Autoempleo femenino ¿Un medio de empoderamiento o de precarización para las mujeres? Female self-employment, does it lead to female empowerment or for have more insecurity in the labour market for women? Maravillas Espín Sáez1 Resumen El autoempleo femenino se considera en la actualidad como una alternativa al desempleo. Ahora bien, la forma en que el autoempleo se articule, y en particular, las distintas fórmulas societarias que pueden adoptar las propuestas de autoempleo colectivo femenino, pueden contribuir al empoderamiento y autonomía de la mujer (cooperativas de trabajo asociado; cooperativas de iniciativa social) o, por el contrario, incrementar la situación de precariedad a la que se halla expuesta (sociedades limitadas, p.ej.). Con esta comunicación pretendo, analizar los datos de emprendimiento femenino, contribuyendo a diseñar un perfil de mujer emprendedora; exponer las particularidades que las distintas formas societarias ofrecen como vía de autoempleo colectivo; examinar en qué línea avanzan, si lo hacen, los planes de fomento del trabajo autónomo más recientes; para, finalmente, alcanzar determinadas conclusiones acerca de qué formas societarias pueden garantizar el empoderamiento de la mujer y cuáles no, y en qué condiciones se encuentra la mujer emprendedora en este momento para lograr este objetivo. Palabras clave Autoempleo femenino; sociedad cooperativa; sociedad de capital; empoderamiento; Abstract Currently, female self-employment is considered an alternative to unemployment. However, the way in which self-employment is articulated, in particular, corporate formulas 1 maravillas.espin@uam.es. Prof. Contratada Doctora en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, en el Área de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid. that can adopt the female collective self-employment proposals, can either contribute to the empowerment and autonomy of women (associated work cooperatives, social cooperatives) or, on the opposite, increase their situation of insecurity (limited partnerships, e.g.). With this communication I intend to, in the first place, analyze the data of female entrepreneurship, to contribute in the design of a profile of women entrepreneurs. Also, I will explain the special features offered by different corporate forms for collective self-employment and I will examine in which way the most recent selfemployment promotion plans present some advances (if they do). All this, to reach certain conclusions about which corporate forms can ensure the empowerment of women and which do not, and under what conditions are women entrepreneurs nowadays in order to achieve this goal. Keywords Female self-employment; cooperative; capital company; empowerment Introducción En los últimos tiempos, el término emprendedor comienza a sustituir al de trabajador autónomo o al de autoempleado. Los cambios en los usos de los términos para referirse al mismo significado tienen un sentido. En este caso, enfatizar la independencia de quien arriesga iniciar un negocio. Queda eliminada cualquier relación con el empleo o con el término trabajador, en un intento por dotarle de identidad propia. Sin embargo, se trata de una palabra cuya definición aparece indeterminada por la variedad de los significados otorgados en los textos legislativos de los últimos años, generando una confusión relevante y contraproducente con los fines de promoción de esta alternativa de generación del propio empleo. La Real Academia Española, en la 22ª Edición de su Diccionario de la Lengua Española, define como adjetivo el término emprendedor; adjetivo que se predica de aquel “que emprende con resolución acciones dificultosas y azarosas”. En efecto, la calificación de emprendedor se aplica a aquella persona que debe afrontar un proyecto plagado de dificultades, dejando el menor espacio al azar, para garantizar su mayor éxito. En este sentido, la mujer emprendedora choca con las dificultades comunes a cualquier emprendedor, a las que se suman otras por las que se ve especialmente afectada. En las páginas que siguen, me valdré de los datos estadísticos ofrecidos por distintas fuentes nacionales e internacionales para diseñar un perfil de mujer emprendedora y una clasificación que recoja todas sus posibles manifestaciones. En esta labor sería importante tomar en consideración el perfil propio de la mujer desempleada en nuestro país; de quien necesita encontrar en el emprendimiento, o mejor, en la generación de su propio empleo, una salida a una situación que, en muchas ocasiones, roza la exclusión social, dadas las marcadas desigualdades que se están alcanzando2. Por otra parte, ¿qué significa empoderamiento? Empleando la misma fuente, empoderamiento se define como el acto de empoderar. Empoderar es un verbo derivado del inglés empower, que significa hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido. En este sentido, en el Prólogo del Documento de la Organización Internacional del Trabajo (en adelante, OIT) titulado Género y emprendimiento. Guía de formación para mujeres empresarias (2011)3, se indica que el emprendimiento promueve el empoderamiento económico y social de las mujeres en las empresas4 (bien hecha está la distinción entre ambos empoderamientos, pues el segundo no se produce sin el primero)5. Esta es la finalidad de mi comunicación, relacionar la generación del propio empleo a través de fórmulas colectivas y seleccionar aquellas, que por su configuración legal, fundada en bases democráticas y de defensa de la igualdad, se convierten en vehículos para lograr el empoderamiento económico y social de este colectivo. Este medio, utilizado adecuadamente, puede servir para alejar a algunas de estas personas de la exclusión social, una hendidura cada vez más profunda en nuestra sociedad. En este punto, quisiera advertir que el emprendimiento, tal y como se está configurando legalmente, puede convertirse en un mito. Se hace necesario dotarle de contenido, y ese contenido viene de la mano de un apoyo efectivo al mismo. Por ese motivo, será objeto de análisis crítico los medios puestos a disposición por la Administración Europea, Estatal y Autonómica para su promoción. 22 Reveladores son los datos ofrecidos en las páginas de la obra colectiva NAVARRO, V., TORRES LÓPEZ, J. y GARZÓN ESPINOSA, A. Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, 10ª Edic. , Sequitur, Madrid, 2011, entre muchas otras. 