El SÍ por el plebiscito - Corporación Viva la Ciudadanía

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El SÍ por el plebiscito
Después del plebiscito se desataran mejor los conflictos
sociales exigiendo las reivindicaciones de los más olvidados. Es
decir, votar afirmativamente el plebiscito es iniciar la lucha
social sin violencia por la conquista de mayor democracia.
Héctor Alonso Moreno
Profesor Universidad del Valle
Una de las grandes novedades de este proceso de paz con las Farc es lo que
tiene que ver con el tema de la refrendación de los acuerdos pactados entre el
gobierno nacional y la insurgencia. Por primera vez en la historia de los procesos
de paz, que en el país han sido muchos, se convoca al pueblo para que mediante
un plebiscito diga, si está o no de acuerdo, con los pactos firmados en La
Habana.
El pueblo colombiano en la historia política nunca ha sido convocado a nada
diferente a la confrontación armada; la violencia política siempre ha sido una
confrontación entre pueblo, entre pobres. Y por supuesto, nunca habíamos sido
convocados para refrendar y construir la paz.
Nunca fuimos llamados para aprobar los pactos del Frente Nacional para lograr
la paz entre liberales y conservadores, acuerdo que firmaron las elites liberales
en los hermosos balnearios de Sitges y Benidorm en el mediterráneo español.
Allí, en medio de buenos vinos, paella y tapas españolas, la oligarquía liberal
conservadora acordó que el pueblo colombiano votaría en las elecciones de
1958 pero para elegir a un presidente liberal, previamente escogido, por 4 años;
y seguidamente, a un conservador también elegido por las elites, por otros 4
años durante los próximos 16 años. Además, acordaron que se repartirían el
poder burocrático entre unos y otros por partes iguales, excluyendo de toda
posibilidad de participación política a todos aquellos que no pertenecieran a los
dos grandes partidos históricos.
Tampoco fuimos convocados los colombianos a las urnas para refrendar los
acuerdos entre el gobierno nacional y el M-19 en 1990; simplemente se acordó
lo pactado en las montañas del departamento del Cauca y listo. Claro está, que
luego tuvimos la posibilidad de participar en la Asamblea Nacional Constituyente
que dio origen a la constitución que hoy día cumple 25 años de existencia, con
una votación por lo demás muy pírrica, con cerca de un poco más de tres
millones de votos.
De allí la importancia de esta trascendental decisión de que lo acordado en La
Habana reciba la refrendación del pueblo colombiano mediante un mecanismo
de participación popular como lo es el plebiscito. Debemos acudir masivamente
a las urnas, seguramente el último domingo del mes de septiembre, a expresar
con nuestro voto el respaldo a lo acordado que pone fin a un oprobioso conflicto
armado entre el gobierno nacional y las Farc, y para decirle al mundo entero que
Colombia, con la más amplia participación ciudadana, por fin empieza a sepultar
para siempre la violencia armada como forma de dirimir los conflictos políticos.
Votar mayoritaria y afirmativamente el plebiscito significa estar de acuerdo con
una paz política que nos permita construir entre todos la paz social que tanto
requiere Colombia. Una paz social que solo se consigue con mayor empleo, con
mayores recursos para la salud, la educación, la recreación; y con posibilidades
de tener un país de propietarios; es decir, solo se consigue la paz cuando haya
justicia social; que nos es otra cosa, que la posibilidad de que los más olvidados
puedan tener acceso al goce y disfrute de sus derechos humanos, económicos,
sociales y culturales.
Votar afirmativamente el plebiscito significa también, que por fin en Colombia se
pueda conocer la verdad acerca de los orígenes del conflicto armado; y que los
más de 7 millones de víctimas de la violencia puedan saber a ciencia cierta
¿porque fueron desplazados?, ¿porque sus familiares fueron asesinados?,
¿dónde se encuentran los desaparecidos?, ¿quiénes financiaron la guerra?; y
¿quiénes deberán responder ante la Justicia transicional por los crímenes de
lesa humanidad cometidos por todos los diferentes actores armados?
Votar afirmativamente el plebiscito es dar una nueva posibilidad a grupos
guerrilleros que como el ELN aún no deciden de manera sincera abrazar la causa
de la paz. Igualmente, votar afirmativamente el plebiscito es decirle a las nuevas
formas de criminalidad organizada herederos del paramilitarismo que Colombia
es ya una tierra estéril para la violencia.
Votar SÍ el plebiscito, es también notificar al gobierno del presidente Juan Manuel
Santos que el pueblo en las calles saldrá a reclamar con el derecho a la
movilización y a la protesta sus derechos humanos negados por el modelo
económico neoliberal que el actual gobierno representa.
Finalmente, hay que decir, que después del plebiscito se desataran mejor los
conflictos sociales exigiendo las reivindicaciones de los más olvidados. Es decir,
votar afirmativamente el plebiscito es iniciar la lucha social sin violencia por la
conquista de mayor democracia.
Edición 504 – Semana del 22 al 28 de Julio de 2016
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