Sistemas de protección sísmica para oficinas. SEGURIDAD Y PRODUCTIVIDAD No sólo conseguir estructuras más seguras es la finalidad de los sistemas de aislación y disipación de energía, también se busca “reducir la demanda sísmica entre un 20% y un 45%, consiguiendo estructuras más seguras y con menor probabilidad de daño ante un sismo severo”, asegura Henry Sady, jefe área de Aislamiento Sísmico y Disipación de Energía de Sirve S.A. Por Constanza Martínez R. / Fotografías gentileza SIRVE Tras el terremoto del año 2010, las empresas se han visto en la necesidad de plantearse sistemas que, por un lado, protejan a sus trabajadores y por otro, aseguren la productividad. Constructoras como Empresas Armas, Inmobiliaria Aconcagua, FFV e Inmobiliaria Titanium, son algunas de las que ya poseen algún tipo de disipador de energía o sistema antisísmico. “Con anterioridad al 27/F teníamos pocos proyectos de estructuras con protección sísmica. Eran distintos tipos de estructuras, ubicadas en diferentes ciudades del país. Estos edificios mostraron un excelente comportamiento en el terremoto pasado, lo que hizo aumentar considerablemente la demanda por estas tecnologías”, indica Henry Sady. Actualmente, los diferentes sectores de la industria de la construcción buscan invertir en sistemas de protección sísmica. De acuerdo a la experiencia obtenida por las empresas especialistas, son el inversionista o el futuro dueño de edificios de oficinas, los que demandan estas tecnologías. Según agrega Sady, “a ellos, como usuarios finales, les interesa que su labor productiva se desarrolle en un ambiente más seguro, en donde los daños producto de un sismo se vean reducidos o eliminados totalmente”. TECNOLOGÍA Las tecnologías de protección sísmica pueden dividirse en tres grandes grupos: aisladores sísmicos, disipadores de energía y amortiguadores de masa sincronizada (AMS). Las dos primeras son las más utilizadas en nuestro país. El aislamiento sísmico, consiste en incorporar una interfaz entre el edificio y el suelo de fundación, a través del uso de aisladores sísmicos. Estos son elementos que permiten desacoplar el movimiento del edificio del movimiento del suelo, reduciendo considerablemente la demanda sísmica sobre la estructura. De acuerdo a lo señalado por SIRVE, reducen entre un 70% a un 90% el impacto de un terremoto, protegiendo la vida de las personas, evitando los daños en los elementos estructurales y no estructurales, y permitiendo que la obra permanezca operativa después de un terremoto severo. Los disipadores de energía van distribuidos en el cuerpo del edificio, típicamente en las fachadas. Son similares a los amortiguadores en un automóvil y permiten reducir las vibraciones en un edificio producto de un sismo. Existen de distintas familias, los más empleados son los sistemas viscosos, metálicos y friccionales. En cuanto a los AMS se trata de masas de concreto, rellenas en algunos casos con bolones de acero, que se instalan en los techos de los edificios sobre apoyos elásticos y se sintonizan al movimiento del edificio. Son una especie de contrapeso que siempre se opone al movimiento del edificio reduciendo sus deformaciones y protegiendo de esa forma a la estructura y sus contenidos. BENEFICIOS Las construcciones que cuentan con sistemas de protección anti sismos, destacan por poseer entre sus características una considerable reducción en el riesgo para la vida de las personas. Además, tienen un efecto directo en la producción de la empresa, ya que tienen un menor riesgo de daño estructural y no estructural del edificio y más seguridad para los contenidos del inmueble. Henry Sady señala que el nivel de protección sísmica, así como los beneficios adicionales que se obtienen, dependerá del tipo de tecnología empleada. En cuanto a “las tecnologías de disipación de energía permiten reducir la demanda sísmica entre un 20% y un 45%, consiguiendo estructuras más seguras y con menor probabilidad de daño ante un sismo severo. Por otro lado, las tecnologías de aislamiento sísmico permiten reducir la demanda del sismo entre un 80% y un 90%”. En cuanto a la instalación de AMS, en el techo del edificio, ofrecen la ventaja de no intervenir la arquitectura del edificio; y generan reducciones entre un 25% y 35% en las deformaciones de la estructura. En el segundo caso, desde SIRVE señalan que la solución al problema sísmico es casi total, logrando garantizar tanto a los usuarios como a los inversionistas que no existirá daño a la estructura ni a su contenido y que se podrá continuar con la operación inmediatamente después de un sismo severo, de acuerdo a la experiencia que obtuvieron tras el sismo del 27/F. En este punto ponen énfasis desde SIRVE, sobre todo si nos referimos a su uso en hospitales y otras estructuras estratégicas para sobrellevar la emergencia producida por un terremoto. En el caso del aislamiento sísmico, se consigue además una gran eficiencia constructiva, ya que producto de la importante reducción de esfuerzos sobre el edificio, es posible minimizar la cantidad de muros y elementos estructurales, bajando sustancialmente el costo directo de la construcción. Se prevé que la instalación de estos dispositivos cada vez más se convierta en una necesidad, tanto así que su instalación se equipara a lo que sucedió con la industria automotriz, donde si bien hace dos décadas adquirir un auto con airbag, o uno con sistema de frenos ABS era considerado un lujo, hoy se ha masificado al punto de convertirse en una exigencia. EXPERIENCIAS A la fecha se han multiplicado los proyectos donde se han instalado sistemas de protección ante sismos. Los proyectos abarcan diversos sectores, y tras la experiencia de nuevos sismos pos 27/F, han demostrado su eficiencia ante movimientos telúricos de diversas magnitudes. Desde SIRVE destacan que es en el ámbito hospitalario donde ha habido mayor impacto. “Hoy el uso de sistemas de aislamiento sísmico se ha convertido en un estándar en todos los nuevos hospitales concesionados construidos y en vías de construcción en el país”, destaca Henry Sady. Los sistemas de disipación de energía se han aplicado, entre otros, en el Edificio Parque Araucano, Edificio las Condes Capital y en la Torre Titanium. Mientras que la tecnología de aislamiento sísmico, como se señaló se encuentra principalmente en centros hospitalarios como en Hospital Militar La Reina, en la Clínica UC San Carlos de Apoquindo, y en el nuevo Hospital de Maipú y La Florida, entre otros. En el área civil e industrial, se han usado en el Muelle Coronel, en la nueva planta de Cristalerías Chile y en la planta de gas natural GNL Mejillones. En cuanto a los AMS, su aplicación destaca en edificios de gran altura, principalmente residenciales, como edificio Geocentro Agustinas y Jardines de Infante. Además, se instalarán en el edificio residencial del Conjunto Las Condes Capital y Edificios 1K en Cerro Colorado, entre otros.