Desde hoy, voy a ser feliz

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psico
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JAVIER,
¿QUÉ
HACE
USTED
PARA SER
FELIZ?
1. Entender que la
vida es limitada.
Si fuéramos
siempre felices no
sabríamos que lo
somos, y no lo
seríamos.
2. No pedir a la vida
más de lo que me
puede dar.
3. Intentar dar a los
demás, al entorno,
tanto o más de lo
que quiero recibir.
4. Aprovechar los
pequeños
momentos y,
cuando estoy siendo
feliz, ser consciente
de ello.
5. Saber que lo que
importa no es el yo
sino el tú o, en tal
caso, el nosotros.
6. Relativizar los
problemas,
escalonarlos.
7. Ponerle mucho
humor.
8. Ser autocrítico.
9. Intentar ser
simpático,
agradable.
10. Conocer a gente
nueva y aprender
qué siente, qué
piensa.
Desde hoy, voy a ser feliz
El psicólogo Javier Urra condensa en el libro ‘¿Qué se le puede pedir a la vida?’ los pasos
que hay que seguir para alcanzar la felicidad. Algo que es más fácil de lo que parece.
E
s imposible considerarse una persona
feliz cuando la familia, el trabajo, el Gobierno o incluso el clima se rebelan contra uno.
Ante la mala suerte cabe quejarse y esperar a que pase, pensando que ya vendrán tiempos
mejores. O… puede usted comprometerse a elaborar su propia felicidad. Esto es lo que piensa Javier
Urra, psicólogo y autor de ¿Qué se le puede pedir a
la vida? (Ed. Aguilar). Urra, que se considera un hombre feliz, asegura que tal estado es fruto de una decisión doble: responsabilizarse de lo que le ocurre y la
de tomar una actitud positiva. «El optimismo debería
enseñarse en los colegios; es una obligación moral,
porque la vida es una actitud: si quiere ver amanecer,
tiene que mirar hacia el Este. Con el mismo esfuerzo
y distinto enfoque, puede obtener resultados completamente distintos», explica Urra.
Cierto es que hay a quienes la historia vital no les
acompaña como para mostrarse así de positivos, pero lo que este hombre plantea es un cambio radical
de visión que, en mayor o menor grado, siempre va a
mejorar la situación de quien lo realice. Se trata de alterar los roles: de pasivo a activo. «Es mucho más fácil y efectivo mejorarse a uno mismo que intentarlo
con los demás.» Es decir: yo me responsabilizo de lo
que me ocurre, porque «todo los que nos dicen es un
eco de lo que nosotros estamos transmitiendo, tenemos que escucharlo y plantearnos por qué». Esto nos
da un superpoder: el de darnos cuenta de que si entregamos alegría y amor, recibiremos lo mismo. Y,
mejor aún, podemos analizar por qué nos llegan malas contestaciones, actuaciones o vibraciones. Pararse y analizar qué se está entregando al otro. Esto se
llama en Psicología pasar del locus de control externo
(soy una persona manejada por las circunstancias) al
locus de control interno (yo manejo, anticipo, me
adapto). El clic que hay que hacer en el cerebro para
pasar de uno a otro es el de la responsabilidad. «Tiene que preguntarse dónde está, qué está haciendo y
qué quiere hacer», aconseja Urra.
Por tanto, es recomendable tener un proyecto de vida. «Necesitamos marcarnos pequeñas metas diarias y, en algún momento de la vida, debemos saber
qué queremos ser de mayores, observar dónde nos
vemos en 20 años, e ir pasito a pasito caminando
hacia aquel lugar.» En resumen: responsabilidad, optimismo y proyecto. Para conseguir todo esto, Qué
se le puede pedir a la vida puede ser un buen compañero de viaje. Más que un libro es un listado de
consignas que todos deberíamos repetirnos por las
mañanas para afrontar el día como algo sencillo, fácil
y natural. _por Elena D. Dapena
www.yodona.com
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