2. El héroe a través de la memoria en Soldados de Salamina En el presente capítulo se persiguen los siguientes objetivos: una descripción de las características y la importancia del recuerdo del padre como símbolo metafórico del héroe fundador de una Nación. La memoria es inherente al ser humano es parte de lo que lo define como tal tanto como la razón, marca un antes y un después. Si define a un ser humano, también lo hace con una Nación, que está compuesta por individuos que recuerdan constantemente su pasado individual y su pasado colectivo: el pasado de su Nación. Es de esta manera, a través de la memoria, que se crean los héroes y villanos de la Historia. La novela Soldados de Salamina (2001) trata de la historia de un hombre, Javier Cercas quien en una entrevista con el escritor Rafael Sánchez Ferlosio, escucha la historia del fusilamiento del escritor falangista Rafael Sánchez Mazas. El escape de Rafael Sánchez Mazas a su fusilamiento obsesiona a Javier Cercas que intenta por todos los medios averiguar qué y cómo pasó ese escape, hasta dar con un viejo soldado miliciano al que supone el soldado que le perdonó la vida al escritor de falange. Para que Javier Cercas logre su cometido, entrevista a varias personas, entre ellos un joven historiador, a los amigos del bosque: Maria Ferré, los hermanos Figueras, entre otros; hasta encontrarse con Antoni Miralles para preguntarle si fue el soldado miliciano que no delató a Rafael Sánchez Mazas cuando escapaba del Collell. Soldados está permeada con la presencia del recuerdo del fallecido padre de Javier Cercas, personaje que comparte el nombre del propio autor de la novela, porque de esta manera eleva al soldado desconocido al mismo nivel que el padre, como si fuera un padre fundador de la Patria. 25 El final de la novela, además de mostrar el elemento metanovelesco, es un planteamiento de memoria porque tanto el principio como el final es el mismo: al empezar la novela señala que un día de 1994 escucha por primera vez el milagroso escape del poeta falangista y, al final, retoma las mismas líneas: un día de 1994. Este principio conectado con el final es lo que marca la circularidad, y a la vez, se trata de un sello de la memoria, como una memoria que engloba otras memorias: ―La confesión del pasado se lleva a cabo como una tarea en el presente: en ella se opera una verdadera autocreación‖ (Gusdorf, 16). Javier Cercas al narrar aquello que Angelats, Maria Ferré y los hermanos Figueras le contaron, se está autocreando y al mismo tiempo, recreando a los personajes, porque en el momento en que el personaje tomó la decisión de escribir su investigación sobre el escritor falangista y la presentó como un momento de su propia vida, se está creando a sí mismo, y a la vez, una parte de la Historia de su país. Así, este principio-final es un símbolo marcado por la importancia del recuerdo, porque al conectarlos es posible que en el lector provoque la sensación de que se tiene que volver a leer la novela porque la lectura inicia de nuevo: ―Algunos escritores ceden a la tentación del texto infinito convirtiendo el final en principio de un universo ficticio que resucita y se regenera sin fin" (Kunz, 257). En este contexto la novela se revela como metanovela o metadiscurso sobre el arte mismo de la escritura, porque dentro de ella Javier Cercas está revelando no solamente su propia identificación como producto de un pasado en común con su país, sino que también revela su método, su técnica de escritura y a través de ésta, sus pensamientos, sentimientos y filosofía. 26 2.1 De la novela Soldados de Salamina En este apartado se verá la descripción de las características que conforman la obra Soldados de Salamina, con su carácter de metanovela y autobiografía. La memoria es importante para la humanidad porque ésta constituye la historia, ya sea, de un solo individuo o de la humanidad por entero, si es transmitida de forma oral o por escrito en los textos de Historia, al respecto Pierre Bertrand dice: ―La historia equivale a una vasta memoria, memoria colectiva y social y, en la medida en que el pasado del que se ocupa –colectivo y social- sigue siendo pasado eternizado, la pareja historia-pasado eternizado pertenece al mismo mundo que la pareja memoria-pasado eternizado‖ (Bertrand, 30). Pierre Bertrand, por el contrario, expresa que repetir el pasado no es una condena, no desde el punto de vista de que: ―Cada momento de la historia, y la historia misma en su totalidad, es literalmente un ‗retorno de lo idéntico‘ 8, un retorno del/al origen‖ (54). La humanidad está sumergida en una repetición constante, un retorno al origen, porque la memoria trae de vuelta el momento vivido, aquel recuerdo por más lejano que se encuentra en la línea del tiempo: En el momento de un recordar la memoria está tanto en el pasado como en el presente, el pasado tanto en el presente como en el pasado. La persona que recuerda y la que ha vivido aquello que sostiene su recuerdo, es la misma. El pasado que ha vivido y el que es reproducido en el recuerdo es el mismo. (Bertrand, 49) Javier Cercas dice que su relato real, como muchas otras novelas, es para vindicar a Rafael Sánchez Mazas, sin embargo, es más un rescate del olvido a todos 8 La comilla sencilla es mía. 27 esos nombres que alguna vez pertenecieron a hombres que dieron sus vidas para salvar un país que no los conmemora y que los condenó al olvido. Sí, recurre mucho al episodio del fusilamiento del escritor falangista, pero también a la memoria, al no olvido de las personas, a que la muerte llega cuando un sujeto es olvidado. Es por esta razón que además de ser una novela para vindicar la vida del escritor falangista, es también el rescate de la memoria y de la importancia de ésta para un escritor y para una Nación. Presente está en la novela la filosofía de que la muerte solamente llega con el olvido, porque es constante la recurrencia del recuerdo del padre de Javier Cercas: ―Luego pensé que no era yo quien recordaba a mi padre, sino él quien se aferraba a mi recuerdo, para no morir del todo‖ (Cercas, 187); es por este recuerdo del padre de Cercas que Rafael Sánchez Mazas y Miralles, sea o no el soldado que le perdonó la vida al escritor falangista, son elevados al rango de padre de la Nación. Al recordar algo se vuelven a experimentar los mismos sentimientos que en aquel momento. Y es que el momento vuelve a ser reproducido en la mente humana, aunque con diferencias imperceptibles, es decir, no se recuerda el momento exacto, sino aquello que se recuerda haber contado, como lo dice Cercas en su obra y a lo que Bertrand refiere: ―Cuando es reproducido, es el ‗mismo‘ que ha sido presente y que es presente, el mismo hecho, el mismo objeto, la misma persona, la misma imagen‖ (Bertrand, 34) El hecho de que una sociedad tenga recuerdos de algún suceso de gran impacto para su grupo es porque ―el alma colectiva es capaz de dar vida a creaciones espirituales de un orden genial, como lo prueban, en primer lugar, el idioma y, después, los cantos populares, el folklore‖ (21), la memoria comprende parte de un todo dentro de la sociedad. 28 Javier Cercas en Soldados de Salamina construye un personaje al que le da su mismo nombre, y éste es un periodista cuyo deseo de ser escritor fue frustrado por su falta de imaginación. ¿Pero por qué el personaje se llama así: Javier Cercas y no Juan Pérez o cualquier otro nombre? El autor quiere darle el estatus de verdadero, lo mismo que quiere lograr al emplear el monólogo testimonial. En palabras propias del autor, extraídas de ―El narrador y el héroe. Conversación con Javier Cercas‖, realizada con Justo Serna, y celebrada en junio de 2006: ―En Soldados de Salamina, por ejemplo, el narrador tenía que llevar mi nombre real, porque todos los personajes llevaban su nombre real y la novela debía tener la apariencia de una crónica o un libro de historia o reportaje periodístico.‖ (Serna, 2006) Objetivo que alcanza, porque es posible confundir al autor con el personaje, obviando que Javier Cercas como autor tuvo que hacer la investigación y las entrevistas que correspondían para poder lograr la ya mencionada novela. Son tres partes las que componen la novela: Amigos del Bosque, Soldados de Salamina y Cita en Stockton. Las primeras dos partes corresponden a la investigación realizada por Javier Cercas sobre el escape del fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas. La tercera parte de la novela, Cita en Stockton relata el encuentro con Miralles. Es la narración de la investigación y el proceso de escritura lo que crea el efecto de metanovela, porque es hasta el final que el lector nota que la novela que está leyendo es aquélla que desde el principio Javier Cercas dice va a escribir, y es más claro cuando se lee el final y se compara con el principio porque se descubre que no hay diferencia: ―Fue en el verano de 1994, hace ahora más de seis años, cuando oí por primera vez del fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas…‖ (Cercas, 209). Este aspecto del libro marca la pérdida de la línea entre la fantasía y la realidad, es tan sutil que no se nota esta transformación en la primera lectura, por el manejo que 29 Cercas da a la historia así lo hace parecer, porque esto es lo que Angelats le comenta a Javier Cercas: ―Antes de marcharse, Sánchez Mazas nos dijo que iba a escribir un libro sobre todo aquello, un libro en el que apareceríamos nosotros. Iba a llamarse Soldados de Salamina‖ (Cercas, 73) Comentario que sorprende al escritor, pues el libro que según, iba a escribir Rafael Sánchez Mazas, llevaría el mismo nombre que la novela que él estaba pensando escribir: Soldados de Salamina; por eso se pierde el camino entre la realidad y la fantasía: ¿es que acaso Cercas hace este pasaje del libro a propósito, casi como si quisiera que pensáramos que el mismo Sánchez Mazas lo escribió? Tal vez de esta manera es como él vindica al escritor falangista. Quizá hasta está traicionando su idea de querer escribir un relato real porque trasgrede más allá la línea entre la ficción y la realidad; o sea, es una autorreferencia de la propia ficcionalidad de la novela. Gracias a la autorreferencialidad de la novela, descubierta al final de la misma narración, el lector puede leer el texto que se refiere a sí mismo, antes de llegar al término de la lectura porque se relata la aventura de escribir, se escribe sobre la travesía -o describe la travesía- del escritor para lograr su novela y al mismo tiempo, es la novela escrita, en este caso el relato real; lo que explica Kunz: En novelas que ponen el acento no en el relato de una aventura, sino en la aventura de un relato, no en el texto como producto, sino en el proceso de su producción, no sorprende que el libro concluso (el producto) no se encuentre antes de que acabe nuestra lectura (el proceso receptor, que parte del texto acabado) de la historia de los antecedentes del texto (el proceso creador, que aspira al acabamiento como meta) (269) Así como lo dice el propio Cercas en la conversación que sostuvo con Justo Serna: ―Yo ya he dicho demasiadas veces que con el tiempo me he dado cuenta de que 30 escribo novelas de aventuras sobre la aventura de escribir novelas‖. (Serna, 2006). Lo cual es evidente, pues en Soldados el autor encadena el principio de la novela con el final de la misma; y gracias a esto se genera una circularidad: ―Vi mi libro entero y verdadero, mi relato real completo y supe que ya sólo tenía que escribirlo, pasarlo a limpio, porque estaba en mi cabeza desde el principio (<<Fue en el verano de 1994…)‖ (Cercas, 209. La comilla francesa es del autor)9 Una vez que Javier Cercas terminó con su investigación, con las entrevistas a los involucrados en el escape de Rafael Sánchez Mazas, finalizada también su búsqueda de Miralles, y recibido el desengaño de que él no es quien le perdonó la vida al escritor falangista, decide escribir su relato real. ―acabada la aventura, empieza la narración que a su vez termina lógicamente con el relato del inicio de la enunciación, que, aunque posterior a los hechos principales, en cuanto acto de un personaje forma parte del desenlace, pero que también es el referente del segmento textual que constituye el cierre.