Vera Broïdo, musa revolucionaria Fue espectadora y activista de los movimientos culturales y políticos más transformadores del siglo XX Páginas 2 a 5 Ignacio Agustí, retrato de una época Biografía del creador de ‘Mariona Rebull’, catalanista y franquista, fundador de ‘Destino’ y pionero del best seller barcelonés Páginas 6 a 9 MIÉRCOLES 15 DE MAYO DEL 2013 569 TEMA Miércoles, 15 mayo 2013 Cultura|s La Vanguardia 2 Vera Broïdo La musa revolucionaria Su vida abarcó prácticamente todo el siglo veinte y fue no sólo testigo sino también protagonista de algunos de los acontecimientos de aquella época. Así, Vera Broïdo (San Petersburgo, 1907-Londres, 2004) conoció de primera mano hechos políticos como la revolución soviética y participó de movimientos artísticos y culturales como el dadaísmo o la revolución sexual. Trazamos un retrato de esta transformadora a partir de sus años ibicencos y su relación con el artista austriaco Raoul Hausmann La musa imprescindible En su relación con Hausmann, su triple condición de musa, espectadora y contrincante, que ella misma identifica en sus memorias Daughter of the Revolution. A Russian girlhood remembered, se asienta en muchos puntos de partida comunes: una idea holística de la cultura y las artes; la vivencia revolucionaria dispuesta a cuestionarlo todo y a experimentar en la cotidianidad; el rechazo al bolchevismo y al comunismo; la atención al cuerpo, la danza y la arquitectura como una re-construcción del espacio personal y social; el impul- tar de nuestra consciencia cósmica”. Una indagación psicodélica avant la lettre (de psique, mente, y delos, manifestación de la mente), recogida tanto en la novela dadaísta Hyle. Ser-Sueño en España, como en la co-invención del optófono: un ingenio que trataba de mediar entre dos sentidos, el oído y la vista, para amplificar lo que se revela bajo la apariencia. Si, como afirmaba Shakespeare, “estamos hechos de la materia de los sueños”, nada más acertado que el término griego hyle para titular un retrato literario en el lindar de lo que denominamos realidad: “Eivissa es: nada. Nada más. Sólo sueño”, escribe Hausmann. Hyle, novadora poética del desnudo en las fotografías de Hausmann es deudora de la excepcional corporalidad de Vera, para quien el nudismo era “tan natural como la tierra y el cielo”. Acostumbrada a vivir en libertad y a visitar los baños públicos rusos donde podía observarse un “panorama completo de humanidad femenina”, describe el desnudo como una suerte de mecanismo “nivelador” que hace aparecer como iguales a humildes y poderosos. Sentía particular ternura por las ancianas de caras arrugadas y cuerpos marchitos, pues le recordaban a su abuela. Una actitud bien alejada de la actual expectativa del cuerpo como espectáculo visual y signo de distinción regulado por un estándar corporal homogeneizador. Se aparejan así el original modo de ver del “fotógrafo honesto” con una modelo que –según Raoul– “produce la impresión de una heroína”, para dar cuerpo a ese “lenguaje nuevo”, una sabiduría en movimiento, capturada entre lo estático y el constante devenir de la vida, sobre la que construir un nuevo yo. ráneos. Ibiza siglo XX. Aunque el nudismo era practicado por algunos extranjeros, no les fue posible proseguir con las fotografías al aire libre al prohibirlo expresamente sus caseros y las costumbres isleñas. Sin embargo, tomaron algunas imágenes en interiores domésticos, así como en los umbrales fronterizos entre el espacio público y el privado. Canalizaron su curiosidad e impulsos creativos hacia un estudio etnográfico y arquitectónico que es todavía hoy punto de referencia en la historia de la arquitectura ibicenca. Amante de la vida en Siberia, donde el invierno es una larga noche de seis meses de duración introducido por un otoño y primavera en semioscuridad, Vera percibía los luminosos paisajes mediterráneos como “pura magia” salida de un “cuento de hadas”, pero “irreales” desde su perspectiva de “espectadora y extranjera”. No le parecía un paisaje para vivir, sino para soñar, actividad para la que estuvo siempre bien dotada y que conectaba plenamente con la investigación dadá en pos del “desper- la noción presocrática de materia anterior a la división entre potencia y acto, tiene un triple sentido: materia, origen y significado. Un concepto recuperado por la filósofa feminista contemporánea Judith Butler para nombrar la materialidad del cuerpo como una actividad transformativa, ofrecer una vía para la desobediencia a las normas que nos sujetan y contribuir a la deconstrucción de las presuposiciones metafísicas que subyacen los binarios espíritu-materia o mente-cuerpo, asociadas simbólicamente a la diferencia sexual jerárquica hombre-mujer. TEMA De Berlín a Benimussa: ser-sueño en Eivissa Tras la revolución dadaísta, en 1933 Eivissa se convierte para Raoul Hausmann en “la puerta de salida hacia un mundo vivible”, a escala humana. Vera recuerda la “belleza increíble” de una isla semejante a “un pañuelo ribeteado de encaje negro volando sobre el mar azul oscuro”, que la represión nazi pronto convirtió en exilio. Se unieron al ilustre grupo de intelectuales y artistas, cuyas estancias en la isla durante los años treinta y con posterioridad, contribuyeron a forjar el mito de Eivissa, tan exquisitamente documentado por Vicente Valero en Viajeros contempo- Miércoles, 15 mayo 2013 so transgresor ante la sexualidad, la moralidad y el patriarcado; y un modo poético de ser en el mundo. Poeta, bailarina, artista y flâneur internacional, define como un romance espacial su relación con ciudades como Minusinsk (Siberia), San Petersburgo, París y Berlín, entre otras, y llega a afirmar que los espacios le parecían más vívidos que las personas. La estética liberada de la joven –entendida como una determinada organización de los sentidos (del griego aísthêsis: sensación)– parece resolver la “batalla entre el cuerpo y el espacio” que Hausmann libraba en sus exploraciones coreográficas, admiradas por Vera, la espectadora. La in- Cultura|s La Vanguardia Vera Broïdo formó durante siete años una pareja de tres con el prominente dadaísta Raoul Hausmann y su mujer Heta Mankiewitz. Más allá de su reconocimiento como colaboradora artística de Hausmann –no sólo fue la modelo prácticamente única de sus innovadores desnudos, sino que también colaboró como etnógrafa en su estudio etnográfico-arquitectónico de Eivissa–, su camino merece una atención especial como protagonista de su propia historia, tejida al hilo de los diferentes ímpetus revolucionarios políticos, intelectuales y artísticos (revoluciones rusa, dadaísta, feminista, psicodélica, punk), que se trenzan una y otra vez en su trayectoria vital y en la de las personas que la acompañan. Raoul y Vera, una imponente veinteañera pelirroja, se conocieron en los círculos artísticos del Berlín de los años veinte. Vera le describe como un hombre bajo, robusto y chulo; no le pareció guapo ni le gustó su monóculo ni su ropa exagerada, aunque advirtió el carisma que emanaba. Invitada por los Hausmann a veranear en una isla del Báltico, aceptó ingenuamente halagada sin sospechar que se vería precipitada a un ménage à trois con un hombre que le doblaba la edad. Esta ingenuidad retrata a una persona cuya vida estuvo atravesada por la revolución y el exilio desde que a los siete años acompañó a su madre Eva Gordón, notable revolucionaria menchevique rusa, a su destierro en Siberia. La mayor parte de la infancia y juventud de Vera transcurrió huyendo, primero de la policía secreta zarista y más tarde de la represión bolchevique. Mientras sus padres –ambos judíos agnósticos, pacifistas y militantes del conocimiento y de la universidad como patria universal– se hallaban en misión política o padecían prisión, Vera era acogida por familias mencheviques que estimularon una sólida confianza en los demás, recogida en su apelativo como un sino: Vera (fe en ruso) fue nombrada en honor de las legendarias revolucionarias Vera Figner y Vera Zasulich. 