Finlandia: la utopía posible Martes, 5 febrero 2013 by Víctor Cuevas | 3 Comments Quién nos iba a decir que seríamos el páis del mundo con más kilómetros de tren de alta velocidad El domingo en La Sexta, el programa Salvados emitió Cuestión de educación, abordando la situación de nuestra Educación y la de Finlandia, el país con mejor sistema educativo del mundo según el Informe PISA. Ha sido una magnífica noticia que un programa aborde con el rigor y la seriedad que se merecen, en horario de máxima audiencia, el tema de la Educación, huyendo de debates ruidosos y sin circos mediáticos. Felicito a Jordi Évole por el gran trabajo realizado. Aunque existen muchos detractores del informe PISA y éste no tiene los mismos resultados en las diferentes Comunidades Autónomas dentro de España, lo cierto es que el sistema educativo español hace aguas y la idea de mirar al país nórdico a ver qué hacen ellos me parece excelente. Hace tiempo que vengo hablando de ello en este blog y, en especial, desde que el Ministerio de Educación puso sobre la mesa la enésima propuesta de reforma educativa de la Democracia. Hoy quiero traer al blog las resistencias externas e internas que existen para seguir estando en el mismo punto muerto: un sistema educativo que hace aguas y que agoniza poco a poco. Como me dijo una vez un amigo, existen muchos beneficios secundarios de que el sistema sea tan malo. Las resistencias desde fuera Existen frenos objetivos a que la Educación sea un pilar básico de nuestra sociedad porque nuestros dirigentes nunca han creído (del todo) en la necesidad de una Educación Pública gratuita y de calidad para el progreso del país. Nuestros dirigentes políticos, así como los representantes de las más altas instituciones del Estado, han optado sin rubor por escuelas concertadas y privadas para escolarizar a sus hijos. Sobra cualquier comentario al respecto. Durante los últimos años asistimos a una disminución paulatina de la inversión en Educación y a un ataque sin precedentes a la Escuela Pública perpetrado en nombre de la austeridad, eficacia o nacionalismos de uno y otro signo. La tendencia confirma mi aseveración sobre la marginalidad de la Educación Pública en España y la concepción clasista del derecho a la Educación, al dejar que sea el mercado en vez del Estado, quien asegure el acceso de las personas a los servicios educativos. Los recortes harán que muchos jóvenes sean una generación perdida. Desde mi punto de vista, las mejoras que necesita el sistema educativo español no son especialmente caras ni traumáticas habida cuenta de que, por ejemplo, en infraestructuras nada sociales, hemos sido capaces de ponernos a la cabeza del mundo gastando miles de millones de euros. Los ejemplos están en los trenes de alta velocidad, aeropuertos, autopistas de peaje, centros vanguardistas de artes diversas, rotondas, monumentos… inaugurados a bombo y platillo por los políticos de turno. Hubo dinero suficiente para ello y hubo intencionalidad política para acometer esas enormes inversiones de nula rentabilidad social y económica que nos llevan a ninguna parte. ¿Habrá un mínimo de dinero y voluntad política para cambiar la Educación? Soy pesimista. Las resistencias desde dentro Aunque muchos docentes hablamos de Finlandia como ejemplo de buen hacer, inmediatamente objetamos que no podemos copiar el sistema educativo finlandés porque la sociedad y los valores culturales no son iguales. Sinceramente, me suena a excusa barata, a falta de autocrítica y, en muchas ocasiones (me duele decirlo) a muy poca profesionalidad. Parece muy claro que el profesor es el principal factor de calidad del sistema educativo y, en el nuestro, no es cierto que todos los que están, sean los mejores. El acceso a la docencia es desastroso y la falta de evaluación y supervisión del desempeño profesional un cáncer. Por no hablar del sistema de perfeccionamiento del profesorado, o la formación continua, que conlleva la acumulación de cursos del profesorado sin que haya reflejo objetivo o supervisión del efecto en el aula. Naturalmente, toda generalización es injusta y excepciones brillantes y honrosas, hay en todos los sitios. Si todos presumimos de la excelencia del sistema público sanitario, algo tendremos que aprender de la profesionalidad y gestión del mismo, ejemplo en muchos países. Ahí sí que lo hemos hecho bien (excepciones a parte de los sistemas privatizados). Preguntas al aire Os recomiendo que veáis el programa y luego que os toméis la molestia de hablar de él con vuestros amigos y familiares. Porque otro gran problema, enorme, viene del desprestigio de los docentes y de la falta de implicación familiar en la Educación. Mis reflexiones para el café: Podemos hacer un sistema de acceso a la docencia que escoja sólo a los mejores profesionales Podemos evaluar la labor docente y reconocer la valía o falta de la misma de los profesores Podemos asegurar unos recursos económicos estables para satisfacer las necesidades del sistema educativo al margen de vaivenes políticos Podemos exigir que se consulte a los profesionales de la Educación antes de hacer ninguna propuesta de reforma por los Gobiernos Disfrutad del programa. Pincha en la imagen para verlo.