1. EL SECTOR AGROALIMENTARIO DE ESPAÑA Y MARRUECOS: CONCLUSIONES OBTENIDAS DEL DESARROLLO DEL TRABAJO EI desarrollo de la investigación hasta aquí realizada, ha tenido como punto de mira el análisis comparativo de la situación del sector agroalimentario de los dos países paza identificaz puntos comunes y puntos de fricción entre ambos, con vistas a detectar la existencia de dificultades y potencialidades en el ámbito de la cooperación de España en Marruecos. En este momento del estudio se está en condiciones de apuntar una serie de conclusiones que servirán de base para indicaz algunas de las posibilidades que existen para ampliar y potenciar la cooperación española en Marruecos, prestando atención especial a la relacionada con el sector agroalimentario. Las conclusiones que se han elaborado, responden a las expectativas que se formulaban al comienzo del trabajo y que constituían a su vez los objetivos a alcanzar en el desarrollo de cada uno de los capítulos. Por ello, dichas conclusiones se presentan en seis apartados, correspondiendo cadá uno de ellos al capítulo relacionado en el epígrafe. 1.1. Conclusiones obtenidas de la caracterización y comparación del sector agrícola de España y de Marruecos Considerando el comportamiento del sector por el lado de la producción, el análisis realizado ha puesto de manifiesto que a pesar de que la aportación del sector al PIB es, en términos porcentuales, mayor en Marruecos que en España, existen diferencias significativas en los valores añadidos a favor de España, y que son consecuencia 1ógica de 213 las características de su producción agrícola, típica de país desarrollado: población activa inferior al 10% del total de la población empleada y con una tendencia decreciente en la ocupación; producción intensiva que necesita un mayor consumo de fertilizantes y una mayor utilización de medios de producción (tractores, cosechadoras, cultivadoras, etc.); mayor supe^cie irrigada, investigación y tecnología aplicada a la producción de semillas, lo que permite la obtención de mayores rendimientos, etc. En lo que respecta a la estructura de producción, se han encontrado importantes analogías en ambos países, mostrándose una predominancia de los cultivos de cereales en el reparto de la superf'icie agraria; también es importante la utilización del barbecho e igualmente posee importancia significativa la producción de las frutas y hortalizas, aunque en este caso España aplique una mayor proporción de superf'icie para la producción de estos cultivos. En el caso de las leguminosas la tendencia se invierte utilizando Marruecos en términos relativos, una mayor proporción de superficie agraria útil. Con independencia de estas analogías existentes en el reparto de la S.A.U. existen diferencias significativas en la cantidades producidas, a pesar de que los números índices de producción total de productos alimenticios, de cultivos y de ganadería se hayan incrementado a mayor velocidad en Marruecos que en España. Esta característica no se observa en el caso de los cereales en donde el número índice para este tipo de productos se incrementa de forma más rápida en España. Analizando el comportamiento del sector por el lado de la demanda, el análisis ha demostrado un movimiento inverso de los números índices de producción de alimentos per cápita respecto al observado para la producción total. En este caso, la evolución acelerada de la población marroquí está pesando negativamente sobre el sector, produciendo efectos adversos que no se observan para España al poseer una población estancada. Esta apreciación no indica que durante el período considerado en el estudio no haya aumentado la disponibilidad de alimentos en Marruecos, creciendo el consumo total de calorías, proteínas y grasas a niveles muy superiores a los existentes para la totalidad del conjunto africano, de tal forma que cada vez, su consumo se encuentra más próximo al de España y al del conjunto europeo. 