10 Preguntas Para Medir Tu Inteligencia Emocional En El Trabajo El psicólogo Daniel Goleman, prácticamente el padre de la Inteligencia Emocional, ha demostrado a lo largo de todos sus libros que esta facultad del ser humano nos permite llevar una vida mucho más armónica y satisfactoria. ¿Cómo consideras tu inteligencia emocional en el trabajo? Lo más importante es repasar cada uno de los siguientes puntos de forma honesta y recordar cómo ha sido tu desempeño hasta ahora, pensando en mejorar cada día: #10. ¿Prestas atención? El multitasking, o dividir tu atención en tres y hasta cuatro tareas a la vez, no sólo afecta tu productividad sino que disminuye tu habilidad para relacionarte con los demás, pues no puedes llevar ni una sola conversación cara a cara sin estar pendiente de cada notificación en tu teléfono. Lee también: cinco consejos para aprender a escuchar Prestar atención de manera activa, y realmente escuchar cuando nos hablan es el primer paso para verificar que no actúas como si estuvieses en una isla. ¿Qué tanto te dedicas a escuchar? #9. ¿Sientes curiosidad hacia los demás? No existe ningún proyecto que no puedas emprender sin la ayuda de otros, y no puedes saber a quién debes pedir ayuda si no conoces sus habilidades y fortalezas. Sentir curiosidad por lo que hacen los demás no sólo sirve para estrechar lazos con los demás (a todo el mundo le gusta que se interesen por lo que hacen), sino que te ayudará a crear contactos provechosos y crear una red de influencia cooperativa. #8. ¿Confías en tu intuición? Si la razón fuese la única forma de encontrar nuestro camino en la incertidumbre, ¡Nunca nos moveríamos!, pues existen tantos factores a considerar en cada punto de nuestro trabajo, que la dinámica de nuestra profesión podría colapsar al computador más complejo. Nadie puede tener éxito si no ejercita y confía en su intuición. #6. ¿Te levantas inmediatamente después de caer? El fracaso es un paso natural en el progreso, y si no caes o te equivocas, es que no lo estás intentando lo suficiente. Pero la frustración que sientes cuando te das cuenta de que tus esfuerzos no dieron resultado (y no tienes ni idea del por qué), puede que te lleve a congelarte y a evitar salir de tu área de confort. En vez de eso, analiza tus dos opciones: ¿Sabes qué fue lo que salió mal? Entonces corrígelo. ¿No tienes ni idea? Entonces emprende una ruta totalmente nueva; en todo caso, lo peor que puedes hacer es quedarte tendido y esperar a que las cosas se arreglen solas. #5. ¿Cuando te enfadas, sabes exactamente el por qué? Ser inteligente emocionalmente no significa reprimir tus estados de ánimo; por una parte eres empático con los demás pero al mismo tiempo no tienes reparos en expresar tus emociones, siempre tomando en cuenta en no herir los sentimientos ajenos. Quien tiene inteligencia emocional, se enfada igual que todos (pero sabe exactamente por qué). ¡TUITÉALO! Luego de que has contado hasta diez (¡O hasta cien!), la inteligencia emocional radica en saber el por qué de tu arranque, si realmente tuvo un fundamento lógico y cuáles son las opciones a considerar. Asegúrate de no dejarlo así nada más. #4. ¿Regularmente te detienes a ayudar a otros? Es verdad que siempre tenemos muchísimo trabajo y suficientes responsabilidades como para ni siquiera poder darle un vistazo a quien tenemos en la oficina de al lado. Sin embargo, hacerse la vista gorda cuando un compañero de trabajo está en verdaderos aprietos te podrá ahorrar tiempo, pero te garantizará que ellos actuarán de la misma manera cuando tú estés en el atolladero. Lee también: Los 10 factores críticos del éxito profesional (resumidos en 5 minutos) Al principio esta dinámica de ayudar a los demás ocasionalmente puede ser por interés, pero cuando sientas la satisfacción inherente que acompaña el ayudar a los demás a superar los retos, verás que no sólo auxiliaste a los demás; lo hiciste contigo mismo. #3. ¿Sabes cuando (y cómo) decir “no“? Reconocer tus propios sentimientos y motivaciones, a la vez de tener un sentido moral y lo más importante: quererte a ti mismo, son factores realmente difíciles de juntar, aunque muy fáciles de evaluar la próxima vez que quieras decir que no (y efectivamente lo hagas). Tener un carácter firme no significa ser antipático o amargado; de hecho, quien dice que “no“ cuando realmente quiere hacerlo (y la explicación que lo acompaña toma en cuentaa la persona quien se habla), afirma el respeto hacia sí mismo y desarrolla la autoconfianza; ningún líder podría surgir si no tiene esta cualidad. #2. ¿Te esfuerzas en leer los rostros de los demás? Quizá no seas Paul Ekman y las microexpresiones no tengan secretos para tí, pero el interés que tienes en las personas te permite identificar ciertas “firmas faciales“, precisamente en tu entorno laboral, y lo que significa cada una. Lee también: Un truco para detectar expresiones faciales fácilmente Preocuparse por aprender a detectar las expresiones faciales de los demás, y relacionarlas con sus estados de ánimo es uno de los pasos más importantes en el desarrollo de una inteligencia emocional de excelencia. #1. ¿Sabes cómo relacionarte con las mayoría de las personas? El factor más importante que determina tu inteligencia emocional en el trabajo, prácticamente resume a los otros 9; Te llevas bien con la mayoría de quienes trabajan contigo. Algunos piensan que esto es “Caerle bien a todo el mundo“ (lo cual sería desastroso), mientras que la verdadera razón es el poder identificar la personalidad de cada quien y tener la habilidad de tratarlos desde el ángulo correcto. No se trata de caerle bien a todos, sino de tratarlos según su personalidad. ¡TUITÉALO!