superyo | suegros suegros | superyo La figura de la suegra como símbolo de la mujer entrometida, indiscreta, tiránica o controladora forma parte de una suerte de mitología popular Suegros Tensión familiar La relación con los suegros casi nunca resulta sencilla: con frecuencia incluye luchas en las que nadie gana, escenas de celos y disputas por la lealtad y el poder. La apuesta es por recuperar la armonía en la familia / Elizabeth Levy Sad Si los vínculos entre padres e hijos cargan de por sí con una gran dosis de complejidad, las relaciones que se establecen con la familia política (padres y hermanos de la pareja) representan un desafío emocional mucho mayor. Cada grupo familiar es un universo con sus propios códigos, y las parejas de los hijos muchas veces son vistas por los suegros como “invasores” que irrumpen y perturban los afectos establecidos. Cuando los hijos se convierten en adultos, los padres deben realizar una readaptación emocional y aceptar que ellos tienen derecho a hacer su propio camino, y eso incluye la elección de un estilo de vida que puede o no coincidir con el criterio o el deseo de los padres. Son muchos los factores que provocan rivalidades –sobre todo con el padre del sexo opuesto– cuando los hijos inician una relación afectiva o establecen su propia familia. La enemistad declarada de los suegros con los hijos políticos puede conducir a la ruptura de la pareja, porque no siempre es fácil ponerles límites a los propios padres. 66+SALUD La mala de la película La figura de la suegra como símbolo de la mujer entrometida, indiscreta, tiránica o controladora forma parte de una suerte de mitología popular y es un tópico humorístico universal. Pero más allá del humor y los mitos, lo cierto es que las madres son el principal agente transmisor de las pautas culturales al núcleo familiar; en consecuencia, se sienten impelidas a continuar imponiendo sus normas en la nueva estructura afectiva que forman sus hijos, asumiendo así un rol peligrosamente controversial. Muchas veces las suegras actúan de manera abierta y franca y exigen a los hijos políticos que acaten sus “sugerencias”; pero en la mayoría de los casos intentan dominar la situación con agresiones sutiles (no por ello menos violentas): por ejemplo, comentarios ofensivos disfrazados, visitas sorpresivas o intromisiones en cuestiones íntimas y en decisiones que atañen únicamente a la pareja. También pueden agredir a la nuera cuestionando y criticando cómo ejerce el rol de madre. La relación entre suegra y nuera suele ser más conflictiva que entre suegra y yerno. ¿La razón?: el vínculo entre la madre y el hijo varón contiene un espinoso componente a nivel inconsciente, una suerte de “lazo romántico” bastante difícil de superar para ambas partes; entonces, ciertas suegras emprenden inconscientemente una lucha con su “enemiga” (la nuera) por el “hombre de su vida” (el hijo). “Muchas suegras entablan competencia con la nuera porque tienen miedo de perder el cariño del hijo. Además, no soportan perder el control sobre él”, advierte Beatriz Goldberg, psicóloga y terapeuta argentina. Y agrega que las madres suelen establecer una gran diferencia entre los hijos varones y las mujeres: “una suegra puede estar orgullosa de su yerno, si éste se desvive por atender y complacer a su hija; pero si esa misma actitud tan afectuosa la tiene su hijo varón con su esposa, es probable que piense que la nuera es exigente y demandante, y que su ‘pobre hijo’ hace demasiado por ella”. Ellos también compiten Aunque las mujeres son las principales señaladas cuando se habla de rivalidades familiares, Andrés Sánchez Bodas, psicólogo y docente argentino, afirma que también existe competencia entre suegros y yernos: “por lo general es más sutil y solapada que la que se produce entre las mujeres: los hombres suelen competir en aspectos vinculados al éxito económico”. Cada quien en su lugar • Una pareja está integrada exclusivamente por dos personas, y los suegros no forman parte de esta sociedad. • Las parejas no deben discutir ni debatir sus diferencias delante de sus padres ni contarles intimidades, porque es una forma de “invitarlos” a tomar partido e intervenir. • Tratar de impresionar a los suegros o complacerlos excesivamente es una estrategia que fracasa a largo plazo. Es mejor que desde el comienzo ambas partes se acostumbren a respetar las diferencias y el lugar de cada quien. 67+SALUD superyo | suegros suegros | superyo Aunque las mujeres son las principales señaladas cuando se habla de rivalidades familiares, también existe competencia entre suegros y yernos Los suegros a veces adoptan una actitud escéptica y desconfiada con sus yernos, como si ningún candidato fuera lo “suficientemente bueno” para su hija. Al establecer un ideal inalcanzable, están enviando un peligroso mensaje subliminal: “nadie es tan perfecto como tu padre”. Una de las estrategias utilizadas por los suegros para manipular y controlar a los hijos adultos y sus parejas es a través de los recursos compartidos: les prestan una suma de dinero o los hacen participar de un negocio familiar, de forma tal que ese compromiso les otorgue derecho a opinar sobre cómo gastan los ingresos, en qué invierten, si pueden irse de vacaciones o no, y hasta intervenir en la educación de los nietos. Nadie es inocente violencia disfrazada • Dar consejos que nunca fueron solicitados a un yerno o una nuera. • Hacer