8 Un paralímpico revolucionario Hayley Stewart habla con Phil Craven Phil Craven perdió el uso de sus piernas en 1966, en un accidente de escalada de rocas, apenas cumplidos los 16 años. Sólo pocos días después vio un equipo de jugadores de baloncesto en sillas de ruedas, y su vida volvió a cambiar una vez más. Desde entonces ha vivido, no como un hombre discapacitado en silla de ruedas, sino como un deportista de categoría mundial, compitiendo cinco veces en los Juegos Paralímpicos. El ex capitán del Equipo de Baloncesto en Silla de Ruedas de Gran Bretaña, es actualmente presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI). Con una carrera fantásticamente exitosa tras él, y su actual vida llena de satisfacciones, Phil desea cambiar las cosas de manera que otros puedan disfrutar la vida tanto como él. “Si algo está mal en el mundo, es una razón para cambiarlo,” dice. “Yo soy un activista, un revolucionario.” Sin querer, y sin malicia, gente sin impedimentos físicos a menudo niegan la libertad, que ellos disfrutan por derecho, a personas con invalidez, dice Phil. “Los problemas de acceso para los discapacitados están fuera de vista y por lo tanto fuera de la mente,” afirma. “Hace falta educación para acabar con la ignorancia.” “La ciudad de Atenas, donde tendrán lugar los próximos Juegos Paralímpicos y Olímpicos, tendrá que hacer muchos cambios para posibilitar su acceso. Por el momento es imposible andar por ciertas calles de Atenas en una silla de ruedas porque los coches están estacionados en la mitad de la vereda. “Los conductores de automóviles atenienses no tienen nada en contra de las personas en silla FOTO: PHIL CRAVEN de ruedas o las personas con vista parcial, pero hasta hace poco nunca se les había dicho lo que se necesita de ellos. Es imprescindible crear una conciencia pública. De otro modo, las autoridades municipales de Atenas construirán rampas de acceso para sillas de ruedas y la gente seguirá estacionando sus coches frente a ellas.” El CPI considera esto como una parte clave de su trabajo. Phil explica: “El objetivo es inspirar al mundo, y efectuar el cambio en entornos prácticos, en las actitudes hacia gente con discapacidades y en las actitudes de la gente alrededor del mundo. Debemos reconfigurar asunciones y expectativas. “Las personas con discapacidades son tan capaces de ser atletas de primera categoría como cualquiera; son personas plenamente capaces, responsables y ambiciosas. Es importante que se les permita a TODAS las personas vivir su vida plenamente, apreciar la naturaleza, o hacer algo tan simple como ir a dar un paseo por la campiña.” El deporte paralímpico ha mejorado las actitudes hacia las personas con una discapacidad y creado oportunidades en todos los aspectos de la vida, explica. “Sabemos que en la televisión británica dos horas de deportes Paralímpicos de Atenas todas las noches coloca a los atletas paralímpicos en el ojo del público, lo cual nos complace sobremanera,” dice. “También nos complace que, a través del acuerdo del CPI con el Comité Olímpico Internacional, las ciudades postoras para futuros Juegos Olímpicos/Paralímpicos deben probar que una ciudad favorable al medio ambiente esperará a los atletas paralímpicos cuando compitan en los Juegos. Los esfuerzos para asegurar el fácil acceso a los lugares donde tienen lugar los Juegos, los edificios de la ciudad y los servicios de transporte será un legado clave que beneficiará a la gente con discapacidades por muchos años más.” Y agrega: “Los Juegos atraen a millones de participantes y seguidores, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, de modo que educar a la gente mediante el deporte es un papel clave para ellos. Los recursos inyectados a la ciudad y al país para los Juegos presentan tremendas oportunidades para dejar importantes legados medioambientales. Esto potencialmente puede ser bueno a la vez que malo: debemos aprovechar esta energía para asegurar que lo que dejamos atrás sea beneficioso para las generaciones futuras. “Este mundo nuestro puede mejorar o puede empeorar. ¿Qué es lo que tenemos más cerca de nosotros? Sin duda es la tierra en que vivimos. ¿Y qué es lo más precioso para la gente? El agua, los alimentos