Subir o bajar impuestos? -Lo que México necesitaHola, seguramente estás enterado de la reforma fiscal que se encuentra en proceso en nuestro país, en la cual se anticipan mayores medidas recaudatorias a través del incremento en las tasas de impuestos. Seguramente también te habrás preguntado si es correcto que en nuestro país la recaudación tributaria descanse en un reducido padrón de contribuyentes y en consecuencia, las tasas de impuestos en lugar de disminuir se incrementen. Seguramente en alguna ocasión te habrás formulado o escuchado la pregunta: Qué es lo que México necesita, subir o bajar impuestos? Tratemos de contestarla. Soy Héctor Miramontes, contador público certificado en fiscal, y por lo tanto, mi campo de actuación profesional está vinculado con los asuntos tributarios. Comenzaré afirmando que México necesita urgentemente una reforma fiscal hacendaria de fondo y que lo que hoy está ocurriendo en el Congreso de la Unión dista mucho de serlo. Se dice que a nadie le gusta pagar impuestos; sin embargo, es necesario reconocer que el desarrollo social, económico y humano de todos los pueblos descansa necesariamente en la recaudación tributaria. En nuestro país ésta ha sido notoriamente baja comparada con otras economías. Luego entonces es necesario que todos paguemos impuestos, pero sobre una base justa y equitativa, que atienda a nuestra verdadera capacidad contributiva. Los derechos humanos universalmente aceptados y la propia Constitución mexicana, establecen que el pago de los impuestos deberá corresponder a la verdadera capacidad contributiva de cada sujeto, en un plano de igualdad frente a todos aquellos que se encuentren en la misma situación ante las leyes tributarias. Dicho de otra forma, se trata de que toda aquella persona que tenga capacidad contributiva pague una parte justa y apropiada de sus ingresos y además lo haga en un plano de equidad, sin que existan privilegios para nadie. Sin embargo, resulta que el sistema tributario mexicano es altamente complejo, volátil, oneroso y además, contiene una buena cantidad de disposiciones que riñen con los derechos fundamentales en materia tributaria, obligando en muchas ocasiones al pago de impuestos desproporcionados para unos y otorgando privilegios injustificados para otros. Al mismo tiempo que se estima que sólo el 60% de la población económicamente activa paga impuestos. El sistema tributario mexicano descansa de manera substancial en dos impuestos: el impuesto sobre la renta, como impuesto que grava el ingreso de las personas; y, el impuesto al valor agregado, que grava el consumo. Del total de la recaudación tributaria el primero representa alrededor del 50% y el segundo, cerca del 40%. Con las reformas fiscales en puerta, el congreso de la unión ha decidido incrementar el impuesto sobre la renta a las personas físicas hasta una tasa máxima del 37%, en tanto que el impuesto al valor agregado quedará con una tasa generalizada en todo el país del 16%, incluyendo a la región fronteriza. Si comparamos las tasas vigentes en nuestro país contra las existentes en otros países miembros de la OCDE, de la cual México forma parte, encontramos que las tasas mexicanas se encuentran por arriba de la media, lo que nos permite afirmar que el problema de México no es precisamente de tasas, sino de la ausencia de una verdadera justicia tributaria. Para lograr una verdadera reforma hacendaria de fondo, es necesario legislar en dos aspectos: tanto en materia de los ingresos tributarios como en el ejercicio del gasto público; y las premisas para ello, necesariamente deben de considerar los siguientes aspectos: 1. Transparencia y rendición de cuentas, para justificar el uso racional del gasto público y combatir la corrupción. Se requiere lograr un menor y mejor gasto público. 2. Fiscalización eficiente, para combatir la evasión fiscal. 3. Creación de leyes fiscales justas, que se ajusten a los derechos fundamentales de los contribuyentes. 4. Menos impuestos directos y más impuestos indirectos. Disminuir el impuesto sobre la renta, en lugar de aumentar la tasa, es una estrategia que puede promover el crecimiento económico y la redistribución del ingreso a mediano plazo. Una vez que esto ocurra y sólo entonces, aumentar los impuestos al consumo. 5. Cultura fiscal en la que toda la sociedad se comprometa, gobierno y gobernados, por vivir una auténtica justicia tributaria.