COMUNICACIÓN LIBRE 8 REALIDAD PSÍQUICA E ÍNDICE DE REALIDAD EN EL PSICODIGANÓSTICO DE RORSCHACH. Lic. Fernando J. Castro1 Introducción En el presente trabajo se aborda la cuestión de la realidad psíquica en el Psicodiagnóstico de Rorschach, tomando como referencia un signo de jerarquizado uso como es el índice de realidad. A partir del trabajo de Stephen Neiger (1956) sobre el mencionado índice, basado en la frecuencia de respuestas vulgares de algunas láminas de la prueba, se propone investigar qué elementos de la realidad psíquica explora. Siendo este signo uno de entre los factores que intervienen en la comprensión del "sentido de la realidad", así denominado por Bohm (1958), se entiende que podría servir para indagar si con su uso se logra efectivamente captar, o al menos describir, lo que consideramos realidad psíquica en un sujeto. Se intenta responder a interrogantes tales como: ¿de qué "realidad" hablamos?, ¿se trata de una realidad objetiva o subjetiva?, ¿tiene que ver con una adaptación a la realidad social? o, ¿la realidad psíquica incluye tanto lo social como lo subjetivo? Es evidente que el concepto difiere según la perspectiva teórica desde la que es abordada, incluso desde diferentes corrientes psicológicas o dentro del mismo Psicoanálisis. Se recorre brevemente el concepto de “realidad” desde la Psicología, y sus vínculos con la teoría psicoanalítica en conceptos tales como Realidad Psíquica, Sujeto y Funciones Yoicas de realidad. Se introduce un cuadro síntesis de los conceptos teóricos que da cuenta de la compleja relación entre la realidad y la estructura psíquica de un sujeto, y se ofrece una propuesta para la exploración, con el Psicodiagnóstico de Rorschach, de la realidad psíquica de los sujetos a quienes se administra la prueba, considerando el índice de realidad como vínculo con la técnica creada por Rorschach. 1 Uruguay 60 1° A (1015) – Bs. As. Tel: 011-155-750-8612 Email: fcastro@psi.uba.ar Cuestiones teóricas a) Realidad psíquica El aparato psíquico desarrollado por Freud para explicar su teoría sobre la mente humana y analizar los procesos psíquicos está compuesto de sistemas en relación no espacial sino temporal. Lo central de este concepto reside en la posibilidad de describir las elaboraciones psíquicas que remiten a la relación entre esos sistemas y, además, a la relación con la realidad. Hoy se considera al aparato psíquico como la sede de los procesos psíquicos particulares de un individuo, donde se construye la realidad psíquica, esto es, una forma de existencia diferente de la realidad material. León Grinberg (1995) señala que el psicoanálisis puede definirse como la disciplina que estudia la realidad psíquica y su relación con la realidad material. Esta definición que, en pocas palabras, destaca todo un campo teórico y práctico atravesando todo nuestro accionar psicológico profesional, parte evidentemente de aquella primera enunciación de Freud (1895), donde el concepto era mucho más específico y se refería básicamente a la equivalencia de la experiencia psíquica provocada por acontecimientos internos y externos. Sin embargo, incluye también lo que fue el desarrollo del concepto a lo largo de la obra freudiana, donde la realidad fáctica se transformó en “objetiva” y luego en “material”, y que actualmente podemos nombrar como “externa” o “verdadera”. Siguiendo a Berenstein (1994), el yo se mueve libremente en tres espacios o mundos que conforman la realidad psíquica: el de las representaciones, ligado al funcionamiento fantasmático de la propia mente y el propio cuerpo donde el otro externo tiene una presencia virtual, luego el espacio de las representaciones de los vínculos familiares, que se regula por el tabú del incesto y por la vigencia de la sexualidad permitida o prohibida y donde el yo se vincula con el otro externo quien tiene una presencia estable y con cierta marca real; por último, el espacio de las representaciones del medio sociocultural, regido por la ley social y donde los otros tienen presencia real y difusa. Pero intentar definir este constructo resulta imposible sin vincularlo al “funcionamiento psíquico”, tal como lo pensó Alfredo Maladesky (2002) al desarrollar el concepto de cambio psíquico y la intervención del psicoanalista: “Los psicoanalistas sostenemos la existencia de un aparato psíquico compuesto por instancias (Inc. Preconciente y Conciente en la primera tópica y Yo, Super Yo, Ello, en la segunda tópica) con interacciones tópicas, dinámicas y económicas y en cuyo funcionamiento y articulación es posible influir mediante la técnica psicoanalítica. El problema se complejiza, aún más, si tenemos en cuenta que este funcionamiento psíquico se desarrolla simultáneamente en varios espacios psíquicos: el intrasubjetivo (pulsiones y representaciones); el intersubjetivo (de las relaciones vinculares) y el transubjetivo (el espacio social y cultural).” (Maladesky, 2002, pp. 19) Entran en juego aquí también los tres espacios, pero definidos desde la