LA VIDA DE LOS OBJETOS EN LADY/GOD/GIFT: EL ANIMISMO EN LA OBRA DE KENDELL GEERS. The life of the objects in Lady God/Gift: animism in Kendell Geers’ work Pedro Ortuño Mengual Universidad de Murcia. Facultad de Bellas Artes pedrort@um.es Resumen: Vivir en Suráfrica, la contradicción entre ser blanco y africano, llevó a Kendell Geers a estudiar y entender en profundidad el arte africano y sus rituales. En la instalación Lady/god/Gift, realizada en Murcia para el proyecto Dominó Caníbal, Kendell Geers subraya la importancia de que los objetos tengan o hayan tenido su propia vida: tal como sucede en el animismo africano, donde tanto los objetos como cualquier elemento del mundo natural están dotados de alma y son venerados o temidos como dioses. Así, para Kendell Geers, esos objetos son animistas y tienen una relación muy parecida a las máscaras o a las esculturas que se utilizaban en los rituales africanos. Los objetos que no tienen esta relación con la vida, los considera como objetos meramente decorativos. Por ello, es valioso que la memoria de su uso quede impregnada en el objeto y no se pierda en el proceso de creación. Kendell Geers, se considera un blanco en tierra negra, un nativo africano en Occidente. Le interesan los ritos religiosos de cada cultura, analiza y compara sus similitudes, enfatiza sus contradicciones, rehúsa las incoherencias, busca la aserción de las energías de la naturaleza. Palabras clave: Animismo, africano, arte, ritual, memoria, vida. Abstract: To live in South Africa, the contradiction between being white and African, it led Kendell Geers to studying and dealing with depth the African art and his rituals. In the installation Lady/god/Gift, realized in Murcia for the project Domino Canibal, Kendell Geers underlines the importance of which the objects should have or should have had his own life: as it happens in the African animism, where both the objects and any element of the natural world are provided with soul and are venerated or been afraid as gods. This way, for Kendell Geers, these objects are Pedro Ortuño Mengual. La vida de los objetos en Lady/God/Gift: El Animismo en la obra de Kendall Geers. Arte, educación y cultura. Aportaciones desde la periferia. COLBAA: Jaén, 2012. animistic and have a relation very similar to the masks or to the sculptures that were in use in the African rituals. The objects that do not have this relation with the life, he considers them to be merely decorative objects. For it, there is valuable that the memory of his use remains impregnated in the object and do not get lost in the process of creation. Kendell Geers, is considered to be a white in black land, a native African in Occident. He is interested in the religious rites of every culture, it analyzes and compares his similarities, emphasizes his contradictions, refuses the incoherences, looks for the assertion of the energies of the nature. Keywords: animism, african, art, ritual, memory, life. Desarrollo: “Son los arquetipos que se dan universalmente como patrimonio heredado de la humanidad, la herencia espiritual de la humanidad que renace en cada individuo, cuya expresión viene dada por los símbolos y los mitos, quienes denotan un sentido oculto, no manifiesto”. (Uriz, 1993: 17) El origen de Kendell Geers es africano, y ya cuando era estudiante necesitaba entender la contradicción entre ser blanco y africano. Nació en el país donde Nelson Mandela fue encarcelado por terrorista y en el que, ahora, es Presidente. Vivir en Sudáfrica le llevó a estudiar y entender en profundidad el arte africano y sus rituales, factor muy revelador de uno de los ejes fundamentales de su trayectoria conceptual. En 1988, fue uno de los 143 jóvenes que públicamente rechazaron entrar en la Fuerzas de defensa sudafricanas, teniendo que elegir entre ser encarcelado durante seis años o exiliarse a otro país. Por este motivo, dejó Sudáfrica y trasladó su residencia entre el Reino Unido y Estados Unidos, concretamente a Nueva York, donde trabajó como