‖ (Kunz, 283) Es decir, una vez completos todos los procesos previos a la escritura, realizadas todas las peripecias del escritor, Cercas se explica a sí mismo, se da cuenta de cuál será el principio de su novela, principio que resulta ser el mismo que al principio la novela Soldados de Salamina. La alusión a ver su libro terminado es lo que diferencia el principio del final, con la explicación de ya tener en mente cómo sería el principio de la novela en cuanto la empezara a escribir. Otro aspecto es la relación de la secuencia de sus actos en la vida real, lo que se supone está narrando y qué provocó que imaginara el principio y el final de su novela, es lo que le da la sensación de que realmente ha sucedido y, al mismo tiempo, reafirma 9 La razón de que me permitiera no quitar las comillas francesas, escritas por el autor en el texto original, es para hacer notar la marca que él mismo escribe para distinguir la novela de la ficción, es decir la metanovela. 31 su calidad de relato real, porque así como narra la travesía que lleva a cabo Rafael Sánchez Mazas después de su fusilamiento, narra su propio camino como periodistaescritor para escribir su libro. Esta investigación que Javier Cercas hace, más bien se parece a las peripecias que un escritor debe sortear para llevar a cabo su deseo de escribir, ya no una novela, sino un relato real; no hechos imaginados, sino conjeturas razonables que realmente pudieran haber sucedido, como dice el personaje Javier Cercas: ―Y no es una novela. Es una historia real con hechos y personajes reales. Un relato real.‖ (Cercas, 166) Este elemento, que también propicia la circularidad, es la autorreferencialidad del texto dentro de sí mismo, la alusión a que apenas se va a escribir la novela: ―‘Un relato real‘, pensé, pero no lo dije. ‗Eso es lo que voy a escribir.‘‖10 (Cercas, 53), incluso, es el acto mismo de pensar que se va escribir, a lo que Kunz explica: ―El primer paso hacia el texto infinito se da en las obras donde un tópico del íncipit, el hallazgo (el descubrimiento, la aparición o la simple mención) del manuscrito, se proyecta del comienzo al final‖ (268) Soldados de Salamina, donde Historia y Literatura convergen, se convierte en un punto en común, así como dice José María Merino, en su artículo ―Historia y Literatura‖: Si la narratividad es el territorio natural de Literatura y de Historia, acaso la novela histórica, más allá de la falsificación de lo histórico y de la desvirtuación de lo novelesco que denunciaba Ortega, sea capaz de construir una especie de espacio simbólico donde ambos géneros, a través de la hibridación, puedan conseguir una peculiar armonía. (Merino, 34) 10 Las comillas sencillas son mías. 32 Parte de la naturaleza híbrida de la novela se encuentra en una nota que escribió Javier Cercas para su periódico, que más tarde será citada en el texto, y que a su vez es la idea principal pero de modo primitivo de la narración ―<<Se cumplen sesenta años de la muerte de Antonio Machado, en las postrimerías de la guerra civil. De todas las historias de aquella historia, sin duda la de Machado es una de las más tristes…‖11(Cercas, 24) Este artículo fue escrito en realidad por Javier Cercas, pero el que aparece en el libro difiere del original. Esto es lo que le permite al texto tener un atisbo de realidad como lo cita José V. Saval: ―El artículo ‗Un secreto esencial‘12 se convierte así en el punto de partida de la investigación por parte del Javier Cercas protagonista, partiendo de un artículo que firmó el Javier Cercas real, y de ese modo se inserta en el juego de pararelismos, contrastes y simetrías propuestos en la novela‖ (64) José María Merino también explica la estrecha relación que hay entre la Literatura y la Historia, porque la Novela Histórica está directamente relacionada con la Historia: Trabajando con datos de la realidad, de la vida, el historiador no hace una cosa diferente de la que hace el poeta, el novelista, cuando escribe sus ficciones. Pues, aunque inventado, todo en una ficción debe ser significativo. Del mismo modo que el historiador rechaza toda la ganga casuística que no le permita destacar los aspectos que considera relevantes, el novelista no debe aportar a su ficción aspectos que no sea indispensables para su desarrollo. Así, en su procedimiento de selección de motivos, historiador y novelista actúan de una 11 La razón de que me permitiera no quitar las comillas francesas, escritas por el autor en el texto original, es para hacer notar la marca que él mismo escribe para distinguir la novela de la ficción, es decir la metanovela. 12 Las comilla sencillas son mías 33 manera muy parecida. El historiador busca dar un sentido determinado a los sucesos y aspectos de la vida que selecciona, del mismo modo que el novelista busca que los elementos significativos que utiliza vayan cargando de intensidad el relato, para que encuentre su sentido (Merino, 33) Así, como en la obra Soldados, Javier Cercas procura mantener la calidad de relato real, pues al mismo tiempo que va relatando los sucesos del aquí y ahora dentro de la novela, de cuando el personaje principal escucha por primera vez el fusilamiento del autor falangista, acomoda los sucesos de tal manera que al lector lo mantiene a la expectativa de lo que sucederá más adelante en la lectura y, al mismo tiempo, acomoda dentro de la novela, más exactamente en la segunda parte del libro –Amigos del Bosque-, el acontecimiento histórico sucedido a Rafael Sánchez Mazas. Ya que la novela es una narración en primera persona, se puede notar que la primera y la tercera parte tienen puntos en común, pues el personaje cuenta cómo es que fue creándola, por ejemplo, cuando se entrevista con Aguirre, el joven secretario del alcalde y más tarde cuando conversa con el escritor chileno Bolaño, ambos le preguntan si está escribiendo una novela, él piensa, narra y responde: Como nada irrita tanto a un escritor que no escribe como que le pregunten por lo que está escribiendo un poco molesto contesté: —No. –[…]-: Ya no escribo novelas. (Cercas, 151) Lo interesante del libro, no solamente es la manera tan atractiva en la que el autor escribe para presentar la historia, lo vivido por Sánchez Mazas y los demás involucrados a su fusilamiento y lo que sucedió después de éste; ver si la investigación de Javier Cercas consigue realmente alcanzar una verdad lejana y perdida en la memoria de unos pocos que ya son bastante viejos. 