subjetividad, otro concepto que nos ayuda a comprender lo que queremos decir cuando hablamos de realidad psíquica. Lo que siempre hay en común en las definiciones del concepto es lo que Freud ya había postulado inicialmente: el permanente juego entre lo interno y lo externo, donde el yo cumple un rol fundamental. Como lo expresa Janine Puget (1994) tan claramente al indagar la existencia de una o varias realidades psíquicas: “…puede ser pensada como el resultado de una articulación u oposición entre realidad interna y realidad externa…. La realidad psíquica (…) se emparienta a una realidad singular –fantasmática – pensada – deseada – subjetiva – irreal – alucinada - no cognoscible- interior al aparato psíquico construida por cada psique y se opone por lo tanto a la de la realidad común-general-social-verdadera-materialimpuesta – objetiva – realista – cognoscible – exterior, siendo esta última generalizable e incluso universal” (Puget, 1994, pp. 89). En su introducción del concepto del sentimiento de identidad, vinculado a los mecanismos de identificación y a las relaciones objetales, León y Rebeca Grinberg (1995) proponen una explicación de la realidad psíquica, o si se quiere, del funcionamiento del aparato psíquico, a través de la interacción continua de tres tipos de vínculos de integración: el espacial, el temporal y el social. El primero comprende la relación de las distintas partes del self entre sí, manteniendo su cohesión y permitiendo su relación o no con los objetos (diferenciación self-no self). El vínculo de integración temporal une las distintas representaciones del self en el tiempo, estableciendo continuidad y facilitando la “mismidad”. Y, por último el vínculo de integración social refiere a los vínculos entre aspectos del self y aspectos de los objetos. Como síntesis conceptual, se jerarquiza la siguiente definición de Isidoro Berenstein (1994): “La realidad psíquica es considerada como el conjunto de vivencias, emociones y representaciones inconcientes, personificadas como objetos, que el yo siente como interiores y reales. Está en relación con y se diferencia de otra realidad, llamada externa, que el yo siente afuera de sí y poblada por personas, instituciones, normas culturales, leyes, etc.” (Berenstein, 1994, pp. 19) Modelos teóricos de abordaje de la realidad psíquica Berenstein Maladesky Grinberg Funciones yoicas de realidad 1 Espacio de las Espacio representaciones psíquico de la propia Vínculo de Juicio de integración realidad intrasubjetivo temporal Espacio de las Espacio representaciones psíquico de los vínculos Vínculo de Prueba de integración realidad intersubjetivo espacial familiares 3 Espacio de las Espacio Vínculo de Adaptación representaciones psíquico integración a la del medio socio- social cultural b) Índice de Realidad transubjetivo realidad Sujeto 2 Identidad mente Fue creado por Neiger en 1946, y se realiza en torno a las láminas populares (III, V. VIII y X), ya que estas tienen como característica común el hecho de ser láminas “Populares”, y se espera que frente a ellas el evaluado entregue respuestas “consensuadas”, que son estadísticamente frecuentes, es decir, dadas por la mayoría de la gente. Este examen indica la capacidad que posee el sujeto para reconocer y diferenciar los “indicadores de realidad”, esto es, los repertorios o patrones conductuales correctos “adaptativas”) y los (conductas incorrectos y/o actitudes (conductas y/o “esperables”, actitudes “no “adecuadas”, esperables”, “inadecuadas”, “des-adaptativas”), según una situación determinada. En síntesis, el I. R. da cuenta de la capacidad del sujeto para reconocer las normas consensuales y para adecuar su comportamiento a ellas. Para la muestra argentina, se utiliza lo investigado por A. Passalaqua y otros (1992), donde se asigna puntaje en función de la aparición o no de las respuestas esperables: Lám. III Personas populares, en movimiento o no. En primer término: 2 puntos. En segundo término: 1 punto. Lám. V Murciélago. En 1° término: 2 puntos. En 2° término (mariposa primero): 2 puntos. En 2° término en adelante (sin mariposa): 1 punto. Mariposa. En 1° término: 1 punto. Lám. VIII Osos, felinos o roedores en movimiento o no, especificando cuales son. En 1° término: 2 puntos. En 2° término: 1 punto Lám. X Cualquier animal bien visto, calidad positiva. En 1° término solamente: 2 puntos. Para adjudicar 1 punto, debe dar “arañas” o “cangrejos” en 2° término en adelante. Cuestiones metodológicas El índice de realidad es un signo que utilizamos para evaluar la adaptación del sujeto a la realidad. Y en esto es eficaz puesto que representa el 50% de ese ítem. Esto significa que puede ayudarnos a comprender o describir en buena medida el “Espacio de las representaciones del medio socio-cultural”, el “Espacio psíquico transubjetivo”, y el “Vínculo de integración social”, si tomamos en cuenta el cuadro de síntesis teórica antes mencionado. Sin embargo, para evaluar realidad psíquica, será necesario pensar qué otras