¡ORGULLOSOS DE SER FUNCIONARIOS! LOS FUNCIONARIOS SON SERVIDORES DEL ESTADO, NO DEL GOBIERNO, Y SU INDEPENDENCIA ES LA GARANTÍA DE LA NEUTRALIDAD DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS EN SU RELACIÓN CON LOS CIUDADANOS. C SI U ·F A Ante las manifestaciones producidas estos últimos días por el Presidente de Mango, Isak Andic, luego respaldadas por algunos responsables de la CEOE y altos representantes financieros, afirmando que son favorables a que se pueda despedir a los nuevos funcionarios, CSI·F como sindicato más representativo de los funcionarios de este país, rechaza con rotundidad estas declaraciones que representan un nuevo intento de agredir a un colectivo de ciudadanos que desempeñan los servicios básicos de la sociedad, son un pilar importante del Estado de bienestar y no tienen ningún estatus diferente al de la mayoría de los países de la Unión Europea. Dichas manifestaciones nos producen tristeza, tanto por la ignorancia que traslucen en conocidos miembros de nuestra sociedad, como por lo que de ataque conllevan hacia la Función Pública en general. Decimos esto porque, deben o deberían saber, que los funcionarios podemos ser apartados de la carrera funcionarial si se demuestra la comisión de una falta grave de entre las tipificadas en nuestra carta de derechos y deberes. Eso sí, no puede tomarse esa decisión por un responsable político cuando le venga en gana, sino únicamente cuando han sido producto de la incoación de un expediente administrativo con todas las garantías legales y procesales de nuestra legislación vigente. Estos voceros de la demagogia desconocen que las garantías procesales que amparan al funcionario sirven también para protegerlos a ellos contra decisiones administrativas que pudieran vulnerar la legalidad y que ningún funcionario respaldaría jamás. O es que lo que nos quieren decir es que volvamos a los tiempos de la Restauración cuando los funcionarios cesaban cuando entraba un nuevo partido en el Gobierno con lo que se garantizaban, no la neutralidad activa, sino la colaboración coactiva pues la continuidad en el puesto de trabajo dependía de su docilidad y obediencia. Es penoso que más de cien años de historia no hayan servido de nada para que estos altos representantes del dinero y del capital hayan comprendido que la modernización de este país tiene como pilar básico la independencia y profesionalidad de la Función Pública. Una Función Pública que sólo, si se basa en esas dos premisas, garantiza la neutralidad de las decisiones de los poderes públicos. No se da cuenta el Sr. Andic y los que le jalean, que si se pusiera en práctica lo que ellos piden les iría mucho peor para sus propios negocios porque tendrían que convivir permanentemente con la duda de la inseguridad administrativa, como tantas veces ha pasado en nuestra historia. Lo cierto es que, desde un tiempo a esta parte, los servidores del Estado, NO del Gobierno, que quede bien claro, somos poco valorados en algunos estados mayores de los partidos políticos que, en muchas ocasiones, prefieren otras formas más directas de cooptación obviando las convocatorias públicas sujetas a los principios básicos de publicidad, mérito y capacidad que son las utilizadas para la obtención de la condición de funcionario. No tenemos derecho a la negociación colectiva, ni a la prestación del seguro de desempleo, nuestra contribución al impuesto sobre la renta es porcentualmente mucho más elevada que otros colectivos que tienen retribuciones más altas, nuestros hijos raramente acceden a becas porque nuestros medianos salarios lo impiden, en la mayoría de los casos no podemos elegir el periodo vacacional y estamos sujetos a unos destinos forzosos que nos cuesta una importante merma económica de nuestros ingresos sin ningún tipo de ayuda específica y, finalmente, tenemos que acceder a la función pública tras superar una dura oposición que, en algunos casos, conlleva varios años de preparación. Tenemos que asistir impasibles a que nos reduzcan nuestros salarios a niveles de hace varios años, mientras que, empresas que reciben subvención pública, han subido el sueldo a sus empleados. C SI U ·F A Pese al mejorable trato que merecíamos de los gobiernos de los últimos treinta años, en CSI·F tenemos claro que los funcionarios servimos al Estado, tenemos claro que prestamos servicios públicos básicos como la sanidad, la educación o la seguridad que no pueden quedar únicamente en manos privadas porque entonces perderían la condición democrática que ahora poseen y serían mejores para los ricos y peores para los pobres. ¿Será ésta otra de las asignaturas pendientes de nuestra joven democracia? Buenos días… y buena suerte Sección Sindical CSI-F Universidad Alicante Tf.: 672 452 622 csi-csif@ua.es www.ua.es/csif