34 La primera parte del libro se llama ―Amigos del Bosque‖ por la insinuación que hace sobre los jóvenes, los hermanos Figueras que ayudaron a Sánchez Mazas a sobrevivir en el bosque después de haber escapado de su fusilamiento. Se debe también a aquellos que colaboraron con Javier Cercas para hacer su libro, pero estos amigos del bosque pertenecen a un tiempo más cercano, ellos son: Ferlosio, Conchi con su apoyo incondicional, Aguirre, Los Figueras: Joaquim y Jaume, Angelats, Maria Ferré, Bolaño, hasta llegar Miralles quien es el vivo recuerdo de la Guerra Civil y del fusilamiento de Sánchez Mazas. La segunda parte del libro se llama ―Soldados de Salamina‖, y habla sobre lo que pasó durante la Guerra Civil Española, y sobre la experiencia de Rafael Sánchez Mazas sobre su fusilamiento. Parte de la ficción narra lo que vivió el fundador ideólogo de la Falange y cómo, con conjeturas razonables, Javier Cercas le platica al lector sobre lo que pasó antes, durante y después del escape al fusilamiento y todo lo hace después de entrevistar a tantos involucrados en el hecho como le es posible. La razón por la cual el tercer capítulo se llama ―Visita en Stockton‖, es porque la película –que Bolaño le contó a Javier Cercas- de cierto modo es un reflejo de lo que quedó de España después de la guerra a la que apenas sobrevivió; y Stockton es la ciudad de Dijon, en Francia, donde está el asilo en el que vive Miralles. Éste es el resumen de la película, según como Bolaño se la contó a Cercas: ¿Sabes lo que significa Fat City? Algo así como Una ciudad de oportunidades, o Una ciudad fantástica o, mejor aún, ¡Menuda Ciudad! ¡Pues menudo sarcasmo! Porque Stockton, que es la ciudad de la película, es una ciudad atroz, donde no hay oportunidades para nadie, salvo para el fracaso. Para el más absoluto y total fracaso, en realidad. (Cercas, 178) 35 La siguiente cita forma parte de la conversación que Serna y Cercas sostienen en junio de 2006, ―El narrador y el héroe. Conversación con Javier Cercas‖, donde el autor de Soldados de Salamina da a entender parte de la investigación que él mismo, como escritor, tuvo que hacer para consolidar la novela, por lo que se cita parte de la entrevista, iniciando con el comentario realizado por Justo Serna: Justo Serna: A pesar de abordar el fusilamiento, el fusilamiento fallido, de Rafael Sánchez Mazas, Soldados de Salamina no convierte la Falange en objeto de nuestra simpatía. Por tanto, la novela no incurre en el revisionismo ni tampoco en la equidistancia, dos extremos que hoy vemos entre tantos. Javier Cercas: Eso me parece evidente, lo cual no quiere decir que yo no intentara entender la Falange, o el fascismo, o a Rafael Sánchez Mazas. Por supuesto que quise hacerlo: era mi obligación, igual que –salvando todas las distancias, otra vez-- era la obligación de Shakespeare entender a Macbeth o la de Dostoievski entender a Raskolnikov, dos tipos bastante menos recomendables que Sánchez Mazas. Entender –casi avergüenza aclararlo-- es lo contrario de justificar, pero la misión de la literatura es explorar todas las posibilidades infinitas de lo humano, incluyendo por supuesto las más monstruosas. Y en cuanto a lo del revisionismo, si por tal cosa se entiende la necesidad de revisar permanentemente nuestra visión de la historia, de reinterpretarla para entenderla mejor, bueno, me parece que esa es la obligación no sólo del historiador, sino de cualquier persona con algún interés por entender el mundo y entenderse a sí mismo. No soy tan vanidoso como para creérmelo, pero ojalá Soldados hubiera dado una visión nueva y distinta de la guerra española. (Serna, 2006)13 13 Las cursivas y negritas pertenecen al formato original que el entrevistador trasncribió de la entrevista. 36 A lo largo de la novela, así como lo dice Cercas y el mismo entrevistador Serna, presenta un intento de comprensión al movimiento de falange, al pensamiento de Rafael Sánchez Mazas, sin juzgar su actuación en aquel momento histórico, así como el miliciano que le perdonó la vida no actuó como juez y verdugo, al no exponer al poeta falangista. La decisión del miliciano da a Justo Serna el colofón a su conversación con el autor español, dejando en el entendido de que son los actos de cada persona lo que los define como seres dignos o ruines: Escribió Soldados de Salamina --lo que llamó equívocamente un relato real-con el fin de evocar un acto de piedad en plena Guerra Civil española: la decisión simple pero dignísima tomada por un soldado republicano de no delatar a un enemigo falangista, un enemigo que luego resulto ser importante (Rafael Sánchez Mazas). Gracias a esa conducta benevolente, de compasión y de humanidad, el falangista pudo evitar su captura y su segura muerte. Toda la novela gira en torno a este acto y hay en el relato y en la lección moral que entraña una filosofía de la existencia bien explícita y que yo veo sartreana, incluso kantiana. (Serna, 2006) El fusilamiento al que someten a Rafael Sánchez Mazas parece pura fantasía pero las circunstancias complicaron el fusilamiento: la guerra civil había sido perdida por los milicianos, los franquistas los estaban persiguiendo, la desesperación no permitió que fusilaran con éxito al fundador falangista. En palabras de Sánchez Ferlosio, el fusilamiento de su padre: —Lo fusilaron cerca de aquí, en el santuario del Collell. –Me miró-. ¿Ha estado usted allí alguna vez? Yo tampoco, pero sé que está junto a Banyoles. Fue al final de la guerra. El 18 de julio le había sorprendido en Madrid, y tuvo que refugiarse en la embajada de Chile, donde pasó más de un año. Hacia