LÍNEAS TRANSVERSALES DE TRABAJO DE MEDIACION COMUNITARIA ¿Qué es una línea de trabajo transversal? Son discusiones que consideramos están presentes o nos comprometemos a abordarlas de manera transversal en los distintos proyectos de mediación comunitaria. Las líneas de trabajo han sido el resultado de identificar puntos comunes, recurrentes y problemáticos en el dialogo con las comunidades en el territorio. LÍNEAS DE TRABAJO TRANSVERSAL DE MEDIACIÓN COMUNITARIA ESPACIO PÚBLICO / TERRITORIO Gran parte del trabajo que desarrollas l@s mediador@s comunitarios de realiza por fuera de los espacios del museo en espacios públicos. Así empezamos a trabajar en activaciones culturales en el espacio público. Pero, ¿qué hace público un espacio? ¿Para quién es? ¿Qué usos o actividades se pueden realizar en el espacio público? Desde mediación comunitaria, reconocemos el espacio público como una noción atravesada por intereses y discursos excluyentes, pero también como espacio de posibilidades para el debate sobre lo común, y los derechos del buen vivir. En torno a este tipo de preguntas empezamos a plantearnos la necesidad de incentivar procesos que interpelen a las comunidades en relación a su entorno, las diversas formas de habitar y entender los espacios; las problemáticas urbanas y los debates en torno al “derecho a la ciudad”. ¿CÓMO SE APLICAN LAS LÍNEAS O EJES TRANSVERSALES EN NUESTRO TRABAJO? MARCOS Y POLITICAS QUE AMPARAN LAS LÍNEAS DE TRABAJO De esta manera nos interesan las acciones que permitan discutir públicamente las preocupaciones particulares de la vida cotidiana. Tener en cuenta estas reflexiones nos permitirá pasar de la activación en el espacio público a la activación del espacio público, como un espacio de encuentros y debates, en el cual las intervenciones artísticas generen una reflexión – acción sobre las políticas del territorio y el urbanismo como condiciones que determinan nuestra participación en el espacio que habitamos. Trabajamos apoyados en la Constitución Nacional, que en su apartado “Régimen del Buen Vivir” contempla en las secciones de hábitat y vivienda, derechos de participación y cultura, lo siguiente: Por ejemplo, cuando hacemos un taller de títeres en una plaza a las 7 de la noche en un lugar que a esas horas suele considerarse inseguro, además de la temática que la obra tenga y del podemos impulsar una serie de reflexiones sobre los usos del espacio, sobre el tema de la inseguridad y la seguridad que da la apropiación colectiva del espacio. Art 31.- Las personas tienen derecho al disfrute pleno de la ciudad y de sus espacios públicos, bajo los principios de sustentabilidad, justicia social, respeto a las diferentes culturas urbanas y equilibrio entre lo urbano y lo rural. El ejercicio del derecho a la ciudad se basa en la gestión democrática de ésta, en la función social y ambiental de la propiedad y de la ciudad, y en el ejercicio pleno de la ciudadanía. Art. 95.- Las ciudadanas y ciudadanos, en forma individual y colectiva, participarán de manera protagónica en la toma de decisiones, planificación y gestión de los asuntos públicos, y en el control popular de las instituciones del Estado y la sociedad, y de sus representantes, en un proceso permanente de construcción del poder ciudadano. La participación se orientará por los principios de igualdad, autonomía, deliberación pública, respeto a la diferencia, control popular, solidaridad e interculturalidad. La participación de la ciudadanía en todos los asuntos de interés público es un derecho, que se ejercerá a través de los mecanismos de la democracia representativa, directa y comunitaria. Art. 377.- El sistema nacional de cultura tiene como finalidad fortalecer la identidad nacional; proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales; incentivar la libre creación artística y la producción, difusión, distribución y disfrute de bienes y servicios culturales; y salvaguardar la memoria social y el patrimonio cultural. Se garantiza el ejercicio pleno de los derechos culturales. Como también, en el Plan Nacional del Buen Vivir, numeral 7: “Construir y fortalecer espacios públicos, interculturales y de encuentro común”. Además, ubicamos nuestro marco de acción desde las ordenanzas municipales en Espacio Público del Distrito Metropolitano de Quito, donde se propone “una recuperación equitativa del valor de uso socio cultural del espacio público”. Esta dice: INTERCULTURALIDAD/ EDUCACIÓN INTERCULTURAL El reconocimiento constitucional de una realidad de hecho, la afirmación del ecuador como un país intercultural nos interpela a pensar cómo, en el trabajo con comunidades culturalmente diversas reconocemos y aprendemos a trabajar desde la interculturalidad. La noción de interculturalidad reemplaza a la de multiculturalidad en tanto ya no se piensa en sumatoria de culturas conviviendo en un mismo espacio sino en las interrelaciones que se establecen entre esas culturas que comparten un espacio. Asumiendo que estas interrelaciones se dan en el marco de relaciones de poder históricamente desiguales, la interculturalidad permite constituir un espacio de relación y negociación en el cual se construyen y emergen nuevas estrategias, expresiones, iniciativas, sentidos y prácticas [inter] culturales. El reto de la interculturalidad: no es ocultar las desigualdades, contradicciones y los conflictos de la Conscientes de que los museos responden a lógicas de pensamiento occidentales y blanco mestizas, nos proponemos propiciar el encuentro y trabajo con comunidades específicas de kichwa hablantes de la ciudad generando una colaboración con instituciones de educación intercultural bilingüe para incorporar la dimensión intercultural a los programas educativos llevados adelantes desde los museos. “Garantizar el uso y la apropiación por las diferentes culturas y grupos sociales de los espacios públicos a través del uso socio cultural que permita la realización de las actividades culturales y físicas y la producción de la memoria individual y colectiva, bajo criterios de accesibilidad, inclusión, democratización, estética, monumentalidad.” Trabajamos apoyados en la Constitución Nacional Art. 21.