214 A pesar de este comentario, es importante resaltar, dado que es una peculiaridad del consumo alauita, el mayor consumo que hace el país de calorías y proteínas de origen vegetal en compazación con los valores de Europa y España. El consumo de proteínas de origen animal es muy limitado, acercándose su valor a la media africana. Traduciendo este comentario en términos de cantidad, la dieta marroquí es muy intensiva en productos cerealísticos, casi triplicando al consumo per cápita español. En cuanto al consumo de hortalizas y leguminosas existen semejanzas en las cantidades consumidas en ambos países; las cantidades consumidas de aceite, cítricos, frutas, carnes rojas y blancas y leche, son menores en Marruecos y, por el contrario, el consumo de azúcaz en Marruecos es superior al que se hace en España. Por último, un hecho importante de resaltar, es la mayor proporción del gasto per cápita marroquí en productos alimentarios, y que es consecuencia directa de la menor renta per cápita que percibe el consumidor marroquí, comparada con la que recibe el consumidor español. 1.2. Conclusiones sobre el comercio exterior de productos agropecuarios y el comportamiento de las balanzas agropecuarias de España y Marruecos El comercio agropecuario, aunque importante paza España y Marruecos, se ha modificado a lo lazgo del período en estudio en términos relativos, presentando sus importaciones una tendencia decreciente respecto a las importaciones totales, siendo más acusada en el caso de Marruecos. En exportaciones, el decrecimiento con respecto al experimentado por las exportaciones totales es menor, notándose en los últimos años una cierta estabilidad en términos relativos paza ambos países. Esta diferencia de crecimiento entre importaciones y exportaciones ha dado lugar a saldos comerciales negativos paza todos los años en Marruecos y negativos, aunque con excepciones, paza dos años en España. A pesar de esta tendencia, los saldos comerciáles presentan un movimiento decreciente originándose modificaciones en el grado de cobertura agropecuario hacia unas tasas superiores y que en el caso de España se encuentra próximo a 100. 215 A pesaz de este movimiento similaz, las importaciones y exportaciones españolas son mucho más intensas que las marroquíes, siendo las importaciones españolas del orden de 10 veces superiores a las marroquíes, y las exportaciones 13 veces. Desagregando las exportaciones agropecuarias a nivel de grupos de productos, existen analogías importantes en ambos países al ser las fundamentales las correspondientes al sector de frutas y hortalizas. Esas exportaciones representan para Marruecos porcentajes en torno al 82% del total de los ingresos por productos agropecuarios exportados, y en el caso de España porcentajes en tomo a155%. Estas diferencias en los porcentajes no significan exportaciones mayores en Marcuecos ya que el valor de las exportaciones españolas de estos productos es considerablemente superior. En el resto de los productos exportados y exceptuando las exportaciones de materias en bruto, no existe similitud ya que las exportaciones de aceites vegetales y las de cereales y preparados, segundó y tercer grupos de productos objeto de exportación para España, no se exportan desde Marruecos y lo que es más, este país necesita realizar importaciones de esos productos para satisfacer su demanda interna. En materia de importación, el análisis ha demostrado la dependencia de Marruecos de las importaciones de cereales, importaciones que significan más del 25% del total importado de productos agrícolas; las importaciones de materias en bruto (predominando las fibras textiles) también son muy importantes, siguiendo a estos productos las importaciones de café, te y cacao, las de aceite y las de tabaco. En España las importaciones preponderantes son las de materias en bruto (por el peso en ellas de las semillas oleaginosas), seguidas de las frutas y verduras y en tercer lugaz por los cereales. 