3 www.oit.or.cr 4 http://www.ilo.org/global/topics/employment-promotion/lang--es/index.htm 5 Sin embargo, el Banco Mundial de la Mujer, sigue apostando por el empleo por cuenta ajena, como fórmula de empoderamiento. Quizá se deba a que sus estudios se centran en países emergentes, donde se han trasladado las grandes empresas nacionales y multinacionales para centralizar su producción. Ver Informe http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2012/10/01/jobsDesarrollo Económico 2013, cornerstone-development-says-world-development-report En definitiva, la hipótesis que mantengo en esta comunicación es doble: en primer lugar, que la crisis económica, que ha dejado al descubierto los déficits productivos, convierte al emprendimiento (autoempleo, antes; generación del propio empleo en terminología, en mi opinión, más ajustada a la realidad) en salida recurrente (aparentemente la única en la actual situación de bloqueo institucional). A mi juicio, la generación del propio empleo de forma colectiva, es una fórmula de salida del desempleo, también para la mujer, quien, sin embargo, se enfrenta a unos retos particulares. La segunda hipótesis vendría a complementar la anterior. No todas las manifestaciones de autoempleo colectivo contribuyen al empoderamiento de la mujer. Algunas fórmulas societarias generan el empoderamiento de un/una solo emprendedor o grupo de emprendedores propietarios del capital y otras se adaptan especialmente al perfil de generadora de su propio empleo, favoreciendo su empoderamiento en la sociedad sobre la base de principios democráticos, de autoayuda e igualdad. En consecuencia, el autoempleo, en sí mismo, no resuelve los problemas, pues se puede convertir en un saco de precarización de las condiciones de trabajo. La elección del vehículo para generar colectivamente el propio empleo, ayuda a alcanzar el empoderamiento. Sin embargo, son las personas que conducen dicho vehículo quienes deben creer en ese fin de empoderamiento económico y social, en fin, emancipador. Los próximos epígrafes están dedicados a contrastar ambas hipótesis. 1. MUJER EMPRENDEDORA. DATOS PARA UN PERFIL COMPLETO. 1.1. Fuentes y datos para conformar un perfil Una fuente de gran interés a los efectos de delimitar el perfil de mujer emprendedora es el último Informe Ejecutivo. GEM (Observatorio sobre la actividad emprendedora. Global Interpreneurship Monitor)6 España, basado en los datos recogidos durante año 2011. Este informe muestra, como en años anteriores, una menor participación femenina en la creación de empresas, comparada con la participación masculina. No obstante, se comienza a ver un ligero avance. Se trata de un avance lógico, en la medida en que la generación del empleo por cuenta ajena se ha visto muy reducida. 6 Informe emitido en el seno de los trabajos elaborados en la Fundación Xavier de Salas. GEM España, bajo la dirección de R. HERNÁNDEZ. En el año 2011, la actividad emprendedora registrada en la población masculina de 18-64 años fue de un 7,05% (un 30,5% más que el año anterior). En el caso de la población femenina en la misma franja de edad, el índice de actividad emprendedora (TEA) fue del 4,54%, un 42,77% más respecto a 2010 (3,8%). Sin duda, la crisis ha marcado la evolución del autoempleo en ambos colectivos, pues los datos de 2006 y 2007 muestran un índice de actividad emprendedora masculina del 8,83% y del 9,75% respectivamente; y en el caso de las mujeres, un 5,70% y un 5,48%, alcanzando un máximo del 5,97% en 20087. El informe muestra un dato preocupante, pues en el contexto internacional indica que al igual que durante el 2010, los países con mayor contribución femenina al emprendimiento seguían siendo los menos desarrollados, constituyendo una de las motivaciones la necesidad de subsistencia. Nigeria, China y Chile son las naciones con mayores porcentajes de emprendimiento femenino, mientras que Dinamarca, Eslovenia y Pakistán (en este último caso por motivos bien diferentes) destacan por lo contrario. Se trata de un dato preocupante desde la perspectiva española pues nos acerca a países con índices mayores de desigualdad8. Resulta llamativa la relación “desarrollo del país-porcentaje de emprendimiento femenino”, máxime cuando en esta comunicación se defiende el efecto de empoderamiento de quien emprende. Ambos datos son compatibles en la medida en que una menor capacidad de absorción de mano de obra por el mercado tradicional del trabajo conduce a la generación del propio puesto de empleo. Es la calidad de las nuevas condiciones de empleo autogeneradas y de su contribución a la mejora del contexto económico general lo que marca la diferencia en unos países y en otros9. En relación con mi última afirmación, conforme al citado Informe GEM, las mujeres emprendedoras aspiran a crear más empleo que los hombres emprendedores. Por tanto, se ajustan más al “ideal” de emprendedor que contribuye a “mantener” (sic) el 7 El total de autoempleo en nuestro país, actualizado a 23 de febrero de 2013 se sitúa en el 16,6%. De este porcentaje el 20,1% masculino y el 12,3% femenino, sin especificar la forma adoptada para articular este autoempleo. Fuente: OECD Factbook statistics. 2013, http://dx.doi.org/10.1787/csp-esp-table-2013-1 8 http://www.ilo.org/global/topics/employment-promotion/lang--es/index.htm 9 De la misma manera, la OIT, centra sus programas de ayuda y formación en países del centro y sur de América. Se fomenta el emprendimiento como forma de empoderamiento económico, así como el asociacionismo entre pequeñas empresas y, más habitualmente, entre microempresas. http://www.oit.org.ar/portal/programacea/index.php?option=com_content&view=article&id=290:consolid acion-del-sistema-nacional-de-innovacion-desarrollo-tecnologico-y-emprendimiento-en-colombiabg&catid=16:documentos-relacionados&Itemid=29 . Insisto, en mi opinión, se trata de una forma de generar tejido empresarial sólido; un sistema que, dados los resultados nefastos del sistema que cae a pedazos en nuestro país, se convierte en una buena opción. sistema como generador de su propio empleo y de empleo para otros. Sin embargo, tal y como veremos más adelante, este dato no ha sido tenido en absoluto en cuenta en la confección de los planes específicos de promoción del emprendimiento. De otra parte, persiste la diferencia en lo que a participación sectorial se refiere, siendo mayor la concentración en el sector orientado al consumo para la actividad emprendedora femenina frente a la masculina (62,3% vs. 47,7%). La presencia femenina al igual que la masculina ha aumentado en el sector extractivo