- Las personas tienen derecho a construir y mantener su propia identidad cultural, a decidir sobre su pertenencia a una o varias comunidades culturales y a expresar dichas elecciones; a la libertad estética; a conocer la memoria histórica de sus culturas y a acceder a su patrimonio cultural; a difundir sus propias expresiones culturales y tener acceso a expresiones culturales diversas. Art. 28-. (…) Es derecho de toda persona y comunidad interactuar entre culturas y participar en una sociedad que aprende. El Estado promoverá el diálogo intercultural en sus múltiples dimensiones. Art. 377.- El sistema nacional de cultura tiene como finalidad fortalecer la identidad nacional; proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales; incentivar la libre creación artística y la producción, difusión, distribución y disfrute de bienes y servicios culturales; y salvaguardar la memoria social y el patrimonio cultural. Se garantiza el ejercicio pleno de los derechos culturales. En el año 2010 El Concejo Metropolitano, reconoce y declara oficialmente a Quito como Ciudad Intercultural. “Uno de los fines de dicha declaratoria es reconocer la presencia y el aporte de las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, el pueblo afroecuatoriano, el pueblo montubio, mestizos, blancos y las comunas, así como de los diferentes grupos culturales urbanos y rurales de distintas vertientes y variables étnicas, en la construcción de la ciudad y su identidad, así como su rol en los procesos de independencia y de ampliación de los derechos individuales y colectivos”. GÉNERO sociedad o de los saberes y conocimientos sino trabajar con ellos. Conscientes de que vivimos en una sociedad que tiende a excluir o invisibilizar los aportes de mujeres y minorías sexuales en la construcción de la ciudad, la historia, la política, la cultura, etc. Creemos que es importante develar las ideas y discursos que están detrás de estas exclusiones y que a pesar de muchas veces no ser conscientes, determinan comportamientos: maneras de hablar, actuar y pensar. En este sentido, hablamos de una línea de género y no de una línea de trabajo con mujeres porque el género, como categoría social, sirve para explicar las desigualdades históricas entre hombres y mujeres a partir de los rasgos y funciones socioculturales que se le atribuye a cada uno de los sexos en cada momento histórico y en cada sociedad. El género nos permite cuestionar las desigualdades siempre en relación y no como algo natural de hombres o mujeres sino como características culturales que determinan lo que debería ser femenino o masculino. Teniendo esto en cuenta, la línea de género se propone incorporar estos cuestionamientos y preocupaciones en nuestros trabajos abriendo un debate sobre los roles y estereotipos determinados en base a diferencias de género. Teniendo en cuenta que gran parte de nuestros trabajos se desarrollan con grupos de mujeres organizadas, ya sea en emprendimientos de reciclaje, adultas mayores vinculadas a procesos de agricultura urbana de los museos, encuentros de mujeres y levantamiento de historias de vida de mujeres en el Mercado San Roque. Por un lado, nos parece relevante poner en discusión las experiencias a partir de nuestra conciencia como mujeres, los roles sociales que ocupamos, las diferentes formas de inequidades de género que de tan naturalizadas a veces no percibimos y en ese marco repensar estas prácticas comunitarias. En este sentido uno de los desafíos es repensar en términos educativos y pedagógicos pero también expositivos y museográficos los discursos que se manejan tanto al interior de los museos, como en nuestras actividades y preguntarnos-de manera explícita- si los mismos responden o no a determinados estereotipos de género, ¿cómo aportamos a desnaturalizar las inequidades de género y generar reflexiones en torno a esto tanto con los grupos de jóvenes que hacen pakour; las señoras de las huertas o bailoterapia; las maestras y maestros de la escuela; las y los comerciantes del mercado, en fin los diferentes grupos con los que trabajamos. Trabajamos apoyados en la Constitución Nacional Art. 27.- La educación se centrará en el ser humano y garantizará su desarrollo holístico, en el marco del respeto a los derechos humanos, al medio ambiente sustentable y a la democracia; será participativa, obligatoria, intercultural, democrática, incluyente y diversa, de calidad y calidez; impulsará la equidad de género, la justicia, la solidaridad y la paz; estimulará el sentido crítico, el arte y la cultura física, la iniciativa individual y comunitaria, y el desarrollo de competencias y capacidades para crear y trabajar. Art. 70.- El Estado formulará y ejecutará políticas para alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres, a través del mecanismo especializado de acuerdo con la ley, e incorporará el enfoque de género en planes y programas, y brindará asistencia técnica para su obligatoria aplicación en el sector público.