1.3. Conclusiones sobre la dependencia del mercado comunitario de las exportaciones agroalimentarias de los dos países, y en especial de los productos hortofrutícolas En el transcurso del tiempo y coincidiendo con el auge del desarrollo industrial, las exportaciones de productos alimentarios procedentes de la agricultura, tradicional fuente de recursos monetarios paza España y Marruecos, han perdido parte de su fuerte representatividad inicial en 216 la contribución a los ingresos totales de exportación, superadas por las exportaciones de productos manufacturados. A pesar del retroceso experimentado, la importancia de las exportaciones de productos alimentarios continúa manteniéndose, aunque en ambos países el capítulo que corresponde a alimentos se sitúa entre los capítulos de exportación que han experimentado el menor crecimiento a lo largo del período 1970-1990 debido principalmente a la incidencia que tienen los factores climáticos sobre las producciones del sector. A1 observar la composición de las exportaciones totales de Marruecos y de España, mucho más diversiiicada en el caso del segundo país en función de su mayor nivel de desarrollo económico, se puede apreciar que entre todos los grupos de productos exportados por los dos países, destacan una serie de ellos, característicos de cada uno. Considerandó todos los grupos de productos exportados, Marruecos se revela en la actualidad como importante exportador de abonos fosfatados y de artículos de confección, hasta el punto de proporcionar sus ventas cerca del 34% de sus ingresos totales de exportación. En el caso de España, los vehículos automóviles son los grandes protagonistas de las ventas al exterior con cerca del 13%. Detrás de esos grupos, siguen en importancia en el caso de Marruecos: las frutas, los pescados y las hortalizas, en ese orden. Para España: las frutas, las hortalizas, una serie de grupos vinculados a la industria sidenírgica y a la industria química, y a continuación las bebidas alcohólicas. Atendiendo exclusivamente a los productos comunes a los dos países que destacan entre los más representativos de las exportaciones agroalimentarias, es decir las frutas y las hortalizas, sus ventas proporcionan a Marruecos más del 10% de los ingresos totales de exportación, siendo el porcentaje equivalente para España del 6%. Hay que tener, pues, en cuenta la importancia que tienen las exportaciones de frutas y hortalizas para los ingresos de ambos países. La importancia de esos productos agricolas se hace más patente al considerar su peso específico tradicional en el valor del conjunto de productos agroalimentarios exportados al mundo: en Marruecos, más dei 90%; en España, más de160%. Esa fuerte participación de las frutas y hortalizas en las exportaciones marroquíes, las hace ser en la práctica representantes exclusivas de las exportaciones agroalimentarias. En España, el porcentaje más redu217 cido de participación significa que, al contrario de lo que sucede en Marruecos, la oferta agroalimentaria al exterior está más diversificada. Los países de la CE constituyen el destino prioritario de todas las exportaciones de los dos países analizados, y los productos agroalimentarios no constituyen una excepción: • En 1992, casi las tres cuartas partes de los alimentos de origen agrícola exportados por España al mundo se vendieron en la CEE, y Marruecos superó esa proporción. • Considerando sólo las exportaciones de frutas y hortalizas realizadas por los dos países, se pone de manifiesto que el mercado de la hoy Unión Europea es el gran consumidór por excelencia de esos productos originarios de España y de Marruecos: el mencionado año absorbió el 83% de todas las exportadas por España y el 82% de las enviadas al exterior por Mazruecos. Las cifras hablan por sí solas. Resulta inmediato sacar la conclusión de que para los dos países exportadores es fundamental mantener las cuotas de mercado logradas, y lo que es más importante, intentar aumentarlas, máxime cuando de esos productos se obtienen unas notables rentas de exportación: • En 1992, las ventas de frutas y hortalizas a la CE proporcionazon a Marruecos más de195% de todos los ingresos por ventas de alimentos de origen agrícola a los países comunitarios; a España le reportaron e160%. Del análisis realizado para determinaz las cuotas de mercado conseguidas por cada país en la CE para cada uno de los grupos de productos agroalimentarios, se deduce, al compazar los logros de uno y otro país que: • España, debido a su potencial de producción agrícola, considerablemente superior al de Marruecos, consigue una cuota de mercado global para sus productos agroalimentariós casi 8 veces superior a la del país magrebí. • La mayor cuota alcanzada por España se logra en frutos comestibles, grupo que en orden de importancia entre los agroalimentos importados por la CE del mundo, ocupa la segunda posición detrás de la carné. España abastece las necesidades comunitarias en un 15%. Marruecos lo hace en un 1,5%. 