La conquista del alma II - Iglesia Cristiana Luz de Cristo

El ALMA
RECUERDOS Y PACTOS ANTIGUOS (HAI)
Jos 8:2 Y harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a
su rey; sólo que sus despojos y sus bestias tomaréis para
vosotros. Pondrás, pues, emboscadas a la ciudad detrás
de ella.
Hai fue la segunda ciudad derrotada por el pueblo de Israel. Entre las acepciones
del nombre Hai podemos citar: majano, montón de ruinas, montón de piedras.
Veamos qué puede significar Montón de piedras en la vida de un hijo de Dios:
(Gen 31:44) Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por testimonio entre
nosotros dos.
(Gen 31:45) Entonces Jacob tomó una piedra, y la levantó por señal.
(Gen 31:46) Y dijo Jacob a sus hermanos: Recoged piedras. Y tomaron piedras e
hicieron un majano, y comieron allí sobre aquel majano.
(Gen 31:47) Y lo llamó Labán, Jegar Sahaduta; y lo llamó Jacob, Galaad.
(Gen 31:48) Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre nosotros dos;
por eso fue llamado su nombre Galaad;
Los montones
de
piedras
eran
puestos
para
recordar a
personas y
acontecimientos importantes. Deducimos entonces que esto puede representar
recuerdos de
acontecimientos que dejaron huellas en nuestra alma y de los
cuales no hemos sido libres porque los atesoramos como algo sumamente
importante aun cuando hayan sido cosas muy dolorosas.
Por esa razón no debemos deleitarnos en recuerdos de pecados antiguos, porque
pueden conducir a un hijo de Dios a reincidir, ver (Romanos 8:5-6).
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Estos recuerdos ser anulados por medio del arrepentimiento y después enterrados
bajo la roca que es Cristo.
Antiguamente la forma de enterrar a las personas involucradas con el anatema era
bajo un montón de piedras. Veamos algunos personajes que fueron puestos bajo
rocas:
El rey de Hai.
Josué 8:29 Y al rey de Hai lo colgó de un madero hasta caer la noche; y
cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo
echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de
piedras, que permanece hasta hoy.
Las piedras en la Biblia simbolizan diferentes cosas, entre ellas:
 La dureza de corazón (1 Samuel 25:37)
1Sam 25:37 Pero por la mañana, cuando ya a Nabal se le habían pasado los efectos
del vino, le refirió su mujer estas cosas; y desmayó su corazón en él, y se quedó
como una piedra.
 La insensibilidad (Ezequiel 36:26) Lo que representa tener un alma sin
sentimientos, con malos sentimientos o que no pueden expresar lo que
sienten.
Ez 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Los rencores que se guardan en el alma por alguna situación vivida, pueden ser
considerados como ruinas o vestigios que aún no se han derrotado, porque no se
está en la disponibilidad de perdonar; así vemos a Caín, en su corazón anidaba
envidia y rencor, a tal grado de matar a su propio hermano.
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El perdonar y bendecir a las personas que nos han lastimado, es una de las
salidas que un hijo de Dios tiene para superar los escombros de ese dolor en su
corazón y caminar en paz, porque es muy importante el perdonar y pedir perdón
para estar a cuentas con todos (Job 42:10)
Job 42:10 Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus
amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
Un error frecuente cometido por los hijos de Dios, es creer que puede vencer con
sus propias fuerzas y cuando se da cuenta han sido derrotados por el enemigo.
Esto le pasó al pueblo de Israel cuando perdió la batalla contra Hai (Josué 7:3-5,
8:14). Enseñándonos que al no darle la importancia debida a este tipo de
enemigos alojados en nuestra alma, tarde o temprano, pueden destruirnos.
De manera inconsciente, el comportamiento de una persona puede ser afectado,
con las cosas del pasado. Sin embargo, Dios permite que se manifiesten
situaciones que muestran que todavía hay recuerdos que siguen latentes en el
alma, trayendo a la memoria tristeza y aflicción a ella, las cuales deben ser
erradicadas.
Una de las formas que podemos conquistar Hai y a su rey, es renovando nuestra
mente, teniendo la actitud que tenía el Apóstol Pablo al decir “olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,”
sabiendo que las cosas pasadas sirvieron de experiencias pero que Dios tiene
preparadas cosas mejores para sus hijos.
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El pecado de Acán.
Este personaje a pesar de ver los milagros que Dios había hecho, no los valoró y
sin importarle las consecuencias del pecado, lleva a su casa la maldición (Josué
7:20-21), quiso enriquecerse por medios ilícitos y acarreó derrota para su pueblo y
condenación para su familia (Josué 7:15).
Acán representa a aquellos hijos de Dios que han tenido experiencias con Él,
pero aún tienen dureza en su alma y malos sentimientos, que los empujan a
cometer hechos fraudulentos. Al no ministrar su alma para vencer las tentaciones,
adquieren para sí mismos y su familia una vida de derrota espiritual (Josué 7:1112).