pasando de un 3,9% en el 2010 a un 4,9% en el 2011 y de un 4,6% en el 2010 a un 5,8% en el 2011, respectivamente. Los otros dos sectores, el de transformación y servicios, han visto una reducción en ambas tasas, pasando en el primer caso la masculina de un 26% en 2010 a un 22,9% en 2011 y la femenina de un 12,9% en 2010 a un 10,5% en 2011; y en el segundo caso, la masculina de un 27% en 2010 a un 23,6% en 2011 y la femenina de un 23,4% en 2010 a un 22,3% en 201110. A diferencia del 2010, en el 2011 las iniciativas masculinas presentaron una mayor proporción de casos innovadores en producto o servicio que las femeninas (14,5% vs. 13,3%) destacando especialmente, el sector orientado al consumo. A mi modo de ver, esta diferencia, es el resultado de un perfil de emprendedora poco formada, que pierde la oportunidad abierta por las TIC; no sólo como sector en el que centrar su actividad, sino como medio para mejorar cualquier actividad a la que dediquen su empresa. El recrudecimiento de la crisis ha propiciado las diferencias de género entre las características de las empresas de hombres y mujeres. A diferencia del 2010, el abandono de negocios –incluso aunque sigan estando en otras manos – ha sido proporcionalmente mayor por parte de los hombres que de las mujeres, movidos por la falta de rentabilidad del negocio y de oportunidades para vender, acogiéndose más al traspaso efectivo y menos al cierre definitivo. Esta diferencia muestra a la emprendedora como sujeto comprometido con su proyecto empresarial, que busca el rendimiento a largo plazo. Se trata de un emprendimiento más fiable que el masculino, desde la perspectiva de la generación de tejido empresarial, tan necesario en el contexto de “espantada general” en el que nos encontramos. 10 Es previsible, aunque carezco de datos para constatarlo, que estos datos se actualicen en un incremento de los porcentajes de emprendimiento, en sectores similares, dada la ausencia de formación y orientación específica en otras direcciones más innovadoras. 1.2. ¿Cuál es el perfil socio-demográfico de la mujer emprendedora?11 1. La edad media se sitúa en los 38 años12, con responsabilidades familiares. Este dato supone un rejuvenecimiento de la edad media de los emprendedores y responde a la expulsión de las mujeres en esta franja de edad del mercado de trabajo. Se trata de una generación de mujeres más formadas que las anteriores en nuestro país. Sin embargo, esa formación está más dirigida al trabajo por cuenta ajena que al trabajo por cuenta propia. 2. La media de las emprendedoras vive en un hogar de tamaño medio, ligeramente superior a los 3 miembros. Este dato es fundamental, bajo el punto de vista de los retos a los que se ha de enfrentar la mujer emprendedora, dada su implicación en las responsabilidades del hogar y de la familia. Surge un problema no sólo de conciliación, sino de gestión de tiempos, que se ha de abordar necesariamente antes de afrontar el reto de iniciar una actividad por cuenta propia. 3. El nivel de formación y de acceso a la educación superior es menor en las emprendedoras que en los emprendedores, lo que se convierte en un obstáculo específico en el desarrollo de su actividad. El nivel de formación dificulta el acceso a la información sobre la fórmula a utilizar; sobre la idea de negocio y su viabilidad. Dificulta igualmente, el control por parte de la emprendedora del desarrollo de su propia actividad y, por supuesto, hace mella en la autoconfianza necesaria para iniciar y mantener un proyecto empresarial. 4. El nivel de renta de la mujer emprendedora es menor que el del hombre emprendedor. En consecuencia, se halla ante el reto de la financiación. Veremos cómo los planes públicos de fomento del autoempleo no contemplan estas especialidades, ni prevén planes específicos para este colectivo. 5. En cuanto a la forma en que articulan su proyecto emprendedor, la mayoría opta por el autoempleo individual, sin adoptar forma jurídica alguna. Se trata pues de microempresarias que, ocupan entre 1-9 trabajadores como regla general. 11 Datos obtenidos del Estudio de investigación Impacto de actividad empresarial femenina en la economía española. Elaborada en el convenio de colaboración entre BANESTO (Fundación Sociedad y Tecnología) y OMEGA (Organización de Mujeres Empresarias y Gerencia Activa), encargada a DEMÓTICA CONSULTORES S.L. 2009. www. mujeresempresarias.org. Estos datos han sido actualizados y contrastados con los obtenidos de forma más reciente de otras fuentes como el INE; EUROSTAT Y OCDE. 12 Informe GEM. 6. ¿Cuántas de estas mujeres provienen del desempleo? No he hallado datos integrados que me permitan contestar a esta cuestión básica de forma rigurosa. 1.3. Tipos de emprendedora para una muestra global Una de las cuestiones que dificultan abordar con rigor el tema elegido, es la heterogeneidad de las fuentes consultadas; la variedad de informes, de orientación muy diversa, que ofrecen datos, en ocasiones comunes; pero en otros casos, condicionados por la base asociativa que lo ha encargado13. Por este motivo, considero de interés aportar una tipología propia de emprendedora que permita observar el sujeto que realmente es “empoderado” a través de la generación de su propio empleo14. En esta tipología encontraríamos a: 1. Emprendedoras a la fuerza: o Mujeres en situación de desempleo a las que se ofrece la posibilidad de “emprender su propio trabajo” como alternativa, a través de los medios formales que ofrecen las administraciones públicas -locales, autonómicas y estatales-. Constituyen la inmensa mayoría del autoempleo femenino. o Mujeres que han estado apartadas del mercado de trabajo por su dedicación a la familia y que transitan desde el desempleo al autoempleo. 2. Emprendedoras condicionadas: o Muchas asalariadas optan por generar su propio empleo cuando, por motivos de discriminación, se presenta una barrera invisible por encima de ellas, que imposibilita su promoción profesional. o Mujeres que han trabajado toda su vida a la sombra de su marido y deciden montar su propia empresa como fórmula de emancipación, de visibilización. 3. Emprendedoras en sentido estricto: o Mujeres con un nivel de estudios alto, que ocupan puestos de trabajo de responsabilidad y que, por voluntad propia eligen dejar el mundo del trabajo asalariado para hacer uso de la experiencia adquirida y embarcarse en un proyecto autónomo. 