218 • En el caso de las hortalizas, España consigue su tercera mejor cuota de mercado de todos los productos agroalimentarios, tras la lograda para el aceite de oliva. Para estos productos la ventaja en participación del mercado la tiene también España pero no es tan marcada como en el caso de las frutas ya que la cuota española no llega a superar en 5 veces a la marroquí. • En los restantes grupos agroalimentarios que abastecen conjuntamente los dos países (la reducida especialización exportadora de Marruecos hace que no compita con España en todos los grupos), España consigue cuotas de mercado muy superiores a las de Mam ^ecos. Al determinaz la importancia de la participación de los países comunitarios en las exportaciones agroalimentarias de los dos países en estudio se deduce que: • Paza Marruecos el principal cliente es, y con gran diferencia respecto a los demás, Francia ya que adquiere casi el 65% del total de sus ventas. En orden decreciente y en participaciones en el total comprendidas entre el 13 y el 5% se sitúan: Alemania, Reino Unido, Italia y Holanda. Los restantes países no totalizan conjuntamente el 1%. • En las compras a España, Francia y Alemania adquieren, a partes casi iguales, e150 %. A continuación Reino Unido, Holanda e Italia, en porcentaje decrecientes entre el 15 y el 10%. Portugal y BélgicaLuxemburgo, en torno al 6%. A mayor distancia se sitúa Dinamazca. Irlanda y Grecia no llegan conjuntamente al 0,5%. Vista la participación de los países comunitarios en las exportaciones, se concluye que Francia es el destino principal de las exportaciones de ambos países, seguido de Alemania, Reino Unido, Holanda e Italia. Los restantes países podría decirse que son clientes de segundo orden para España y de tercer orden para Marruecos. En los envíos agroalimentarios de España y Marruecos a cada uno de los países de la CE se produce presencia conjunta de los mismos grupos de productos. Paza determinaz la coincidencia de grupos en esas exportaciones se há determinado el índice de similaridad de exportaciones partiendo de las estructuras de exportación. Los resultados del análisis dan lugaz a!as siguientes conclusiones: • Alemania, Bélgica y Holanda son los países en los que se dan cita más productos homólogos procedentes de España y de Marruecos, ya 219 que las exportaciones españolas se concentran en frutas y hortalizas, productos en lo^ que están especializadas las exportaciones agroalimentarias marroquíes. • En Francia y Reino Unido, el grado de similaridad es menor, al estaz más diversificadas las exportaciones españolas. • En Italia, la similaridad es aún más baja, al concentrar Marruecos sus exportaciones en hortalizas y enviaz España más gama de productos. • El grado de similaridad en Holanda y.Dinamarca es parecido al de Italia y por causas parecidas. Marruecos sé espécializa en hortálizas y en las exportaciones españolas tienen gran representáción las bebidas alcohólicas. • En Portugal y Grecia, la similaridad es muy escasa al existir muy poca coincidencia en los tipos de productos exportados. Marruecos envía a Portugal principalmente frutas mientras que en los envíos de España existe un reparto muy equilibrado entre todos los grupos de productos. En el caso de Grecia, España concentra sus ventas en carne salada y ahumada, conservas de hortalizas y alimentos paza animales, mientras que Marruecos sólo envía hortalizas, productos con escasa significación en las ventas españolas. De todo lo anterior se obtiene una última conclusión. La presencia conjunta de productos agroalimentarios, se produce en el mercado comunitario, pero eso no significa que a nivel de cada uno de los países la situación sea la misma. Cuando se ha profundizado en el análisis se aprecia un cierto grado de complementariedad entre España y Marruecos en el abastecimiento agroalimentario a la CE. En algunos países puede decirse que España y Marruecos casi no se hacen concurrencia a nivel de grupos de productos agroalimentarios. 