Miles de personas han perecido a consecuencia de gigantescas

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Viernes 15 de junio de 2007
G
EDICTOS
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SORPRESA | EL FENÓMENO NATURAL ES PRÁCTICAMENTE IMPREDECIBLE
Tsunami, sinónimo
de destrucción
Miles de personas
han perecido a
consecuencia de
gigantescas olas
en todo el mundo
Con el término tsunami (del japonés tsu: puerto o bahía y nami:
ola) se designan a todas aquellas
olas o serie de olas que se producen, de una forma violenta, por el
desplazamiento de un gran volumen de agua como consecuencia
del empuje debido a una fuerza
vertical. Este desplazamiento
puede estar originado por terremotos, volcanes, meteoritos, derrumbes costeros o subterráneos
e incluso explosiones de gran
magnitud. Este término fue
adoptado en un congreso de 1963.
La mayor causa de tsunamis
son los terremotos (se calcula
que un 90 por ciento), si éstos
mueven abruptamente, en sentido vertical, el fondo marino, de
modo que el océano deja de estar
en su equilibrio normal. Cuando
esta inmensa masa de agua trata
de recuperar su equilibrio, se generan las olas, siendo el tamaño
de éstas proporcional a la magnitud de la deformación vertical
del fondo marino. No todos los
terremotos generan tsunamis
tectónicos, sólo aquéllos de magnitud considerable que ocurren
bajo el lecho marino y que son
capaces de deformarlo.
Debido a la brusquedad de
su origen, el movimiento de
agua desde la profundidad genera un efecto de latigazo hacia la
superficie, produciendo olas de
grandes dimensiones, muy superiores a las superficiales producidas por el viento. La energía o,
en su defecto, la velocidad de
propagación del tsunami es proporcional a la fuerza de la gravedad (g9’81 m/s2) y la profundidad a la que se origina (amplitud
de la onda). Vamos a tomar como
ejemplo el Océano Pacífico, por
ser éste donde hay más probabilidad de que se produzcan, al ser
más habituales los terremotos
de grandes magnitudes.
Estos terremotos se suelen
producir a unos cuatro mil metros, por lo que generan olas que
pueden llegar a desplazarse hasta 700 Kilómetros por hora. Esta profundidad también implica
que las olas puedan viajar miles
de kilómetros de distancia sin
perder apenas intensidad, reduciéndose su magnitud sólo cuando se aproximan a la costa, al
disminuir la profundidad del
océano. A su vez, la energía de
los tsunamis se mantiene constante durante su desplazamiento, de modo
que al llegar a zonas de menor
profundidad, por haber menos
agua qué desplazar, la velocidad
se incrementa desmesuradamente, llegando a producirse
olas de hasta 30 metros.
La peligrosidad de los tsunamis radica en que, generalmente, no son sentidos por los barcos
en alta mar, al ser pequeñas, en
alta mar, las crestas de las olas,
ni pueden visualizarse desde la
altura de un avión volando sobre
el mar. Además muchos se suelen producir en zonas próximas a
la costa por lo que no hay tiempo
suficiente para su detección y
posterior evacuación.
Otro tipo de olas que son capaces de adentrarse en la costa
son la producidas por huracanes
y temporales, pero al ser producidas por el viento (de gran magnitud), su intensidad decrece rápidamente al introducirse tierra
adentro. Las olas de marea, producidas por el desbalance oceánico debido a la atracción gravitacional de la Luna y Sol sobre la
Tierra, también pueden llegar a
alcanzar grandes alturas y corrientes, si se producen en lugares estrechos y de fuerte desnivel, como es el caso de la gran
ola Pororoca del Amazonas.
MEGATSUNAMIS
Los otros mecanismos, menos
usuales, de generación de tsunamis son las erupciones volcánicas,
deslizamientos de tierra, meteoritos o explosiones submarinas. Estos fenómenos pueden producir
olas de varios cientos de metros y
alcanzar velocidades de 900 kilómetros por hora. Ese tipo de tsunamis son los llamados vulgarmente megatsunamis. De todas
estas causas alternativas la más
común es la de los deslizamientos
de tierra producidos por erupciones volcánicas explosivas que
pueden hundir islas o montañas
enteras en el mar en cuestión de
segundos. También existe la posibilidad de desprendimientos naturales
tanto en superficie como
bajo ella.
Un
ejemp l o
clásico
de megatsunami sería la explosión del volcán Krakatoa en 1883, cuya
erupción generó una
energía de 300 MT. Se
midió una altitud en
las olas de hasta 50
metros, muy superior a la
de las
La peligrosidad de los tsunamis radica en que, generalmente, no
son sentidos por los barcos en alta mar, al ser pequeñas, en alta
mar, las crestas de las olas, ni pueden visualizarse desde la altura de un avión volando sobre el mar.
medidas por los tsunamis convencionales del Océano Índico,
acabando con la vida de más de
35 mil personas. Esto es debido
a que los megatsunamis, aunque
cuentan con una menor energía,
se producen de una forma mucho más localizada y suelen producirse en zonas de aguas poco
profundas. Esto último hace
que, aunque este tipo de fenómenos es increíblemente destructivo en las costas cercanas al
desastre, se diluya con rapidez.
Otro ejemplo de megatsunami sería el producido por el impacto de un meteorito en el océano, ya que su efecto sería similar,
aunque en mayores dimensiones,
al producido cuando se lanza una
piedra al agua. Su poder de destrucción sería inimaginable; aunque son los más raros, no se tienen referencias históricas de su
acción. Uno pudo producirse hace
65 millones de años, cuando un
meteorito impactó sobre la Península de Yucatán, y causó la
quinta gran extinción de especies.
TSUNAMIS EN LA HISTORIA
En 1755 se produjo en Lisboa
uno de los terremotos más destructivos y mortales de la historia, causando la muerte de entre
60 mil y 100 mil personas. El sismo fue seguido por un tsunami y
un incendio, causando la destrucción casi total de
Lisboa.
Un tsunami es
capáz de destruir
pueblos enteros.
Tsunamis de hasta 20 metros de
altura barrieron la costa del Norte de África, y golpearon las islas
de Martinica y Barbados al otro
lado del Atlántico. Incluso un
tsunami de 30 metros golpeó la
costa meridional inglesa.
El 28 de diciembre de 1908 se
produjo un terrible terremoto en
Sicilia, ocasionando un maremoto que arrasó completamente la
ciudad de Messina en Sicilia. Se
calcula que murieron cerca de 70
mil personas, de los 150 mil habitantes con que contaba la ciudad.
El más reciente tsunami, y uno
de los más devastadores, se produjo en el Océano Índico en el año
2004, causando más de 250 mil víctimas directas. Las zonas más afectadas fueron Indonesia y Tailandia,
aunque los efectos también se notaron en, India, Sri Lanka, las Maldivas e incluso Somalia, en el Este de
África, a cuatro mil 100 kilómetros
al oeste del epicentro. Este tsunami se originó como consecuencia de
un sismo submarino con una magnitud de 9.2 grados Richter, el quinto terremoto más fuerte de la historia moderna (desde que se registran con sismógrafos).
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