comentarios críticos sobre cómo cocina, mantiene su casa o educa a sus hijos. • Castigar al hijo político, cuando no cumple con las expectativas, con tonos agresivos o visiblemente indignados y retirando las visitas o las invitaciones. • Opinar críticamente sobre el cabello, el maquillaje, el peso, el salario, el tiempo libre o el trabajo de la nuera o el yerno. • Hacer sentir culpables al yerno o a la nuera por su soledad. • Dejar claro que no se acepta ningún otro punto de vista ni criterio de vida que el propio. • Dar ciertos permisos a los nietos, que los padres desaprueban terminantemente. • Tratar de imponer cómo se deben festejar los cumpleaños, las fiestas de fin de año o cuándo deben tomar las vacaciones o hacer las visitas. • Rezongar y victimizarse todo el tiempo. • Hacer reproches sobre cómo utilizan los recursos, en qué se gastan y para qué se ahorran. 68+SALUD Si bien la suegra o el suegro pueden ser las figuras visibles de las batallas familiares, los especialistas consultados coinciden en que si la pareja en cuestión resulta severamente afectada por esas intromisiones, no se puede depositar la culpa afuera. Si una suegra agrede repetidamente a su nuera y no hay forma de detenerla es porque el hijo no pone límites a su madre, no sabe hacer valer su lugar como adulto y se sigue comportando como un niño. Entonces, no se trata de un conflicto entre suegra y nuera, sino de un serio problema de pareja. Ciertos hombres tienen un vínculo malsano con sus madres y permiten que éstas se entrometan y agredan a su mujer. Así, de manera inconsciente, cumplen con el objetivo de romper su nexo amoroso y volver a formar el círculo cerrado de la infancia, que es exclusivamente entre madre e hijo. En su libro ¡Suegras! Técnicas y estrategias de supervivencia, Goldberg cataloga las actitudes típicas de los varones ante las ofensivas de sus madres con una gran dosis de humor: existe el hombre zombi, que “casualmente” nunca escucha cuando su mamá ofende a su mujer; el eva- sivo, que aun siendo testigo de la agresión trata de minimizar el hecho y restarle importancia; el culpabilizador, que no quiere comer con su madre, pero como no se atreve a plantearlo, le dice que es su mujer quien no quiere ir; y el hombre creativo, que se anima a enfrentar la situación de hostilidad, establece los límites necesarios para que su madre cambie de actitud y sabe respetar –y hacer respetar– el rol que cada una de estas mujeres ocupa en su vida. Evolución femenina Las estructuras familiares han experimentado una gran evolución en las últimas décadas, principalmente motorizada por los nuevos roles femeninos. En consecuencia, también hay un nuevo modelo de suegras, encarnado por mujeres tan ocupadas en sí mismas que no sienten la necesidad de invadir a sus hijos ni hacen de ellos el centro de sus vidas. Sin embargo, no siempre la presencia de una suegra “moderna” garantiza que las rivalidades entre las figuras femeninas se disipen. Si las tradicionales siempre han competido por demostrar que son mejores cocineras o perfectas amas de casa, las “nuevas suegras” quieren ser más bellas, más delgadas o estar mejor vestidas que las nueras. Que reine la paz Ahora bien, ¿cuáles son las estrategias recomendadas frente el conflicto con los suegros? Goldberg asegura que si bien hay que poner un límite desde el principio –ante la menor agresión–, para La nuera: chivo expiatorio Los conflictos mal resueltos con los hijos suelen rebotar hacia las nueras. Con frecuencia, las madres no quieren aceptar que sus hijos piensan distinto a ellas o quieren vivir una vida que no se corresponde con sus expectativas. Entonces, para evitar el dolor de enfrentarse a la realidad, prefieren pensar que la nuera es la “mala influencia” que lo hace cambiar de opinión, o lo hace fracasar, o lo obliga a hacer cosas que no le gustan. Demonizar a la nuera es una forma de preservar un vínculo ilusorio con el hijo y hacer cuenta de que sigue siendo el niño que fue. evitar que la situación empeore y se produzca una escalada, no hay que dramatizar: se puede utilizar el recurso del humor y, con buenos modales –pero con firmeza–, dejar en claro que no se tolerarán las intromisiones. “Hay que pensar que uno también va a ser suegro o suegra, y saber ponerse en el lugar del otro. Ver la realidad desde la visión de la otra parte ayuda a limar las asperezas. Si uno entiende por qué el otro hace lo que hace, se puede vincular mejor”. También es recomendable que los hijos –cada tanto– se encuentren con sus padres a solas, sin la pareja: de esta manera se respetan mejor los espacios afectivos de cada familia. Si la situación tensa se repite, es indispensable dialogar y llegar a un acuerdo con la pareja, porque es exclusivamente el hijo biológico quien debe poner un límite claro y decisivo a sus padres, informarles cómo piensa vivir su vida de adulto y exigirles el debido respeto. • F ue n te s c o n s ult a d a s º Beatriz Goldberg, psicóloga y terapeuta. Especialista en crisis de pareja y temas de familia. Autora de numerosos libros, entre ellos: ¡Suegras! Estrategias y técnicas de supervivencia (Argentina) / www.beatrizgoldberg.com.ar. º Andrés Sánchez Bodas, psicólogo y docente con orientación humanística. Creador de la Primera Escuela de Counseling en Argentina. Autor de numerosos libros, entre ellos: El enfoque holístico centrado en la persona / www.holossanisidro.com. 69+SALUD