1.4. Conclusiones deducidas del comportamiento de la Política Agrícola Común en el sector de frutas y hortalizas y de sus efectos sobre las exportaciones españolas En la primera parte del Capítulo IV, que ha recogido las dificultades de negociación del período transitorio acordado paza el sector agrícola, se ha podido comprobar el distinto tratamiento otorgado dependiendo del producto a tratar y lo que es más, cómo paza determinados productos hubo necesidad de pactar períodos transitorios más largos al consi- 220 derazlos productos sensibles que podían perturbar la buena marcha del mercado interior. Dentro de los productos con un tratamiento más largo para acceder como miembros de pleno derecho a la L1E, fue necesario recoger a las fnrtas y hortalizas, a los productos del sector vitivinícola y a las patatas tempranas. Con independencia de estas dificultades de acceso para productos españoles de gran competitividad y como ha quedado de manifiesto, la Comunidad se defendía también para la mayoría de estos productos sensibles a través de la Organización Común de Friitas y Hortalizas, organización anterior a la entrada de España y planteada ad-hoc paza los socios comunitarios. Esta organización colocaba a España en inferioridad de condiciones, incluso respecto de terceros países no comunitarios; los países mediterráneos, al estar los calendarios de precios de entrada diseñados para las producciones europeas. De continuar este qstado de cosas, y de no corregirse estas limitaciones, el sector español podría tener graves desequilibrios y amenazas incluso finalizado el período transitorio, no sólo frente a las importaciones comunitarias, sino también frente las de terceros países, principalmente las procedentes de Marruecos, dificultades que vendrían de las limitaciones de la OCM y del mayor ácceso que provocaría el incluir dentro del marco del GATT al sector agrícola. Los acuerdos de la Ronda Uruguay aprobados tras lazgas negociaciones a finales de 1993, con independencia de la mayor apertura que van a originaz paza el sector y paza el conjunto de la PAC, han conseguido subsanaz alguno de los problemas que padecía el sector de frutas y hortalizas, ya que ha permitido aprobar la modificación de calendarios de los tomates, pepinos y calabacines adaptándolos a las producciones españolas. Por otra parte, aunque la apertura del mercado comunitario va a ser una realidad a medio plazo, al poderse aplicar las reducciones de azanceles y de subvenciones de forma global para todos los productos y no de una forma aislada, este procedimiento permite a la L1E gozar de una cierta elasticidad a la hora de practicar las reducciones acordadas, haciendo que el proceso no sea realizado de forma traumática ya que al posibilita una cierta adaptación en los contenidos. Paralelamente al proceso del GATT, y en cierto modo forzada por e^tas negociaciones, la Comisión ha emprendido la reforma de la OCM de frutas y hortalizas, centrándose esta reforma de forma preferente en la necesidad de mejorar la capacidad de competición de los productos, dada 221 la especificidad del sector y desoyendo por tanto la propuesta que algunos países comunitarios defendían y que estaba dirigida al establecimiento de cuotas de producción, propuestas que perjudicarían a España. La base de esta reforma que se fundamenta en el apoyo y consolidación de las Organizaciones de Productores Exportadores y en el establecimiento de un fondo de operaciones a gestionar directamente por las mismas, si bien es positiva, adolece la financiación del mismo (50% aportación pública y 50% aportación privada) del principio de solidaridad financiera, dado que la Unión Europea no recoge esta aportación privada para el resto de la OCM establecidas paza otros productos agrícolas. Esta reforma no ha incluido a todas las producciones de frutas y hortalizas dentro de la OCM, lo que constituye un problema, ni tampoco se ha ocupado de corregir la discriminación existente según productos entre los niveles del precio de retirada. Por último, y como se ha podido comprobar, las asociaciones de productores exportadores de frutas y hortalizas llaman la atención sobre la necesidad de controlar de forma precisa y clara las entradas procedentes de terceros países a fin de que el principio de preferencia comunitaria, principio reconocido por el GATT, sea cumplido. Igualmente, y como complemento del planteamiento anterior, marcan el acento sobre la necesidad de revisar