13Baste observar los estudios encargados por las diferentes asociaciones, federaciones y confederaciones de empresarios y empresarias (Ej. Libro Blanco de la iniciativa emprendedora en España. Fundación Príncipe de Girona-ESADE, 2010; Mujeres Empresarias en la Economía Española, Cámaras de Comercio. Fundación Incyde, 2007; Impacto de la actividad empresarial femenina en la economía española. Banesto. Fundación Sociedad y Tecnología-OMEGA; entre otros) 14 Ver, por ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=QfLtC6JL5pY; también http://www.eigualdad.net/iniciativas/banco-experiencias/creacion-fortalecimiento-empresarial/emprendedoras o Mujeres formadas, generalmente jóvenes, que contemplan como única opción para realizarse profesionalmente el trabajo por cuenta propia. La pertenencia de la emprendedora a uno u otro colectivo va a matizar su perfil y, con ello, va a condicionar el proceso de constitución, viabilidad y éxito de su proyecto empresarial. 4. Colectivos con riesgos específicos: o Mujeres inmigrantes: tienen problemas concretos en formación (por defecto o por exceso, de acuerdo con la demanda de nuestro mercado de trabajo); dificultades en el acceso a la información por la falta de familiaridad con los servicios públicos de tramitación; ausencia de redes de apoyo familiar y de amistad, etc. o Mujeres en el entorno rural: con dependencia de la agricultura, ganadería y ubicadas en zonas de baja densidad de población. Son regiones especialmente afectadas por la baja tasa de actividad femenina y muy masculinizadas. La principal salida se está centrando en el comercio, la artesanía y el turismo rural15. o Falsas emprendedoras-emprendedoras invisibles: las mujeres que no toman la iniciativa de generar una actividad empresarial pero colaboran, e incluso dirigen habitualmente, el negocio financiado por sus compañeros o familiares masculinos. 1.4. Grandes retos para el emprendimiento femenino 1. El acceso a la formación y a la información: este reto afecta a todas las categorías enumeradas; incluso a la de mujeres formadas. En su caso, no hay un déficit de formación técnica en la actividad que quieren llevar a cabo sino en “cómo ser empresarias”. Otro déficit formativo importante se refiere al uso de las TIC, fundamental a la hora de iniciar un pequeño proyecto empresarial independiente (por tanto, fuente de empoderamiento femenino). El acceso a la información sobre qué tipos societarios elegir, cuáles se adaptan más a su proyecto empresarial, también supone un obstáculo. No hay puntos centralizados de información; no hay formación específica de los informadores; no se favorece la accesibilidad a la información. Por el contrario, la 15 El movimiento cooperativo, tiene entre sus objetivos visibilizar y empoderar estos colectivos especialmente sensibles: https://www.youtube.com/watch?v=pfGOFbK1HPw información se halla dispersa16 y para algunas categorías de mujeres con problemáticas especiales se convierte en un primer gran obstáculo (ej. mujeres con edad en torno a los 50 años, que por el discurrir de la historia española se encuentran especialmente afectadas por la falta de acceso a la formación. Sin embargo, son mujeres con un gran potencial por su experiencia vital que pueden atender nichos de empleo fundamentales como la atención domiciliaria, cuidado de mayores, etc.)17 2. El acceso a la financiación: se trata de un problema común a todo el emprendimiento en este momento, pero con especial incidencia en el caso femenino. Ya en el año 2007, previo al “inicio” de la crisis, el Informe del Banco Mundial de la Mujer sobre el acceso a los microcréditos, ponía en evidencia que existía un problema real de discriminación por parte de las entidades bancarias que impedía a las mujeres acceder a la financiación18. Esta situación, atenta claramente contra el art. 29 de la Ley 20/2007, 11 de julio, por la que se aprueba el Estatuto del Trabajo Autónomo (LETA), que ordena a los poderes públicos el desarrollo de planes de apoyo financiero a las iniciativas económicas y, por supuesto, contra el art. 60 de la Ley Orgánica 3/2007, 22 de marzo, para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres (LOIMH), que establece la igualdad de trato en el acceso a bienes y servicios de suministro. 3. La gestión de los tiempos: es un problema más amplio que engloba la cuestión de la conciliación. Problemas, que ciertamente presentan elementos comunes en el trabajo por cuenta ajena y en el trabajo por cuenta propia femenino. Efectivamente, las dificultades para gestionar el tiempo dedicado a la empresa y hacerlo compatible con el tiempo dedicado a la familia constituye uno de los motivos de fracaso de las pequeñas empresas constituidas por mujeres. A falta de comprobar los efectos positivos del reconocimiento del derecho a la conciliación familiar y personal con la actividad profesional a los trabajadores autónomos por la LETA, la imposibilidad de compatibilizar los distintos roles que se asignan y que son asumidos por la mujer emprendedora (empresaria, 16 No es inexistente, pero sí es dispersa y provoca el abandono en quienes no tienen habilidades para buscar esa información, o no pueden realizar la inversión inicial para acceder a una buena información. No hay más que introducir los términos “guía para emprendedora” en google, para encontrar infinidad de fuentes de información. Pero ¿quién traduce el lenguaje técnico empleado? ¿quién orienta para adaptar el proyecto personal a las distintas fórmulas societarias? 17 Véase la experiencia de Ñapas. S. Coop. http://www.ñapas.com.es/ 18 El documento se encuentra en http://www.fademur.es/. En él se afirma que las condiciones exigidas a las mujeres para acceder al crédito son peores que las ofrecidas a los hombres. empleadora, madre, gestora del hogar, compañera: lo que compone el denominado “síndrome de la mujer maravilla”); la falta de conocimientos sobre gestión de los tiempos; la ausencia de una red de apoyo, tanto personal como pública; etc., plantean dificultades que obstaculizan la viabilidad y rentabilidad de cualquier proyecto empresarial. 