1 Proyecto curricular institucional Plan Institucional de Evaluación 1. Marco teórico 1.1. Concepción de evaluación En este Proyecto Curricular Institucional, se considera que la evaluación es parte de la enseñanza y del aprendizaje en el sentido en que lo expresa Álvarez Méndez (1996): La evaluación no es ni puede ser un apéndice de la enseñanza ni del aprendizaje; es parte de la enseñanza y del aprendizaje. En la medida en que un sujeto aprende, simultáneamente evalúa, discrimina, valora, critica, opina, razona, fundamenta, decide, enjuicia, opta… entre lo que considera que tiene un valor en sí y aquello que carece de él. Esta actitud evaluadora que se aprende, es parte del proceso educativo que, como tal, es continuamente formativo. 1 Se entiende que el proceso de evaluación debe pensarse desde una “perspectiva multirreferencial”2, es decir que lo que se pretende evaluar admite diversidad de sentidos, modos e incluso valoraciones dependiendo de los recortes intencionales que guíen la acción. En este sentido es importante señalar que evaluar implica tener en cuenta siempre dos sentidos que son complementarios. Mientras que, por un lado, la evaluación tiene la capacidad de posibilitar a cada alumno/a la toma de conciencia acerca de los saberes de los que se ha apropiado, por el otro lado, permite al docente reflexionar críticamente acerca de la calidad de su propuesta de enseñanza. 1 Alvarez Méndez (1996) en Camilloni, Celman, Litwin y Palou de Maté (1998), La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo. Paidós, Buenos Aires, pág. 37. 2 Ardoino, J. (2000), “Consideraciones teóricas sobre la evaluación en la educación” en Rueda Beltrán, M. y Díaz Barriga, F. (comps.), Evaluación de la docencia, México, Paidós. En este artículo Ardoino opone una visión multirreferencial de la evaluación por oposición a la tradicional concepción monorreferencial centrada en el control. 2 Como puede advertirse a partir de lo expresado anteriormente, se trata de una actividad que cuenta con tres rasgos fundamentales: es formativa, motivadora y orientadora para el desarrollo del pensamiento crítico. Ahora bien, para que estas condiciones sean posibles, se considera que la evaluación tiene que ser pensada como un ejercicio transparente en todo su recorrido, en el que es preciso garantizar: a) la publicidad y conocimiento de los criterios que se van a aplicar, b) la justificación de la propia evaluación, c) las formas en las que se va a llevar a cabo y, d) el papel que docentes y alumnos tienen que asumir. En relación con la primera cuestión enunciada, “la publicidad y conocimiento de los criterios que se van a aplicar”, es relevante recuperar la consideración que efectúa Litwin (1998) respecto de las “buenas prácticas de evaluación”. Esta experta en la materia aconseja evitar sorpresas al momento de evaluar. Considera que es apropiado que esta práctica se desprenda del clima, ritmo y tipo de actividades usuales que se llevan a cabo en las clases. Pues, expresa que una buena evaluación debe otorgar confianza, generar un espacio para que los aprendizajes se expresen con naturalidad y permitir reconocer las posibilidades3. 1.2.- Concepción de acreditación Se entiende que la acreditación es una acción que responde a una demanda social e interinstitucional. Como aclara Palou de Maté, se trata de un 3 Litwin, E. (2008), El oficio de enseñar, Bs. As., Paidós, pág. 173. 3 requerimiento que permite “la movilidad de los alumnos en las instituciones y a la vez los inserta en el campo laboral”. Implica la validación y legitimación de los conocimientos curricularmente previstos. En términos de Palou de Maté, la acreditación “es la certificación de que se han logrado ciertos productos o resultados de aprendizajes planteados en programas y planes de estudio”4. Ahora bien, es necesario tener en cuenta que la certificación de un nivel alcanzado por el estudiante, se relaciona, como lo señala Perrenoud, con “la organización de la escolaridad, con los contenidos de la cultura escolar y con las prácticas pedagógicas”5. 1.3.- Concepción de permanencia y promoción Tal como se detalla en el Régimen Académico Marco Jurisdiccional (Anexo único), “la permanencia de los estudiantes obedece a las condiciones académicas requeridas para la prosecución de los estudios en el nivel”6. Asimismo, se detalla en este documento que: “La promoción refiere a las condiciones de acreditación y evaluación de las unidades curriculares, el régimen de calificación, el de equivalencias y correlatividades”. 