Opinión MILICIA Y ESCUELA HITOS DE UNA COLABORACIÓN La situación de la enseñanza en España, incluidas la reformas que se anuncian en la militar, parece argumento apropiado para recordar algunos hitos sobre el papel de la escuela en la identificación del joven con su patria, así como la curiosa integración de militares en la enseñanza pública como monitores de educación física. FORMACIÓN PATRIÓTICA La enseñanza primaria en España tiene su primera regulación en la Constitución de 1812; este texto fundamental señalaba en su artículo 366: En todos los pueblos de la monarquía se establecerán escuelas de primeras letras en las que se enseñará a los niños a leer y escribir y contar y el catecismo de la religión católica que comprenderá también una breve exposición de las obligaciones civiles. Las escuelas deberían hallarse en funcionamiento para 1830 y las enseñanzas se impartirían en lengua castellana. El organismo encargado de llevar a cabo el precepto constitucional fue la Dirección General de Estudios, creada en 1814 a instancias del diputado y poeta Manuel José Quintana. En la década de 1830-40 tienen lugar dos acontecimientos trascendentales para la enseñanza: la guerra carlista y las primeras leyes de desamortización eclesiástica. A consecuencia de ambas, numerosos f railes exclaus­ trados y militares no convenidos en Vergara ejercieron la docencia como único medio de vida. Estos maestros, y los que desde la vida civil eligieron el humilde oficio de dómine para mal vivir, vieron organizada la educación mediante el Reglamento de las Escuelas de Instrucción Primaria de 1838. Este reglamento unificaba los programas, ponía orden en la titulación de los educadores, y prestaba especial atención a la formación moral de la infancia. Así, aquél lejano articulado, inspirado por el Duque de Frías como Presidente del Consejo de Ministros, disponía en uno de sus artículos: En todas las escuelas nacionales, en lugar preferente y a la vista de todos los alumnos, se colocará la imagen de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado El crucifijo presidió las aulas hasta la llegada de la II República, fue restituido en 1939, y suprimido por segunda vez en nuestros días. La Ley Moyano (17-7-1857) fue el gran monumento legal para la MILITARES 90 18 JULIO 2010 enseñanza durante casi un siglo, su articulado establecía ya la enseñanza primaria obligatoria, así como la formalización del Concordato de 1851 por el que la Iglesia Católica pasaba a ocupar un lugar importante en la educación de la infancia. Pocos años después de promulgarse este texto, concretamente en 1893, durante el gobierno de Práxedes Mateo Sagasta una orden de la Inspección General de Primera Enseñanza disponía que se proceda a colocar en el plazo de seis meses en el frontispicio de todas las escuelas el escudo patrio y que ondee el pabellón nacional durante las horas dedicadas a instrucción. Así mismo se ordenaba que cuando en el patio o jardín se verifique algún acto o desfile de los alumnos, éstos pasarán delante de la Bandera, saludándola, se lograra así enseñar a los niños a amar y honrar a su país y darle las mejores lecciones de enseñanza del patriotismo. En el primer año del siglo XX, con Antonio Maura en la presidencia del Consejo y doña María Cristina como Regente, se creaba el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes (18-4-1900). La primera disposición trascendental del nuevo departamento ministerial, presidido por el conde de Romanones, fue la creación del Opinión Magisterio Nacional. Siete años después el siguiente ministro, Amalio Rodríguez San Pedro, queriendo unificar en todas las regiones el respeto a la Bandera, convocó un concurso de sonetos para ser recitados en las escuelas, el ganador fue el poeta Sinesio Delgado, con CANTO A LA BANDERA. Ese soneto es el que desde hace poco tiempo se recita en el Ejército en el acto de Homenaje a la Bandera. Este ministro creó también El Día de la Raza. FORMACIÓN FÍSICA Así como la formación patriótica ocupó un lugar destacado en la enseñanza durante más de cien años, la educación física fue también una preocupación permanente para los pedagogos y autoridades políticas. Por aquellos años en que se