superyo | visor Bobby Fischer locos por el arte Miyó Vestrini POETA (1938-1991) Aguda e inteligente, repudió la estética foránea y algo superficial de su familia francesa. Desde joven ejerció en el periodismo cultural venezolano. Perteneció al grupo literario de vanguardia Apocalipsis. Sus textos son directos, descarnados y se alejan, con toda intención, de las metáforas. “El primer suicidio es único. Siempre te preguntan si fue un accidente”, se lee en el poema “Zanahoria rallada”, uno de los tantos que refleja un dolor constante por el vivir. En “Beatriz” habla de una mujer que “no quiso participar en la grotesca ceremonia del elogio a la decadencia” y “se suicidó a los cincuenta y tres años” dejando una “lista de equivocaciones y aciertos”. La poetisa franco-venezolana, una de las voces más prominentes del país, mereció en dos oportunidades –1967 y 1979– el Premio Nacional de Periodismo. Se suicidó en 1991, justamente a los 53 años. 68+SALUD AJEDRECISTA (1943-2008) A los 6 años se enamoró del tablero, un juego que usó como refugio para no lidiar con las secuelas del doloroso divorcio de sus padres. A los 14 ganó el campeonato de Estados Unidos y un año después se convirtió en Gran Maestro. En 1972, en plena Guerra Fría y en una disciplina dominada por los rusos, el estadounidense se tituló campeón mundial al vencer a Boris Spassky en La Partida del Siglo. Sin embargo, en 1975 fue despojado de la corona cuando planteó exigencias excesivas para el encuentro con Anatoly Karpov por la defensa de su título. Entonces desapareció de la escena pública por más de una década. Excéntrico y provocador, fue declarado “traidor” e incluido en la lista de fugitivos por las autoridades estadounidenses al jugar en Yugoslavia contra Spassky en 1992, en momentos en que esa nación era sancionada por la guerra en Belgrado. Aquejado de demencia senil, murió en Islandia, país que le concedió asilo político.