VII SEMINARIO NACIONAL DE FAMILIA: Retos y Posibilidades para las Familias, las Instituciones y el Estado frente a la Violencia, la Exclusión y la Pobreza. RED DE PROGRAMAS UNIVERSITARIOS EN FAMILIA NODO ANTIOQUIA. 2 y 3 de Octubre de 2014 EL AGOBIO DE LA VIDA, LA SOLEDAD Y LA EXISTENCIA EN LOS HABITANTES DE CALLE Marta Correa A1 Laura Ortega D2 Sara Ramírez G3 “¡tantos destinos diversos que se pueden dar a la vida, a la vida, finalmente, en el fondo, siempre, siempre la misma! La fraternidad, al final no es una idea revolucionaria. Es algo que uno aprende en la vida, en la que hay que tolerar tantas cosas, y uno llega a encontrar gracia en lo que tiene que tolerar, ¡y acaba casi llorando de ternura sobre lo que toleró!....La vida fluctuante, diversa, acaba por educarnos en lo humano Fernando Pessoa Las reflexiones que a continuación presentaremos, han sido producto de un rastreo documental de libros, informes de investigación y artículos (18 textos) en torno al tema de la población habitante de calle y en calle. Pretendemos poner en discusión , la multiplicidad de concepciones , imaginarios y representaciones sociales , que giran en torno a este grupo poblacional y a la vez postular la necesidad , de continuar la exploración e investigación en torno a la misma, en aras de encontrar concepciones más comprensivas que contribuyan a favorecer el desarrollo de una sociedad más humana , solidaria e incluyente. En el ámbito de las ciencias sociales concretamente de la Sociología, se ha desarrollado un concepto que puede contribuir a ilustrar en algo la comprensión de los habitantes de calle; este es, la anomia, la cual ha sido definida como el quiebre de la estructura sociocultural, que se da cuando hay una disyunción aguda entre las normas y los objetivos social y culturalmente establecidos y las oportunidades socio- culturales y las capacidades que se estructuran socialmente en los individuos del grupo para obrar de acuerdo con estos objetivos” (Tijoux, 1995), esta disparidad altera procesos de introyección de normas en el ámbito individual y da lugar a conductas divergentes en el desarrollo de la vida de las personas. Investigadores sociales y literatos reconocidos han expresado sus preocupaciones por los efectos perversos o al menos inquietantes de la vida moderna, en el hombre contemporáneo, señalando incluso con preocupación “la condición de este que no encuentra acogimiento en el mundo que lo rodea siendo incapaz de establecer 1 2 3 Docente Facultad de trabajo Social Universidad Pontificia Bolivariana Medellín Estudiante de pregrado Facultad de trabajo Social Universidad Pontificia Bolivariana Medellín Estudiante de pregrado Facultad de trabajo Social Universidad Pontificia Bolivariana Medellín 1 conexiones significativas, dotadas, tanto de sentido como de calidez emocional con su entorno”. (Berger , Berger, Kellner , & Garcia Abril, 1979) Hoy el hombre tiene la sensación de no pertenecer a ningún espacio, ni tiempo de los que se vislumbran en lo cotidiano. En un país como Colombia no es difícil encontrar grupos y circunstancias favorables para la anomia, se podrían señalar grupos de personas en las que la integración armoniosa de las metas socialmente dominantes y la estructura normativa es prácticamente imposible, es decir proclives a la anomia (Escalante, 2004).Según Merton, las conductas divergentes que expresan la anomia en los individuos, frente a la presión de responder hacia los fines socialmente previstos, con diferentes modos de adaptación, son a saber: Conformidad, Innovación, Ritualismo, Retraimiento y Rebelión. En este texto haremos referencia específicamente al retraimiento, que es tal vez el modo que mejor describe el proceder de la población habitante de calle; dentro de este tipo de situación adaptativa, los individuos rechazan por completo la escala de valores dada por su sociedad, y las metas o éxitos preestablecidos, así como también los mecanismos y métodos para llegar a ellas. Se trata de un tipo de adaptación en el que los individuos pueden contarse como miembros ficticios de su sociedad. “a esta categoría pertenecen algunas actividades adaptativas de los psicóticos, los egoístas, los parias, los proscritos, los errabundos, los vagabundos, los vagos, los borrachos crónicos y los