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NAVIDAD ENCUENTRO DE AMOR, FE Y SOLIDARIDAD
(Preparado por P. Eduardo Granja A. Diócesis Central del Ecuador. Comunión Anglicana)
El misterio de la encarnación de la Palabra que se actualiza en cada celebración de la Navidad, ha sido
desplazado en gran escala por el consumismo: regalos, viajes, diversiones. Mirando con serenidad al
menos se mantiene cierto espíritu de solidaridad cuando “dan, regalan” algún obsequio a personas
consideradas pobres. Debemos dar mayor sentido humano y cristiano a este acontecimiento
Familia _______________
Villancico: (u otro)
Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas niñito,
ven no tardes tanto (bis)
Del seno del Padre bajaste a hermanarnos,
deja ya el materno niñito, porque te veamos.
Dulce Jesús mío…
De montes y valles, ven, ¡oh deseado ¡;
Rompe ya los cielos; brota flor del campo.
Dulce Jesús mío…
ACOGIDA:
-Padre/y o Madre: Bienvenidos a nuestra casa, para recordar el nacimiento de Jesús, “Dios
con nosotros”, que nos hace a todos hermanos, y que con su vida sencilla de carpintero nos
enseñó que amar a Dios es amar, ayudar, pedir perdón y perdonar a los demás especialmente
a los más humildes y necesitados. Gracias por estar esta noche con nosotros. Vamos a
escuchar la narración del nacimiento de Jesús según san Lucas (Lucas 2,1-20).
Narrador 1: Por aquellos días Augusto César decretó que se levantara un censo en todo el
imperio romano. (Este primer censo se efectuó cuando Quirino gobernaba en Siria). Así que
iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo. También José, que era descendiente del
rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la ciudad de David,
para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta y, mientras estaban
allí, se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales
y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada (Lucas 2, 1-7).
Narrador 2: En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo,
turnándose para cuidar sus rebaños. Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria
del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. (Lucas 2, 8-9). Pero el ángel les
dijo:
Mujeres: Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que
serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la ciudad de David
un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto
en pañales y acostado en un pesebre» (Lucas 2, 10-12).
Narrador 1: De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y
decían:
Niños: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su
buena voluntad” (Lucas 2, 14).
Narrador 2: Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros:
Varones: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer».
Narrador 1: Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba
acostado en el pesebre. Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él,
y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. María, por su parte,
guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas (Lucas 2, 16-20).
Palabra de Dios.
Todos: te alabamos. Señor.
Villancico: (u otro)
Claveles y rosas la cuna adornad,
en tanto que un ángel meciéndola está.
No llores Niñito, no llores mi Dios,
si te he ofendido, te pido perdón (bis)
-Al Niño Pastores, venid abrigar,
que la noche es fría y empieza a llorar (bis)
De amores tu pecho abrazado está,
Queremos prestos tu sed apagar.
Ven que ya la muerte nos está acabando,
Ven pronto a vencerla y a resucitarnos (bis).
Claveles y rosas la cuna adornad,…
PETICIONES:
Todos: Padre santo y bondadoso, te alabamos y damos gracias porque tú, en tu misericordia,
nos diste a Jesús tu Hijo, nacido de la carne de la Virgen María, su madre; para compartir
nuestra naturaleza humana, para vivir y morir como uno de nosotros, reconciliarnos y poder
ser hijos e hijas y poder sentirte como nuestro Padre.
-Mujeres: Dios de amor, la obscuridad que cubría la tierra, ha desaparecido con la Luz de tu
Palabra nacida en Belén. Ayúdanos a caminar juntos, alumbrados por esta Luz, con corazón y
manos abiertas y solidarias.
-Varones: Naciste en un pesebre, fuera de lujos y palacios, haz que con palabras y obras
despertemos esperanza en las personas débiles, pobres, ancianas, abandonadas, en las mujeres
maltratadas; da libertad y alivio a los oprimidos; consuela y acompaña a los afligidos y
migrantes.
-Mujeres: Eres el Príncipe de la Paz, eres Camino, Verdad y Vida: ayúdanos, Jesús, a ser
constructores de la paz anunciada por los ángeles en nuestras vidas, familias, barrio y
sociedad; danos fuerza para buscar la verdad, decir la verdad, vivir la verdad, generando una
democracia fraterna, participativa y solidaria.
-Varones: Jesús, que ayudaste y curaste a los más excluidos: crea en nosotros un corazón
firme y limpio, para vivir cada día sin acobardarnos ante las dificultades; sin perder la fe en
los demás; descubriendo el bien en todas las personas y cosas; que ningún fracaso pueda
desanimarnos ni arrebatarnos el gozo de una conciencia íntegra.
-Mujeres: Jesús, nacido de María, derrama tu salud física y espiritual sobre cada uno de
nosotros y de nuestras familias; que no falte el trabajo y tengamos el pan de cada día; danos
valentía para pedir perdón y perdonar; líbranos de todo mal. Amén.
Padre o madre: Tomados de las manos y sintiéndonos hermanos digamos: Padre nuestro que
estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del
mal. Porque tuyo en el reino, tuyo el poder y tuya es la gloria, ahora y por siempre. Amén.
Padre o madre: El Dios de la vida nos llene de bendiciones por haber participado en este
encuentro de amor, fe y solidaridad. Démonos un abrazo de paz y de fraternidad, de felicidad
y reconciliación.
(Luego se puede intercambiar los regalos y/ o participar en la cena)
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