Especial fantasmas

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Yo vine al siglo XIX
a pasar miedo
Sumario de contenidos Jot Down 15
– por Carlos Mayoral –
Especial fantasmas
En la España del XIX el terror lo llevábamos de serie.
Con una invasión, una guerra de la independencia, una
Constitución fallida, un monarca que pasa por ser el
peor de la historia, tres guerras carlistas o una
republica chapucera entre otras lindezas, lo cierto es
que no fue necesario acudir a la imaginación para
construir relato gótico alguno.
Este sol espectral
de la infancia
– por Marta Fernández –
288 páginas · 4 entrevistas · 15 €
La madre de todas
las casas de espíritus
Infancias raras. Niños que al dejar de serlo dejan
también una tarea pendiente. Un juego no satisfecho.
La ingenuidad desintegrada. La imperfección de los
padres revelada. «Los adultos son solo niños obsoletos
con el inferno dentro». Lo sabia Doctor Seuss, que nos
enseñó a buscar siempre el recodo iluminado. Como
Walt Whitman, niño tipógrafo que se quedaría para
siempre jugando con las letras en sus cajas. Como Ana
María Matute, navegando aun en sus galeones de
juguete. Como Nabokov en la Rusia que ya no existía.
Como Salinger, atrapado en el umbral de la
adolescencia preguntándose por los patos. Como Sylvia
Plath, achicharrada por la descarga de la madurez y de
los últimos días suicidas de la infancia. Lo dejo escrito
Marcel Proust en un titulo que era una declaración de
intenciones: En busca del tiempo perdido. Allí también
habitaban los fantasmas.
Salimos a cazar fantasmas de la mano de Marta Fernández,
Ignacio Vidal-Folch, José Antonio Montano, Carlos Mayoral o
Jenn Díaz, entre otras firmas habituales de Jot Down, y la
compañía de cuatro entrevistados de excepción: Antonio de
la Torre, Carlos Saura, Valerie Miles y Muhammad Al Yaqoubi.
– por Paula Corroto –
Si hay una película de fantasmas y espíritus que da
miedo de verdad esa es Al final de la escalera. No por
sus efectos especiales. Tampoco por escenas
sangrientas, sino porque con muy pocos recursos, con
una factura casi de serie B y con un gran punto de
cutrez, consigue que el cerebro del espectador cree
todas las imágenes necesarias para el terror. No es
una película para apagar la luz después de verla. Y si la
ven solos estén dispuestos a irse con cierto canguelo
a la cama. Porque les prometo que no se olvida.
Entrevista
Antonio de la Torre
Ya disponible en la Jot Down Store y en la red de librerías Jot
Down.
– por Bárbara Ayuso –
– por José Antonio Montano –
Los Grandes Transparentes de André Breton son los
fantasmas más exaltantes. Son gigantes invisibles que
están entre nosotros, a nuestro alrededor, por encima,
en otro ámbito. O que nos contienen: viviríamos
entonces en la vibración de sus tripas y de sus
órganos, en la acción de sus miembros; desearíamos
dentro del flujo de sus venas; nuestro mundo serían
estancias en el interior de los Grandes Transparentes.
Tiene miedo al titular de la entrevista. Porque antes de
actor él también era periodista. No se lo dijo a Hugh
Laurie cuando rodó con él la serie The Night Manager,
pero en realidad está en excedencia de su puesto en
Canal Sur. Porque tiene miedo, aunque siempre tenga a
mano una broma o una anécdota para desengrasar. El
Goya y la plaza fija le llegaron el mismo año, y no
cayeron del cielo. Antes de ser reconocido como uno
de los mejores actores del panorama español, Antonio
de la Torre (Málaga, 1968) fue «uno» y también
«otro». Creció escuchando historias de hambre y
miedo, y por eso ahora se rebela contra el miedo que
paraliza a la sociedad. No pisa tópicos y habla sin
filtros, como rara vez hacen periodistas o actores. Él
dice que es ambas cosas, pero que en la casilla de
profesión pongamos «Mis labores», porque le gustaría
ser un reconocido desconocido. Uno con un buen
titular.