asistente de Richard Prince, lo que le marcará decisivamente en sus posicionamientos y estrategias artísticas. A partir de 1990, una vez liberado Nelson Mandela y desmontado el régimen del Apartheid, Kendell Geers regresa a Johannesburgo, donde trabajará como artista, crítico de arte y conservador. Desde entonces, la obra de Kendell Geers, trata sobre la violencia que los medios de comunicación ejercen sobre la población y cómo las imágenes de violencia se han convertido en imágenes banales, sin ningún significado más que el de mero entretenimiento. Geers se apropia de símbolos e imágenes, recomponiéndolas para forzar a que el espectador cuestione la construcción del mundo. Lo hace a través de un golpe visual, un impacto sobre el espectador que le implica en su obra (Geers, 2007). El artista devora la historia como un caníbal devora a los suyos para, a continuación, recodificarla utilizando material proveniente de la historia del arte y del dominio público. Geers “rasca donde no pica”; emplea estrategias de perturbación, utilizando las armas de la sexualidad, la violencia y el miedo, obligándonos a reflexionar sobre nosotros mismos, a ser conscientes de nosotros mismos y nuestros sistemas de valores. Asimismo, Kendell Geers ha investigado con diversas disciplinas artísticas, como podemos comprobar en la instalación que presentó en Sala Verónicas, en la ciudad de Murcia, en 2010, donde combina tanto la performance -en este caso con la colaboración de Lise Ghekiere-, la música, el audiovisual, la pintura, la escultura y, en definitiva, la instalación. La instalación titulada Lady/God/Gift formaba parte del proyecto Dominó Caníbal, comisariado por Cuauhtémoc Medina, donde cada artista presentaba su propio trabajo a partir de la obra realizada por el artista anterior. Muchas de sus instalaciones comienzan con un ritual, en un mundo donde los valores de lo místico ha sido absorbido por las religiones. En este caso, la performance que tuvo lugar como preludio a la exposición en la Sala Verónicas de Murcia, se desarrolló así: Lise se balancea, hacia delante y hacia atrás, sujetando una cerilla, que renueva cuando se consume, en su mano derecha, mientras sigue el ritmo de la música que suena. Se sube a un columpio, que consiste en una rueda usada de grandes dimensiones, colgada por cadenas de hierro de uno de los balcones interiores de la iglesia. Se sienta sobre la rueda, mientras se balancea cada vez con más fuerza. Una luz nos muestra sus movimientos, en sombras sobre la blanca pared. En el centro de la iglesia, justo debajo de la cúpula, observamos un círculo de velas apagadas sobre el suelo, en cuyo interior Kendell Geers espera a la performer, que ejecuta movimientos con sus pies girando sobre sí misma, al unísono de la música, y con una llama sostenida con su mano extendida, que a su vez da inercia a la rotación de su cuerpo. Poco a poco, va encendiendo las velas y se ilumina el ambiente. La cerilla se consume y es renovada por otras, hasta completar el círculo de luces de fuego. En ese instante, comienza la danza. La música cada vez es más intensa y las llamas producen sombras, que se proyectan en las paredes. Objetos, esculturas y espectadores formamos parte de un todo armónico. Una luz penetrante ilumina repentinamente a la performer, proyectando su figura sobre el ábside, donde está la cruz con la figura prehistórica pintada en la pared. Se produce un silencio y escuchamos la respiración profunda de Lise que, con las piernas entreabiertas, solloza mientras orina. Invitado a devorar la obra de los artistas que lo precedieron, Kendell Geers invita a su vez a Lise Ghekiere a invocar el espíritu de Lady Godiva, cuya transgresión al cabalgar desnuda por las APORTACIONES DESDE LA PERIFERIA Pedro Ortuño Mengual. La vida de los objetos en Lady/God/Gift: El Animismo en la obra de Kendall Geers. Arte, educación y cultura. Aportaciones desde la periferia. COLBAA: Jaén, 2012. calles de Coventry ha quedado grabada en el imaginario colectivo. Lady Godiva, en