3 PATRÍCIA SOLEY-BELTRAN La musa insumisa La vida idílica de la isla actuó como un espejo de perfección en el que Vera vio reflejado lo que calificó de “imperfecto y erróneo” en su vida. Al séptimo año de fascinación por el artista “medio genio, medio loco”, rompió un compromiso que comparó a “un contrato tan vinculante como un matrimonio”. Vera había crecido en la igualdad entre mujeres y hombres, ideal compartido por Hausmann (al > En la página de la izquierda, Vera Broïdo fotografiada por Raoul Hausmann, de la serie ‘Vera la espectadora’. En esta página, fotografía de Vera por Hausmann, imagen que recibió un premio de la revista ‘Studio’ TODAS LAS FOTOS DE ESTE DOSSIER HAN SIDO CEDIDAS POR GENTILEZA DE VICENTE VALERO. PROCEDENTES DEL RAOUL HAUSMANN ARCHIVE, MUSÉE DÉPARTEMENTAL D'ART CONTEMPORAIN DE ROCHECHOUART TEMA Miércoles, 15 mayo 2013 Cultura|s La Vanguardia 4 > menos en teoría) quien se pro- nunció en contra del matrimonio burgués y a favor de la libertad sexual de las mujeres en particular. Sin embargo, la amistad entre Vera y el joven Antoni Ribas, compañero de viajes del trío por la isla, enloqueció al hombre de la casa que trató de matar al supuesto seductor de su ficticia sobrina con un cuchillo. Desveladas sus contradicciones, emergió con claridad el carácter megalómano de Raoul enfrentado a Vera, la contrincante. Mucho camino por recorrer en la aspiración dadaísta hacia “la desintoxicación práctica del Yo” y la integración de una nueva genealogía feminista de afectos y deseos. Prosiguió la amistad y Vera rescató a Antoni de un campo de refugiados francés durante la pesadilla de la guerra civil española. En su revolución personal, esta moderna Ariadna efectuó una curiosa inversión del mito: abandonó a Teseo-Minotauro y a su (otra) esposa en Eivissa. Pronto recaló en otras islas, las británicas, donde residió el resto de su vida, esposó al historiador británico Norman Cohn y dio a luz a Nick Cohn, crítico de rock y coartífice del musical Tommy. Además de su autobiografía, Vera Broïdo escribió dos libros de historia basándose en las valiosas fuentes que poseía en virtud de su conexión familiar con la intelligentsia revolucionaria rusa. Su lectura llena de esperanza y de pavor: es tan conmovedor el reiterado compromiso idealista de miles de personas de todas las clases sociales al servicio de la liberación de los siervos, como pavorosa la crueldad de la represión y la sordera obtusa de las autoridades ante el justo clamor popular, con las desastrosas consecuencias que ya conocemos. Una entrevista a Vera Broïdo “El cuerpo posee fuerzas que producen arte” BARTOMEU MARÍ En julio de 1989 empecé a trabajar en la Fondation pour l’Architecture en Bruselas. Entre las muchas ilusiones y proyectos que acompañaron aquel momento figuraba, en primer lugar, la exposición Raoul Hausmann. Arquitecto. Eivissa 1933-1936. Una publicación con el mismo título da testimonio de esta muestra. Poco después, Vicent Todolí me encargó el comisariado de una exposición monográfica sobre Hausmann en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Con la ayuda de Corinne Diserens, entré en contacto con el experto ruso en arte de vanguardia Andréi Nakov, que me proporcionó una dirección postal de Vera Broïdo en alguien de Eivissa le interese el arte de vanguardia?”. Y cuando le pregunté si le podía hacer una foto me contestó, casi molesta: “No. Quiero que me recuerden cómo era antes”. ¿Cuándo conoció usted a Raoul Hausmann? Conocí a Raoul Hausmann entre 1928 y 1934. Su etapa activa, podríamos decir tormentosa, como dadaísta, había acabado hacía tiempo y se había retirado a una vida tranquila, muy íntima. Solía pasar de tres a cuatro meses de verano en Kampen, en la isla de Sylt en el mar del Norte, o en el pequeño pueblo pesquero de Jershöft en el Báltico. Eran lugares poco ¿Qué clase de cámara y equipo utilizaba? Cuando yo lo conocí fue siempre la misma cámara, una Rolleiflex. Le encantaba, la elogiaba siempre. Con la cámara colgada al cuello daba vueltas y vueltas hasta encontrar el ángulo justo. Nunca preparaba las poses ni decía: “¡Quieta!”