Atención a ese espectro
sonriente y preocupado
– por Ignacio Vidal-Folch –
De todos los fantasmas que ha producido el siglo xx el
más logrado y el más convocado es la actriz Marilyn
Monroe. Sus interminables y proteicas apariciones y
reapariciones, sostenidas desde hace más de medio
siglo, hacen que algunos la tengan ya como alguien
que nunca existió.
Y al final todos
estábamos muertos
Sábanas
– por Ricardo Jonás G. –
– por Rafa Cabeleira –
Sí, tan cierto como que al final todos estamos muertos
es que se ha abusado de este recurso narrativo con
vergonzosos resultados. Un facilón giro inesperado, un
final recurrente para dejarte el culo torcido, Bruce
Willis estaba muerto, la madre y los hijos eran en
realidad los Otros, un grupo de personas que se
quisieron esperan para volver a reunirse en un limbo a
su medida antes de cruzar al otro lado.
«Hay quienes creen en los fantasmas y hay quienes
no. Si usted es de los que cree en ellos, esta historia
es acerca de un fantasma, y si usted es de los que no
cree en ellos, pues de todos modos esta es una
historia sobre un fantasma. Su nombre es Casper y era,
definitivamente, el fantasma más distinto que existió…
O que no existió, de acuerdo a sus preferencias».
La muerte no es un descanso
– por Noemí López Trujillo –
El tipo de construcción de las casas de Marford, un
diminuto pueblo de Gales, es inclasificable. Nadie ha
sido capaz de descubrir la identidad de la persona que
realmente diseñó este lugar. «Mi sobrina de once años
viene a visitarnos la semana que viene —cuenta una
de las vecinas— y no quiere dormir aquí. Dice que le da
miedo ver todas estas casas blancas y negras llenas
de cruces y ojos».
La pintora
con la visión sagrada
Entrevista
– por Vivola Adamant –
Hilma af Klint era una completa desconocida hasta
hace poco. No aparece en ninguna enciclopedia del
arte contemporáneo, ni se encontrarán referencias en
los estudios sobre la pintura del siglo XX. Pero este no
es un caso de olvido injustificado ni de artista
maltratada por su tiempo. La pintora sueca dejó en su
testamento la prohibición de mostrar su obra no
menos de veinte años después de su muerte.
Carlos Saura
– por Julio Tovar –
En la gran estantería del salón mínimo del hogar de Carlos Saura (1932) domina tanto la marioneta de un cavaliere como una
estampa de un fotógrafo que mira fijamente al «invasor». No es el único objetivo, el único ojo, que apunta al visitante en esta
casa repleta de cámaras de fotografía y que tiene como metáfora tangible un pequeño barreño donde flotan ojos de plástico
alrededor de una especie de isla. «Representan el universo», nos comenta con media sonrisa de lado; una pequeña broma que
parece inspirar el otro gran cineasta aragonés. Al final, como en su propio cine, la realidad es simplemente una cortina que
esconde un ensueño. Esta continuidad en su vida, en su filmografía, rehúsa etiquetas y domina a uno de nuestros directores
de cine más celebrados fuera, y cuya mirada, su objetivo, todavía no ha dejado de capturar su y nuestra imaginación.
El poeta médium
– por Jordi Bernal –
El 24 de junio de 1916, Fernando Pessoa le escribía una
larga carta a su tía Anica contándole un «misterioso
asunto» que le había ocurrido unos meses antes:
«Hacia finales de marzo, he empezado a ser un
médium (…) Estaba una vez en casa, de noche, recién
llegado de la Brasileira, cuando sentí el deseo,
literalmente, de coger una pluma y ponerla encima del
papel».
Cuando un gol no es gol
– por Guillermo Ortiz –
Susurros en la sierra de la Pela
– por Silvia Castellanos –
Son los fantasmas más comunes y, sin embargo, los
más desconocidos. Para invocarlos no vamos a
necesitar güijas, péndulos ni «transcomunicadores»,
ni tampoco el equipo de protones de Peter Venkman y
compañía, no. Simplemente necesitaremos un coche y
un buen mapa. Encontrar algunos fantasmas es más
fácil de lo que pensamos. Y nosotros nos vamos a
buscarlos a las inmediaciones de la sierra de la Pela en
su parte soriana.
