Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. CARTAS AL DIRECTOR sivos que requieren unas condiciones de anestesia general y VM sin necesidad de relajación muscular, que, en nuestro caso, la experiencia adquirida en el uso de la ML y la anatomía favorable del paciente permitieron que la combinación ML y ETE se desarrollara sin incidencias, que la posibilidad de fracaso o ventilación inadecuada con la ML durante el procedimiento debe ser comentada previamente con el cardiólogo intervencionista y ecocardiografista para una mejor comprensión y colaboración ante la necesidad de reconversión de la técnica a una anestesia general con intubación traqueal convencional con bloqueo neuromuscular. También pensamos que la combinación de ambas técnicas podría ser estudiada por grupos expertos, utilizando diferentes tipos de ML, y evaluar así su reproductibilidad y seguridad, y, asimismo, alguna modificación de diseño de las ML como un canal con un diámetro suficiente, que abocara en el esófago, permitiría un paso más fácil de la cabeza de la sonda ETE en su trayecto oro-faringo-esofágico, minimizando la posibilidad de lesión en la mucosa faríngea. BIBLIOGRAFÍA 1. American Society of Anesthesiologists and the Society of Cardiovascular Anesthesiologists Task Force on Transesophageal Echocardiography. Practice Guidelines For Perioperative Transesophageal Echocardiography. An update report. Anesthesiology. 2010;112:1084-96. 2. Price MJ, Smith MR, Rubenson DS. Utility of on-line three dimensional transesophageal echocardiography during percutaneous atrial septal defect closure. Cath Cardiovasc Intervent. 2010;75:570-7. 3. Salvi M, Pepi L. Pressure-assisted breathing through a laryngeal mask airway during transesophageal echocardiography. Anesth Analg. 1999;89:1585-92. 4. Ferson D, Thakar D, Swafford J, Sinha A, Sapire K, Arens J. Use of deep intravenous sedation with propofol and the laryngeal mask airway during transesophageal echocardiography. J Cardiothorac Vasc Anesth. 2003;17:443-6. 5. Hsu JH. Transesophageal echocardiography and laryngeal mask airway for placement of permanent central venous catheter in cancer patients with radiographically unidentificable SVC-RA junction: effectiveness and safety. Kaoshiung J Med Sci. 2007;23:435-41. J. I. Marqués Romero, R. García Aguado, M. Vivó Servicio de Anestesia y Reanimación. Consorcio Hospital General Universitario de Valencia. CHARCOT-MARIE-TOOTH Y ANALGESIA EPIDURAL OBSTÉTRICA, UNA OPCIÓN SEGURA Sr Director: La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT) es una polineuropatía desmielinizante uniforme, de carácter hereditario, que produce debilidad distal, atrofia muscular y pérdida sensitiva. Investigaciones recientes revelan una amplia variabilidad de subgrupos genotípicos y fenotípicos, algunos de los cuales, suponen importantes implicaciones anestésicas1. Históricamente, el empleo de la anestesia y/o analgesia regionales en pacientes con enfermedades del sistema nervioso central y periférico era evitada, por presuponer una causa de empeoramiento neurológico2. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2011;58:254-263 En el año 1996, se publicó el primer y único caso según nuestro conocimiento, desde entonces, de analgesia epidural obstétrica, con éxito, en una paciente con la enfermedad de CMT3. Presentamos un caso de CMT tipo I, que recibió analgesia epidural efectiva, para un parto eutócico, sin secuelas neurológicas ni incidencias secundarias a la técnica anestésica. Se trataba de una paciente gestante de 35 semanas, secundípara, que acudió a nuestra consulta de preanestesia obstétrica, remitida desde el servicio de obstetricia, con el diagnóstico de enfermedad de CMT tipo I, de 15 años de evolución, para valoración. Presentaba obesidad grado II (IMC 35,4 kg/m2), ligera escoliosis y moderada reducción en la tolerancia al ejercicio físico por la deformidad asociada en extremidades inferiores (pies acortados con arco elevado). Su padre padecía CMT I leve, sin historia de procesos quirúrgicos. Tuvo un parto eutócico 10 años antes. Había sido intervenida para exéresis de fibroadenomas mamarios en varias ocasiones con anestesia local y sedación ligera, sin complicaciones. El informe de neurología