. Yo solía estar dormida al sol, por ejemplo, y no me daba cuenta en absoluto de su presencia. ¿Revelaba sus fotografías él mismo? En Berlín tenía un laboratorio completamente equipado donde revelaba sus fotografías. Nunca las retocaba, pero siempre recortaba sus positivados. ¿Qué otras cosas fotografiaba, aparte de los desnudos? Al aire libre fotografiaba arena, piedrecitas, espuma, olas... cualquier cosa que le atrajera por su forma o, especialmente, por su textura. Tenía una vista maravillosa para las plantas y hierbas que crecían al borde de los caminos. En interiores nunca preparaba sus temas y muy pocas veces ajustaba la luz. De hecho, en Eivissa, en ocasiones fotografiaba interiores oscuros sin ninguna iluminación especial. Utopía Las musas (vocablo de raíz indoeuropea que significa pensar, presente en los vocablos mente, museo y memoria) son la personificación femenina de un concepto: la fuente de conocimiento de la que bebían la poesía, las artes y las ciencias, encargadas de apalabrar nuestra realidad y dotarla de sentido. Si el conocimiento es necesario, la musa imprescindible, pues desde ese “cielo azul” que habita abre las puertas de lo fortuito a la injustamente denostada investigación básica. Hoy surgen, como diamantes en el fango, nuevos caminos para la utopía, acciones pacíficas y movimientos transfonterizos. Contra la ruindad, desobediencia civil: de las Pussy Riot y Voina a las asambleas del 15-M y Occupy Wall Street, pasando por el activismo internáutico y otros muchos, se cuestionan las creencias mutuas que sostienen una realidad al servicio del dinero en lugar de las personas. Y es que las musas (r)evolucionarias dan mucho que pensar. Sean bienvenidas, en sueños y en vigilias. | dunas, detrás de Kampen, o en Jershöft, nadie te molestaba y era allí donde Raoul Hausmann hacía sus fotografías de desnudos. ¿Cuándo empezó Raoul Hausmann a fotografiar? Antes de que yo le conociera, pero creo que su etapa más prolífica fue entre 1927 y 1934. ¿Estuvo influido por, o influyó a su vez a otros fotógrafos? En cuanto a sus orígenes no lo sé. Aunque cuando me encontré con Moholy-Nagy en una calle de Londres años después, me dijo que “todos nosotros estábamos influenciados por él; él fue el primero”. Otra imagen de Vera retratada en Eivissa por Hausmann las afueras de Londres. Después de intercambiar algunas cartas, la fui a visitar. Debió ser el año 1993 y era verano. Conversamos en el jardín de una casa tradicional modesta pero muy elegante. Después de corregirme algunos pasajes de mi texto en el catálogo que antes he mencionado me pidió muy sorprendida: “¿Cómo es posible que a conocidos en aquel tiempo, lugares que brindaban la posibilidad de bañarse y tomar el sol desnudos, en intimidad, que era aprovechada sobre todo por los artistas. Al igual que muchos de ellos, Raoul Hausmann odiaba la vulgaridad de las colonias nudistas populosas que estaban empezando a surgir por toda Alemania. En las ¿Permaneció en contacto, durante aquellos años, con sus amigos de la primera etapa? En la época en que yo le conocí, Raoul Hausmann había roto completamente con aquellos dadaístas que habían sido comunistas –los hermanos Herzfelde, Wieland y John (Heartfield)–, George Grosz y otros. Consideraba que todas las ideologías, pero especialmente las ideologías políticas, eran incompatibles con dadá. Y no se hacía nin- Vera Broïdo Lenin and the Mensheviks: The Persecution of Socialists under Bolshevism WESTVIEW PRESS, 1987 ‘Eivissa interior’. Vera retratada por Hausmann en alguna de las casas que habitaron en Eivissa guna ilusión respecto a la Rusia soviética. una nueva dirección dictada por la organización de mi cuerpo”. ¿Con quién seguía encontrándose? Siguió siendo amigo de Kurt Schwitters, Johannes