En Inglaterra, la expresión ghost goal o phantom goal
se empezó a utilizar en una semifinal de Champions
entre Liverpool y Chelsea, cuando Luis García adelantó
a los reds con un remate que nunca llegó a entrar del
todo en la portería. Ese gol les daría la eliminatoria a
los de Rafa Benítez. Teniendo en cuenta que el
entrenador del Chelsea aquella temporada era José
Mourinho y que Mourinho había pasado tres años en
Barcelona, lo más probable es que el entrenador
portugués se limitara a traducir del español, para
deleite de la prensa inglesa, que acogió el término con
entusiasmo. Por fin tenían una manera de referirse al
hasta entonces conocido como «Wembley goal».
Parece, por tanto, que hay que buscar en España para
dar con el origen de los goles fantasma.
007: licencia para evadirse
– por Iker Zabala –
Las películas de Bond no se ven, se celebran. Porque
tienen su protocolo: desde que se definieron las claves
de la saga en los sesenta, no hay entrega de 007 que
se precie sin su flema, su ironía, las chicas Bond, el
inmortal «Bond Theme», el Aston Martin, el martini con
vodka, los inventos de Q, las instrucciones de M, los
viajes por destinos exóticos, el exageradísimo y
desquiciado product placement, el flirteo ocasional
con Moneypenny y demás. Todo ello con ocasionales
variaciones, pero siempre orquestadas en torno a un
eufórico pacto con el espectador de ruptura de la
credibilidad.
Manual para sobrevivir
en el mundo editorial
La muerte es el final
– por Juanjo M. Jambrina –
– por Jenn Díaz –
Ese autor engreído e infantil, el fantasma literario, será
el Intelectual. Podríamos llamarle sencillamente
tontorrón o fanfarrón. Pero podríamos ofenderle: le
llamaremos, sí, Intelectual. Y, a continuación, algunas
recomendaciones para sobrevivir en el mundillo: tanto
si eres un escritor normal, sin la etiqueta Intelectual,
como si solamente formas parte del engranaje literario.
Las fronteras siempre han sido territorios inestables.
Los litigios son consuetudinarios entre los vecinos. Y
una resulta particularmente espinosa: la que separa la
vida de la muerte, la que separa el todo de la nada. Así,
bajo la apariencia inocente, esotérica y extravagante
que sugieren las llamadas Experiencias Cercanas a la
Muerte (ECM), los médium y otros demiurgos del más
allá se esconde una pelea a navaja entre militantes
religiosos, agnósticos y ateos.
Los fantasmas
pagan impuestos
Los vivos muertos
– por Bárbara Ayuso –
– por Rubén Díaz Caviedes –
Que los fantasmas existen en España está probado al
menos desde 1676, cuando un monje capuchino
zamorano publicó uno de los primeros tratados sobre
espectros de la historia: El ente dilucidado. Y su
subtítulo deja a las claras el objetivo que el religioso a
la hora de publicar la obra: era un Discurso único
novísimo que muestra que hay en naturaleza animales
irracionales invisibles y cuáles sean.
Imagine qué papeleta. Ni unas puertas de forja entre nubes de algodón ni lo contrario, una caverna en llamas. Dirá que ya es
mala pata: profesa uno la religión mayoritaria, se muere y resulta que no era esa. Meeec, error. Porque si es usted musulmán y
ha caído gloriosamente en la yihad tampoco le esperan setenta y dos vírgenes prestas a saciar sus antojos. Se siente. Y si es
hinduista, tampoco su bien merecida reencarnación. Ya no le digo en tigre o en águila: es que ni en un protozoo miserable.
Hasta si es usted un ateo irredento, hasta si comparte cumplidamente en su perfil de Facebook los vídeos con las
conferencias de Richard Dawkins y se ha comprado Cosmos en Blu-ray, se va a quedar usted como las vacas mirando al tren.