y actualizar las normalizaciones para todos los productos e igualmente actualizar las normas de comercialización mediante el establecimiento de controles eficaces y homogéneos para todas las producciones de frutas y hortalizas99 1.5. Conclusiones obtenidas de la existencia de ventajas comunitarias para las exportaciones agrícolas marroquíes y de la detección de peligros de intensificación de concurrencia marroquí en las regiones mediterráneas españolas El trato preferencial concedido por la CEE a Marruecos para sus exportaciones agrícolas a los países miembros, ha contribuido con fuerza a asegurar al país magrebí los ingresos de exportación de una serie 99 Como ha podido comprobarse en el final del Capítulo IV, la reforma de la OCM ha sido aprobada. Aunque su balance general es posi[ivo para el sector, siguen existiendo lagunas en cues[iones que en su día fueron planteadas por las OPFH. Por ese motivo, de dichas organizaciones han surgido quejas, que se recogen explici[amente en la parte indicada del capítulo IV. ^22 . de productos típicamente mediterráneos entre los que destacan las frutas y las hortalizas. Estos productos, componentes tradicionales de las exportaciones mazroquíes son homólogos de los que constituyen la parte más importante de las exportaciones agrícolas de España a los mismos países a los que exporta Marruecos. Las ventajas arancelarias concedidas por la CEE a las exportaciones agrícolas de ambos países, analizadas compazativamente, fueron más favorables a Marruecos que a España, dándose la circunstancia añadida de que Marruecos comenzó a disfrutazlas antes que España en razón de la existencia de fuertes vínculos comerciales establecidos con Francia durante el período de colonización. La adhesión de España a la CEE en 1986 marcó un período de acercamiento en el tratamiento dado por la Comunidad a los dos países mediterráneos. Para España comenzazon a reducirse los aranceles en los porcentajes previstos mientras duró el período transitorio, pero cuando en el transcurso de la reducción prevista, los azanceles paza los productos españoles se pusieron al mismo nivel de los mazroquíes, las rebajas que se habían establecido para España también se practicaron a Marruecos, en virtud de las concesiones que se habían hecho en 1985 a los PMNC paza paliaz los efectos negativos que tendrían las adhesiones de España y Portugal sobre sus exportaciones tradicionales. Aunque las rebajas practicadas a Marruecos se limitaban a determinados contingentes según los productos, supusieron una seguridad para el mantenimiento de sus exportaciones agrícolas y un grave perjuicio paza la zona mediterránea española, cuyas producciones, por razones climáticas y geográficas, guazdan muchas semejanzas con las marroquíes, ya que en el país magrebí los cultivos se desarrollan básicamente en las zonas norte y oeste. En la zona mediterránea de España, junto con las islas Canarias, se concentra la producción española de frutas y hortalizas, y esta especialización agraria ha contribuido en gran medida al descenso de la renta agraria de los agricultores de la zona debido a la bajada continuada de los precios de la mayoría de dichos productos. Este efecto de pérdida de rentas de los agricultores es muy considerable en la Comunidad Valenciana y en la de Murcia. En Andalucía también es notable, lo que resulta especialmente preocupante en una autonomía que contribuye al total nacional con el 25% de la supe^cie dedicada al cultivo de hortalizas y más del 21% de la destinada a árboles frutales no cítricos. 223 La concurrencia entre Marruecos y España en las ventas de productos hortofrutícolas a los países comunitarios se produce en todos ellos, pero la intensidad de esa concurrencia es destacable en Francia e Italia, situándose en niveles intermedios en Bélgica, Alemania, Holanda y Reino Unido, y en niveles bajos en el resto de países, llegando en el caso de Dinamarca a ser prácticamente nula, por no ser mercado tradicional de Marruecos. La mayor diversificación de las ventas españolas, unida al considerablemente superior volumen de las mismas frente a la reducida oferta marroquí puede hacer pensar, en una primera aproximación, que la concurrencia no es preocupante al considerar todo el conjunto de las exportaciones de