2. PLANES DE AYUDA Y FOMENTO DEL EMPRENDIMIENTO Y DEL TRABAJO AUTÓNOMO. DUDAS SOBRE SU EFICACIA. Los planes de ayuda y fomento del emprendimiento vienen de lejos en el tiempo y en el territorio. El objetivo de este epígrafe, es observar en qué consisten tales planes y en qué medida se adaptan al perfil descrito a lo largo de las páginas precedentes. Partiré del ámbito europeo para ir descendiendo a los niveles territoriales más cercanos a los problemas reales de naturaleza local. Así, en primer término, es destacable que La Estrategia de Crecimiento de Europa 202019 se centre en la generación de empleo por cuenta ajena. De hecho, el “Paquete de Empleo”, aprobado por la Comisión en 2012, se marca como objetivos prioritarios: la creación de puestos de trabajo; el restablecimiento de la dinámica de los mercados laborales y la consolidación de la gobernanza de las políticas de Empleo. Por tanto, a priori, y dejando a salvo iniciativas como el Programa PROGRESS, financiado por el Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización (FEAG), con la finalidad de formar en la búsqueda de empleo y en la generación del propio empleo; o el Instrumento Europeo de Microfinanciación Progress, el más indicado para la creación de microempresas; el empleo por cuenta propia no aparece entre las prioridades europeas20. Sin embargo, no parece proponerse lo mismo en el Estado Español. Entre los discursos políticos, institucionales, que se entremezclan en extraña confusión, es fácil ver reiterada, como si de un “mantra” se tratara, la expresión “fomento del emprendimiento”. Resultado de esta reiteración es el todavía Real Decreto Ley 4/2013, 22 de febrero (BOE 23 de febrero) de medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo del crecimiento y de la creación de empleo. Pues bien, tal y como expone el propio legislador, el eje vertebrador del RD-Ley es la promoción de la cultura emprendedora, haciéndose imprescindible que desde las 19 20 http://ec.europa.eu/europe2020/index_es.htm http://ec.europa.eu/social/main.jsp?langId=es&catId=86 Administraciones Públicas se potencia y facilite la iniciativa empresarial. Ahora bien, esa promoción se expresa, en el Título I en el diseño de una “Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016”, invitando a toda entidad, pública o privada, a participar en la misma. En consecuencia, se apuesta por el emprendimiento, pero no se define, ni se indica conforme a qué valores y principios se debe fomentar esa cultura emprendedora. Estas tareas son, a mi juicio, imprescindibles para que esta propuesta alcance el objetivo de lograr un sistema productivo “sostenible”21. De otra parte, la apuesta por el emprendimiento es hacia el sector más afectado por la crisis del empleo por cuenta ajena: el juvenil, descartando el potencial de otros colectivos como el femenino, con sus propias particularidades. En relación con esta última reflexión, las medidas que propone el Gobierno son puramente superficiales: en el Capítulo I del Título I, se adoptan medidas dirigidas a reducir el coste inicial de la puesta en marcha de un proyecto empresarial (nada se señala sobre la necesidad de formación e información)22; en el Capítulo II del mismo Título I, se reforma el marco fiscal, proponiendo una reducción de la cuota a pagar por el Impuesto de Sociedades a partir de la obtención de beneficios por valor de 300.000 euros (¿a quién va dirigida esta medida? Claramente, no a la inmensa mayoría de jóvenes que inician su primer proyecto empresarial); en el Capítulo III se adoptan algunas medidas, de nuevo, de mero maquillaje, para incentivar la Economía Social. Por último, resultaría de interés el Capítulo IV, destinado a la mejora de la intermediación laboral. Sin embargo, deja fuera la necesaria formación de quienes informan, para que lo hagan de forma coherente con el “eje vertebral” de la norma. No es lugar ni momento para analizar en profundidad este RD-Ley, baste con señalar que no es el resultado de una labor previa e imprescindible de diagnóstico del perfil del emprendedor, por el contrario, se trata de una norma apresurada. Se habla de la interlocución con asociaciones de Trabajadores Autónomos y de Economía Social, pero los 21 El art. 2 de la Ley 2/2012, 14 de junio (BOE, 6 de julio), de Medidas Urgentes de Apoyuo a la Iniciativa Empresarial y los Emprendedores, Microempresas y Pequeñas y Medianas Empresas de la Comunitat Valenciana, sí incluye su propio concepto de emprendedor «dentro de la Comunitat Valenciana», como aquella persona física que realice los trámites previos para poder desarrollar una actividad económica, bien sea como trabajador autónomo, cooperativista, socio de una pequeña y mediana empresa, sociedad laboral o a través de cualquier forma mercantil admitida en derecho, que tengan su domicilio fiscal en la Comunitat y siempre que el número de socios no sea superior a cinco. También contempla la especialidad del “joven emprendedor”, como aquél que reúne los requisito enumerados con una edad inferior a 35 años. 22 Sí se amplían las modalidades de capitalización de la prestación del desempleo, y se admite la compatibilidad durante un tiempo del cobro de la prestación por desempleo con el ejercicio de una actividad por cuenta propia. En este sentido, y desde la perspectiva del fomento de la generación del propio empleo por las mujeres, ha resultado más eficaz y práctica la STSJ-Castilla y León, Sala de lo Social, 31 de enero 2013 La Ley 2506/2013, que reconoce el derecho al desempleo en pago único aunque se desarrolle la actividad en el domicilio particular, incluso aunque el único cliente sea el marido. resultados no se adaptan más que a algunas de sus reivindicaciones, insisto, superficiales, que no abordan adecuadamente las cuestiones de fondo. Y, por supuesto, como ya he indicado, carece de adecuación a las especialidades del emprendimiento femenino, juvenil o no. Cuando se desciende al ámbito territorial autonómico se encuentran propuestas de mayor interés, pues parten de un diagnóstico local23. Sólo haré mención a algunas de las iniciativas adoptadas; aquellas que, a mi juicio, tienen un peso directo en el apoyo a la creación del propio empleo en general por los emprendedores y en algún caso aislado, específicamente por las emprendedoras. En este sentido, resulta de interés la Ley 2/2012, 14 de junio (BOE, 6 de julio), de Medidas Urgentes de Apoyo a la Iniciativa Empresarial y los Emprendedores, Microempresas y Pequeñas y Medianas Empresas de la Comunitat Valenciana, porque define la noción de emprendedor, de joven emprendedor, de microempresa, de pequeña y mediana empresa y el de pequeña empresa innovadora, primera aclaración esencial para definir a quiénes van dirigidas las medidas contempladas en la norma24. En segundo término, aborda medidas concretas de simplificación administrativa para iniciar la actividad empresarial, fundamental para evitar que el proyecto “enferme” en la maraña burocrática25. En esta misma dirección apunta, la previsión de un Consejo Valenciano del Emprendedor, que centralice y coordine las políticas de apoyo a los emprendedores. Una de sus primeras tareas es crear la Plataforma del Emprendedor, que permitirá el acceso rápido y fácil a la información básica para constituir un proyecto emprendedor. Sin embargo, adolece de un diagnóstico previo del desempleo y potencial emprendedor en el territorio al que se pretende aplicar, y con ello, de la previsión de medidas específicas adaptadas a cada colectivo. 