ausencia de Mo en H pura. Se detectan Mu y M- o Mo en otros
contenidos).
Como grupo, sus relaciones interpersonales son precarias. De los 15 niños que muestran interés
por las personas (H pura) y mayor sensibilidad en la relación interpersonal (Mo en H pura), sólo
uno cumple verdaderamente esta condición. Nos parece natural que a esta edad, junto a relaciones
interpersonales adaptadas (no olvidamos que tienen 8 años), se den otras en la fantasía, en las
que se observan relaciones de objeto parcial, como hito importante de su evolución.
Se observa en todos ellos cierta intolerancia a la frustración (es>EA), junto a inmadurez (FM+M>M;
CF+C>FC; A%8) y baja autoestima [3r+(2)/R].
Llama la atención la baja valoración de las variables relacionadas con ajuste perceptivo (F+%=
38%; X+% =39%), resultados que coinciden con los obtenidos en muestras de niños depresivos
bien dotados intelectualmente, algunos de ellos con amplios intereses. Es una variable significativa
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respecto de la muestra americana de referencia (sólo un niño obtuvo niveles superiores al 70%, el
resto consiguió niveles mucho más bajos (20%, 5 sujetos; entre 20% y 40%, 11 sujetos; entre 40%
y 60%, 10 y entre 60% y 70%, 4 sujetos).
Como grupo se defienden del procesamiento del estímulo afectivo (Afr9); nueve niños muestran su
descontrol emocional frente a la forma espontánea de mostrar sus afectos que presenta el resto del
grupo (CF+C>FC). El valor de la variable m, que refleja ansiedad y tensión (m= 1,16) se sitúa en
los valores medios de la muestra americana, mientras que los valores correspondientes a la
indefensión (Y= 0,42) y a las necesidades básicas no satisfechas (FM= 2,16) son mucho más
bajos. Se trata de niños que no expresan de forma individual y espontánea su agresividad (S =
3,81; AG= 0,3), que tienden a somatizar (An= 0,54).
Se observa cierta disociación (14 niños) y descenso de los mecanismos de splitting (sólo 2 niños
obtienen DR; 0 DR2= 0,09) y combinaciones fabuladas (12 niños, 0 de FABCOM= 0,61), aunque
todos ellos carecen de combinaciones inapropiadas (CONTAM=0). Los mecanismos de proyección
e identificación proyectiva se detectan vinculados a respuestas de movimiento, de contenido
mórbido y de nivel formal menos.
- Posición depresiva:
Como grupo, la relación interpersonal es fràgil. A nivel cualitativo, 16 niños se interesan por las
personas de su entorno (0 de H pura = 1,71;). Sus relaciones de objeto total (Mo en H) se dan
alrededor del 50% de los casos, aunque no se se cumplen de forma exclusiva, sino que son
compartidas por otros modos o estilos de relación (Mo en Hd; Mu en H; en H, etc).
Aparentemente, tienden al equilibrio y a la coherencia interna; 19 niños pueden aplicar sus
capacidades y utilizar adecuadamente sus recursos, pudiendo satisfacer sus necesidades y
expectativas (D= 0). Carecen de combinaciones inapropiadas y tienden a diferenciar su realidad
interna del medio externo, situándose como grupo, en posiciones intermedias entre la
esquizo-paranoide y la depresiva (Cuadro n. 1).
Conclusiones
Si recordamos los objetivos planteados al inicio de esta investigación, sobre la correlación que
puede establecerse entre las variables del RE del test de Rorschach y las fases de las posiciones
esquizo-paranoide y depresiva postuladas por M. Klein, creemos que no sólo se han cumplido sino
que dichos objetivos han sido enormemente superados. En efecto, la aplicación de los conceptos
kleinianos4 al test de Diagnóstico de Rorschach ha permitido distribuir las variables del RE en dos
grandes categorías que se corresponden con determinadas características de las categorías
definidas en cada posición teórica (Cuadros nos. 1 y 2).
Sin embargo, entre ambas posiciones se han detectado en Rorschach una serie de características
y categorías que constituirían una posición intermedia que se situaría entre la esquizo-paranoide y
la depresiva, categorías que se han detectado en todas las muestras de este estudio (cuadro no.
3).
Las similitudes observadas entre determinadas variables estructurales Rorschach y las
características de cada 'posición' teórica elaborada por M. Klein y detectada en ambas muestras
permite constatar:
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a) La muestra compuesta por 20 niños de 8 y 9 años con trastornos de carácter acusan una
deficitaria canalización de la agresividad que somatizan o expresan a través del oposicionismo u
hostilidad acumulados. Se trata de sujetos impulsivos que tienen poca capacidad para acceder a
sus recursos. La relación de objeto parcial, la no adecuada adquisición del sentido de realidad, la
pobreza de su expresión afectiva, la falta de coherencia interna y los mecanismos de 'splitting'
confirmarían, como grupo, su pertenencia a la posición esquizo-paranoide.
b) El grupo control de 33 niños presenta las siguientes características que le diferencian, a su vez,
del grupo formado por 20 niños de 8 y 9 años:
b.1. Ausencia de mecanismos de 'splitting', puesto que carecen de CONTAM, FABCOM2 y DR2.
b.2. Cambia el tipo de 'relación de objeto' y de manifestación afectiva, ya que los niños no
pacientes evolucionan hacia relaciones de objeto total en el 50% de los casos. Estos hechos
determinarían, al menos para más de la mitad de estos niños (N=33), su pertenencia a posiciones
intermedias de desarrollo, pero mostrando características de la posición depresiva.
Las diferencias observadas en el grupo de no pacientes respecto al grupo de niños con trastornos
de caràcter, pondrían de manifiesto determinadas características del desarrollo, detectadas
mediante Rorschach; mostraría la línea evolutiva seguida, mediante el test, observando no sólo la
presencia de décalages u oscilaciones hacia posiciones evolutivas anteriores, posteriormente
superadas en cada niño, sino también los cambios de posición entre niños de la misma y de
diferente edad, así como la influencia del mundo interno en dichos cambios (predominio de una
instancia psíquica, efectividad de los recursos de que disponen y flexibilidad y gradual adaptación
al medio).
Creemos que esta indagación, tanto cuantitativa como cualitativa, ha permitido constatar, una vez
más, las continuas imbricaciones observadas entre la teoría psicoanalítica kleiniana (de las
'posiciones', 'relaciones de objeto'..) y las variables estructurales del test de Rorschach, cuya
contribución al diagnóstico psicológico no ofrecería dudas.
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Notas
1 Postulados iniciados por S. Freud (1909, 1914) y continuados por M. Klein (1926, 1934); W.
Baranger, (1976, 199 ) y tantos otros. El núcleo central de cada posición se desarrolla en torno a la
relación de objeto, aunque el punto de partida sea el tipo de ansiedad, las fantasías inconscientes y
los mecanismos de defensa utilizados, el funcionamiento del Yo, el tipo de estructura interna y su
manifestación a través de la relación de objeto.
2 El incremento de m, junto a la disminución de códigos especiales de nivel 2 ya se había
observado en el primer estudio de niños caracteriales de 8 y 9 años.
3 Recordemos que los códigos CONTAM, DR2, FABCOM2 hacen referencia a fenómenos
ocódigos especiales graves, propios de pacientes esquizofrénicos o de niños de corta edad.
4 Tipo de relación de objeto, grado de fortaleza del Yo, diferenciación entre mundo interno y
realidad externa, equilibrio afectivo, tipo de ansiedades y mecanismos de defensa predominantes
que conforman cada una de las 'posiciones' elaboradas y matizadas por M. Klein.
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