Porque tampoco será esa Nada con mayúscula, esa negrura de magnitudes cósmicas, ese cesar de ser con solemnidad. Eso
sería algo, dese cuenta. Y noticias frescas, apunte: la nada no es algo. La nada es nada en toda su aburrida, prosaica y
decepcionante literalidad.
Entrevista
Valerie Miles
– por Jose Valenzuela y Teresa Galarza –
Esta editora americana apasionada por la lengua española es experta en casi todas las áreas de su profesión, y destaca por su
conocimiento sobre la vida y obra de Bolaño. En 2003, Valerie Miles (Nueva York, 1963) cofundó la revista Granta en español
con el objetivo de establecer puentes entre la literatura anglosajona y la hispánica. Nos encontramos con ella para hablar
sobre la transformación del mundo literario, el oficio de traductor y el papel de Amazon en el sector editorial, entre otras
muchas cosas. Valerie escoge cada una de sus palabras con gran precisión, aunque no se muerde la lengua a la hora de hablar
sobre temas controvertidos como los premios literarios en España o las carencias del sector editorial.
con ilustraciones de
En la sombra de las Torres
Kanye West,
el hombre que quiso ser Dios
El gato de Harry Lime
– por Luis Landeira –
– por Carlos Zúmer –
El mundo del hip hop siempre ha estado lleno de
fantasmas. Hasta el rapero más insignificante dice ser
El Mejor, y se jacta de la pasta que gana, de lo bien
que rima o de lo mucho que folla. Como en el rap no
hay un canon, es difícil dilucidar quién es de verdad El
Mejor. Pero es fácil elegir al más fanfarrón. Y Kanye
West se lleva la palma.
El tercer hombre nació en las cloacas. La manera que
encontró el escritor Graham Greene de sacar adelante
cierto encargo de su amigo, el director Carol Reed, fue
hacer la maleta y marcharse dos semanas a la Viena de
posguerra. Era la ciudad elegida para escribir una
película. En realidad, iba a ser la protagonista de ella.
– por Octavio Domosti S. –
La amputación de extremidades tiene secuelas
psicológicas. En Nueva York sucedió algo parecido tras
el 11S: como si de un miembro fantasma se tratara, sus
habitantes solían levantar la vista buscando la
presencia de las Torres Gemelas. Las autoridades
intentaron acelerar la reconstrucción para tapar ese
vacío, aunque también por orgullo. De aquel desastre
se iba a mostrar lo mejor de una nación que se tiene a
sí misma como ejemplo para el mundo. Pero revitalizar
la Zona Cero no está siendo nada sencillo.
Pablo Amargo
Alberto Gamón
Pablo Auladell
Santiago Sequeiros
y fotografía de
Guadalupe de la Vallina
Raquel López
¿Sueñan los simios
con seres invisibles?
Decidle a Dolly
que aún la quiero
¿Por qué no mueren
las naciones?
– por E. J. Rodríguez –
– por Fernando Olalquiaga –
– por Alfonso Vila-Francés –
Algunos chimpancés no solo arrojan piedras contra
determinados árboles, en lo que parece una conducta
ritual, sino que también las depositan con cuidado en
el interior de troncos, formando montones ordenados
que recuerdan a los que levantaban algunos humanos
prehistóricos en lugares que, según presumen los
arqueólogos, tenían una significación espiritual o
religiosa. Los chimpancés visitan estos árboles a
menudo y repiten estas ceremonias inexplicables.
Aunque estos animales han sido estudiados durante
décadas, jamás se había observado una ceremonia
similar en otros miembros de su especie.
El holandés errante, la ópera de Wagner, está basada
en una leyenda marinera que data del siglo XVII,
cuando un tal Bernard Fokke fue capaz de cubrir la
distancia entre Ámsterdam y Batavia (entonces Indias
Holandesas, hoy Jakarta, en la isla de Java, Indonesia)
en tres meses y cuatro días. Otras fuentes lo
cuantifican en tres meses y diez días. Da igual; para
cualquier sabio de la época estaba demostrado que
Fokke había pactado con el Diablo. La imaginación
marinera y las horas de calma chicha hicieron el resto.
