La mujer en la sociedad nórdica. Muchas leyendas envuelven a la sociedad nórdica, muchas ficciones crean de ese pueblo un verdadero crisol de fantasías y basado en uno de sus cantos escribo sobre un hecho real: El papel de la mujer en esa sociedad en la época medieval, y ese es un gran problema. Para poder encontrar el verdadero papel de la mujer es necesario no dejarse llevar por las descripciones literarias que se hacen en la obra, después de todo El cantar de los nibelungos posee muchas analogías de hombres-divinidades, mucha antropomorfolización de las divinidades y un gran tinte fatídico-heroico en sus versos.1 Pero dentro de las características de la literatura caballeresca, muy recurrentes en el cantar, existe una gran cantidad de descripciones realistas de la forma de vida de aquella época, por eso es que encontrar la verdadera valía de la mujer fue un poco más sencillo. Con esto aclarado puedo comenzar a desmenuzar a la mujer en la sociedad nórdica. Con el paso del tiempo todas las cosas evolucionan: animales, plantas, credos, modas y percepciones. Sí, todo evoluciona en un continuo proceso de innovarse, y el concepto de mujer no fue la excepción de la regla. Después de haber sido “peor que el más maldito de los animales (...) más peligrosa que “el animalito de Dios” (...), un ser que le propinará una plaga imperecedera, grave, cruel, terrible e ineluctable de males.”2, la mujer pasó a ser un ente digno de veneración, respeto y sobre todo amor. Es en esa remota época donde podría situar el nacimiento del “zoon romanticón”, personaje tan conocido y reconocido en la cultura popular de hoy en día. 1 Siendo cantos heroicos los personajes de este cantar parecen un reflejo de sus análogos griegos: Su fuerza impresionante no proviene de su mera naturaleza, proviene de una fuerza sobre natural, divina, mas no de una deidad, que los favorece. El héroe Siegfried no es un ser humano común y corriente, está encima de sus contemporáneos: Es más poderoso gracias a la sangre de un dragón; esta simple característica lo convierte en una divinidad en cuanto a lo sobrenatural. 2 CFR Díaz Enríquez, Juan José; La mujer en la sociedad griega, México, 2002 El valor el caballero se mide, en buena medida, por el valor de su doncella, de la misma manera que hoy en día un joven demuestra su habilidad de caballero post-moderno con su bondadosa, noble y bella novia. Es por eso que la mujer debe tener características especiales: Antes que nada para que un caballero escoja una doncella debe fijarse que ésta sea digna de su linaje y después luchar contra todos, incluso contra su familia3, para poder conseguir el amor de la dama. Ella debe ser lo más noble que se pueda y tan hermosa que no pueda haber otra igual en ningún país. Su belleza debe ser conocida en todo el mundo para que así ella se comporte difícilmente para con los hombres. Ella es la representación sensible de la belleza del mundo, es lo bueno y lo agradable, una mujer es tan delicada como un pétalo, es un ángel sublimado. Por eso es que hay que tratarla con el mayor cuidado, como si fuera una fina figura de porcelana, y con la mayor cantidad de lujos que se pueda: se lo merece. Para presentarse frente a tan magnífico ser es necesario ir vestido con oro rojo y llevar las riendas de los caballos bien arregladas, los escudos han de ser nuevos, brillantes y anchos al igual que los bellos yelmos. Las espadas largas y las lanzas afiladas y de por lo menos dos palmos de ancho. La mujer, ese magnífico ser, merece ver antepechos de seda por lo menos.4 ¿Quién se atrevería a presentarse mal ante un ser vivo que envuelve en sí todos los ideales que existen? Sí, la mujer es un magnífico ser, pero no es perfecto. 3 4 CFR. Anónimo, El cantar de los nibelungos; Porrúa (“Sepan Cuantos...” 285), México, 2000; p. 7-8 Idem, p.8-9 Existen encerrados en ella dos contrarios: las características mencionadas líneas anteriores (bondad, nobleza) y el egoísmo, el elitismo.5 Entonces es cuando se mide la valía de la mujer: ¿qué tanto es buena y qué tanto no lo es? Esto es importante porque en esos contrarios se encuentra la verdadera felicidad del caballero que se despose con ella, en ellos se encuentra la raíz de la fidelidad y del amor (por parte de la mujer). Pongamos un ejemplo: Cuando Kriemhild discute con Brunhild se ven claramente, en dos personas distintas, los dos contrarios. Brunhild representa al contrario egoísta y elitista, pues mete cizaña (como comúnmente se dice) entre Kriemhild y su esposo, intenta convencerla de que Siegfried no era más que un vasallo y por eso era inferior a Gunther. ¿Acaso esa no es una actitud reprobable? (Si contestó afirmativamente, estimado lector, hágase una segunda pregunta ¿cuántas veces actuamos así?, y una tercera: ¿cuántas veces vemos que actúa la gente así, y no hacemos nada?) Pero en contraste Kriemhild se presenta como “el contrario” de la bondad y la nobleza. Le pide a Brunhild que deje de insultar a su marido, que la deje olvidarse de lo dicho. Defiende el honor de su amado cónyuge hasta el grado de retar a su contraria. Ésta es la actitud de la verdadera mujer de valía, es Kriemhild quien representa a la mujer que antes describí, la mujer que es la meta de todo honrado caballero. Con esta separación se ve claramente la percepción de los nórdicos sobre la mujer: Ya no era más un objeto, ahora se le consideraba un ser humano. No me atrevo a decir que la consideraran un igual en su sociedad, pues es claro que la mujer todavía le debía un cierto respeto al hombre. 5 Idem, p.84-85 “Mi querido hermano, no me debéis suplicar, voy a obedeceros. Como vosotros mandáis así debe ser.”6 Pero tampoco me atrevo a afirmar que era considerada inferior al “cien por ciento”, pues Gunther le pide a su hermana que lo obedezca por “su educación y bondad”.7 Además aparece una faceta muy hermosa de la mujer: Es sentimental. Cuando muere Siegfried el Cantar de los Nibelungos se refiere a su esposa como “la dolorosa”8 pues lloró con todo el corazón la pérdida de su marido. Entonces, ¿dónde queda la mujer en la sociedad nórdica? Yo me aventuro a decir (y perdóneme quien sea el lector si me equivoco) que la mujer nórdica jugaba un papel muy complejo en su sociedad: Era igual al hombre por naturaleza, era inferior al hombre por condición social y era superior al hombre en cuanto a haber sido considerada como un ideal de finalidad. Esa percepción (evolucionada, claro está) de la mujer ha llegado hasta nuestros días y se puede resumir en: “Ella no es tan valiente como parece ser y cuando tiene una pesadilla si no la abrazas no dormirá en toda la noche (...); ella pone a prueba tu amor de muchas formas y juega con tus emociones, caza sueños imposibles y nunca puedes decirle que está mal... ¡Pero ella es la oportunidad de completar tu vida, la oportunidad de cambiar tus días de soledad por días dulces, una oportunidad que se siente muy bien, tanto que cualquiera desearía ser quien la posee...! Cuídala.”9 6 Idem, p.63 Ibidem. 8 Idem, p.106 9 Steve Dorff, Matry Panzer, She Used to be mine 7