1.- Completa la siguiente tabla. Infinitivo compuesto de venir Gerundio simple de partir Participio de atender Gerundio compuesto de freír 2.- Construye oraciones donde las formas verbales tengan los siguientes valores: a) imperfecto de cortesía b) futuro histórico c) condicional de probabilidad 3.- Indica los usos (rectos/desplazados) de los tiempos verbales en las siguientes oraciones: -Al año que viene estoy en Londres todo el curso. -¿Podía hablar con usted? -Las invasiones napoleónicas fomentarán el sentimiento nacionalista de los pueblos invadidos. -Cervantes muere en 1616. -Los mamíferos son animales de sangre caliente. -No te enfades, él ya salía de casa. -¿Decías algo? -Al instituto vamos todos los días en bicicleta. -Sacas ahora la basura y se acabó -Salgo ahora mismo de casa. - Colón llega a América en 1492. 4.- Completa el siguiente regulares/irregulares. Presente de indicativo (1ª persona) Estoy cuadro y determina Pretérito perfecto simple (3ª persona) después cuáles son verbos Futuro de indicativo (1ª persona) Andaré Dije Cojo Tendré 6.- Señala las formas verbales que tienen aspecto imperfecto y las que tienen aspecto perfecto en la siguiente lista: mire hablaría estudiaba hube esperado habré salido hayáis venido lloro cantaré escribió habrá bailado 7.- Escribe las formas verbales compuestas correspondientes a las siguientes formas simples: -bebo -bailábamos -cantaría -parta -haréis 8.- Escribe las formas pasivas correspondientes a los siguientes verbos en voz activa: -compró -había leído -tendría -haya visitado -permitía. 9.-Indica persona, nº, tiempo, modo, conjugación y voz de las formas señaladas en negrita en el texto. Comenta además si se trata de usos rectos o desplazados. La verdad sea dicha: cada vez entiendo menos a la gente. Ahí está mi primo Severiano: ocho años largos hacía que no nos veíamos –nada menos que ocho años-; llego a su casa, y aquella única noche que, al cabo de tantísimo tiempo, íbamos a pasar juntos, la emplea el muy majadero -¿en qué?- ¡pues en contarme la historia del manuscrito!, una historia sin pies ni cabeza que hubiera debido hacerme dormir y roncar, pero que terminó por desvelarme. Y es que estos pueblerinos atiborran de estopa el vacío de su existencia rutinaria, convirtiendo en acontecimiento cualquier nimiedad sin el menor sentido de las proporciones. La visita de su primo, con quien él se había criado, y en cuya vida y milagros tanta cosa de interés hubiera podido hallar, no era nada a sus ojos, parece, en comparación de la bobada increíble que había tenido preocupado al pueblo entero, y a Severiano en primer término, durante meses y años. Me convencí entonces de que ya no restaba nada de común entre nosotros: mi primo se había quedado empantanado ahí, resignado y conforme. ¡Quién lo hubiera dicho veinte años atrás, o veinticinco, cuando Severiano era todavía Severiano, cuando aún no estaba atrapado tan sin remedio en la ratonera de aquel almacén de herramientas donde ha de consumir sus días…!