23 Resolución 27 de febrero de 2013, del Director Gerente del Instituto aragonés de Empleo, por la que se convocan para el año 2013 las subvenciones del Programa ARINSER, para la integración socio-laboral de personas en situación o riesgo de exclusión a través de empresas de inserción (relacionar con cooperativas y sectores de emprendimiento de la mujer). Queda comprendido en la “Estrategia Aragonesa de competitividad y crecimiento” 24 En un sentido muy similar lo define la Ley 15/2011, de 15 de diciembre (BOE 27 de marzo de 2012), de Emprendedores, Autónomo y Pyme de la Comunidad Autónoma de Castilla-la Mancha. Llama la atención que entre los objetivos de esta ley, esté el de “dignificar” el término empresario, y que la mayoría de la medidas previstas afecten a la educación introduciendo en todos los ámbitos la “cultura emprendedora”. Lo mimo hace la Ley Foral 12/2013, de 12 de marzo, de apoyo a los emprendedores y al trabajo autónomo en Navarra (BO-Navarra 53—18 de marzo), en sus arts. 1 y 2. 25 En la misma dirección apuntan los arts. 10 y ss. de la previamente citada Ley 15/2011, de Castilla-la Mancha. Otra medida interesante, en este caso adoptado en Castilla-la Mancha, es la de promoción de la tutela a emprendedores a través del asociacionismo de los diferentes sectores empresariales representativos26. Quizá sea la Ley Foral 12/2013, de 12 de marzo, de apoyo a los emprendedores y al trabajo autónomo en Navarra (BO-Navarra 53—18 de marzo), la que más ha llamado mi atención, por su coherencia interna y, con ello, por su viabilidad. Expresión clara de esa coherencia es que el objetivo que se impone la norma es «marcar una hoja de ruta completa… en aras de potenciar este ámbito económico cada vez más importante». La norma apuesta desde el principio por la Economía Social, por el cooperativismo, como instrumento útil para la dinamización del tejido empresarial, por los resultados aportados antes y durante la crisis. He aquí un fundamento fáctico de interés, que nuevamente dota de coherencia a la norma. Además, se opta por una vía de financiación asimismo coherente con la realidad microempresarial, cual es la microfinanciación y los microcréditos sociales. Igualmente, se crean figuras específicas como el de intermediario financiero, especialista en trabajo autónomo y apoyo a emprendedores, como fórmula de formación e información adaptada a cada proyecto y se adentra, de forma detallada y concreta, por tanto, eficaz, en el papel de formación, inserción y orientación en el ámbito del empleo autónomo del Servicio Navarro de Empleo27. Esta norma es la única, entre las consultadas, que contiene entre sus principios informadores la perspectiva de género en el diseño, planificación, ejecución y evaluación de las acciones que se desarrollen en el marco de la Ley, garantizando la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. De hecho, en su art. 8 contempla entre los beneficiarios de las políticas activas para el autoempleo, a las mujeres, junto a los parados de larga duración, las personas con discapacidad o en situación de exclusión social e inmigrantes. A través de este recorrido, se puede observar cómo del ámbito territorial más amplio al más local se observan importantes diferencias de efectividad, hasta el punto en 26 Arts. 29 y ss. Ley 15/2011, de Castilla-la Mancha. La Orden 11 de marzo de 2013, del consejero de Economía y Empleo, por la que se convocan para el año 2013 las subvenciones reguladas en el Decreto 111/2012, de 24 de abril, del Gobierno de Aragón por el que se aprueba el Programa de Emprendedores y se establecen las bases reguladoras parra la concesión de las subvenciones contempladas en el mismo para la promoción del empleo de aquellos emprendedores que se establezcan como trabajadores autónomos o constituyan microempresas en la Comunidad Autónoma de Aragón, es un paso adelante en la concreción de este tipo de medidas. La financiación es el carburante que mueve toda la maquinaria. Estos medios de financiación se encuentran igualmente, en el ámbito local, véase como ejemplo la Convocatoria de ayudas destinadas al Fomento del Emprendizaje y el Desarrollo Empresarial en el municipio de Santander para el año 2013, publicada en el Boletín Oficial de Cantabria, 26 de marzo de 2013. 27 que, en mi opinión, son las apuestas estrictamente locales, apoyadas en las estrategias autonómicas las que pueden dar frutos en el apoyo a la generación del propio empleo. No obstante, salvo en el caso de Navarra, se observa un claro déficit en la aplicación de la perspectiva de género, fundamental para contribuir al empoderamiento de las mujeres emprendedoras. 3. FÓRMULAS DE AUTOEMPLEO COLECTIVO Aunque, como ya se ha indicado, la mayoría de las mujeres optan por el trabajo autónomo o por las microempresas; esto es, el emprendimiento individual con pocos trabajadores a su cargo, una tendencia a fortalecer (y así lo evidencian algunas de las normas a las que he hecho alusión en el epígrafe anterior) es la del autoempleo colectivo; es decir, la asunción colectiva de un proyecto empresarial con sus riesgos y sus beneficios. Pues bien, son muy variadas las fórmulas sobre las que se puede construir ese proyecto colectivo, pero no todas ellas propician el empoderamiento de quienes desean liderar dicho proyecto, objeto de esta comunicación. No daría tiempo aquí a describir la estructura y funcionamiento interno de cada una de las formas empresariales que ofrece nuestro ordenamiento para funcionar en el mercado económico. Por ese motivo, me detendré a sintetizar aquellos aspectos que pueden poner de manifiesto qué fórmulas se adaptan en mayor medida al objeto del empoderamiento de las mujeres. En este caso, la forma sí importa. Dejaré de lado las sociedades personalistas (sociedades civiles, sociedades colectivas y comanditarias) por no ser muy utilizadas en el tráfico jurídico. Me centraré por tanto en dos grupos o categorías de empresas: las sociedades de capital (sociedades anónimas, sociedades limitadas, etc.) y las sociedades de economía social (sociedades cooperativas y sociedades laborales). ¿Cuáles son los rasgos tipológicos que definen a las sociedades de capital? Pues básicamente, son sociedades que se levantan sobre el protagonismo del capital social y de las funciones que le son atribuidas por la ley. A ello se suma un régimen de responsabilidad social limitada a las aportaciones realizadas al capital por cada socio y una enorme flexibilidad y capacidad de adaptación28. 