LA LITERATURA DE AMÉRICA LATINA EN CHINA Por Hu Zhençai La introducción de la literatura de América Latina en China pasa por cuatro etapas: dos de auge, una de reflujo y una de desarrollo lento pero firme. El primer libro que llega a China es la Antología de poemas y prosas de Pablo Neruda, publicado por la Casa Editorial de la Literatura Popular China en 1951, año en que se fundó ésta. Desde entonces hasta principios de la década de los sesenta, la proyección de la literatura de América Latina conoció el primer auge, sobre todo porque China apoyaba la revolución de América Latina, especialmente la revolución cubana. En este lapso se publicaron más de treinta libros, los principales son: La poesía de José Martí, la poesía de Guillén, La vorágine de José Eustasio Rivera, Leyendas de Guatemala de Asturias, Antología de cuentos de Bartolomé Lío, la Breve historia de la literatura cubana y otros muchos poemas de compromiso social, así como un primer Esquema de la literatura de América Latina, escrita por un hispanista chino. Pero, como en aquel entonces no había traductores de la lengua española, la mayor parte de los títulos publicados eran traducidos del inglés y el ruso. Por otra parte, se conocía poco la literatura latinoamericana, y, para estar a tono con la situación de la época, los libros seleccionados subrayaban más la cualidad revolucionaria que la literaria. Desde mediados de los años sesenta hasta finales de los setenta, se dio el reflujo de la proyección de la literatura latinoamericana en nuestro país, pues en 1966 estalló la Revolución Cultural, que duró diez años, y en este momento cesó toda publicación de la literatura extranjera. Sólo en la segunda mitad de los años setenta volvieron a publicarse algunos pocos libros de América Latina, como Raza de bronce, del boliviano Alcides Arguedas, Doña Bárbara, del venezolano Rómulo Gallegos y Breve historia de la literatura latinoamericana, del chileno Arturo Torres-Rioseco, etc. En el año 1979, en China se implantó la Reforma y Apertura, y, en este marco, la traducción y publicación de la literatura de América Latina conoció su segundo auge, que fue distinto que el primero, pues en este momento ya había un buen número de hispanistas graduados a finales de la década del cincuenta y a principios de la década del sesenta, que conforman un grupo formidable para verter y difundir en China la literatura latinoamericana con una mayor fidelidad y eficacia. En los primeros años de los ochenta, nuestra Casa Editorial publicó libros como Los de abajo, de Azuela, El señor presidente , de Asturias, Metal del diablo, de Céspedes, Hijo de hombre , de Roa Bastos, y Antología de cuentos de América Latina , etc. En aquel momento, las publicaciones chinas todavía obedecían a la administración planificada, de tal manera que sólo nuestra Casa Editorial y la Casa Editorial de Versión de Shanghai, que al comienzo era nuestra sucursal, podían publicar la literatura extranjera. Así, hasta mediados de la década los ochenta, todas las editoriales de literatura y arte no podían publicar la literatura extranjera. Frente a esta situación, las dos Editoriales trazaron juntas un proyecto sistemático para publicar la literatura extranjera: 1. “Serie de la literatura clásica del extrajera” (200 títulos), que publica exclusivamente obras clásicas del mundo, y entra en esta colección obras como: María de Jorge Isaacs, Periquillo Sarniento de Fernández Lizardi, Compilaciones de tradiciones peruanas de Ricardo Palma, Martín Fierro de Hernández, etc. 2. “Serie de la literatura extranjera de l siglo XX” (sin limite de títulos), que publica las obras más importantes y resonantes del mismo siglo, y las obras latinoamericanas que pertenecen a esta colección son: Canto General de Neruda, Don segundo Sombra de Güiraldes, El mundo es ancho y ajeno de Ciro Alegría, Obras Completas de Juan Rulfo, Antología de cuentos de Borges, Antología de cuentos y novelas cortas de García Márquez, La casa verde y Conversación en Catedral de Vargas Llosa, etc. Al mismo tiempo, las editoriales provinciales y locales habían estado publicando libros latinoamericanos en una proporción mucho mayor que la de nuestras dos editoriales, abarcando casi todos los escritores importantes de América Latina. Los más sobresalientes son: José Martí, Rubén Darío, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Jorge Luís Borges, Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Fernando del Paso, Uslar Pietri, Jorge Amado, Vargas Llosa, García Márquez, José Donoso, Isabel Allende, Sergio Ramírez, Julio Cortázar, Manuel Puig, Horacio Quiroga, Juan Carlos Onetti, etc. Según mi cálculo, en la década de los ochenta, en China se publicaron más o menos cien libros de cincuenta escritores latinoamericanos. En cuanto a las novelas cortas, los cuentos, los