¿Vaya pregunta, no? Pues porque no quieren morir. ¿Y
por qué no quieren morir? Esto ya es más difícil de
responder. Para hacerlo, nos fijaremos en las naciones
de Europa y veremos qué ha pasado con ellas desde
que Ernest Renan pronunciara su famoso discurso:
«Las naciones no son algo eterno. Han tenido un inicio
y tendrán un final».
¿Os movéis para ver muertos?
¿No tenéis espejos por ventura?
– por Estefanía S. Vasconcellos –
Las lápidas, como plantar un árbol, escribir un libro o
tener un hijo, son ficciones de permanencia. Si no,
¿qué sentido tiene seguir ocupando espacio en la
tierra? El 2015, el 35 % de las personas que fallecieron
en España fueron incineradas. Porque los cementerios
son lugares para los vivos. «¿Vais a ver a vuestros
padres y a vuestros abuelos, cuando vosotros sois los
muertos?», escribía Larra en su Día de Difuntos de
1836. Es lo que haremos: movernos para ver muertos,
empezando por estos ocho cementerios singulares de
España. No son los más vistosos ni los más ilustres,
pero todos tienen una historia. Y algunos miran al mar.
Entrevista
Temed a Slender Man
– por Diego Cuevas –
Entre las estanterías de una biblioteca se localizaron
un par de fotografías en blanco y negro fechadas en la
década de los ochenta. Ambos venían acompañadas de
leyendas. La primera decía así: «No queríamos ir, no
queríamos matarlos, pero su persistente silencio y los
brazos abiertos nos horrorizaban y reconfortaban al
mismo tiempo». El escrito adjunto a la segunda
instantánea, que inmortalizaba a un grupo de niños
divirtiéndose en unos columpios, aseguraba que la foto
había sido tomada el mismo día que desaparecerían
catorce infantes por culpa de alguien llamado «The
Slender Man». Alguien que aparecía en la foto.
Aparición de Basajaun,
señor de los bosques
Almas tenues
– por Ander Izagirre –
– por Josep Lapidario –
Desde la fábrica de Orbaitzeta subo al collado de
Azpegi, donde hay siete crómlech, siete círculos de
piedras hincadas en la tierra. Allí es fácil imaginarse a
los pastores de hace tres mil años enterrando un
cadáver en una cámara de losas, afanándose en
cubrirlo con un montón de tierra, mientras balaban las
ovejas, mientras el viento aullaba al rozar este paso
entre montañas. Aquí, ahora, oigo el mismo viento de
hace tres mil años y digamos que los mismos balidos
de las mismas ovejas. Veo cabañas de pastores,
digamos que de los mismos pastores que construyeron
los crómlech; veo continuidad humana aferrada a la
piedra, al viento y a los animales domesticados.
El japonés es el lenguaje de la ambigüedad calculada;
toda palabra en ese idioma encierra un mar de
matices. Tomemos yūrei (幽霊), por ejemplo, que
suele traducirse como «fantasma». Su primer carácter,
幽, puede significar tenue, borroso, oscuro,
encerrado, recluido... El segundo, 霊, transmite la idea
de alma, espíritu, conciencia. ¿Qué es entonces un
yūrei? ¿Un espíritu desvaído? ¿Una conciencia
atrapada? Algo peor, en realidad: un alma tenue.
Muhammad Al Yaqoubi
– por David López Canales –
Nos recibe en el amplio salón de su casa en Rabat. Se
trasladó en 2012, cuando huyó de Siria tras hacer un
llamamiento para luchar contra Bashar al Asad.
