12 SOCIEDAD NAVARRA Diario de Noticias Domingo, 2 de febrero de 2014 Cuaderno de notas N-121-A San Juan de Luz Diario de ruta de un camionero Hendaya Behobia FRANCIA Irun Biriatou GIPUZKOA N-121-A Curvas peligrosas con poca visibilidad. Riesgo de invadir el carril contrario a la altura de la vieja central hidroeléctrica. Buen tramo, rápido y con buen trazado. Zalain ¡ PUNTO NEGRO!! Cruce de Bera. Incorporaciones a la carretera peligrosas. RADAR móvil de Policía Foral en el lugar del doble accidente mortal. Bera JESÚS MORALES PAMPLONA Lesaka Viaducto estrcoecnvhoierente en un Etxalar. Sebitual que se embudo. Ha produzcan sustos. Igantzi N-121-A Sunbilla ¡ ¡PUNTO NEGRO!! Cruce de Sunbilla. Incorporaciones peligrosas. Mal diseño. Es habitual radar móvil. Adelantamientos prohibidos para camiones desde este punto. Oronotz Mugaire Doneztebe RADAR Situado al salir del túnel de Almandoz. Límite 80 km/h. La velocidad se ha reducido sensiblemente desde su instalación. Berroeta Almandoz N-121-A Túnel de ¡ ¡IMPORTABeNTlatE!e.! saber si es abierto o cetárrado. Frecuentes incidencias por averías, desprendimien¡OJO! tos... Variante de Ostiz. Pendiente en bajada demasiado pronunciada. Mucho cuidado con hielo o nieve. Lantz Olagüe N-121-A Ostiz La salida sur es muy peligrosa. La sucesión de curvas te echan hacia la cuneta. Olave Sorauren N-121-A Olloki Arre Pamplona ACIÓ, vive y duerme al pie de la N121-A, la carretera maldita de Navarra en la que también trabaja a diario. José Mari Ibarra Etxenike, de 54 años, oriundo de Etxalar pero criado y residente en las Ventas de Arraitz, comparte cama con la vía que enlaza Pamplona con Behobia, un itinerario en el que ha acumulado millones de kilómetros en sus 28 años de experiencia profesional como transportista autónomo. Para analizar el trazado y sus peligros, y atender otras discusiones que rodean a la polémica infraestructura, siempre en la picota por los riesgos que entraña para los ciudadanos que residen o trabajan en torno a ella, este camionero, miembro de la Asociación de Transportistas Autónomos de Navarra (Tradisna), recorre con DIARIO DE NOTICIAS la N-121-A en su totalidad en un viaje en el que se enfrenta al estigma que soportan los profesionales del transporte en general y aquellos más vinculados con esta vía en particular. Casado y padres de dos hijos, Etxenike reconoce que la N-121-A ha experimentado “una notable mejora” con la reforma que se acometió entre 2005 y 2009, pero también entiende “la indignación y el malestar de los vecinos de Bortziriak por la sucesión de accidentes que se han registrado en los últimos meses en los cruces de Sunbilla y Bera”. Sin embargo, el actual trazado de la carretera que vertebra el norte de Navarra acumula otros muchos puntos conflictivos para los usuarios en los que desgraciadamente también se han producido muertos e infinidad de heridos en la última década. Sorauren, Ostiz, Olagüe, Etxalar... Prácticamente ninguna de las localidades que flanquean el asfalto se han salvado del drama. Pero si hay un factor que rivaliza con el trazado de la N-121-A a la hora de repartir culpas sobre la peligrosidad de la vía, ese es la elevada de densidad de tráfico pesado, ya que más de 2.000 camiones transitan por ella diariamente y la A-15 no parece ser la alternativa para ningún chofer. “La reforma de la carretera ha atraído más circulación y hay días que está saturada. Sobre todo hay más transportistas de Levante, que van con fruta o verdura a los países nórdicos, Alemania o Inglaterra, que pasan por aquí todas las semanas. Aunque está la A-15, por aquí Curva abierta en bajada, con tendencia invadir a el carril contrario si el asfalto está mojado. Narbarte ATENCIÓN. Bajada peligrosa a la salida del túnel de Belate, sobre todo si ha llovido. Hay que estar muy atento. Zuasti EL TRANSPORTISTA AUTÓNOMO JOSÉ MARI IBARRA ETXENIKE ANALIZA LA POLÉMICA CARRETERA EN UN VIAJE ENTRE PAMPLONA Y BEHOBIA