2. Evaluación de la enseñanza 2.1.- Sujetos que evalúan la enseñanza Uno de los conceptos constitutivos del actual Diseño Curricular es la construcción participativa tanto en el diseño como en el desarrollo curricular 7. 44 Palou de Maté, M. del Carmen, “La evaluación de las prácticas docentes y la autoevaluación”, en A.A.V.V. (1998), La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo, Buenos Aires, Paidós, 2010, pág. 99. 5 Perrenoud, Ph. (2008) La evaluación de los alumnos. Buenos Aires, Colihue. 6 Resol. 4043/09. 4 Desde esta perspectiva la evaluación de la enseñanza es un proceso en el que es importante la participación amplia y comprometida de todos los actores institucionales interesados en su mejora. En este sentido son sujetos de evaluación de la enseñanza tanto los integrantes del equipo de conducción, como los docentes y los estudiantes. El punto de vista de cada uno de los actores institucionales mencionados permitirá enriquecer el análisis y la comprensión de la enseñanza en su complejidad. 2.2.- La evaluación de la enseñanza. Aspectos, criterios y dispositivos. Dado que definimos la enseñanza como una práctica social compleja, resulta primordial reconocer los aspectos que se consideran más relevantes o significativos a tener en cuenta cuando se trata de evaluarla. Un primer aspecto a considerar es el Proyecto de enseñanza. Las anticipaciones que los docentes realizan, orientan su acción y por lo tanto es interesante considerarlos objeto de análisis. Esta tarea puede estar a cargo de integrantes del equipo de conducción quienes podrán propiciar encuentros de coevaluación entre docentes de áreas afines. Los dispositivos en este caso son la lectura y análisis de los diferentes aspectos del Proyecto y entrevistas o debates grupales en torno a ellos. Constituyen otro aspecto sumamente importante las actividades de enseñanza propiamente dichas, que se llevan a cabo en los encuentros-clase. Se trata de poder reconocer intencionalidades, desafíos cognitivos y formatos didácticos que se ponen en juego, para poder reflexionar sobre ellos y los supuestos subyacentes que los orientan a fin de realizar mejoras. En este aspecto es importante escuchar las voces de los docentes en formación, tanto a partir de relatos abiertos de las clases, como de cuestionarios guiados, e incluso a través de la observación de sus producciones. 7 DGCyE de la Pcia. De Bs. As (2007), Diseño Curricular para la Educación Superior. Niveles Inicial y Primario, Buenos Aires , pág. 28. 5 La observación de clases constituye otro dispositivo que conviene considerar. Si bien muchas veces es resistida por ser considerada una forma de “control jerárquico”, puede resultar muy enriquecedora, si es acompañada por un diálogo abierto en el que se puedan anticipar los objetivos y características de la observación para posteriormente analizar y reflexionar acerca de la enseñanza. Para esta tarea, generalmente a cargo de integrantes del equipo de conducción, es interesante propiciar desde la institución la constitución de “pares pedagógicos” que observen y analicen mutuamente algunas de sus clases. Litwin propone que a la tradicional forma de registrar las prácticas de enseñanza, se le sumen registros de voz y de video que favorezcan el autoanálisis de la enseñanza. En estos casos es importante la adhesión de todos los involucrados8. Finalmente, otro aspecto que interesa tomar en cuenta en la evaluación de la enseñanza se relaciona con evaluar lo no-visible, los efectos no buscados o no previstos, vinculados al clima generado en las clases, las redes que se conformaron, las relaciones intra-clase como así también con la institución y con el contexto en el que la enseñanza tienen lugar. El propio docente y el grupo áulico serán quienes puedan reflexionar a través de entrevistas, cuestionarios o debates abiertos sobre todos estos aspectos, atendiendo al hecho de que también la presencia de un observador externo (otro docente/s o integrante/s del equipo de conducción) resulta valiosa en tanto puede tomar distancia de los vínculos preconfigurados. 3. Evaluación de los aprendizajes 3.1. Sujetos que evalúan los aprendizajes. En la faz operativa de la evaluación, es el profesor por su carácter de profesional quien tiene la responsabilidad del tiempo y forma de evaluación. Para 8 Litwin, E., Op. Cit., pág. 180. 6 esto, deberá realizar una observación permanente de los procesos de enseñanza y aprendizaje y considerar las variadas instancias que explicita el acuerdo marco. Por otra parte, los estudiantes también son partícipes de este proceso, durante su trayecto formativo, puesto que experimentan instancias de autoevaluación y co-evaluación. 