y su hogar. “Cuidar el medio ambiente es increíblemente importante. No podemos pensar simplemente en la gente aquí, donde estamos nosotros. Tenemos que pensar en la gente a 15 kilómetros más allá. El objeto de los Juegos Paralímpicos es maximizar lo que se posee. Podemos efectuar un cambio a fin de que todo el mundo también pueda hacerlo.” Los paralímpicos como Phil son personas inspiradoras. Es necesario poseer algo extraordinario para llegar a ser un atleta, para encontrar ese nivel de compromiso, para entrenar con tanta regularidad y tan duramente. Hace falta una fuerza similar para superar cosas que podrían frenar a un individuo debido a una discapacidad. El ejemplo de los paralímpicos puede inspirar a sus conciudadanos a mirar fuera del pequeño cajón de su propia vida y de su propio medio ambiente, a una distancia mucho más allá de los 15 kilómetros. FOTO: HTTP://NEWS.BBC.CO.UK Clare Strange, de 24 años de edad y miembro del equipo de Baloncesto en Silla de Ruedas de Gran Bretaña desde 1998, está esperando enterarse si ha sido seleccionada para los Juegos Paralímpicos. Aquí conversa con Tunza... ¿Cómo llegaste a quedar involucrada en los deportes? “Antes de mi accidente solía jugar al hockey sobre hierba y participaba en competencias de equitación. Ahora, desde mi accidente, estoy completamente enganchada al baloncesto en silla de ruedas.” ¿Acaso el hecho de ser una deportista te trajo más cerca al medio ambiente? “Solía andar mucho a caballo y me encantaba sentirme cerca de la naturaleza. También soy muy afortunada en vivir en la campiña rodeada por la naturaleza todos los días.” ¿Cómo piensas sobre nuestro planeta y lo que está pasando con él? “Pienso que estamos abusando de nuestro planeta y si seguimos como ahora poco a poco empezará a afectar cada parte de nuestra vida, especialmente nuestra salud. Hay tantas cosas que necesitamos hacer, y vivir una vida verde es más fácil de lo que pensamos, pero simplemente somos demasiado perezosos. Nadie puede lograr todo pero todos podemos hacer más de lo que creemos. Esto es por qué en el correr de los años tantos atletas han hecho lo que muchos decían era lo imposible.” En tu opinión, ¿cómo afecta el deporte al medio ambiente? “Puede ser positivo y negativo a la vez. Muchas áreas de naturaleza se pierden cuando se construyen grandes estadios y lugares para deporte, pero al mismo tiempo hay muchas zonas en decadencia que quedan totalmente regeneradas en esta forma. También puede usarse el deporte para aumentar la consciencia de la gente respecto a asuntos importantes como por ejemplo el medio ambiente.” 9 Atletas naturales FRANKIE FREDERICKS El velocista Frankie Fredericks ayudó a poner en el mapa a su país, Namibia. Exactamente dos años después de su independencia, Frankie ganó dos medallas de plata —en las carreras de 100 metros y 200 metros— en los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona, seguidas por otras dos en los mismos eventos en los Juegos de 1996 en Atlanta. Fue el primer medallista olímpico de su patria, y en Stuttgart en 1993 se convirtió en su primer – ex campeón mundial de 200 metros campeón mundial al ganar los 200 metros. “Namibia era un país joven, y yo aparecí en un momento en que necesitaba publicidad,” Frankie explicó a Tunza. “¿Qué mejor manera de hacerse notar que tener a alguien en un final en los Juegos Olímpicos?” Continúa diciendo que el deporte tiene mucho que dar a los jóvenes y al mundo. “Puede ayudar a los jóvenes a no meterse en problemas, sobre todo si viven en zonas agitadas, y ayuda a combatir el problema de la obesidad. La gente aprende a compartir, y cómo encarar la situación cuando ganan o cuando pierden, en los deportes. Estas son lecciones muy valiosas.” Le preocupa que la construcción de estadios deportivos y la fabricación de equipos para deportes daña al medio ambiente y cree que las personalidades del deporte debieran usar su posición “como las personas más conocidas aparte de los políticos” para ayudar a protegerlo. “Es necesario que cuidemos al medio ambiente,” afirma. “Si seguimos destruyéndolo, les resultará difícil a las generaciones futuras tener aire limpio.” FOTO: EMPICS MANUELA DI CENTA – ex campeona mundial y campeona