antigua lengua anglosajona, quiere decir God Gift, regalo de Dios. Sin embargo, mientras Gift en inglés es regalo, en alemán el sonido de esa palabra hablada significa veneno. Con estas palabras pintadas sobre la pared, al igual que con los objetos de la instalación, muy relacionados en definitiva con su entorno vital, advertimos constantes referencias a lo poético del mundo de la contradicción. La Biblia nos dice que el lenguaje nos fue dado por la confusión de las lenguas en la torre de babel, lo que lo convierte en algo divino y, al mismo tiempo, en una maldición. Así, para Kendell Geers las palabras son una especie de maldición divina. En la instalación podemos observar símbolos que rememoran a las vidrieras de las iglesias góticas, con palabras pintadas sobre la pared, como Fuck, Coño, Live, Evil, Vile, Believe, Gift, Love, Terror, Error y, en alfabeto árabe, Alá está muerto, con significados múltiples, jugando con la repetición de algunas letras, lo que hace difícil su lectura. En la exposición aparecen también diferentes elementos escultóricos, como árboles de olivo, cuyo tronco vendado nos conduce a pensar en el símbolo de una paz herida; herida por el consumo planetario de los recursos naturales, amenazados por el cambio climático mundial. Encontramos restos de banderas ahogadas en un cubo de agua: la estadounidense, sobre un carro de supermercado. Un frigorífico encendido, enjaulado entre los hierros de las parrillas usadas para la cocción de carne. Sobre la puerta, una pintura a modo de graffiti y de simbología indígena, que recuerda a las pinturas animistas de los rituales africanos. Frente al ábside, tótems de neumáticos usados entre sábanas blancas. Y, a modo de retablo eclesiástico, una cruz hecha con parrillas de hierro, que deja entrever pinturas rupestres de las cuevas murcianas de Moratalla, con la silueta de un hombre que tiene por cabeza una especie de espiral. Esta mezcla de simbologías rupestres locales con pinturas africanas nos traslada a otros mundos, cercanos y distantes, unidos en el espacio tiempo. Para Kendell Geers, el arte ha de estar en relación directa con la vida, con lo que nos rodea. Es importante que los objetos tengan o hayan tenido su propia vida, que la memoria quede impregnada en el objeto en el proceso de creación. En la exposición, observamos varios de estos objetos con memoria que han sido usados anteriormente, como las parrillas para cocinar carne usadas en una de las exposiciones anteriores del proyecto Dominó Caníbal por Cristina Lucas, quedando impregnadas del rastro del fuego y de la grasa de la carne-; o unos bidones oxidados de petróleo, que también han sido reutilizados en la construcción; un neumático usado, trasformado en un columpio; un carro de supermercado, portando un símbolo nacional; o un viejo frigorífico encendido, con agua en su interior. Objetos que, para Kendell Geers, están relacionados con el animismo africano, concepto que engloba diversas creencias en las que tanto los objetos como cualquier elemento del mundo natural están dotados de alma y son venerados o temidos como dioses. En África, el animismo se encuentra en su versión más compleja y acabada, siendo así que incluye el concepto de magara o fuerza vital universal, que conecta a todos los seres animados, así como la creencia en una relación estrecha entre las almas de los vivos y los muertos. De este modo, diversos elementos han quedado impresionados con la memoria del tiempo y de su uso cotidiano. Para Kendell Geers, esos objetos son animistas y tienen una relación muy parecida a las máscaras o a las esculturas que se utilizaban en los rituales africanos. Según el artista, para explicar este proceso animista de los objetos, si imaginamos que un hombre del siglo XVIII en un pueblo del interior de un país africano encuentra dos máscaras iguales en una misma comunidad, cuya representación es el Dios de la lluvia, y coge una de esas máscaras llevándosela a Europa, la colocará en una vitrina de un museo completamente