3.2. Criterios de evaluación y de acreditación de los aprendizajes 3.2.1. Régimen de cursada presencial Se considera la evaluación como un proceso que abarca todo el ciclo lectivo. A lo largo de este período, el/la alumno/a deberá ser evaluado en 8 (ocho) instancias. Dos de estas instancias deberán ser individuales, escritas y presenciales. En todas las instancias, deberán acordarse recuperatorios en los casos en que sean necesarios. Si la instancia a recuperar fuera escrita, presencial e individual, deberá ocurrir, al menos, siete días después de la devolución del examen desaprobado. Cuando se trate de otros formatos, deberán existir tantas instancias recuperatorias como sean precisas para que se alcancen los criterios de evaluación formulados por el/la docente. Para regularizar cada unidad curricular, será necesario tener aprobado el 60% de las instancias evaluativas previstas entre las que deberá incluirse necesariamente la segunda instancia escrita, presencial e individual. Será decisión del docente ponderar otra/s instancia/s evaluativa/s incluidas en este 60% para aprobar la cursada. Cabe agregar que es obligación de cada docente efectuar la devolución de la producción del/la alumno/a realizada durante el día de la instancia evaluativa en tiempo y forma. 7 Por otra parte, como conclusión de la Jornada Institucional llevada a cabo en el mes de julio de 2011, los criterios que se tendrán en cuenta para evaluar los aprendizajes de alumnos con el régimen de cursada regular serán los siguientes: 60 % de asistencia a las clases en el ciclo lectivo y no menos de 80% de asistencia a prácticas de campo docente y profesional, Talleres y Ateneos. Aprobación de las instancias de evaluación previstas con nota mínima de 4 (cuatro) puntos para acceder a la instancia de acreditación con examen final o de 7 (siete) puntos para la promoción sin examen final. Cumplimiento en la entrega de trabajos domiciliarios en tiempo y forma. Posibilidades de identificar y formular situaciones relevantes y valiosas para el análisis en las distintas unidades curriculares. Producción de relatos con crecientes niveles de articulación y profundidad. Capacidad de argumentación, de análisis y de síntesis para comunicar los contenidos mínimos propuestos por cada cátedra. Respeto por aspectos formales que tienen que ver con lo discursivo y con la normativa de los textos. Cumplimiento con las lecturas obligatorias. Participación en clase. Empleo del discurso y terminología de la disciplina. Disposición para el trabajo colaborativo en equipos. 3.2.2. Régimen de estudiante libre Atendiendo a lo formulado en el Régimen Académico Marco Jurisdiccional, se consideran las siguientes pautas: “Podrán presentarse en las instancias de acreditación final previstas para el régimen presencial y no presencial, correspondientes al período en que se registraron como estudiantes libres. Deberán rendir con la propuesta pedagógica vigente al momento de su inscripción. 8 La evaluación final tendrá una instancia escrita y una oral. Se deberá aprobar la instancia escrita para pasar a la oral. La calificación resultará del promedio de ambas. Para la acreditación final se debe obtener 4 (cuatro) o más puntos.”9 Es conveniente aclarar que tanto en la instancia oral como en la instancia escrita se deberá obtener 4 (cuatro) como calificación mínima para acreditar la unidad curricular. Los alumnos podrán inscribirse para acreditar bajo este régimen en un 30 % de unidades curriculares, con formato materia, establecidas por año en el Diseño Curricular. En los casos en que los estudiantes hayan cursado una/s unidad/es curricular/es como modalidad presencial y deban volver a cursar en el ciclo lectivo siguiente, podrán optar por este régimen independientemente del porcentaje establecido. Quedan exceptuados de este régimen: Talleres, Seminarios, Ateneos y Campos de la Práctica Docente. 3.3. Dispositivos de evaluación Existen diversos dispositivos para evaluar los aprendizajes durante el ciclo lectivo. Cada docente establecerá los que considere necesarios para evaluar en su cátedra. En el marco de la Jornada de reflexión institucional, surgieron los siguientes: 9 Trabajos prácticos individuales y grupales Evaluaciones parciales y finales Exposiciones orales Parciales domiciliarios Prácticas de escritura académica. Interacción con los lenguajes multimediales Portafolios Resolución 4043/09. 9 3.4.