Muhammad Al Yaqoubi (Damasco, 1963) es uno de los
ulemas más destacados de su país. Hijo y nieto de
imanes de la Gran Mezquita de Damasco, este erudito
suní ha dedicado su vida a estudiar los textos
sagrados del islam. A su cruzada contra el régimen
sirio suma también la emprendida contra el Estado
Islámico. Su objetivo, destruir, como dice, sus
cimientos ideológicos y religiosos. Durante más de
cuatro horas de conversación habla también de
política, de la sombra alargada de la siempre presente
Arabia Saudí o de por qué deberíamos dar la bienvenida
a los desertores del EI.
La sonrisa de Darth Maul
– por Tirso Montañez –
Demasiado CGI, demasiadas espadas láser, demasiada
burocracia política, demasiados farolillos colgando del
vestuario de Amidala… En fin, las críticas a La amenaza
fantasma, el primer episodio de La guerra de las
galaxias, suelen ser por exceso más que por defecto,
cuando en realidad no difiere de la calidad media del
resto de películas. Es una cinta que no merece ser tan
denostada, y a la que debe reconocerse contar con
algunos de los mejores momentos de la saga.
Giuseppe, rac-rac
– por Oriol Malet –
– por Cristian Campos –
El 13 de noviembre de 1974, a las 3:15 de la madrugada,
una figura de manos negras le entregó un rifle del
calibre 35 a Ronald DeFeo. Luego le siguió en silencio,
de habitación en habitación, mientras Ronald disparaba
a bocajarro a sus padres y a sus cuatro hermanos en
su casa del número 112 de la avenida Ocean de la
pequeña ciudad de Amityville.
Diocleciano, si estás aquí
con nosotros, manifiéstate
– por Pedro Torrijos –
Si van a Croacia, deben saber que un fantasma les
seguirá por todos lados. Se meterá entre su ropa, en su
bolsillo y en su cartera. Pero es un espectro de los que
se pueden tocar y de los que, aun sin palabras, hablan
mucho. Es el Palacio de Diocleciano en Split.
El hombre alto te mira
– por Toni García Ramón –
A finales de los setenta el mundo era un lugar
completamente distinto y Estados Unidos era un lugar
completamente distinto del mundo. Vietnam, los
hippies y la cultura de las drogas habían dividido al
país en dos allá por los sesenta: unos iban por ahí con
flores en el pelo, pregonando la paz, y los otros
almacenaban armas en el sótano ante la llegada de los
comunistas, preocupados por si les llegaría con una
tonelada de munición. Y de ese meltin’ pot irrepetible
surge Fantasma, la película de Don Coscarelli.
Música fantasma
– por Grace Morales –
Emily Dickinson escribió: «La naturaleza es una casa
encantada». El arte es construido a semejanza de ese
mundo espectral que apenas llegamos a distinguir.
Pero ¿qué sucede con el sonido? A diferencia de la
visión, el sonido tiene una cualidad que lo hace
inaprensible. La música resuena en la historia por
efecto doppler. Estos son unos ejemplos de música
occidental, popular y clásica, dedicados al tema del
fantasma, nacida bajo el auspicio de los mitos
europeos sobre los aparecidos, con su evolución hasta
hoy. Fantasmas dentro de la reverberación de un
enorme fantasma.
Vlad el Empalador, Conde Drácula e imán de frigorífico
– por Álvaro Corazón Rural –
El castillo de Bran es un castillo normal y corriente. Perteneció a la familia real rumana y sus enseres son lo que se puede
ver en cada una de sus habitaciones. El único turista que se entera de algo es el local. Los demás observan como diciendo:
«Vale, ¿y Drácula qué?». Drácula nada. Este es el castillo de Drácula porque así lo decidieron los primeros turistas
americanos que entraron en Rumanía en los setenta, y ocurre que nadie en Bran se ha tomado la molestia de contradecirlos.
Pero el vampiro rumano, el más famoso de la historia, fue una figura oficialmente desconocida durante décadas en su propia
patria. El ser humano tras la criatura, Vlad Tepes, se enfrentó por igual a los turcos que a los sajones y húngaros; era una
historia suculenta para el nacionalismo rumano. Su utilidad política lo hacía incompatible con la imagen que proyectaba
fuera: la de un vampiro que chupaba la sangre a las doncellas.
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