28 FERNÁNDEZ DE LA GÁNDARA, L., La atipicidad en derecho de sociedades, Zaragoza (Pórtico), 1977, p. 34. El protagonismo del capital social hace que el poder de influencia sobre la vida societaria por cada socio venga condicionado por la cantidad aportada por él mismo o en asociación con otros socios con los que mantenga vínculos familiares o de otro tipo. Por tanto, son fórmulas que permiten el control efectivo de la sociedad por una minoría con mayoría de participación en el capital social. Se excluye el trabajo como objeto de aportación, si bien se admiten las prestaciones accesorias. Esto significa que quien sólo tiene su trabajo como medio de aportación a la empresa común, se ve alejado de la condición de socio y con ello, de la participación en la adopción de decisiones de gestión empresarial. Otra posibilidad es que acceda a la condición de socio, económicamente minoritario, y además trabajador, arrastrando la precariedad de ambas condiciones. Es necesario tomar en consideración, que en estas entidades las decisiones se adoptan por mayoría de capital social, hasta el punto que la voluntad societaria se confunde con la voluntad de aquel o aquellos que poseen la mayor parte del capital social; voluntad que se impone a los socios minoritarios. De otra parte ¿cuáles son las características de las entidades de Economía Social? El elemento común a sociedades laborales y a sociedades cooperativas es que en su filosofía prima la persona sobre el capital. Esta primacía se manifiesta de forma más expresa en las cooperativas, por lo que me centraré en ellas. Las cooperativas, sea cual sea su objeto, incluidas las cooperativas de trabajo asociado o las cooperativas de iniciativa social, se rigen por leyes que han asumido los principios y valores cooperativos declarados por la ALIANZA COOPERATIVA INTERNACIONAL29. Entre estos principios y valores se encuentran, y así se hallan recogidos en la ley nacional y en las normas autonómicas que regulan esta fórmula empresarial30, el principio de adhesión voluntaria y abierta (en igualdad de condiciones, sin causas de exclusión que den lugar a discriminación alguna); el de gestión democrática por parte de sus socios (se traduce en la regla “un socio-un voto”, con independencia del capital social aportado; el principio de participación económica de los socios (destinada a la financiación de la empresa, a la alimentación de fondos de reserva no repartibles como el fondo de educación y formación, o el fondo de reserva, cuya función es cubrir necesidades económicas de la entidad en caso de crisis económica, a fin de mantener los empleos de los socios); el principio de autonomía e independencia, de tal forma que ningún socio, sea cual 29 www.ica.coop.es Resulta ilustrativo el número 65 de la REVISTA DE ESTUDIOS COOPERATIVOS (REVESCO), 1995, en el que, monográficamente, varios autores analizaron “La identidad cooperativa”. 30 sea su aportación económica al capital social, pueda imponer su voluntad a la voluntad mayoritaria de los socios; el de educación, formación e información, que garantiza la mejora de la formación de los propios socios en su trabajo, como administradores o gestores empresariales o como parte del movimiento cooperativo; el principio de cooperación entre cooperativas, que fomenta el asociacionismo entre cooperativas, de modo que se forman redes de ayuda mutua que garantizan la viabilidad del proyecto empresarial; y finalmente, el principio de interés por la comunidad, que sitúa a las cooperativas en el ámbito local en el que inician su actividad, favoreciendo la consolidación de tejido tanto empresarial como social. Así pues, y a pesar de la necesaria síntesis, ambas categorías empresariales muestran distintos caracteres tipológicos, unos más favorables al empoderamiento de las mujeres que otros. Así, mientras en las sociedades de capital no es difícil encontrar a un socio inversor mayoritario, que se asocia con un socio minoritario que además aporta su trabajo, sin efecto emancipador; en la experiencia cooperativa, es fácil encontrar la puesta en práctica de proyectos emancipadores por mujeres, que consiguen alcanzar una dinámica de cooperación y apoyo mutuo y garantizar la viabilidad de su proyecto común. De nuevo quiero insistir en que no son las empresas las que reúnen la cualidad de cooperativas, sino las personas que las conforman. Por ese motivo, la cooperativa se ha de observar como un mero instrumento, que por su fisonomía, contribuye a conducir un proyecto cooperativo, en condiciones de igualdad y democracia, lo que contribuye a su vez al empoderamiento de quienes optan por esta vía. 4. AUTOEMPLEO FEMENINO Y EMPODERAMIENTO: A MODO DE CONCLUSIÓN. 1- El autoempleo como alternativa31 no es en absoluto una novedad. Sin embargo, cuando el autoempleo se une a los cambios que la mujer está experimentando en su propia concepción y en la concepción de su lugar en la sociedad, adquiere unos tintes especiales. Trasciende los meros efectos ocupacionales, para convertirse en una vía de 31 Así lo define expresamente la Ley Foral 12/2013, de 12 de marzo, de apoyo a los emprendedores y al trabajo autónomo en Navarra, BO Navarra 53, 18 de marzo, en su exposición de Motivos, para seguir señalando que «El autoempleo se configura efectivamente como respuesta a una situación difícil a la que por desgracia tan sólo se aplican medidas de ajuste cuando se ha mostrado que esos ajustes por sí solos conducen a una espiral de destrucción mayor de empleo, de falta de capacidad de consumo y por tanto, a más recisión». Esta Ley Foral ofrece un compromiso real y efectivo de la Administración Foral de Navarra con los emprendedores. emancipación de la mujer y en un instrumento que le permite transitar del ámbito privado a la conquista del ámbito público. 2- Actualmente, en nuestro país, la creación del propio puesto de trabajo, se está convirtiendo en “la opción”. No obstante, las medidas adoptadas en los distintos niveles territoriales para favorecer su elección no parecen lo suficientemente profundas como para garantizar la viabilidad de la misma. Es más, salvo honrosas excepciones, la perspectiva de género no aparece contemplada en estas medidas legales y de financiación pública, lo que va claramente en contra de la legislación vigente en materia de trabajo autónomo y de igualdad. 