- Dispositivos de acreditación de los aprendizajes Los profesores deben entregar a los estudiantes al inicio de cada curso el proyecto de la unidad curricular con la enunciación del/los dispositivos que pondrán en marcha en la instancia de acreditación. A modo de ejemplo, se enuncian algunos de estos dispositivos por el tipo de respuesta: a) oral: de exposición, coloquio, defensa de trabajos, etc., b) escrita: de desarrollo, de preguntas, objetivas o de opción múltiple, de ejercicios, de situaciones problemáticas, monografías10, etc. 3.5.- Modalidades de acreditación Se contemplan dos modalidades de acreditación: con examen final o sin examen final. a) Para acreditar una unidad curricular con examen final, el alumno debe obtener una calificación no menor a 4 (cuatro) puntos11. b) Para acreditar una unidad curricular sin examen final, el alumno debe obtener una calificación no menor a 7 (siete) puntos. Cada Departamento o Modalidad ofrecerá al inicio del ciclo lectivo, previo consenso entre el cuerpo de profesores, hasta un 30% de unidades curriculares del total de cada año con un sistema de acreditación sin examen final, fundamentando y explicitando exhaustivamente los criterios, formas y dispositivos a utilizar en estos casos. Las propuestas se considerarán en el C.A.I. el que avalará su implementación. 3.6.- Dispositivos de devolución y de orientación para la superación de dificultades 10 11 Cfr. Steiman, Jorge (2008), Más didáctica (en la educación superior), Buenos Aires, Miño y Dávila, pág. 173. Para acreditar una unidad curricular, los estudiantes “libres” deben rendir examen final escrito y oral. Para acceder al oral debe obtener en cada instancia una calificación no menor de 4 (cuatro) puntos. 10 En trabajos escritos, el/la docente puede optar por los siguientes dispositivos: a) Comentarios cualitativos en los márgenes de las hojas que hagan referencia a orientaciones para la revisión de conceptos erróneos o especificaciones de contradicciones conceptuales en el discurso. En todos los casos, deben evitarse juicios valorativos. b) Anotaciones que sólo el docente entiende pero que sirven para realizar una devolución individual, oral y breve. c) Asignación de puntos por criterio en una rúbrica, pública. A partir de ésta, el/la alumno/a debería contar con la posibilidad de comprender cuáles son los aspectos sobre los que deberá prestar mayor atención, revisar, profundizar, re-direccionar su comprensión, etc. d) Formulación de enunciados generales del tipo: “error conceptual”, “formulación subdesarrollada del concepto”, “falta de conexión entre las ideas”, etc. En el examen oral, el/la docente puede formular comentarios cualitativos en el momento en que lo considere oportuno para el/la estudiante12. 3.7.- Sistema de calificación Para la calificación, se emplea una escala numérica de diez puntos (0 a 10). Este sistema presenta un escalonamiento de la calidad de lo que es evaluado desde un grado mínimo a un grado máximo. 12 Para ampliar, ver Steiman, op. cit., pág. 186-7. 11 4.- Particularidades 4.1.- Campo de la Práctica Docente/ Espacio de la Práctica Docente: En la Jornada Institucional realizada en julio de 2011, los profesores del Campo de la Práctica Docente/ Espacio de la Práctica Docente presentes acordaron los aspectos que se enuncian a continuación. 4.1.1.- Régimen de cursada regular Para aprobar el Campo de la Práctica / Espacio de la Práctica Docente, el/la alumna debe cumplir con los siguientes requisitos: Asistencia a encuentros y prácticas en terreno, ajustada a la reglamentación. Aprobación de herramientas necesarias para práctica en terreno. Asistencia a dos coloquios sobre el final del ciclo lectivo: a) grupal, b) individual o por pareja pedagógica. 4.1.2.- Dispositivos de evaluación Entre los dispositivos que el/la docente puede requerir a sus alumnos, se encuentran los siguientes: Informes institucionales, Propuesta pedagógica, Informes de auto-evaluación y co-evaluación, Narrativas sobre la experiencia de las prácticas y/o diarios de bitácora. 4.1.3-. Dispositivos de devolución y de orientación para la superación de dificultades Durante o después de experiencias en el marco del Campo de las prácticas docentes, el/la/los/las docente/s pueden proponer instancias para efectuar devoluciones orales y/o escritas. Algunos de los dispositivos que se sugieren son: 12 a) Confección de informes cualitativos en el Cuaderno que el/la alumno/a tiene reservado para la unidad curricular, b) Entrevistas personales y/o con parejas didácticas cuando se consideren oportunas.