La matanza de 45 personas de etnia albanesa en Kosovo: que se

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18 de enero de 1999
La matanza de 45 personas de etnia albanesa en Kosovo: que se sepa la
verdad
Si no se permite que los investigadores independientes empiecen a trabajar de inmediato, quizá
nunca lleguen a comparecer ante la justicia los responsables de la matanza de 45 personas de etnia
albanesa en el pueblo de Racak, cometida el 15 de enero de 1999, ha declarado hoy Amnistía
Internacional.
La organización de derechos humanos también ha expresado temor por la seguridad de la
población que aún se encuentra en Racak y en dos pueblos vecinos, posiblemente más, a los que parece
haberse extendido la reciente ola de violencia.
Los cadáveres de las víctimas –entre los que se cuentan tres mujeres, un niño de 12 años y
varios ancianos– fueron hallados el 16 de enero de 1999 por miembros de la Misión de Verificación de
la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa en Racak y sus inmediaciones, a menos
de 30 kilómetros al sur de la capital, Pristina.
«La brutalidad de este crimen recuerda de forma macabra los primeros informes de matanzas
en gran escala de civiles de etnia albanesa, hace apenas un año», ha afirmado Amnistía Internacional.
«Nunca llegó a establecerse la verdad de lo ocurrido y los responsables, pues, aún están en libertad.»
«Si queremos evitar que se repita la historia, es imprescindible que se conozca lo que ocurrió
en Racak el 15 de enero, y que se lleve ante la justicia a los responsables.»
«Dada la actual situación de Kosovo, las investigaciones internas no pueden considerarse
imparciales. Las autoridades deben, por tanto, hacer cuanto esté en su poder para proteger el lugar de la
matanza y para conservar los cadáveres de las víctimas a fin de que puedan llevarse a cabo autopsias
realmente independientes e imparciales», ha declarado Amnistía Internacional.
Según las informaciones, muchas de las víctimas fueron abatidas de un tiro en la cabeza, casi a
quemarropa, y algunas fueron mutiladas.
Las víctimas parecen haber ser residentes de la localidad, entre los cuales posiblemente había
algunos miembros del Ejército de Liberación de Kosovo, grupo de etnia albanesa, que se habían visto
atrapados al renovarse la semana pasada los combates entre el Ejército de Liberación de Kosovo y las
fuerzas de seguridad serbias en la zona de Štimlje-Uroševac.
Según las informaciones, cuando la población se dio a la fuga, algunos hombres fueron
detenidos por la policía serbia y conducidos a la comisaría de policía de Stimlje. Amnistía
Internacional ve con gran temor la posibilidad de que los detenidos sean torturados y maltratados bajo
custodia policial y ha instado a las autoridades a que los protejan.
«También exhortamos a las autoridades serbias y de la República Federativa de Yugoslavia a
que cumplan con su obligación –en virtud del derecho internacional humanitario– de proteger a la
población civil, tanto en Racak como en los pueblos circundantes, y que garanticen que sus fuerzas de
seguridad hacen lo mismo», ha añadido Amnistía Internacional.
Danica Marinkovi, la juez instructora del distrito de Pristina, no pudo investigar el lugar de la
matanza el 17 de enero, debido según parece a que la zona era todavía muy peligrosa. Según informes,
el 18 de enero, fuerzas de la policía serbia situadas en las laderas de las montañas que descienden hacia
Racak reanudaron el fuego contra el pueblo.
El 18 de enero, se le prohibió la entrada al país a Louise Arbour, la fiscal jefe del Tribunal
Penal Internacional para la ex Yugoslavia, a su llegada a la frontera entre la ex república yugoslava de
Macedonia y la República Federativa de Yugoslavia. La República Federativa de Yugoslavia niega el
acceso a los investigadores del Tribunal desde hace 10 meses, alegando que éste no tiene jurisdicción
sobre su territorio.
«Las autoridades deberían cooperar plenamente con los investigadores independientes, y
proporcionarles cualquier información que precisen en relación con las operaciones de la policía y de
las fuerzas de seguridad», ha señalado Amnistía Internacional.
Información general
Más de dos mil personas han muerto desde que estalló el conflicto armado en la provincia de
Kosovo en febrero de 1998. Muchas de las muertes han sido ejecuciones extrajudiciales u homicidios
deliberados y arbitrarios. El paradero de unas setecientas personas, en su mayor parte de etnia albanesa
pero entre las que también se cuenta más de un centenar de serbios, sigue sin conocerse.
Por lo menos mil personas de etnia albanesa fueron detenidas por las autoridades serbias en
1998. Amnistía Internacional posee indicios de que muchas de ellas fueron torturadas o maltratadas
mientras se encontraban bajo custodia, y hasta cinco de ellas pudieran haber muerto en 1998 a
consecuencia de las lesiones que les infligieron en brutales interrogatorios. Muchos de los detenidos
están siendo sometidos a juicio incluso faltando pruebas convincentes de las acusaciones que les
imputan.
El cese el fuego de octubre de 1998 redujo drásticamente la violencia en Kosovo. La «Misión
de Verificación» internacional de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa ha
reconocido que comprobar que se respetan los derechos humanos es parte de su misión. Sin embargo,
sólo 700 de los 1.400 miembros que se preveía desplegara la misión han llegado a la provincia hasta la
fecha, y los que se encuentran sobre el terreno están experimentando grandes dificultades a la hora de
llevar a cabo su tarea.
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