olímpica de esquí de fondo Elegí dedicar mi vida al deporte, y al esquí de fondo en particular, porque me siento cómoda en el medio ambiente en el cual me muevo, sufro y vivo. También fue el amor a la naturaleza, el deseo de sentirme más cerca de la naturaleza a través del esfuerzo físico, lo que me llevó a descubrir ambientes extremos y únicos. Me crié en las montañas, y seguí viviendo allí hasta cuando al parecer toda la gente alrededor de nosotros se estaba yendo a vivir a la gran ciudad. Hoy día estoy viviendo en el parque natural de Stelvio. Siempre fui consciente de la importancia de respetar el medio ambiente en que vivimos, y estoy convencida de que nosotros mismos somos la expresión de nuestro propio medio ambiente. Empecé a esquiar a los cuatro años, y he disfrutado una carrera larga y fructífera, participando en cinco Juegos Olímpicos, ganando siete medallas olímpicas, siete títulos mundiales y dos copas mundiales. Durante más de seis años decidí llevar el uniforme de la Asociación Nacional de Silvicultura para contribuir mi parte en ayudar a proteger el medio ambiente. Por último, el 23 de mayo de 2003, alcancé la cumbre más alta de todas: la cima del Monte Everest. Fui la primera medallista olímpica en escalarlo, y lo hice llevando una pequeña bandera olímpica con los cinco círculos, una señal tangible de la unión entre naciones. El atleta experimenta un intenso vínculo con la naturaleza a través del entrenamiento y las carreras. Sin embargo, lo primero es la confrontación entre opositores, no la confrontación entre seres humanos y la naturaleza: los obstáculos a lo largo del camino —que es necesario superar en el tiempo más rápido posible— son los medios, y no el fin, de la competición. Esto contrasta totalmente con la conquista de un pico considerado como el techo del mundo. Aquí, la naturaleza se impone sobre uno, su vastedad y su fuerza condicionan todos nuestros movimientos y nuestras decisiones. Los senderos en Everest no están marcados por la gente: sólo tenemos los que proporciona la madre naturaleza. Podemos seguir los senderos de los montañistas que han escalado antes de nosotros, entre quienes —dicho sea de paso— no hay muchas mujeres, pero las huellas de su paso son borradas constantemente por nieve nueva, por el hielo, el viento... o por el calor del bellísimo sol. Los alpinistas sólo pueden depender de sí mismos para encontrar la fuerza y la voluntad para conquistar la montaña. En estas condiciones, la victoria deja de ser un sueño. ¡Se convierte en una absoluta locura! Los opositores que deben vencerse son adversarios naturales, no tanto “fáciles” o “difíciles” como “posibles” o “imposibles”. Con cada paso, al ascender poco a poco, los elementos básicos de la vida se vuelven preciosos: oxígeno, agua, calor. Hasta los más simples ejercicios físicos —tales como mantener una buen postura al caminar— se vuelven arduos: caminar en sí mismo se convierte en un desafío. Llegas a comprender que, si logras llegar aunque sea a la mitad de tu destino, es porque la naturaleza estaba de tu lado. Lo que eras capaz de lograr podría no haber sido posible un minuto más tarde. Mucho depende de la medida en que eres capaz de acomodarte a la presencia y la fuerza de la madre naturaleza, a fin de coexistir con ella, respetando su papel. De con mucho, la victoria más importante no es la conquista del pico más alto sino ese paso extra dado hacia una mayor comprensión de la humanidad y su relación con la naturaleza. Después de esta experiencia me pregunté: ¿Qué puedo hacer yo, como FOTO: EMPICS / DPA campeona olímpica y miembro del Comité Olímpico Internacional, con mis habilidades y mi conocimiento profesional, para contribuir a la preservación de nuestro medio ambiente? La respuesta fue combinar el deporte con el periodismo de televisión iniciando un nuevo proyecto: “La bandera de los 5 Círculos Olímpicos”. Me propongo escalar una montaña en cada Continente, con la bandera de la unidad del Comité Olímpico Internacional, combinando de esta manera el deporte con la cultura, el medio ambiente y la tradición. El proyecto será emitido en la televisión internacional para comunicar el valor de preservar y conservar nuestro medio ambiente.