exaltaban los valores patrios en la infancia, el padre Andrés Manjón creaba en sus escuelas granadinas del Ave María lo que él denominó Batallones Escolares, cuyo fin era inculcar en los niños la disciplina a través del ejercicio de la gimnasia. Aquellas “unidades” se propagaron por toda España desde su fundación en 1893 y, en su mayoría las enseñanzas de la educación física corrían a cargo de militares de la plaza donde se hallaban ubicadas. En un claro camino de concurrencia de la enseñanza militar con la civil en el ámbito de la formación física, el coronel José Villalba Riquelme, siendo director de la Academia de Infantería, redactó y puso en práctica un Manual de Educación Física para los cadetes. Este borrador adquirió categoría de reglamento provisional de gimnasia para toda la infantería por Orden de 15 de septiembre de 1910. Nueve años más tarde (15-121919) el ya general Villalba, se hallaba de comisión en Londres. Sonó el teléfono en el hotel donde MILITARES 90 19 JULIO 2010 se alojaba y le fue comunicado el nombramiento de ministro de la Guerra. A los pocos minutos ordenaba a su hijo y ayudante, el entonces capitán José Villalba Rubio, que tomase papel y lápiz y redactase el texto de una orden ministerial creando la Escuela Central de Educación Física, con sede en Toledo, “por si acaso no me da tiempo a hacerlo cuando Opinión lleguemos a Madrid” comentó a su hijo. Gracias a la decisión de Villalba se pudo crear la Escuela que tan excelentes servicios prestó a la formación física de militares y civiles. El veterano militar intuía que su cartera ministerial duraría poco, como así fue: en la inauguración del centro, el 28 de febrero de 1920, ya era ministro de la Guerra Manuel Allendesalazar. La Escuela inició su actividad con un programa que rebasaba el ámbito estrictamente militar, en 1924 tuvo lugar la primera convocatoria de cursos para civiles, en este caso fueron varios inspectores de Instrucción Pública los que realizaron un curso de gimnasia de 15 días de duración, germen de lo que habría de ser una estrecha y permanente colaboración entre los ministerios de Instrucción Publica y Guerra. La experiencia adquirida por aquellas autoridades escolares dio lugar a la redacción de la Cartilla Infantil de Gimnasia, manual que fue de uso general en las escuelas de toda España hasta que el gobierno de la República lo derogó en 1931. Para llevar a cabo con eficacia los programas emanados de la Cartilla, en 1926 se convocó el primer curso de Monitores de Educación Física para maestros de primera enseñanza. Paralelamente y de manera recíproca, el ministerio de Instrucción Pública dio entrada en las escuelas a monitores militares. El desarrollo del Real Decreto de 5 de enero de 1925 permitía a las clases de tropa de segunda categoría, especialmente sargentos, integrarse, en determinadas condiciones, en los escalafones docentes civiles como monitores permanentes de educación física. Muchos de aquellos militares pasaron al Magisterio Nacional como maestros al realizar la carrera en la especialidad que venían practicando; así se dio alguna salida a las clases de tropa, taponadas en si mismas al final de la guerra de Marruecos, a la vez que se dotó a las escuelas de excelentes profesionales formados en la Escuela de Toledo. Al terminar la guerra, concretamente a partir de 1945, las denominadas Escuelas de Mandos de Falange, con la Sección Femenina como organismo promotor, realizaron una encomiable labor de formación de instructores de MILITARES 90 20 JULIO 2010 educación física, que andando el tiempo derivaron en los actuales centros y organismos de la especialidad. El interés por inculcar valores morales al niño, así como el fomento del ejercicio físico en la población infantil y juvenil, ha sido una constante preocupación de los gobiernos españoles a lo largo de gran parte de los siglos XIX y XX. En el desarrollo de esa educación se produjo un estrecho maridaje Escuela-Ejército que el tiempo ha ido diluyendo hasta alcanzar la situación actual. Hoy la palabra Ejército esta vedada del vocabulario educativo y los orígenes de la Educación Física como actividad escolar borrados de la memoria de maestros y alumnos. Miguel Parrilla