finales del 37 treinta y siete escapó de la embajada y salió de Madrid camuflado en un camión, quizá con el propósito de llegar hasta Francia. Sin embargo, lo detuvieron en Barcelona, y cuando las tropas de Franco llegaban a la ciudad se lo llevaron al Collell, muy cerca de la frontera. Allí lo fusilaron. Fue un fusilamiento en masa, probablemente caótico, porque la guerra ya estaba perdida y los republicanos huían en desbandada por los Pirineos, así que no creo que supieran que estaban fusilando a uno de los fundadores de Falange, amigo personal de José Antonio Primo de Rivera por más señas. Mi padre conservaba en casa la zamarra y el pantalón con que lo fusilaron, me los enseñó muchas veces, a lo mejor todavía andan por ahí; el pantalón estaba agujereado, porque las balas sólo lo rozaron y él aprovechó la confusión del momento para correr a esconderse en el bosque. Desde allí, refugiado en un agujero, oía los ladridos de los perros y los disparos y las voces de los milicianos, que lo buscaban sabiendo que no podían perder mucho tiempo buscándolo, porque los franquistas les pisaban los talones. En algún momento mi padre oyó un ruido de ramas a su espalda, se dio la vuelta y vio a un miliciano que le miraba. Entonces se oyó un grito: ―¿Está por ahí?‖. Mi padre contaba que el miliciano se quedó mirándole unos segundos y que luego, sin dejar de mirarle, gritó: ―¡Por aquí no hay nadie!", dio media vuelta y se fue 14. (Cercas, 20) Al final el soldado no delata la presencia de Sánchez Mazas, ¿qué caso tenía? Ninguno, ya era una guerra perdida para los republicanos, asesinarlo no tenía caso, y la identidad de ese miliciano quedó ahí mismo, escondido entre las sombras de aquel bosquecillo por donde escapó Sánchez Mazas. 14 Las comillas son mías 38 Y después de haber huido y haber llegado a salvo a su hogar, Sánchez Mazas no se detenía en contar a cuanto conociera la aventura de su poco exitoso fusilamiento y de cómo un miliciano le había perdonado la vida; historia que luego, su hijo, Sánchez Ferlosio contara a Cercas. Lo que Sánchez Mazas decidió no contar en un primer momento es también bastante sencillo: el escritor, al notar que no había sido herido por las balas del pelotón, pudo huir y esconderse durante unas horas con la esperanza de pasar inadvertido a sus ejecutores. Para su desgracia, uno de los soldados republicanos acabó encontrándolo. Este joven soldado, sin embargo, se decantó inexplicablemente por no delatarlo, salvándole la vida. (Gómez, 97) El interés de Cercas por el fusilamiento de Sánchez Mazas lo lleva a conocer a Miquel Aguirre, un joven historiador, quien respondió a la nota que había escrito en el diario concerniente a los sesenta años del fallecimiento de Antonio Machado y el fusilamiento del ideólogo de la Falange, hecho que el mismo Aguirre describe: Es una historia que corrió mucho después de la guerra, todo el que conoció por entonces a Sánchez Mazas la cuenta, supongo que porque él se la contaba a todo el mundo. ¿Sabías que mucha gente pensó que era mentira? Y en realidad todavía hay quien lo piensa. (Cercas, 35) A pesar de lo increíble que parezca el escape de Rafael Sánchez Mazas a su fusilamiento, pasó. O quizá fue sólo una creación del autor falangista para no vivir la vergüenza de haber huido como un cobarde, hasta quizá pudo haber adornado la verdadera historia con esta aventura, no hay testigo que haya compartido dicha aventura, excepto aquel miliciano del cual se desconoce el nombre, incluso después de que Javier Cercas encuentra a Miralles, pues éste se niega a ser aquel buen samaritano que le perdonó la vida a Sánchez Mazas. 39 La otra cara de la novela es su cualidad de texto autobiográfico, el cual se define así mismo como aquel que es escrito desde la perspectiva de un ―yo‖, un sujeto que expone todos los hechos porque así los vivió, los vio y los conoció, vertiendo en el texto sus pensamientos y opiniones: un monólogo testimonial, pues la novela Soldados de Salamina cumple con ese carácter testimonial, puesto que el personaje Cercas está narrando desde su perspectiva su experiencia al investigar lo sucedido a Rafael Sánchez Mazas, y a su vez, al narrar lo que Angelats, los Hermanos Figueras y Maria Ferré le contaron. El problema del texto autobiográfico se presenta cuando un autor escribe su propia historia de la vida real, lo cual alude a que son hechos de la vida real y el texto autobiográfico queda zanjado como un texto que no es meramente ficcional, pues se entabla la lucha entre la ficción y la verdad. la separación autor-personaje queda expuesta a graves peligros en el marco del relato autobiográfico. Para preservar sus señas de identidad en este caso el autor debe objetivarse, contemplarse a través de los ojos de otro situado en exterior. Si esta extraposición no se respeta, las consecuencias revisten gran trascendencia: puede ocurrir que el personaje se apropie del autor, que el autor anule al personaje o que éste prescinda del autor (Garrido, 645) La novela de Javier Cercas, Soldados de Salamina, está situada dentro del género de la autobiografía, porque está contada desde la perspectiva de un ―yo‖ y aún así mantiene su calidad ficcional, pues el mismo autor Cercas alude al hecho de que había tenido que poner al personaje principal su propio nombre porque había usado los nombres de la vida real de algunas de las personas que realmente entrevistó durante la investigación para hacer su novela. 40 Empeñado en lograr la máxima credibilidad ante los ojos del lector, el autor recurre a otros ardides también consagrados por la tradición literaria: optando por la forma autobiográfica –de cuyo pacto fundacional él es el principal garante y beneficiario-, acudiendo a los factores convencionalmente asociados a la verosimilitud como la deixis de espacio y tiempo o, en suma, presentándose como testigo directo o investigación de los acontecimientos narrados. (Garrido, 672) Al mismo tiempo en el texto autobiográfico que supone la novela Soldados de Salamina, el personaje Javier Cercas al ir narrando los sucesos del pasado, conforme es la investigación, o la historia del proceso de creación de su novela, la novela que se está leyendo; según: ―un ‗yo‘ se propone historia en el acto mismo de su configuración textual, un discurso que es no sólo discurso, un sujeto que lo es de la enunciación, pero que es también enunciado de esa enunciación, en simultaneidad.