LAZARILLO DE TORMES REPRESENTANDO 8 ESCENAS 3º ESO ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 1ª ESCENA: TRATADO I EL TORO DE PIEDRA (pág. 15) Mikel y Aitor Ciego.‐ Lázaro acerca el oído a este toro y oirás un gran ruido dentro de él. (Lázaro se acerca creyendo que así sería y cuando tuvo la cabeza junto a la piedra, el ciego lo empuja dándole un fuerte golpe. Lázaro se queja muy dolorido.) Lázaro.‐ Necio, aprende; que el mozo de ciego debe saber un poco más que el diablo. (El ciego ríe la burla a carcajadas). Elementos de escenificación: exterior, bastón, sombrero, capa y zurrón. ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 2ª ESCENA: TRATADO I SISANDO BLANCAS AL CIEGO (pág. 18‐19) Ainhoa y Maialen (Ciego murmurando un Ave María y Lázaro junto a él con unas monedas en la boca.) Voz narrador.‐ Todo lo que podía sisar traía yo en monedas; y cuando le mandaban rezar y le daban blancas, no había acabado de sacar la moneda el que se la daba, cuando yo ya la tenía en la boca, y a cambio en la mano la media blanca, de tal forma que por rápido que él quisiera cogerla ya iba reducida a la mitad. (Tocando la media blanca.) Ciego.‐ ¿Qué diablos es esto, que, desde que estás conmigo no me dan más que medias blancas y antes me pagaban una blanca y un maravedí muchas veces? En ti debe estar esta mala suerte. (Lázaro con la boca llena de monedas, las escupe en silencio y las guarda en el bolsillo del pantalón.) Elementos de escenificación: exterior, monedas de chocolate de 50 céntimos para las medias blancas y de 1 € para las blancas. ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 3ª ESCENA: TRATADO I EL RACIMO DE UVAS (pág. 23) Euke y Xabi Ciego.‐ Ahora quiero ser generoso contigo, y así los dos nos vamos a repartir este racimo de uvas. Tú picarás una vez, y yo otra, con tal que me prometas no tomar cada vez más que una. Yo haré lo mismo hasta que lo acabemos, y de esta forma no habrá engaño. (Al segundo turno el ciego las come de dos en dos. Lázaro entonces las come de tres en tres. Al terminar el ciego sosteniendo el escobajo del racimo en la mano.) Ciego.‐Lázaro, me has engañado. Juraré yo a Dios que has comido tú las uvas de tres en tres. Lázaro.‐ No las comí así, pero ¿por qué sospecháis eso? Ciego.‐ Porque yo las comía de tres en tres y tú callabas. Elementos de escenificación: exterior, un racimo de uvas. ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 4ª ESCENA: TRATADO II EL PAN ROÍDO POR LOS RATONES (pág. 38) Aida y Hodei (Señalando el arca con los panes roídos.) Clérigo.‐ ¡Lázaro, mira, mira, qué persecución ha sufrido esta noche nuestro pan! (Disimulando, como si estuviera sorprendido.) Lázaro.‐ ¡Ahí va! ¿Qué ha podido ser? Clérigo.‐ ¿Qué ha de ser? ¡Ratones!, que no dejan cosa con vida. (Rebanando las partes mordidas de un pan y dándoselas a Lázaro.) Clérigo.‐ Anda, cómete eso, que el ratón cosa limpia es. Elementos de escenificación: interior, un arca con varios panes roídos por los extremos y un cuchillo. LAZARILLO DE TORMES REPRESENTANDO 8 ESCENAS 3º ESO ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 5ª ESCENA: TRATADO III LÁZARO Y EL ESCUDERO (pág. 50‐51) Virginia y Nerea (Interior vacío, ni silla ni asiento ni banco ni mesa.) Escudero.‐Tú mozo, ¿has comido? Lázaro.‐ No, señor, porque no habían dado las ocho cuando me encontré con vuestra merced. Escudero.‐ Pues, aunque era de mañana, yo ya había almorzado, y cuando así como algo, te hago saber que hasta la noche no como más. Por eso, pásate como puedas, que después cenaremos. Elementos de escenificación: interior, una espada. ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 6ª ESCENA: TRATADO III LÁZARO ALIMENTA AL ESCUDERO (pág. 52) Ariel y Arri (Interior vacío, sentados en el poyo. Lázaro saca tres pedazos de pan de entre su ropa.) Escudero.‐ Ven acá, mozo. ¿Qué comes? (Acercándose le muestra el pan, el escudero tomando el mejor trozo.) Escudero.‐ Por mi vida que parece este buen pan. Lázaro.‐ ¡Claro que sí, señor, que es bueno! Escudero.‐ Sí, realmente. ¿Adónde lo conseguiste? ¿Lo amasaron manos limpias? Lázaro.‐ No lo sé, pero a mí no me da asco el sabor que tiene. Escudero.‐ ¡Dios lo quiera! (Llevándolo a la boca y dándole fieros bocados, tan fieros como los que Lázaro da a su pan.) Escudero.‐ ¡Mmm! ¡Sabrosísimo está el pan, por Dios! Elementos de escenificación: interior, tres mendrugos de pan. ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 7ª ESCENA: TRATADO III LA CASA DONDE NUNCA COMEN NI BEBEN (pág.64‐66) (Imagen de séquito funerario y mujer vestida de negro sollozando.) Mujer.‐ Marido y señor mío, ¿adónde os llevan? ¡A la casa triste y desdichada, a la casa tenebrosa y oscura, a la casa donde nunca comen ni beben! (Mirándola temeroso y sorprendido.) Lázaro.‐ ¡Oh, desdichado de mí! ¡A casa de mi amo llevan este muerto! Laura y June ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 8ª ESCENA: TRATADO III LÁZARO Y EL ARCIPRESTE (pág.64‐66) Arcipreste.‐ Lázaro de Tormes, quien ha de hacer caso de habladurías de malas lenguas nunca logrará nada. Digo esto porque no me extrañaría que hayan dicho algo al ver a tu mujer entrar y salir de mi casa. Ella entra muy a tu honra y a la suya, y esto te lo aseguro. Por tanto no hagas caso a lo que pueden decir, sino a lo que te importa, digo, a tu provecho. Lázaro.‐ Señor, yo decidí arrimarme a los buenos. Es verdad que algunos de mis amigos me han dicho algo de eso, e incluso me han asegurado que, antes de casarse conmigo, había parido tres veces. (Dirigiéndose a su esposa). Hablando con respeto de vuestra merced, señora, porque vos estáis delante. Esposa.‐ ¡Cómo os atrevéis, malnacido, hijo de Satanás…! (La escena se cierra con la mujer de Lázaro enfurecida, llevándose las manos a la cabeza…) Ander y Asier ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