Acán significa «perturbador». Nos damos cuenta que las personas con algún tipo
de problema de rencor o de no poder olvidar a las personas que dejaron huellas
en sus vidas, ya sea por tener de ellos buenos o malos recuerdos. Son personas
problemáticas, que traen al presente cosas del pasado, comparando a las
personas con las experiencias que vivieron con otras.
En su corazón guardan codicia y amor por las cosas buenas que en alguna época
pudieron haber vivido, así vemos que Acán debido a su codicia guarda en su
tienda lo que estaba consagrado al anatema.
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Objetos de maldición o ídolos
Deut 7:1 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual
entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al
heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo,
siete naciones mayores y más poderosas que tú,
2) y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado,
las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas
misericordia.
3) Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su
hija para tu hijo.
4) Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y
el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto.
5) Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus
estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en
el fuego.
25) Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni
oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es
abominación a Jehová tu Dios;
26) y no traerás cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema;
del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.
Dios le está hablando a Israel a través de su líder (Moisés)
Siete naciones: el número perfecto de la maldad. Siete naciones endemoniadas.
Sacrificaban a los niños, eran maestros en las artes ocultas, astrología,
adivinación, consultaban a los muertos, hechicería, magia etc. (Deut 18:9-11)
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Dios le dice a su pueblo que estas naciones eran mayores y más poderosas que
ellos. Es imposible que una persona sin el Espíritu Santo pueda combatir los
poderes del mal, ya que el mal ejerce más influencia que el bien natural de una
persona que no tenga al Espíritu de Dios. El pueblo de Dios tenía que entender
que el Señor siempre debía ir delante de ellos. La responsabilidad del pueblo era
seguir la nube y confiar que El los protegería.
Dios quería que ellos mantuvieran en sus mentes que Él había entregado delante
de ellos a esos pueblos idolatras, ya habían conquistado, pero tenían que en la
práctica ejecutar la destrucción de sus enemigos. Esta misma enseñanza las
tenemos en el NT, Cristo ya venció (Heb 2:14-15) y la Palabra declara que somos
más que vencedores, pero el Señor nos exhorta que nos pongamos toda la
armadura de Dios (Ef. 6:10-13).
Ef. 6:10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el
poder de su fuerza.
11) Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes
contra las asechanzas del diablo.
12) Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
13) Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en
el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
La única arma ofensiva contra el diablo es la Palabra de Dios. El enemigo no
puede resistir la Palabra, solo la Biblia separa el alma y el espíritu, y cuando esto
ocurre empezamos a tener discernimiento y comenzamos a ver de manera clara el
mundo espiritual.
Deut 7:5 Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y
quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y
quemaréis sus esculturas en el fuego.
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En este versículo se nos manda que destruyamos las imágenes que representa a
los enemigos de Dios. La diosa Asera, la serpiente emplumada, las imágenes de
los dioses aztecas, Baal, un dibujo de las tribus indígenas, el calendario maya
etc. Cuando entramos a la dimensión de la luz, todas las cosas quedan al
descubierto y Dios nos muestra cuales practicas u objetos nos estorban el
crecimiento.
25) Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni
oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es
abominación a Jehová tu Dios;
26) y no traerás cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema;
del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.
Cuando introducimos estas cosas en nuestro hogar lo convertimos en maldición,
convertimos nuestra casa en un campo de atracción magnético de demonio.
Una persona puede caer dentro de una maldición (anatema) cuando trae a su
casa algún objeto de anatema (o dedicado a la destrucción por Dios o dedicado a
Dios). Si algo está dedicado a Dios y no se lo doy, esto se convierte en una
maldición en mi vida.
El anatema: La palabra «anathema» se usaba de cualquier ofrenda votiva en los
templos paganos, las cuales no podían ser redimidas; de ahí, cualquier cosa
dedicada. En el NT se trata de lo consagrado a la maldición de Dios y a la
destrucción. En el AT se corresponde con el término «herem», todo aquello
consagrado a la destrucción o dedicado a Dios.
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Jericó y todo lo que había adentro, sin contar a Rahab la ramera, fue declarada
como maldición. Después de la conquista de Jericó el pueblo de Israel perdió una
batalla en contra de Hai. Por causa del pecado de Acan Dios los abandono (Josué
7:4-5). Posteriormente fue castigado el transgresor y el pueblo tuvo victoria, sin
embargo encontrar al causante de esta derrota no se dio de manera voluntaria,
sino por medio de intervención divina.
Josué 6:17 Y será la ciudad anatema a Jehová, con todas las cosas que están
en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en casa con
ella, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos.
18) Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del
anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis.
19) Mas toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, sean
consagrados a Jehová, y entren en el tesoro de Jehová.
Nuestra dependencia de Dios y su búsqueda continua, nos da la seguridad de que
nuestro hogar estará guardado y protegido bajo las alas del Altísimo Dios.
Sal 91:1 El que habita al abrigo del Altísimo
Omnipotente.
Morará bajo la sombra del
2) Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
3) Él te librará del lazo del cazador, De la peste destructora.
4) Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y
adarga es su verdad.
5) No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día,
6) Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día
destruya.
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