frutas y hortalizas. La conclusión es muy diferente cuando se atiende a la concurrencia en productos determinados. Para llegar a una conclusión más acertada no hay que olvidar que la especialización exportadora de Marruecos se concentra en unos productos muy concretos: tomates frescos, patatas tempranas, cítricos (casi el 70% son naranjas) y conservas de tomate. Y es en estos productos donde, por el momento, se están haciendo más preocupantes y graves los problemas de producción y exportación en la zona mediterráneá. Es indiscutible el hecho constatado de que Marruecos en rela ^ión con España está en situación inferior, atendiendo a su capacidad de exportar cantidades que globalmente puedan hacer sombra a los mayores volúmenes exportados por España, pero la situación cambia completamente cuando la relación entre las cantidades exportadas por cada país se hace para productos concretos. En este caso, los tomates, las patatas tempranas y los cítricos son los productos españoles que corren más riesgo de perder cuota de mercado en los países europeos. La intensidad de la concurrencia se hace más patente debido a la capacidad marroquí de producir a precios inferiores a los españoles, lo que le proporciona unas ventajas comparativas muy satisfactorias para asegurar las ventas en aquellos períodos en los que la CE no tiene establecidos precios de entrada para productos originarios de países terceros. Y aún en los períodos con precios controlados, la oferta marroquí siempre entra a precios más bajos que los que puede ofrecer España. La concurrencia de Marruecos se está haciendo también muy presente en otros productos, siendo por el momento las fresas, los melocotones y las nectarinas los más afectados. La estrategia que deben seguir los agricultores mediterráneos para afrontar la situación pasa por 224 distintos frentes: unos específicos de los propios agricultores a través de las OPFH, marcando líneas acertadas de actuación que persigan la mejora de la competitividad; otros, deben ser de origen externo y procedentes de las instituciones y organizaciones comunitarias, facilitando la búsqueda de soluciones paza protegerlas producciones y las exportaciones de uno de los países con mayor capacidad de producción agrícola de la Unión Europea. 1.6. Conclusiones sobre la calif^cación de Marruecos como país fiable Desde 1983 fecha en que Marruecos apostó por el desarrollo de una política de ajuste estructural rigurosa y sostenida, los avances realizados para convertirse en un país de corte moderno no han dejado de crecer y así de ser un país con una economía en gran parte intervenida, tanto a nivel interno como externo, ha pasado en menos de 10 años a convertirse en un país que se ha arriesgado para establecer una política de liberalización, realizando una serie de ajustes económicos que han dado sus frutos a nivel de macromagnitudes significativas: PIB, PIB per cápita, tipo de cambio, índice de precios al consumo, tasa de cobertura y saldo de la balanza por cuenta corriente. Estas variables, que por regla general han evolucionado de forma positiva a lo largo del período 1987-1992, están haciendo de Marruecos un país de grandes alicientes y a nivel de inversiones extranjeras, de grandes posibilidades. El hecho favorecedor de que este proceso se haya desarrollado hay que buscarlo en la política de liberalización emprendida tanto a nivel interno como externo. El proceso de liberalización interna ha obligado a Marruecos a practicar una política de liberalización de precios en un mercado que antes de 1992 estaba prácticamente intervenido; de esta forma y gracias a una sucesión de medidas puestas en funcionamiento se ha logrado crear en Marruecos un entorno transparente que va permitiendo que sean las reglas de mercado y la libre concurrencia las que vayan asignando eficazmente los recursos, eliminándose las rentas de situación y facilitándose la búsqueda de mercados viables paza la exportación. Paralelamente a este proceso y como complemento del mismo, ha sido necesario abordar el proceso de privatización de la abundante car225 tera del Estado, cartera que se remontaba a principios de siglo, y que en 1956 se vería ampliada como consecuencia de volver al Estado las empresas heredadas del Protectorado. Este proceso, que