Baader, Mynona y Arthur Segal. Pero también veía, ocasionalmente, a Hans Richter, César Domela, Franz Jung y Moholy-Nagy. De hecho, la mayor parte del grupo dadá se había dispersado por entonces; muchos de ellos ya no vivían en Berlín, ni siquiera en Alemania. Casi nunca hablaba de sus amigos, salvo de Schwitters y, en particular, de Baader, a quien estimaba de verdad, y John Heartfield, a quien nunca perdonó por reivindicar la invención del fotomontaje. Eso le exasperaba. ¿Qué quería decir con eso? Esencialmente –y me baso en muchas de sus declaraciones posteriores–, dadá, al abolir los valores estéticos absolutos, estableció el cuerpo propio como única fuente y como árbitro de toda actividad artística. El cuerpo individual posee reglas y fuerzas interiores que, si son obedecidas, producen arte. ¿Llegó Hausmann a exponer o publicar sus fotografías? Que yo sepa, no. La única excepción fue la foto de mi cuello y hombros (como alas), que envió a la revista Studio en Londres; participó en un concurso y ganó un premio por ella. ¿Qué inspiración o teoría había detrás de su fotografía? Sé que en sus primeros días como dadaísta proponía y acostumbraba a publicar una teoría para cada cosa que hacía. Pero estando conmigo, raras veces hablaba de lo que le impulsaba a hacer una cosa u otra. Sin embargo, creo, o supongo, que la inspiración era la misma en todo su arte y que se remonta a algo que escribió tras la muerte de dadá, en el artículo Dadá s'émeut, se meut et meurt à Berlin. Desconozco cuándo lo escribió por primera vez. El fragmento relevante dice así: “Busco ¿Cómo funcionaba en la práctica? Funcionaba de manera más clara en su danza. Decía que cuando bailaba, primero tenía que destruir el espacio circundante, convencional, y entonces construir su propio espacio individual siguiendo los dictados de las leyes de su cuerpo. Y era en este, su propio espacio, donde sus movimientos se convertían en suyos realmente, ni imitativos, estereotipados, ni convencionales. Ciertamente, cuando le observaba bailar, podía presenciarlo. Incluso en el caso más limitado, cuando, sentado bajo una luz intensa, bailaba solamente con su rostro. ¿Qué otras artes practicaba? Aparte de la danza, su interés principal era la fotografía. Cuando yo le conocí nunca pintaba y, más tarde, sólo al pastel. Escribía un poco –creo que en Jershöft empezó el libro que luego sería Hyle. Y seguía interesándose por la optofonética. Incluso llegó a patentar un aparato, el optófono; mi hermano, que era ingeniero e inventor, le ayudó a hacerlo técnicamente posible y a presentarlo después en Londres. ¿Hablaban ustedes con frecuencia de su arte? Él hablaba mucho, con frecuencia, de su danza. Sobre su fotografía no hablaba nunca. Pero pienso, o imagino, que esta se regía por los mismos principios. Su cámara, que amaba y dominaba a la perfección, era parte de su cuerpo y se ceñía a las mismas reglas internas; de ahí la profunda empatía establecida entre él y sus temas. En sus escritos ocurría lo mismo; un día, en Jershöft, me dijo que intentaba escribir igual que se movía –traduciendo en palabras los movimientos de su cuerpo, de sus pies, mientras nos dirigíamos por el camino a la playa. Incluso en sus preocupaciones relativas al vestir (poseía catorce trajes diseñados por él mismo) seguía las reglas del cuerpo. ¡Inventó un corte de pantalón verdaderamente cómodo! Lo confirmo, pues yo también lo llevaba a menudo. ¿Y qué le llevó a Eivissa? Fue en el verano de 1932, en Jershöft, cuando conocimos a una pareja. Él era escritor, y nos dijeron que se iban a Eivissa. Unos amigos les habían dicho que se trataba de un lugar virgen, hermoso y barato, un sitio perfecto para trabajar. Nos sentimos tentados; Alemania se estaba convirtiendo, con inusitada rapidez, en un lugar muy desagradable. Así que les pedimos que nos escribiesen desde Eivissa. Y lo hicieron, para decirnos que era todavía mejor que lo que esperaban –debíamos ir a principios de año