Huarte INFOGRAFÍA: I. MITXITORENA N es más corto y además se evitan los peajes”, corrobora Etxenike. KM 0-KM 20 Los casi 70 kilómetros del viaje se inician en los túneles de Ezkaba en dirección norte. Es viernes y el reloj marca las 10.00 horas de la mañana. La lluvia se acumula sobre el asfalto mientras el camión y el semirremolque preparado para cargar cereal avanzan bajo las expertas manos de Etxenike, que transcurridos apenas 8 kilómetros llama la atención sobre el cruce de Sorauren. “La salida en sentido sur es muy peligrosa. Es un punto donde ha habido muertos. Y estas curvas tienen una inclinación que te sacan hacia afuera de la carretera cuando vas hacia Pamplona”, comenta al pasar por encima del río Ultzama. Metros más adelante, el camión de 14 toneladas y 14 metros de largo circula por el punto donde otros dos vehículos pesados chocaron fatalmente hace más de dos años. “Es un tramo un poco crítico que te exige ir con los cinco sentidos y a veces te falta alguno”, confiesa. Olave aguarda más adelante. Las reivindicaciones vecinales se intensificaron hace unos meses demandando medidas para conseguir que los vehículos que atraviesan el pueblo reduzcan la velocidad. “Después de las movilizaciones y las protestas la velocidad ha disminuido. Sin duda a ello ha contribuido el falso radar que los vecinos colocaron al pie de la carretera ha tenido efecto en ese sentido”, señala el transportista. Sin llegar a completar una cuarta parte del viaje, este veterano camionero ya avanza el principal desencadenante de los accidentes que sufren los camiones en esta carretera. “La mayoría están relacionados con los excesos de velocidad, porque la señalización está bien. La realidad es que estamos en un sector con mucha presión por cumplir los horarios, los tiempos de conducción, etc...”, señala Etxenike, quien al mismo tiempo se queja de la “criminalización que sufrimos los camioneros, porque como en todo sector hay de todo, chóferes más profesionales y menos. Me parece que no es justo generalizar, porque estamos muy controlados en todo y sí puede haber alguna imprudencia pero es la excepción”. Cuando acaba la frase, el camión ya enfila la variante de Ostiz, que el pasado verano fue escenario de un siniestro mortal. “Ostiz era antes un pueblo muy peligroso, cuando la carretera lo atravesaba. Ahora es cierto que se ha mejorado con la variante, pero aun y todo le han metido mucha pendiente de bajada, lo que hace este tramo muy delicado sobre todo cuando hay hielo o nieve”. Los dobles carriles empiezan a desplegarse delante del parabrisas después de superar la travesía de Olagüe. Otro camión inicia entonces el adelantamiento. “¿Ves? Yo voy a 80 kilómetros por hora y es un tramo en el que puedes ir a 90, pero este hombre irá con prisa. Entre ir apurando e ir normal no hay apenas diferencia, uno o dos minutos”. KM 20-KM 40 Un reguero brillante “Criminalizar al camión no es justo porque hay de todo, chóferes más profesionales y menos” “Hay varias curvas que te obligan a dominar bien el camión para no irte al otro carril” “Se han gastado mucho dinero en autovías con menos tráfico y esta carretera es deficiente” JOSÉ MARI ETXENIKE Camionero autónomo mezclado con la lluvia sobre la calzada centra los comentarios de Etxenike y da otra de las claves del peligro de la carretera. “Es gasoil que se va derramando de los depósitos de los camiones. Son gente que van a Europa y los llenan tanto que van rebosando. Ese gasoil se mezcla con el agua y se extiende por el asfalto, lo que hace que sea más resbaladizo”. El camión atraviesa Arraitz, donde tres máquinas quitanieves esperan aparcadas a que haga acto de presencia la nieve. Segundos después el transportista rebasa su casa casi al final del pueblo. “He vivido desde los 3 años en Arraitz. A veces tardas cinco minutos en cruzar la carretera por la cantidad de tráfico que hay y a la hora de dormir también molesta el ruido, pero