como se ha podido ver con más detenimiento en el capítulo correspondiente, fue favorecido con la promulgación de la Ley de Privatización dictada en abril de 1990 tras ser votada por el Parlamento, ha iniciado una marcha imparable de cambios de dueño, pasando la propiedad de las empresas de manos públicás a manos privadas, bien nacionales o bien extranjeras. Como complemento del proceso de liberalización interna, también a partir de 1983 fue iniciado un proceso de liberalización externa que ha permitido que se produzca un cambio real en la política de comercio exterior. La introducción de esta transformación ha tenido como piezas fundamentales la reducción de restricciones cuantitativas para la importación, el ajuste progresivo del tipo de cambio a la realidad económica, la'disminución significativa del techo de los aranceles y la eliminación de una serie de tasas e impuestos que, aunque de índole más parcial, perjudicaban el libre comercio. Para afianzar las medidas anteriores también se hizo necesario acometer simplificaciones importantes en los procedimientos relativos al comercio internacional flexibilizándose igualmente el régimen de licencias. Todo este proceso de cambio quedaría protegido en 1987 con la adhesión de Marruecos al GATT al tener que suscribir los compromisos de este Club en donde la opción del libre comercio es el eje fundamental. En materia de desregulación del control de cambios Marruecos también ha recorrido un gran espacio, no sólo a nivel de apertura externa sino también a nivel de simplificación de procedimientos. El conjunto de todas estas medidas liberalizadoras, unidas a la anulación de la Ley de Marroquización, y a la promulgación del Nuevo Código de Inversiones Extranjeras por el que se permite que las inversiones no necesiten autorizaciones previas, al igual que se garantiza las transferencias de capitales y plusvalías sin límite de tiempo y cuantía han movilizado y están movilizando una materialización de la inversión extranjera en el país, fundamentalmente de países europeos, que está ayudándole a diversificar su sector industrial y a incrementar su proceso de modernización. 226 La existencia de estos hechos favorecedores que a modo de resumen se han reseñado, no quiere decir que se olviden una serie de problemas que existen en el país y que se recogen en modo de esquema en el último punto del capítulo, dado que conociendo estos puntos grises, la cooperación, sobre todo a nivel institucional, puede programarse de tal forma que favorezca la eliminación de esas tensiones, que si bien hoy están en su mayoría latentes, podrían reactivarse de no plantearse una cooperación planeada y planificada en detalle sobre todo a nivel de Unión Europea y de Países miembros. 2. LA COOPERACIÓN AL DESARROLLO EN MARRUECOS: SITUACIÓN ACTUAL Y POSIBLES ACTUACIONES FUTURAS, CON ESPECIAL REFERENCIA AL SECTOR AGROALIMENTARIO Marruecos no ha estado sólo en el camino recorrido a lo largo de los años en que avanzaba en su proceso de desarrollo. La ayuda financiera y técnica prestada por organismos internacionales (FMI y Banco Mundial), por la CEE como institución y por diversos países, actuando directamente en el país alauita, ha contribuido a que la situación actual de la economía marroquí pueda considerarse en un nivel de satisfacción aceptable, y a que se esté perf'ilando para el país un futuro no muy lejano en el que se consoliden los logros alcanzados y Marruecos, sin perder. sus tradiciones, alcance un alto nivel de desarrollo económico y social, acorde con los esfuerzos realizados. La contribución de la CEE al desarrollo de Marruecos ha sido muy relevante y fundaméntal. El acuerdo de cooperación con Marruecos de 1976, fijaba como objetivo principal la cooperación global entre las dos partes con vistas a contribuir al desarrollo económico y social de Marruecos y a la profundización de sus relaciones. El mencionado acuerdo constaba de tres elementos fundamentales: • El primero se refiere al régimén especial para la entrada en la CEE de los productos marroquíes, y ya se ha hecho referencia a ello con cierta profundidad en el punto 1 del Capítulo V. • El segundo, la ayuda financiera y técnica, constituye un elemento fundamental y decisivo para que la cooperación sea efectiva y deje hue227