poemas sueltos, las prosas breves, y las tesis y ensayos sobre la literatura de América Latina publicados en revistas y periódicos, pueden ser miles. Podemos decir que los años ochenta es la década más especial en la introducción de la literatura latinoamericana, y esta situación se debió a dos motivos particulares: 1. La realización de la política de “que cien flores se abran y compitan cien escuelas”. Como todos saben, cuando la literatura del “Boom” de América Latina llegó a su auge en los años sesenta, en China la Revolución Cultural también estaba en su auge. En aquel entonces, nos encerramos en nosotros mismos, sin mirar hacia el resto del mundo. Por eso, al abrir la puerta, las corrientes literarias extranjeras entraron de forma arrolladora, y entre ellas, se destacó el realismo mágico de América Latina, que causó una repercusión en China no menos importante que en sus países de origen, aunque su llegada haya tardado más de diez años. 2. Como durante la Revolución Cultural, en China casi no se publicaron obras literarias tanto en chino como en idiomas extranjeros, al abrir las puertas, la gente estaba ansiosa por leer y por saber del mundo exterior, y en aquel momento cualquier libro extranjero podía tener un tiraje de decenas de miles y hasta centenares de miles de ejemplares, y una revista o un periódico en chino podía publicar millones. Y precisamente en esta ocasión, el realismo mágico entraba y divulgaba con gran ímpetu en China. Por eso, la década de los ochenta es la década más agitada en la historia de las publicaciones China. Pero, al final de los años ochenta, la introducción y publicación de la literatura extranjera se encaminaron más tranquilamente. Hasta el año 1992 China no firmó el Convenio Berna de Propiedad Intelectual, y a partir de este momento la traducción y publicación de las obras literarias del extranjero cayeron en picado, y muchas editoriales cesaron la publicación de libros latinoamericanos. Sin embargo, la investigación y recomendación de la literatura latinoamericana nunca se interrumpió. Por eso, podemos decir que desde el fin de la década de los ochenta, la introducción de la literatura latinoamericana entró en una etapa de desarrollo a paso lento pero firme. Después de unos años de descanso y reordenación, al fin de la década de los noventa, la Casa Editorial de Versión de Shanghai compró y publicó las obras del brasileño Paulo Coello, la Editorial de la Literatura y Arte de Zhejiang, provincia del sur de China, compró y publicó las Obras Completas de Borges; además, la Editorial Yilin de Nanjing compró y publicó obras de Carlos Fuentes: La muerte de Artemio Cruz y La región más transparente , y recientemente, la Editorial de Versión de Shanghai ha publicado Cartas a un joven novelista de Vargas Llosa. Y al mismo tiempo, las obras cortas, las noticias sobre novedades literarias, las tesis y trabajos sobre la literatura latinoamericana que se publican en los periódicos y revistas, se dan por centenares. Naturalmente, nuestra Editorial también sigue introduciendo la literatura hispanoamericana. En el año 2001, publicó El viaje a la semilla, biografía de García Márquez, del colombiano Dasso Saldívar. Al año siguiente publicó La profanación del amor, la novela del escritor argentino Marcos Aguinis. A comienzos de este nuevo siglo, nuestra Editorial decide publica r una “Serie de la mejor novela extranjera del año”, seleccionada y juzgada por investigadores de alta calidad, y en esta colección, los países hispanohablantes se presentan como una región, y de esta región, elige al principio del año siguiente, una novela del año anterior, como la mejor novela de este año. En 2002, eligió y publicó la novela La piel del cielo de la escritora mexicana Elena Poniatowska, como la mejor novela de esta región en el año 2001. En el 2003, se publicó la novela El vuelo de la reina, del escritor argentino Tomás Eloy Martínez, como la mejor del año 2002. Y en 2004, publicó la novela Los amigos del crimen perfecto, del español Andrés Trapiello, como la del año 2003. Y ahora, les traigo una buena noticia, en el pasado mes de marzo, el “Jurado de la mejor novela extranjera del año siglo 21” ha elegido la novela Angosta, del colombiano Héctor Abad Faciolince, como la mejor novela de la región en el año 2004. El libro se ha empezado a traducir ya, y se publicará a finales de este año. De esta “Serie”, en la actualidad, sólo elegimos seis libros, libros de otros cinco países son: Inglaterra, Francia, Alemania, Los Estados Unidos y Rusia. Ahora, cuando evaluamos la historia de la introducción de la literatura latinoamericana en China, podemos ver claramente que, aunque el segundo auge ha pasado, su influencia sigue siendo cada día más evidente: 1. La literatura de América Latina forma una generación de jóvenes escritores chinos. Unos años atrás, en el lanzamiento de Obras Completas de Borges y en el de El viaje a la semilla en Pekín, acudieron varios escritores chinos, ellos contestaron las preguntas de los periodistas en el acto, sin ocultar nada acerca de su tendencia y afinidad con la literatura de América Latina. 