drogadictos”. (Merton, 1980). Sin embargo, el origen de su conducta reposa en la estructura social, pues puede suceder que la misma disparidad entre fines y medios legítimos y eficaces para alcanzarlos, conlleve a que el individuo al verse frustrado en la consecución de esos fines, que no puede alcanzar a través de los mecanismos que posee efectivamente, se vea tácitamente obligado a retraerse de su sociedad. La respuesta a esta imposibilidad de conjugar medios y fines se resuelve abandonándolos a ambos. Este es un tipo de adaptación individual que ocurre de modo privado, aunque paradójicamente se desarrolla en un espacio público (la calle), pues aunque los individuos que la comparten pueden encontrarse en un momento determinado, sus adaptaciones son privadas y aisladas y no pretenden generar un código cultural nuevo. El retraimiento afronta el rechazo social, en tanto la sociedad ve en él un peligro para el equilibrio y permanencia de su estructura social tal y como la conocen. En términos de Durkheim, el retraimiento es una consecuencia de la anomia aguda, y conlleva un rompimiento brusco de la estructura normativa en la familia y en el grupo social donde se desarrolla el individuo, sobre todo cuando esta discordancia entre fines y medios se prolonga indefinidamente. Los habitantes de calle , al igual que nosotros mismos , son producto del devenir histórico de nuestra sociedad ,situación que no podemos desconocer, su perspectiva de la identidad , no puede ser concebida al margen de la estructura social y la cultura que los rodea; en una sociedad como la nuestra fragmentada, con una cultura difusa, se generan identidades inestables y fraccionadas (Arocena, Mejia Ceballos, & Yeñez Velasco, 2010). Identidades móviles, con una presencia efímera, desancladas. Los que los antropólogos ingleses llaman raíces en movimiento (Martin Barbero, 2002). Registramos en esta población la presencia de identidades móviles, sin arraigo... que confrontan la noción tradicional de identidad fija, única y homogénea. Estas identidades denominadas fragmentadas que se presentan como una compleja combinación de 2 múltiples sujetos conviviendo en un solo cuerpo. Identidades per formativas que son conformadas, desfiguradas o reconstruidas por los habitantes de calle, ellos y ellas inventan su identidad y más aún son le son infieles, es decir, se resisten a permanecer en una forma acabada, definida, determinada, estructurada. Cotidianamente, al observar en las calles de nuestras ciudades a estos seres humanos que las habitan; muchas personas, desarrollan percepciones intuitivas, limitadas o sesgadas interpretaciones de lo que implica realmente esta condición. Algunos se dejan conducir por aparentes realidades , que se esconden tras una figura cuya presencia transgrede la norma , pero allí hay un ser humano con fuerzas, capacidades, , sueños , miedos y una historia , como nosotros ; que por diferentes situaciones presentes en la condición humana en el contexto de la vida , ; se encuentran en un estado de retraimiento social y vulnerabilidad social que permea las relaciones con su entorno , bajo perspectivas centradas en la exclusión , el rechazo y la discriminación . Por eso consideramos que el sentido de profundizar en estos temas, radica en la necesidad de reconocimiento del otro en todas sus dimensiones, lo que permitirá reconfigurar los vínculos y redefinir las formas de relacionamiento, eliminando esas barreras que impiden una relación más humana e incluyente. Las barreras que nos distancian de esta población han estado marcadas por la intolerancia, lo que ha desencadenado un estado de violencia visible e invisible , por parte del resto de la sociedad hacia esta población ; una violencia , que ha llevado a algunos ciudadanos a desarrollar estrategias hasta de” limpieza social” 4 , una estrategia inhumana y excluyente que encierra , no solo abuso físico , sino también asesinatos , torturas y desapariciones. (Ruiz, Hernandez, & Bolaños, 1989) los habitantes de calle , son más que “ individuos , que se encuentran en una situación de exclusión social y extrema indigencia , específicamente , se refiere a la carencia de hogar y residencia , y a la vez , la ruptura de los vínculos con personas significativas y con redes de apoyo “ (Hogar de cristo, 2003) lo anterior , solo nos da una perspectiva de lo que es ser un habitante de calle ; ya que estos , no solo son carentes de residencia y ha generado cierta ruptura con familiares y allegados , sino que además han reconfigurado dimensionalmente las esferas de su ser, para sobrevivir como habitantes de calle, tras un proceso adaptativo en donde el sujeto, comienza desarrollar elementos propios de su personalidad y de su cultura , para desenvolverse en el ámbito callejero desarrollando allí territorialidad , delineando forma de subsistencia y de adaptación a la Algunos autores , asumen que “el estilo de vida de habitar la calle , se clasifica como disfuncional , carente de condiciones para una vida digna , pues representa niveles elevados de alcoholismo y drogadicción , así como de prostitución , maltrato , trabajo infantil y en general , acciones que atentan contra la tranquilidad y seguridad ciudadana “(Tovar, 2000) y en general sus percepciones no están muy lejanas de una realidad , dado que ,son estas las condiciones que ponen a estos sujetos , en un alto estado de 3 vulnerabilidad ; esta perspectiva que puede ser válida para un observador externo que ignora el quiebre de la estructura sociocultural en donde surgen seres humanos que no encuentran acogimiento en el mundo que los rodea y además desconocen cuál es en realidad la percepción que él y la habitante de calle , bajo estas circunstancias tiene frente de su propia situación , podremos descubrir que al igual que cualquier otro ser humano, este desarrolla un estilo de vida que le permite satisfacer sus necesidades y para tal satisfacción debe desarrollar una serie de conductas y acciones que le permitan alcanzar este logro. Pero si nos acercamos a otra mirada más comprensiva del habitante de calle, podremos comprender a este grupo poblacional , trascendiendo las visiones reduccionistas que los gobiernos nos plantean y lograr a su vez un mayor acercamiento a esas necesidades reales e intersubjetivas que estos sujetos presentan en su contexto , asumiendo estas “ como carencias y potencias, trascendiendo lo aparente, lo fisiológico complementándolo con las categorías existenciales del ser , el tener , hacer y estar y la categorías axiológica relativas a la subsistencia , la protección , el afecto , el entendimiento la creación , la participación la identidad y la libertad (Max Neef, Elizalde , & Hopenhaym, 1998), para tener una mirada más integral y compleja de la condición y de los seres humanos que viven en la calle. Solo así podremos reconstruir una relación donde la estigmatización social que se ha tenido frente a esta población no sea el parámetro definitorio de la misma. Referencias Arocena, L., Mejia Ceballos, J., & Yeñez Velasco, C. (2010). Identidad mexicana e interes politico;predictores de bienestar social y anomia . Acta Universitaria 20, 40 49. Berger , P., Berger, B., Kellner , H., & Garcia Abril, J. (1979). Un mundo sin hogar, modernizacion y conciencia. España: Sal Terrae. Correa, M., Uribe, M., y Orozco, M. (2012).Las horas sin tiempo: Historias de vida de los Habitantes de calle enfermos de tuberculosis. Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana. Escalante, G. (2004). Especulaciones a partirdel concepto de anomia. En W. Bernecker, Trancision democartica y anomia social en perspectiva comparada (pág. 125). mexico: Universidad Autonoma de Mexico, facultad de filosofia y letras. Hogar de cristo. (2003). Documento de Trabajo, Programa de acogida Santiago. Santiago de Chile: Hogar de Cristo. 4 Martin Barbero, J. (2002). Colombia Ausencia de relato y desubicacion de lo nacional. Bogota: Ministerio de Cultura. Max Neef, M., Elizalde , A., & Hopenhaym, M. (1998). El desarrollo a escala Humana,conceptos aplicaciones y algunas reflexiones. Barcelona: Icaria. Merton, R. (1980). Teoria y estructuras sociales. Mexico: Fondo de cultura economica. Ruiz, J., Hernandez, J., & Bolaños, l. (1989). Gamines ,instituciones y cultura de la calle. santa fe de Bogota: Corporacion extramuros ciudad y cultura. Tijoux, M. (1995). Jovenes pobres en Chile nadando en la Modernidad yla exclusion. Ultima decada Numero 3 Viña del mar Chile, 1. Tovar, N. (2000). Marginalidad y exclusion social. Bogota: Memorias del simposio AES. . 5