3- De los datos examinados se obtiene un perfil de mujer emprendedora muy particular, diferenciado del masculino. En general, existe una menor iniciativa emprendedora en la mujer, pero, cuando se produce, tiene una vocación de continuidad superior a la del emprendedor masculino. Además, opta por la generación de empleo y no tanto por la generación de beneficio inmediato, lo que contribuye a conformar un tejido empresarial y productivo más sostenible. Dentro de este perfil, he realizado una categorización de mujeres emprendedoras con la finalidad de mostrar cómo el empoderamiento de determinados colectivos mujeres emprendedoras a la fuerza, y mujeres pertenecientes a colectivos con dificultades adicionales-, es más difícil que el de otros. Para estos últimos es para los que la fórmula cooperativa puede suponer una buena estructura de “flotación”. 4- El empoderamiento, viene, a mi juicio, de la mano de la igualdad, de la democracia, de la autoayuda y de la autorresponsabilidad; todos ellos valores que rigen el movimiento cooperativo. Por este motivo vinculo esta finalidad emancipadora al medio cooperativo. 5- Sin embargo, el movimiento cooperativo por sí solo no garantiza que la mujer que genera su propio empleo de forma colectiva pueda superar los grandes retos a los que se enfrenta. En mi opinión es en el asociacionismo cooperativo y, particularmente, en el asociacionismo cooperativo femenino, donde la mujer puede encontrar el mayor apoyo para imponerse a esas desventajas. 6- En primer término, el reto del acceso a la formación. El hecho de que en las cooperativas sea obligatoria la creación y contribución económica anual a un fondo de formación, asegura la mejora de la formación de las socias. Esa formación puede ser básica, y favorecer además su autoestima y auto-concepción, y progresar hacia su formación como gestora de una entidad de economía social, contribuyendo a hacer su proyecto más eficaz y productivo. Igualmente, puede mejorar su especialización, su acceso a nuevas tecnologías, todo ello, asegurando la viabilidad de la empresa. 7- En segundo lugar, las dificultades en el acceso a la financiación: se ha podido ver que las Administraciones Públicas ofrecen algunas medidas de financiación, comunes a todos los colectivos, salvo en el caso de los jóvenes, colectivo este último prioritario. Sin embargo, los datos muestran que las mujeres emprendedoras deben acudir a mecanismos más flexibles y prácticos como son los microcréditos y la banca ética. Dentro de la banca ética son muchas las cooperativas de crédito que tienen como parte de su objeto social favorecer la creación de cooperativas y además, seleccionar a sus clientes con una perspectiva distinta, basada en el género, en la igualdad, en la innovación, etc. 8- Por último, el gran reto es el de la gestión de los tiempos, tan difícil de superar en todos los ámbitos, por el contexto en el que nos encontramos. Sin embargo, veo en la cooperación entre cooperativas una solución. Por ejemplo, la idea de una cooperativa de enseñanza que acoja a los hijos de otras cooperativistas en horarios adaptados a la actividad de éstas es una opción, que además generaría empleo. No obstante, considero que la mejor opción es aprender a gestionar los tiempos dentro de la propia cooperativa y, en la medida en que las decisiones son adoptadas por todas las socias trabajadoras, adaptar los turnos de trabajo, aplicar las nuevas tecnologías, generar nuevos puestos de trabajo, etc., que, permitan poco a poco dedicar más tiempo al ocio o a la familia. Esta sería una decisión adoptada democráticamente por las socias entre la opción A –incremento de los beneficios- y la opción B – reducción del tiempo de trabajo-, que en otro tipo de empresas no se podría si quiera soñar. 9- En consecuencia, considero que una vía para alcanzar el empoderamiento por la mujer, es la generación de su propio puesto de trabajo, pero bajo una fórmula que le permita controlar cómo y cuándo ha de desarrollarlo, de forma eficaz y viable32. 10- La opción cooperativa, tal y como ha sido configurada a lo largo de su historia, con los derechos y obligaciones que exige, puede ser un buen medio emancipador. Las sociedades de capital, también pueden serlo, pero para un perfil de emprendedora muy concreto. Entiendo que el caso de la emprendedora que opta por la sociedad de capital, pueden darse en dos contextos: el primero, aquel en el que hay un proceso previo de empoderamiento –económico, social y/o formativo- que conduce a esa elección; y un segundo, la ausencia de opción, la incorporación a un proyecto iniciado por otra persona o grupo de personas, o junto a una persona o grupo de personas de las que depende. Esa dependencia se suma en muchos casos a su exclusión del ámbito de protección del Derecho del Trabajo. Por el contrario, por las experiencias analizadas y citadas en la comunicación, el cooperativismo es, en muchos casos, un vehículo emancipador, fundamentalmente de ese colectivo de emprendedoras que denominaba “a la fuerza”. BIBLIOGRAFÍA Y OTRAS FUENTES DE INFORMACIÓN http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/statistics/themes http://www.ine.es http://www.oecd.org http://www.aseme.es/ http://www.mujeresempresarias.org/ http://www.fmujeresprogresistas.org http://www.femenp.es 32 Me ha llamado la atención el trabajo de ESTEBAN SALVADOR, Mº L., “¿Son las cooperativas más favorables a la presencia de mujeres en los consejos que otras entidades?”, publicada en REVESCO, núm. 110, Primer Cuatrimestre 2013. En su artículo concluye que son sociedades cooperativas con un número importante de mujeres en sus órganos de dirección y gestión, las que mayor rentabilidad económica han tenido en los últimos años. http://www.fidem.es http://www.itaong.org http://www.secot.org http://www.mujeresempresarias.org. http://www.coceta.coop http://www.celem.org www.oit.or.cr http://www.gemconsortium.org/docs/download/2262 AA.VV., “La identidad cooperativa”, REVESCO, núm. 65, monográfico, 1995. FERNÁNDEZ DE LA GÁNDARA, L., La atipicidad en derecho de sociedades, Zaragoza (Pórtico), 1977, p. 34 NAVARRO, V., TORRES LÓPEZ, J. y GARZÓN ESPINOSA, A. Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, 10ª Edic. , Sequitur, Madrid, 2011.