2. La influencia en los libros de consulta y materiales de enseñanza. A mediados de los años noventa, las universidades de China empezaron a tomar la literatura latinoamericana como una asignatura obligatoria, y también se instituyeron clases de literatura comparada entre China y América Latina. En distintos diccionarios de la literatura extranjera, figuran capítulos o literatos de la literatura de América Latina. 3. La influencia en la enseñanza universitaria. Hasta hoy día, hay veinte Departamentos de Español Universitarios, distribuidos en diez ciudades en diversas partes del País. En ellos trabajaban doscientos profesores y estudian mil estudiantes la carrera a nivel de licenciatura, master y doctorado, y en dichos Departamentos cada año se licencian doscientos alumnos, que van a trabajar en diversos círculos sociales. Después de este repaso somero por la proyección de la literatura latinoamericana en China, quiero hablar algo en particular sobre la cultura colombiana en China. Hace mucho tiempo que en China ya sabíamos que en Colombia se habla el castellano más castizo del mundo hispánico. Por eso, desde los años 70, China ya invitaba a especialistas colombianos del idioma a trabajar en las Universidades de China, para preparar a los profesores y enseñar a los estudiantes, y, sobre todo, para trabajar en departamentos de propaganda, como en Radio Internacional y en Administración de la publicación de Lenguas Extranjeras, o para ser consejeros de las revistas y los libros en lengua castellana, como es el caso de las obras de Mao Zedong en lengua castellana. Hasta comienzos de la década de los ochenta, los chinos no empezaron a conocer a García Márquez, pero ahora el nombre de Gabo es tan conocido en China como el buen café de Colombia. A mediados de la década de los noventa, en un libro de textos de enseñanza segundaria se introdujeron unas 5 páginas del comienzo de Cien años de soledad como lectura obligatoria de los estudiantes. Eso significa que hay millones de alumnos chinos conocen a Gabo. Actualmente, la introducción y presentación de la literatura colombiana, ha entrado en una etapa más simplificada, académica y razonable. Además de los escritores mencionados, desde los años 90 hasta hoy día, hemos venido presentando otros escritores colombianos como: Manuel Mejía Valle jo (Tiempo de sequía, La venganza), Álvaro Salom Becerra (Los Inválidos), Gustavo Álvarez Gardeazábal (El bazar de los idiotas), David Sánchez Juliao (Pero sigo siendo el rey, Mi sangre aunque plebeya y El país más hermoso del mundo), y Álvaro Mutis, de qu ien no solamente se ha traducido su novela La nieve del Almirante (publicado en la Revista de Literatura del Mundo, No. 2 de 1994), sino que también se han traducido algunos de sus poemas, como: “Soneto”, “Ciudad”, “Los trabajos perdidos”, “204”, “Cada poema”, “Breve poema de viaje” (publicados en revistas entre 1994-95), también se publicó el texto de homenaje “Mi amigo Mutis”, de García Márquez. Como Mutis obtuvo el Premio Cervantes en el año 2001, en seguida, una licenciada china de Especialidad de Lite ratura Hispanoamericana, empezó a estudiar e investigar a Mutis, y recientemente ha escrito una tesis de maestría sobre Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero. Como hemos visto, en los años 80, la traducción y publicación de sus obras en China tuvo su auge, y casi se publicaron todas sus novelas antes del año 90. Pero, desde el año 1992, año de la firma del Convenio de Propiedad Intelectual por China, hasta hoy día, no hemos podido publicar todavía oficialmente las obras de él en China, hecho que frena y afecta la divulgación de la cultura colombiana en China. Por eso, tengo la misión de negociar con la Agencia Literaria Balcells la compra de los derechos de las obras completas del maestro colombiano. Como somos una Casa Editorial de nivel nacional y profesional especializada en publicación de la literatura clásica y contemporánea tanto de China como del extranjero, tenemos la obligación y la capacidad de publicar a un escritor mundialmente famoso como Gabo, porque creemos que las mejores obras deben ser traducidas por los mejores traductores, y naturalmente publicadas por una Editorial grande y profesional como la nuestra. Como hispanista y redactor de la lengua castellana de la Editorial, tengo la esperanza de poder presentarles a los lectores chinos las obras del maestro colombiano con la más alta calidad, la más cuidadosa edición y la más lujosa encuadernación posibles.