‖ (Garrido, 901) Por lo que de cierta forma Javier Cercas, el personaje, es al mismo tiempo quien narra y vive la historia. Y aunque sea un monólogo testimonial, no se debe de perder la perspectiva de que sigue siendo un relato ficcional: El relato en primera persona no es un enunciado de realidad porque no posee sujeto de enunciación real, pero cumple y se halla sometido a las leyes estructurales del enunciado de realidad, que marcan la polaridad sujetoobjeto, se da como enunciado de realidad, aparece como ―documento histórico‖. (Garrido, 902. Las comillas son del autor) 41 2.2 El recuerdo del padre: La búsqueda del héroe Este capítulo es para explicar la función del héroe dentro de la novela, basados en el hecho de que el personaje principal, Javier Cercas, busca al hombre que le perdonó la vida al escritor falangista. La memoria ―es el registro de la experiencia que subyace en el aprendizaje. […] algún cambio mental materializa la experiencia de aprendizaje; este cambio mental es la creación de un registro de memoria‖ (Anderson, 6), por lo que la memoria está sujeta a lo que al individuo le suceda, lo que provoca en éste un aprendizaje que va a derivar en la adaptación al medio tanto natural como social en el que vive y se desenvuelve. Sólo aquello que ha causado una gran impresión en el individuo es lo que se recuerda, por otro lado el Recuerdo es: ―Memoria que se hace o aviso que se da de una cosa pasada o de que ya se habló‖ (La Enciclopedia, 13093). Hay elementos de la memoria popular que siguen presentes en las sociedades actuales, sin embargo, estos elementos se ven controlados ―por los propios colectivos subalternos‖ (Lienhard, 20), en los niveles correspondientes a su emisión y recepción, por lo tanto, aquel que presente cualquier elemento que corresponda a la memoria popular, lo presenta de manera diferente, y ello propicia una inevitable reinterpretación. La búsqueda de un héroe es a lo que más recurre Javier Cercas en Soldados de Salamina, y todo comienza con la simple narración del fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas. El primer héroe que se presenta es Javier Cercas, como narrador y como objeto de la narración. Guiado por su curiosidad y obsesión por el fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas empieza la infatigable búsqueda del miliciano que le perdonó la vida al poeta falangista. Simultánea a esta búsqueda, se da el rescate a los nombres de los 42 soldados muertos en la guerra franquista, esto se logra con la ayuda de Miralles, soldado miliciano que sobrevivió al desastre de la Guerra Civil Española. Miralles es el segundo héroe dentro de la novela más allá de que haya o no haya sido el miliciano que le perdonó la vida a Rafael Sánchez Mazas, es el héroe porque es el sobreviviente que a través de su memoria le da vida a sus compañeros caídos y que, eventualmente, a pesar de su muerte, en la novela de Javier Cercas, él y sus compañeros trascienden a la memoria: ―en qué forma esta novela trasciende no sólo la retórica franquista que consolidó un relato sobre la guerra civil, sino además aquella otra que mitificó al soldado desconocido al convertirlo en un mártir‖. (Osuna, 2007) Miralles es un héroe, todavía vivo pero muerto para su sociedad y para su país, ya que tiene que vivir en el exilio. Fue el instinto de Javier Cercas para buscar, conocer y dar el reconocimiento al miliciano para que fuera el héroe de su novela, el nombre que se menciona es el de Miralles, quien dice no ser el hombre que Javier Cercas busca, sin embargo, el transcurso de la lectura apunta en esa dirección. Aunque también se podría pensar que es uno y todos o nadie en concreto después de mencionar los nombres de los otros soldados que no sobrevivieron. La primera versión de la novela que Cercas escribió lo dejó inconforme a pesar de tener todos los conocimientos del hecho histórico, algo hacía falta a su novela Soldados de Salamina. Y es hasta que escucha sobre Miralles que comprende la razón de su disgusto con su primer producto final: ―le expliqué el error de perspectiva que había cometido al escribir Soldados de Salamina y le aseguré que Miralles (o alguien como Miralles) era justamente la pieza que faltaba para hacer que el mecanismo del libro funcionara.‖ (Cercas, 167) Es el héroe que toda narración necesita, no solamente es Sánchez Mazas quien protagoniza el escape, sino también aquel que le perdona la vida, el que lo deja escapar, 43 quien le propicia que él contara la historia de su escape, el héroe que permite que la misma historia, ya sea novela o relato real, exista; para Cercas, Miralles es el héroe del fusilamiento. En su Diccionario de retórica y poética Helena Beristán, define al actante quien es el que actúa en un drama y de ahí, se deriva el héroe; cuyo término viene desde las antiguas tragedias griegas, donde aquel denominado como tal cumplía con ciertas características y compartía, usando como medio un escenario, su tragedia. personaje de rango elevado, dotado de atributos divinos o mitológicos o grandiosos o nobles, cuya conciencia y cuya historia dominan, y que realizan acciones ejemplares y extraordinarias que provocan la catarsis al comunicar sentimientos de piedad o de terror a los espectadores. Sin embargo, generalmente se aplicó, sin tanto rigor, al protagonista, al personaje principal. ( 9. La cursiva son del autor) La explicación que Baldic menciona, es preferible llamar al héroe como protagonista para evitar la confusión con otros conceptos como el heroísmo, pero sí coincide en que son símbolos de valores y comportamientos: hero or heroine, the main character in a narrative or dramatic work. The more neutral term protagonist is often preferable, to avoid confusion with the