y al film noir (siendo generosos), en otra de sus desdichadas “recreaciones” de títulos famosos. Ópera en Austria Don Giovanni en Viena La Staatsoper repuso la reciente producción de Don Giovanni concebida por Jean-Louis Martinot y estrenada en 2010. Mitad minimalista, mitad tradicional, al menos interesante al final del primer acto con la mascarada en casa de Giovanni. Este trabajo escénico se apoya mucho en la iluminación de Fabrice Kebour. El titular recayó en Ildebrando d’Arcangelo, siendo adecuado en voz y presencia escénica. Sobresalió también la dramática voz de Camilla Nylud en Donna Anna e Ileana Tonca como una grácil y ligera Zerlina. Complementaron el reparto Malin Hartelius (Elvira), Wolfgang Bankl (Leporello), Adam Plachetka (Masetto), Pavol Breslik (Ottavio) y Sorin Coliban en el Commendatore. Obligado mencionar la batuta enérgica del joven maestro Patrick Lange, quien mantuvo la cohesión de la partitura mozartiana sin decaer en ningún momento. por Gabriel Rangel L’italiana in Algeri en Viena La ya clásica producción de Jean-Pierre Ponelle tuvo su reposición en esta temporada 2010-2011 en la Ópera Estatal de Viena. Una delicia de principio a fin. En los roles principales cantaron la mezzo Vivica Genaux (Isabella), Javier Camarena (Lindoro) y Michele Pertusi (Mustafá). Siempre es grato escuchar y ver a un connacional en un importante coliseo operístico, y doblemente grato cuando tiene una noche redonda, como fue el caso. Su voz corrió bien por el teatro y su fraseo guardó estilo belcantista con agudos firmes. Genaux es sin duda una de las mejores mezzos rossinianas en activo hoy por hoy, con gran facilidad para la agilidad vocal y de graves resonantes; ello también audible en la velada. El Mustafá de Pertusi fue derroche de comicidad y agilidad escénica. Del elenco también debo mencionar al veterano Alfred Sramek haciendo un divertido Taddeo. La dirección concertadora corrió a cargo de Bruno Campanella, quien conoce bien estas partituras pero resultó en cierto momento algo confuso para los cantantes, al hacer contrastes de tiempo fuera de lo tradicional. por Gabriel Rangel Norah Ansellem es muy buena profesional, pero su voz muestra problemas, con pérdida de esmalte a medida que las notas ascienden, y fue más que nada voluntariosa. Mucho mejor, en cualquier caso, que los casi consternantes Dan Paul Dimitrescu (un Conde más bien desafinado) o Clemens Unterreiner (un Bretigny brutal). Muy aplaudido, el Lescaut de Tae Joong Yang, muy joven y dinámico (otro personaje marcado de forma absurda), que cantó bien pero de modo totalmente anónimo. Discretos los demás. por Jorge Binaghi Simon Boccanegra en Viena La nueva dirección del Teatro trae nuevas figuras y mantiene varias de las de antes, como debe ser. En Simon Boccanegra, con una buena puesta en escena de Peter Stein que lleva ya más de 50 representaciones, se presentaba al público Myung-Whun Chung, muy aplaudido. Andrzej Dobber llegó a última hora para sustituir a un indispuesto Leo Nucci y lo hizo bien, aunque menos que en otras oportunidades, y siempre con su excesiva reserva dramática. En Fiesco, Roberto Scandiuzzi fue lo opuesto; en algunos momentos un tanto veterano, dio siempre el personaje con la interpretación y el acento. En eso no tuvo más rival que Fiorenza Cedolins, con unas medias voces de ensueño, una aproximación juvenil y una voz homogénea y fácil en toda la extensión. Francesco Meli tiene un color maravilloso, pero su agudo es corto y rígido, y como intérprete es absolutamente convencional. Lo mismo, pero con una voz más impersonal y un canto sólo solvente, se puede decir de Marco Caria en Paolo. Los comprimarios, correctos. En ambas oportunidades, el coro, dirigido por Thomas Lang, dio pruebas cabales de su bondad, como la orquesta. por Jorge Binaghi Manon en Viena Para esta Manon vienesa, la dirección fue confiada a Jesús López Cobos. En cuanto al elenco, salvo el Des Grieux de Roberto Alagna, nadie fue memorable. Y eso que el tenor, ideal hasta hace un tiempo para este tipo de empleos, ha perdido definitivamente la posibilidad de cantar a media voz. Pero en este aspecto coincidió con la más que discutible visión de Andrei Serban, que nos llevó al cabaret julio-agosto 2011 Fiorenza Cedolins, Andrzej Dobber y Francesco Meli en Simon Boccanegra pro ópera