afirmaba que los síntomas no habían empeorado con el transcurso del tiempo, ni existía exacerbación por la gestación. La exploración neurológica mostró arreflexia patelar y aquílea, marcha de talones con claudicación del miembro inferior derecho e hipopalestesia moderada en miembros inferiores. El estudio de conducción sensitiva de los nervios mediano y cubital derechos mostró severa disminución de la amplitud del potencial sensitivo, y el nervio sural derecho, sin respuesta. Dado el carácter leve del CMT, el deseo de la paciente de recibir analgesia para el trabajo de parto, y la comprobación de que no existían contraindicaciones absolutas, se optó por analgesia epidural. En caso de emergencia, se informó a la paciente, de la posibilidad de una anestesia general. En la semana 39 la paciente ingresó en el hospital, por rotura prematura de bolsa. Se inició la inducción del parto mediante una infusión endovenosa de oxitocina. Con una dilatación de 4 cm y una dinámica uterina óptima, se procedió a la cateterización del espacio epidural a nivel L3L4. Se administró un bolo de 14 ml de bupivacaína 0,166% con vasoconstrictor y 75 µg de fentanilo, de forma fraccionada, alcanzando un nivel de pérdida de sensibilidad térmica de T6. Una monitorización estándar y el registro cardiotocográfico continuo, no revelaron complicaciones, durante todo el trabajo de parto. En las 3 horas siguientes no se produjo bloqueo motor de ningún grado y el bloqueo sensitivo T6 establecido, garantizó una analgesia efectiva, que no precisó de más analgesia. El parto vaginal fue no instrumentado y sin complicaciones. El tiempo de regresión del bloqueo sensitivo fue de 3 horas y 15 min, con recuperación completa. En nuestro país, la incidencia del CMT se encuentra en 28 casos por 10.000 habitantes. La mayoría de los pacientes tienen una esperanza de vida normal con afectación leve. Hay dos síndromes clínicos, tipo I que se manifiesta en la infancia o adolescencia, con reducción en la velocidad de conducción nerviosa, debilidad simétrica bilateral de extremidades inferiores, reflejos tendinosos disminuidos o ausentes y un déficit sensorial característico 255 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. CARTAS AL DIRECTOR “en guante y calcetín”. Más del 50% de estas pacientes experimentan exacerbaciones durante la gestación, probablemente secundario a edema endoneural. El tipo II se manifiesta en la edad adulta con síntomas similares pero de muy lenta progresión. Rudnik et al, observan en su estudio, que aunque el 50% de pacientes con CMT-tipo I sufren exacerbación durante la gestación y un 65% presentó limitaciones neurológicas post-parto, los efectos no fueron debilitantes en el tiempo. Tampoco encontraron efectos adversos en el feto ni mayores complicaciones obstétricas que en la población normal4. Paradójicamente, un reciente estudio de Noruega, muestra que la enfermedad por sí misma, puede ser un factor de riesgo independiente para complicaciones durante el parto, siendo la incidencia de presentaciones anómalas, nacimientos instrumentados y hemorragias postparto mayor que para el resto de población5. La analgesia epidural obstétrica, ya fue descrita en una ocasión de forma satisfactoria en este tipo de pacientes3. Posteriormente se han recogido 2 casos en que se empleó anestesia epidural y 3 de subaracnoidea para cesáreas, y 5 casos de anestesia regional (3 subaracnoideas y 2 epidurales) para otras patologías quirúrgicas no obstétricas con iguales resultados6-10, aunque Schmitt et al6 describen bloqueo motor prolongado con anestesia epidural con respecto a la subaracnoidea, en pacientes sometidos a cirugía correctora ortopédica, probablemente por la alta concentración del anestésico local utilizada. También se han llevado a cabo bloqueos de nervios periféricos para intervenciones ortopédicas sin incidencias, en una selección de pacientes con síntomas graves y deformaciones torácicas y función ventilatoria alteradas. Las recomendaciones de Vandam y Dripps en 19542, a favor de la anestesia general, en este tipo de pacientes, han tenido gran influencia en su manejo clínico a lo largo de varias décadas. El argumento contra la anestesia regional en el CMT es similar al aplicado