para así acostumbrarnos al calor. Recogimos nuestras cosas y fuimos a principios de 1933. | Recuento de la brutal exterminación de los mencheviques tras la Revolución: una de las asesinadas fue la madre de Vera tras alfabetizar… ¡al propio Kalinin! Con anécdotas reveladoras sobre la vida íntima de líderes como Lenin, entre otros. Vera Broïdo Apostles into Terrorists: Women and the Revolutionary Movement in the Russia of Alexander II MAURICE TEMPLE SMITH LTD., 1978 Una recuperación del papel clave de las mujeres en las revoluciones rusas del siglo XIX, cuya integración igualitaria fue apoyada con entusiasmo por la ‘intelligentsia’ masculina; con perspicaces observaciones acerca de las mentalidades, ambientes y sentimientos de la época. Raoul Hausmann Hyle. Ser-sueño en España Vicente Valero Viajeros contemporáneos. Ibiza, siglo XX PRE-TEXTOS, 2004 Delicioso y seminal ensayo de investigación del poeta ibicenco sobre las personas viajeras, artistas, creadoras y aventureras que dan vida al mito internacional de Ibiza, espacio utópico y de ensueño por excelencia. Bartomeu Marí, Eva Züchner, Bernard Ceysson Raoul Hausmann 1886-1971 IVAM, 1994 Catálogo de la exposición del IVAM sobre la obra del artista vienés. VV.AA. Raoul Hausmann, arquitecte, Eivissa 1933-1936 EDICIONS SA NOSTRA I TALLER D'ESTUDIS DE L'HÀBITAT PITIÚS, 1991 Catálogo de la exposición en el Centro de Cultura de Sa Nostra (Mallorca) y el Museu d'Art Contemporàni d'Eivissa. Eva L'vovna Broïdo Memoirs of a Revolutionary OXFORD UNIVERSITY PRESS, 1967 Memorias de Eva Broïdo, lideresa menchevique asesinada durante la represión staliniana, editadas por Vera, su hija. Norman Cohn The Pursuit of the Millennium OXFORD UNIVERSITY PRESS, 1957 / 1970 EDICIONES TREA, 1997 Cuerpo, psique, nada, sexo, espacio, vacío, materia, movimiento, lunusluna, sol, tierra, mar, viento, palabras, dioses, Célebre estudio sobre los cultos milenaristas de la Edad Media en los que se enraíza el totalitarismo del siglo XX. SUMA DE LETRAS, 1970 / 2004 Uno de los primeros ensayos culturales críticos sobre el rock por el hijo de Broïdo y coguionista del musical ‘Tommy’. Su aportación, convertir a Tommy en un líder espiritual ciego, sordo y mudo, resuena con ecos del pensamiento acerca de la revolución, la fe y la consciencia, presentes tanto en los dadaístas como en el trabajo de sus progenitores y el movimiento psicodélico. Greil Marcus Lipstick Traces HARVARD UNIVERSITY PRESS, 1989 Miércoles, 15 mayo 2013 Fascinante testimonio autobiográfico que recoge desde la vida en las comunidades revolucionarias del exilio siberiano y el júbilo inicial de la Revolución del 17 de Octubre (7 de noviembre en nuestro calendario Gregoriano), hasta la huida a Eivissa, e incluye jugosas anécdotas sobre los Hausmann y su entorno berlinés. Nick Cohn Awopbopaloobopalopbamboom. Una historia de la música pop Cultura|s La Vanguardia CONSTABLE, 1999 mujeres, hombres, preguntas, silencio: “Hyle, hyle, fluye huyendo”. Fascinante novela dadasófica sobre la condición humana encarnada. Reparto: Gal, Ara y la Pequeña. 5 Vera Broïdo Daughter of the Revolution. A Russian Girlhood Remembered. TEMA Referencias bibliográficas Ensayo un tanto salvaje que relaciona dadá y la contracultura punk con la teología renacentista de Juan de Leiden, conectando así los intereses de Vera, Norman y Nick Cohn. ARCHIVOS SONOROS: Vera Broïdo My Century. The story of the XXth Century by those who made it. Five people recall their experiences of exile. Siberian exile. A los 91 años, Vera cuenta el exilio en Siberia para la BBC Radio (21 de abril de 1999) y arranca a su bella voz conmovedores compases de una canción llena de nostalgia que cantaban los exiliados. www.bbc.co.uk/wo rldservice/people/f eatures/mycentury /wk16.shtml Raoul Hausmann Poemas fonéticos Pueden escucharse algunos de sus hilarantes poemas fonéticos en: www.ubu.com/sou nd/tellus_21.html www.nga.gov/exhi bitions/2006/dada /techniques/sound /hausmann.mp3