Recomendaciones para nuevos creyentes Cuando una persona decide aceptar a Jesús como su Señor y Salvador, también está tomando la decisión de conscientemente vivir de una forma diferente. Lograr un cambio requiere la ayuda especial del Espíritu Santo. Es Él quien da la fuerza, el ánimo, la inspiración para seguir hacia adelante. Es importante que el nuevo creyente puede tener fe en esta realidad. Dios espera que el cristiano, sea un nuevo convertido o alguien de experiencia, esté continuamente trabajando para crecer espiritualmente y para fortalecer su relación con Él. La siguiente lista son consejos básicos y sencillos para todo cristiano, especialmente para aquellos recién llegados a la grey. Al seguir estas sugerencias, que son bastante simples, un recién convertido podrá establecer una rutina que lo ayudara en su nueva vida cristiana. 1. Leer la Biblia Cuando uno está en las primeras etapas de una relación nueva, normalmente las personas involucradas pasan un buen rato conversando, haciéndose preguntas, etc., para poder conocerse mejor. La comunicación es vital. La forma que una persona puede llegar conocer a Dios es a través de la Biblia. Este libro tiene toda la información necesaria para establecer una relación con Dios. Es durante las lecturas bíblicas que Dios nos revela su carácter, sus intenciones y nos guía en cada situación de nuestras vidas. Leer la Biblia todos los días ayuda a mantenernos enfocados en las verdades de Dios. Mientras más leemos su palabra, más conscientes estaremos de su voluntad para nosotros. Un nuevo creyente puede empezar leyendo los evangelios para aprender sobre la vida de Jesús y su ministerio. Luego puede leer los salmos y los proverbios para aprender a orar y alabar a Dios. También puede buscar un devocional o un guía que incluya selecciones de la Biblia entera. Lo importante es leer y meditar en ella. 2. Orar Dios nos habla cada vez que leemos la Biblia y nosotros le hablamos a Él cada vez que oramos. La oración permite que tengamos una comunión continua con el Señor. Muchas personas se intimidan con esta práctica, pero que bueno que Jesús nos dejó un ejemplo con la oración del Padre Nuestro. Jesús hizo esta oración después que sus discípulos le pidieron que les enseñara a orar. Lo importante en la oración es la sinceridad y la fe. Dios quiere que le hablemos. El desea que vengamos a Él con todas nuestras necesidades, emociones, preguntas, y peticiones. Cuando oramos mostramos que confiamos en lo Él es capaz de hacer. Dios nos escucha donde quiera que estamos, así que nadie tiene la excusa de no tener tiempo para orar. Orar y leer la Biblia deben ser prácticas diarias. 3. Ayunar Ayunar es algo que se perfecciona mientras maduramos en la fe. Sin embargo, un sincero sacrificio delante de Dios en oración tiene mucho valor. Generalmente el ayuno consiste de abstenerse de alimentos para pasar tiempo orando y meditando. Algunas personas ayunan por periodos de 24 horas sin comida alguna y otras se abstienen de un grupo de comida por un tiempo más alargado. El ayuno de Daniel es buen ejemplo de un ayuno parcial. Practicar el ayuno es importante porque físicamente y espiritualmente le estas diciendo a Dios que la voluntad de Él es más importante para que cualquier otra cosa. No es fácil y es un verdadero sacrificio que Dios premia grandemente. Normalmente una persona ayuna en favor de una petición especial, para acercarse más a Dios, fortalecerse en un área específica, o en busca de orientación. Un nuevo creyente puede empezar ayunando una vez al mes y hacerlo con más frecuencia mientras más vaya creciendo. 4. Asistir a la iglesia Son muchos los compromisos que hacemos que nos mantienen ocupados y distraídos. Por esta razón tenemos la tendencia de buscar una excusa para no ir a la iglesia. Para un cristiano esto sería un gran error. La iglesia tiene como propósito la adoración a Dios y el compañerismo entre los hermanos. Cada día de culto (Domingo, Miércoles y Sábado) debemos de congregarnos para alabar a Dios por lo que está haciendo con nosotros. Durante los servicios y estudios bíblicos recibimos instrucciones que nos ayudan a crecer. Cuando nos hacemos parte de una congregación, estamos aportando al desarrollo de otras personas y ellos al nuestro. La iglesia fue fundada por Jesucristo y es su voluntad que seamos parte de ella. Pídele a Dios la ayuda para que tengas un crecimiento continuo en tu vida y experiencia espiritual. Dios te bendiga