al resto de otras enfermedades neurológicas progresivas. Aquellos pacientes con daño neurológico periférico establecido pueden ser más susceptibles de empeorar con el uso de técnicas regionales y la presencia de un proceso crónico de base, secundario a causas mecánicas, isquémicas, tóxicas, o a una condición desmielinizante hace que teóricamente exista mayor riesgo de lesión más allá de su origen. Sin embargo, la etiología del déficit neurológico postquirúrgico es, con frecuencia, muy difícil de evaluar debido a que factores del propio paciente, de la cirugía en sí y el riesgo anestésico asociado, pueden jugar un papel específico (edad avanzada, comorbilidades asociadas, un prolongado trabajo de parto, etc.). Además, dado el carácter potencialmente progresivo del CMT y que la gestación es causa de exacerbación, el déficit postquirúrgico podría no tener relación alguna con la técnica anestésica empleada. Con respecto a la posible lesión isquémica secundaria a los aditivos del vasoconstrictor, Hebl et al2 administraron dosis estándar de anestésicos locales con adrenalina en 72 pacientes con trastornos del sistema nervioso, para procedimientos de anestesia regional, no encontrando asociación alguna2. 256 El equipo de obstetricia y de anestesia, informó a nuestra paciente del curso de su enfermedad y de las complicaciones que podían suceder, así como de las técnicas anestésicas que se le podían ofertar, documentadas con los estudios más recientes, contribuyendo a que el grado de satisfacción de la paciente fuera muy bueno. Por tanto, y, a pesar de la escasez de casos publicados, en este contexto, que pudieran ofrecer cierta garantía, pensamos que la analgesia epidural obstétrica en pacientes con CMT leve, podría representar una opción segura y alternativa, sobre todo teniendo en cuenta que las principales causas de morbimortalidad materna son la vía aérea difícil con fallos en la intubación orotraqueal y la probabilidad de broncoaspiración, asociadas en particular a la anestesia general. BIBLIOGRAFÍA 1. Reah G, Lyons GR, Wilson RC. Anaesthesia for cesarean section in a patient with Charcot-Marie-Tooth disease. Anaesthesia. 1998;53:586-8. 2. Hebl JR, Horlocker TT, Schroeder DR. Neuraxial anesthesia and analgesia in patients with preexisting central nervous system disorders. Anesth Analg. 2006;103:223-8. 3. Scull T, Weeks S. Epidural analgesia for labour in a patient with Charcot-Marie-Tooth disease. Can J Anaesth. 1996;43:1150-2. 4. Hoff JM, Gilhus NE, Daltveit AK. Pregnancies and deliveries in patients with Charcot-Marie-Tooth disease. Neurology. 2005;64:459-62. 5. Rudnik-Schoneborn S, Rohring D, Nicholson G, Zerres K. Pregnancy and delivery in Charcot-Marie-Tooth disease type 1. Neurology 1993;43:2011-6. 6. Schmitt HJ, Muenster T, Schmidt J. Central neural blockade in Charcot-Marie-Tooth disease. Can J Anaesth. 2004;51:1049-50. 7. Canovas L, Domínguez M, Diz A, Castro M, Barros C, Castro A. General anesthesia using a laryngeal mask and anesthesia by epidural catheter in a case of Charcot-Marie-Tooth type I disease. Rev Esp Anestesiol Reanim. 1998;45:441-2. 8. Sugai K, Sugai Y. Epidural anesthesia for a patient with CharcotMarie-Tooth disease, bronchial asthma and hypotiroidism. Masui. 1989;38:688-91. 9. Peláez Romero R, Alonso Chico A, Villamandos BQ, García de Lucas E. Anestesia subaracnoidea para una cesárea urgente en la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2003; 50:106-7. 10. Greenwood JJ, Scott WE Charcot-Marie-Tooth disease: peripartum. Management of two contrasting clinical cases. Int J Obstet Anesth. 2007;16:149-54. A. B. Fernández Pérez, C. Quesada García, O. Rodríguez González, J. C. Besada Estévez Servicio de Anestesiología y Reanimación y Terapia del Dolor. Hospital Universitario Nuestra Sra. de Candelaria. Santa Cruz de Tenerife. CONSIDERACIONES ANESTÉSICAS EN LA ENFERMEDAD DE CHARCOT-MARIE-TOOTH Sr Director: La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT) es uno de los trastornos neurológicos hereditarios más comunes. La prevalencia de esta enfermedad es de 10 a 30 personas por cada 100.000. Comprende un grupo heterogéneo de enfermedades neurológicas hereditarias del nervio periRev Esp Anestesiol Reanim. 2011;58:254-263