impoluta, como si de un objeto de colección se tratase. Si la otra máscara se queda en la aldea, es utilizada en los rituales de la comunidad. Para los africanos, esa máscara tiene el poder de transformar la realidad y de elevar la imaginación de la persona, que la lleva a creer que tiene el poder de ser algo divino, un dios, un espíritu. En el proceso de utilización en los diversos rituales en los que invocan al dios de la lluvia, esa máscara se impregnará de diversos roces, rasgaduras, incluso con sangre, sudor, saliva o tierra. Sin embargo, la máscara impoluta que se ubicó sobre una vitrina, quedando fuera de su cultura y de la comunidad de personas que la usaban, se convertirá en un objeto con un valor de curiosidad, decorativo o meramente antropológico. Podríamos decir que la máscara que se ha utilizado tiene un valor añadido que es el de autenticidad, de ser auténtica. En definitiva, ser un objeto animista. Así, los objetos que no tienen esta relación con la vida, los considera como objetos meramente decorativos. Por ello, es valioso que la memoria de su uso quede impregnada en el objeto y no se pierda en el proceso de creación. Kendell Geers, se considera un blanco en tierra negra, un nativo africano en Occidente. Le interesan los ritos religiosos de cada cultura, analiza y compara sus similitudes, enfatiza sus contradicciones, rehúsa las incoherencias, busca la aserción de las energías de la naturaleza. Al aceptar la idea de intervenir en el proyecto Dominó Caníbal, una de las cosas que más le llamó la atención fue el hecho de observar que la práctica totalidad de los artistas participantes viven fuera de sus lugares de origen. A Kendell Geers le interesa mucho ese concepto de APORTACIONES DESDE LA PERIFERIA Pedro Ortuño Mengual. La vida de los objetos en Lady/God/Gift: El Animismo en la obra de Kendall Geers. Arte, educación y cultura. Aportaciones desde la periferia. COLBAA: Jaén, 2012. desplazamiento, que afecta a millones de personas del Tercer Mundo. Según comenta, “el desplazamiento de la identidad es también un desplazamiento de la moralidad y de la estética, que fuerza a algunas personas por ejemplo a convertirse en terroristas con el fin de hacerse escuchar; nadie nace siendo un terrorista. Se puede vivir siendo una víctima del terrorismo, pero también se puede vivir siendo forzado a ser un terrorista como único medio de denuncia. Eso también está presente en esta exposición, aunque sea a través de los elementos más simples y con un lenguaje contemporáneo. El terrorismo no es reacción sino producción” (Díez, 2010). El término caníbal, como el de terrorista, está impregnado de una connotación negativa en Occidente. El canibalismo, en algunas comunidades africanas, puede ser positivo si lo encarna un chamán cuyo objetivo es liberar al espíritu de la carne. Para Kendell Geers, "el canibalismo representa el tabú por excelencia, ya que implica la profanación absoluta de la especie, convertida en alimento. Incluso si se practica de manera ritual, el consumo de carne humana indica que nos imaginamos a nosotros mismos reducidos en potencia a la pura condición de producto comestible, lo que nos transforma en una especie en riesgo de extinción. Quizás sea esta la causa por la que la mitología del canibalismo se encuentra considerablemente más extendida que su autenticidad o realidad históricas"(Díez, 2010). Rebelde en sus proposiciones artísticas, podríamos afirmar que Kendell Geers es un caníbal inadaptado al sistema que le ha tocado vivir. Referencias Bibliográficas Díez Gontzal. Entrevista; Kendell Geers: La belleza es una mala costumbre. Diario la Verdad. 08.07.2010. Geers, K. (2007) Geers: Irrespektiv. Barcelona: Bom Publishers. Harvey, G. (2005) Animism: Respecting the Living World, London: C Hurst & Co Publisher Ltd. Levi-Strauss, C. (1971). El totemismo en la actualidad. México: F.C.E. Medina, C. (2010). Dominó Caníbal. Barcelona: Ediciones Polígrafa. Uriz Pemán, M.J.. (1993) La Psicología Simbólica de Carl G. Jung. Pamplona: Ed. Eunate