usual sense of heroism as admirable courage or nobility, since in many works (other than epic poems, where such admirable qualities are required in the hero), the leading character may not be morally or otherwise superior. When our expectations of heroic qualities are strikingly disappointed, the central character may be known as an anti-hero or anti-heroine. (98) Entonces dentro de la novela se encuentra un héroe, un héroe proyectado en todos los personajes, entre los cuales se puede reconocer al personaje Javier Cercas, 44 quien pese a no cumplir con las características del clásico héroe de la tragedia, es el héroe por protagonizar el relato como apunta Baldic, por ser el objeto de la enunciación, pero al mismo tiempo cede este papel a otros personajes al hacerlos el objeto de su enunciación, al tomar de ellos el testimonio que luego comparte a través de su novela; y por último, al encontrarse con el héroe trágico, que representa Miralles, para el relato, para la novela en sí. Tras una búsqueda que casi parece absurda, Javier Cercas da con Antoni Miralles en un asilo llamado Résidence des Nimphéas, es el héroe que Javier Cercas ha estado buscando, el que le perdonó la vida a Rafael Sánchez Mazas. Esto es lo que Miralles le dice a Cercas, cuando le pregunta por el final de la Guerra Civil Española: ―esas historias ya no le interesan a nadie, ni siquiera a los que las vivimos; hubo un tiempo en que sí, pero ya no. Alguien decidió que había que olvidarlas y, ¿sabe lo que le digo?, lo más probable es que tuviera razón‖ (Cercas, 177) Antoni Miralles es un héroe olvidado, ignorado, porque nadie le agradece, nadie sabe que está vivo, pero mejor en sus palabras: —Cállese y escuche, joven –me atajó-. Respóndame, ¿cree que alguien me lo ha agradecido? Le respondo yo: nadie. Nunca nadie me ha dado las gracias por dejarme la juventud peleando por su mierda de país. Nadie. Ni una sola palabra. Ni un gesto. Ni una carta. Nada. Y ahora me viene usted, sesenta años más tarde, con su mierda de periodiquito, o con su libro, o con lo que sea, a preguntarme si participé en un fusilamiento. ¿Por qué no me acusa directamente de asesinato? (Cercas, 175) Lo que el propio Miralles quiere decir con estas palabras es que el hombre, como individuo queda reducido, desaparece, porque las personas que sobrevivieron o las que nacieron después de esta guerra, en muchos casos, ven como una masa informe a los 45 ciudadanos españoles que participaron, luchando entre sí. Los individuos recogidos en las masas generan una personalidad homogénea, desterrando así la personalidad individual, donde no sólo el individuo sino la masa por entero actúa por los mismos intereses.15 Desde la perspectiva de Javier Cercas, un héroe es lo siguiente: ―Alguien que se cree un héroe y acierta. O alguien que tiene el coraje y el instinto de la virtud, y por eso no se equivoca nunca, o por lo menos no se equivoca en el único momento en que importa no equivocarse, y por lo tanto no puede no ser un héroe.‖16 (Cercas, 148) La canción Suspiros de España enlaza a Antoni Miralles con el fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas, porque mientras este escritor falangista estuvo preso, un soldado bailaba este pasodoble. La mención del pasodoble la hace Rafael Sánchez Mazas, después de haber escapado a su fusilamiento y se lo platica a Pere Figueras cuando ellos dos y el hermano y amigo de uno se encuentran recluidos en el bosque esperando, a escondidas, la llegada de los nacionales: ―Pero me fijé en él, como todos mis compañeros, porque mientras nosotros paseábamos por el jardín él siempre estaba sentado en un banco y tarareando algo, canciones de moda y cosas así, y una tarde se levantó del banco y se puso a cantar Suspiros de España.‖ (Cercas, 121) Éste es el dato, el pasodoble Suspiros de España haría a Cercas encontrarse con Miralles porque Bolaño le había contado al periodista que el viejo soldado bailaba ese pasodoble con una prostituta. Quiso Dios, con su poder,/ fundir cuatro rayitos de sol/ y hacer con ellos una mujer,/ y al cumplir su voluntad/ en un jardín de España nací/ como la flor en el rosal./ Tierra gloriosa de mi querer,/ tierra bendita de perfume y pasión,/ España, en toda flor a tus pies/ suspira un corazón./ 15 Freud, Sigmund. Psicología de las masas. 16 Las cursivas son del autor Cercas. 46 Ay de mi pena mortal,/ porque me alejo, España, de ti,/ porque me arrancan de mi rosal. (Cercas, 49) Es este pasodoble el que enlaza a Miralles con el fusilamiento de Sánchez Mazas, porque mientras este escritor falangista estuvo preso, un soldado lo bailaba, como lo hace Miralles en el exilio: ―El otro leit-motiv menos obvio pero todavía más recurrente es la mención a la canción "Suspiros de España", por la cual descubrirá en cierto modo la identidad de Miralles como salvador de Sánchez Mazas.‖ (Saval, 68) La importancia de este pasodoble es que de alguna manera narra las penas de aquellos que viven lejos de la patria que los vio nacer, como Miralles, que él luchó por su país y por otro país en el que se quedó, Francia, Saval dice en su ensayo ―Simetría y paralelismo en la construcción de Soldados de Salamina de Javier Cercas‖: La del pasodoble, citada en una de sus estrofas, viene a cargarse de significado al verse obligado Miralles, primero a huir de España y luego a permanecer en Francia al no habérsele reconocido su sacrificio en su propio país, donde, durante la dictadura franquista, no dejaría de ser un prófugo, y durante la transición un olvidado más de la Historia (Saval, 68) Tanto el investigador y periodista de la novela como el lector, guiados por este tema musical terminan completando el misterio de quién es el hombre que en un momento de masacre presenta un atisbo de humanidad, y ése termina siendo Miralles: ―Finalmente el tema musical se convierte en la pieza clave para descubrir que Miralles es el soldado salvador, aunque no lo admita o decida no aceptarlo abiertamente.