al final te acostumbras. Hay un proyecto para una variante, pero está todo parado porque no hay NAVARRA SOCIEDAD 13 Diario de Noticias Domingo, 2 de febrero de 2014 José Mari Ibarra Etxenike, dentro de su camión, en Arraitz, donde vive. FOTOS: UNAI BEROIZ El camión de Etxenike, a la izquierda, se cruza con otro en una curva cerca de Bera. dinero para construirla”, lamenta. El túnel de Belate engulle el vehículo. Etxenike rememora las épocas en las que “había que subir el puerto. Ocurrían siniestros de camiones muy aparatosos, con gente muerta. De hecho en Belate murió un amigo mío de Sunbilla, que bajando el puerto se metió debajo de un camión. Y también en Belate otro tráiler hizo la tijera y casi se me lleva por delante. Por suerte lo pude esquivar”. Aunque el camionero destaca el “gran avance” que ha supuesto el túnel, “siempre estamos con la incertidumbre porque es una obra mal hecha, que tiene una temporada abierta y otra cerrada por múltiples incidencias. Pero claro, cuando se cierra y tienes que volver al puerto te das cuenta de su importancia”. Entre los túneles de Belate y Almandoz se erige el único radar fijo de toda la carretera en un tramo en bajada limitado a 80 kilómetros por hora. “Aquí un frenazo a destiempo puede provocar cierto peligro, pero la gente ya lo conoce y adapta la velocidad antes”, apunta Etxenike cuando el tráiler se introduce en el túnel de Almandoz. “Este no da ningún problema. Estará mejor hecho”, supone. La carretera cae durante varios kilómetros hasta Zozaia, con varias curvas abiertas que obligan a contener el tráiler dentro de las líneas continuas. “Aquí hay que dominar bien el camión porque te puede hacer el efecto tijera, que ocurre cuando el remolque adelanta a la cabeza tractora al tocar el freno y no estar perfectamente alineados. Es una situación muy peligrosa porque pierdes el control del vehículo”. KM 40-KM 60 Sunbilla asoma en el Etxenike transita por el lugar donde la semana pasada se produjo el último accidente mortal de la N-121-A. parabrisas. El conflictivo cruce ha sido marco habitual de colisiones por el trazado de los ramales de incorporación a la carretera. “Intentaron hacer un paso elevado subterráneo o elevado, pero de momento no parece que haya salido adelante. A partir de aquí está prohibido el adelantamiento para camiones”, indica Etxenike. Las curva se enlazan hasta la antigua central hidroeléctrica de Bera, otro de los puntos fatídicos para los camiones porque hace tres años un transportista murió al salirse de la carretera y caer por un terraplén. “Cuando no vas cargado es más fácil controlar el camión. Pero cuando llevas 20 toneladas de carga hay que tener mucho cuidado con la inercia. Este tramo, desde Sunbilla, es bastante problemático”. Los viaductos que salvan la vieja carretera se suceden durante varios kilómetros. “Algunos son auténticos embudos, como el de Etxalar. Son problemáticos porque son tramos muy estrechos en los que hay riesgo de irte al otro carril. Hay que tener mucho cuidado porque también los vehículos que te vienen de frente intentan rascar un poco la curva y puede haber un problema”. KM 60-KM 67 Cinco kilómetros des- pués, los conos a la izquierda son el rastro del accidente que sufrió el lunes de la semana pasada un joven de Lesaka, que se precipitó desde un puente a la altura del barrio de Zalain, en Bera. Segundos después, el camión supera el cruce de la localidad, donde restos del accidente mortal que sufrieron dos hermanos de Burlada aún no han sido retirados. Un poco más allá, un coche camuflado de Policía Foral hace controles de radar. “Con la presión de los alcaldes se ve que han intensificado la vigilancia, pero esa no es la solución definitiva. Se han gastado mucho dinero en autovías con menos tráfico y en esta carretera han hecho reformas pero sigue siendo deficiente”. Las ocho ruedas del camión giran, ajenas a la controversia, sobre el puente de Endarlatsa.