‖ (Saval, 68) El extraordinario escape de un fusilamiento despierta y estimula la curiosidad del periodista, quien comienza a buscar aquel miliciano sin nombre que le perdonó la vida al falangista; lo que lleva a convertir a este miliciano en la importante pieza que 47 falta en el rompecabezas que es el ―relato real‖. Al mismo nivel que tiene este héroe desconocido que le salvó la vida al escritor falangista, se encuentra éste también, ya que tiene el papel de ser como un padre fundador, pues colaboró en la creación de la Falange, la que propició la ya mencionada guerra civil. Parecía que se trataba de un héroe olvidado, porque nadie hacía memoria de él, pero al ser la búsqueda de un héroe queda más claro que es un héroe perdido, o quizás sean varios, pues la Guerra Civil Española cobró muchas vidas, de ambos bandos. Por ello, Soldados de Salamina no deja en ningún momento de pretender pagar una deuda histórica. En principio, la idea de escribir "Soldados de Salamina" es una deuda con los amigos del bosque que Sánchez Mazas no cumplió, pero en el contexto general de la obra se convierte en el pago de una deuda histórica, la que los españoles debemos a los que defendieron los derechos democráticos, como Miralles, y a los que el proceso transicional sumió en el más absoluto olvido. (Saval, 68) Al escuchar la historia del fusilamiento, Javier Cercas, el autor frustrado, recuerda a su padre, así eleva al escritor falangista al estado de un padre fundador de la nación española: ―Recuerdo que en aquel momento pensé en mi padre, y que el hecho me extrañó, porque hacía mucho tiempo que no pensaba en él; sin saber por qué, sentí un peso en la garganta, como una sombra de culpa.‖ (Cercas, 34) Y todavía Javier Cercas expone la culpa por el olvido, como extrapolando sus sentimientos individuales con los de la nación, pues ésta olvidó los hechos de la guerra civil por ser políticamente correcto. Con esta cita se marca profundamente la importancia del padre, pues da inicio a lo que será la búsqueda del miliciano que no delató a Rafael Sánchez Mazas cuando huía del Collel, y porque este soldado es el héroe que le falta al periodista Cercas para 48 completar su ―relato real‖. Las figuras importantes de la vida de una persona o una nación se olvidan, por eso el sentimiento de culpabilidad, ya que aquellos a los que se les debe agradecimiento quedan fundidos en el brumoso olvido o en el ignorar deliberado de estos personajes: Pensé que, aunque hacía más de seis años que había fallecido, mi padre todavía no estaba muerto, porque todavía había alguien que se acordaba de él. Luego pensé que no era yo quien recordaba a mi padre, sino él quien se aferraba a mi recuerdo para no morir del todo. (Cercas, 187) La memoria y los recuerdos que componen a ésta son un fantasma que provoca el engaño, pues cuando se alude al recuerdo de algún hecho remoto, puede parecer que se pierde su veracidad, como lo dice el Cercas periodista: Ardía en deseos de hablar con el tío de Jaume Figueras, con Maria Ferré y con Angelats, si es que aún estaba vivo. Me decía que, si bien el relato de Jaume Figueras no podía ser fiable (o no podía serlo más que el de Ferlosio), pues su veracidad ni siquiera pendía de un recuerdo (el suyo), sino del recuerdo de un recuerdo (el de su padre) (Cercas, 62. Los paréntesis son del autor) La memoria es muy importante, no sólo porque en ella se preserva el legado de la humanidad, no, más bien el legado de cada individuo, y gracias a ello se pueden escribir libros, como lo dice Bolaño: ―Para escribir las novelas no hace falta imaginación […] Sólo memoria. Las novelas se escriben combinando recuerdos.‖ (Cercas, 151) También porque a través de ella se resucitan a todos los caídos durante las batallas y guerras y, eventualmente, se les puede dar la oportunidad de quedar bajo el brochazo de un libro en el que no sólo un sujeto, sino varios y una generación tras otra los pueda revivir, a través de la lectura. Además, la culpa es lo que hace que otros los recuerden, pues aquellos que los recuerdan son los que tuvieron la suerte de seguir con 49 vida, y que de alguna manera están en deuda con sus camaradas caídos, por eso los recuerdan para mantenerlos vivos: Antes de dormirse esa noche, Bolaño sintió una tristeza infinita, no porque supiera que iba a morir, sino por todos los libros que había proyectado escribir y nunca escribiría, por todos sus amigos muertos, por todos los jóvenes latinoamericanos de su generación –soldados muertos en guerras de antemano perdidas- a los que siempre había soñado resucitar en sus novelas y que ya permanecerían muertos para siempre, igual que él, como si no hubieran existido nunca (Cercas, 152) El pasado no solamente es aquello que se deja atrás, es aquello que siempre está frente al sujeto, porque es lo que mejor conoce a comparación del futuro incierto que espera llegue, le da seguridad y confort en momentos de profunda desesperación, es lo que de alguna manera define a los sujetos y la forma en que van a enfrentar los problemas futuros, así les pareció a los amigos del bosque aquél evento tan inesperado, como el encuentro con Sánchez Mazas y su breve amistad con él, que lo guardaron en su memoria a lo largo de los años: María Ferré tenía 88; Figueras y Angelats, 82. Los tres conservaban una buena memoria de su encuentro con Sánchez Mazas y de las circunstancias que lo rodearon, como si aquél hubiera sido un hecho determinante en sus vidas y lo hubieran recordado a menudo (Cercas, 71) Entonces, la memoria, además de significar seguridad y alegría, se le podría considerar como un tesoro, pues a partir de muchos recuerdos o quizá solo uno, se puede estructurar la novela que primero fue inspirada en recuerdos de recuerdos, el recuerdo de lo que se había contado anteriormente, y finalmente el recuerdo de los que participaron directamente en el evento mencionado. 50 Angelats, Maria Ferré y los hermanos Figueras colaboran con sus recuerdos a completar la narración del ―relato real‖ de Javier Cercas y los hace parte de la misma, apoyando también en la búsqueda del héroe, porque de esta manera Javier Cercas desvela un misterio sobre la humanidad, sobre el hombre. 51