cuestiones se pueden adicionar al índice para abordarla de la manera más completa posible puesto que, además de la adaptación, interesa corroborar si el sujeto supera la prueba y el juicio de realidad. Se propone entonces el siguiente esquema: Espa- Signos RO incluidos en EFYR Otros Signos RO a tener en cuenta cios 1 2 3 Ausencia de los FE de Lógica Autista, Lám. I: análisis de las respuestas (calidad Secuencia, Combinación Confabulatoria, formal y ausencia de FE graves). / Verbalización de Relación, Contradicción Presencia de M+ / Presencia de FK+ / IC / y R. de Posición. TR al gris. F+% y F+% Ext y los FE de Contami- Cont. Humanos (Índice de integración nación verdadera y Anulación de la esperable y Cont. Humanos de buena Conciencia de interpretación calidad) / Lam III, IV, VII y IX / Manejo del (Autorreferencia) Color. IR, Prop. C, P%, D% y A%. Cont. Humanos (Índice de integración esperable y Cont. H de buena calidad) / Fc / Modo aperceptivo / Lám V. En el primer espacio, se hace necesario pensar en los signos Rorschach que refieran al mundo de las representaciones y al juicio. En este sentido, la posibilidad que brinda la lámina I para pensar en la imagen que el sujeto tiene de sí mismo, es interesante para mostrar su posición diferente frente al otro. Por un lado, el “este soy yo” que propone esta primera experiencia con la prueba significa que el sujeto reconoce la alteridad y, en segundo lugar, que puede hacer un juicio del otro y la realidad, siempre y cuando no dé respuestas más bien primitivas o utilice fenómenos especiales graves para defenderse de la situación. El movimiento humano con calidad positiva (M+) señalará que se trata de un individuo que posee una percepción y un proceso imaginativo altamente diferenciados; da cuenta de sus recursos internos que le permitirán diferenciarse del otro, generar buenas relaciones de objeto, correcto manejo de las representaciones que suponen una identidad de pensamiento, y a la vez expresar su vida pulsional de manera adaptativa. La FK+ refiere, en lo referente a este primer espacio, a la capacidad del sujeto para discriminar y también la posibilidad de autoconocimiento, ambos fundamentales para la generación de juicios coherentes de la realidad. El IC y el TRG nos informarán de la capacidad del individuo para darse cuenta de que algo no funciona bien y la necesidad o no de solucionarlo, y acerca de la existencia de problemas que tienen origen en el sí mismo, respectivamente. En el segundo espacio, donde lo fundamental es la discriminación Yo-no Yo, pero también la modalidad vincular de los sujetos, el contenido humano (H y Hd) señalará la preocupación, atracción e interés por el contacto humano, además de la calidad y tipo de relaciones objetales con que se vincula el sujeto. Por otro lado, el índice de Integración informará de la posibilidad de discriminar las partes del todo y de un elaborado manejo de la agresión, indispensables para la consecución de vínculos exitosos. Buenas respuestas en la lámina III indicarán la capacidad para aceptar e identificarse con los otros, mientras que las llamadas “láminas edípicas” (IV, VII y IX) serán útiles para pensar el pasaje del sujeto por la triangularidad que implicó la castración y, por ende, el ingreso en el proceso secundario a expensas de la represión. De haber resultado satisfactorio este pasaje, podrá el sujeto vincularse con los otros de manera esperable, y encauzará de manera adecuada las representaciones de vínculos familiares. Por último el manejo adecuado del color cromático (C) aportará datos acerca de la afectividad, revelando la “capacidad para manejar las emociones, el nivel de estructuración yoica, la modalidad del vinculo objetal, su adaptación a la realidad”2. En el tercer espacio, donde se encuentra el IR, y donde interesa lo transubjetivo, se puede adicionar lo ya expuesto respecto al análisis de los contenidos humanos que el sujeto proyecta en las láminas para dar cuenta de sus modos de vinculación. En segundo lugar, sería interesante estudiar el “modo aperceptivo” para analizar la estrategia del sujeto para percibir ese espacio exterior. El inter-juego entre lo cognitivo y lo afectivo puede aquí brindar información acerca de las representaciones del medio socio cultural puesto que indicaría la capacidad de un individuo para apropiarse de ese espacio exterior realizando primero una síntesis desde la abstracción y luego actuando 2 Passalacqua, A. et al “El Psicodiagnóstico de Rorschach. Interpretación”, Buenos Aires: Ed. Klex. 2da Ed. pp. 97 prácticamente. Esto se puede verificar asimismo con el análisis de la Lámina V, que hace referencia al principio de realidad, permitiendo apreciar la actitud del individuo y su grado de adaptación al mundo que lo rodea. A modo de ejemplo, se presenta a continuación la producción Rorschach de Nicolás, argentino, de 32 años de edad, en lo relativo a realidad psíquica: Signos RO incluidos en EFYR 1 Puntaje EFYR = 2,7 No llega al máximo puesto que da una C.C. en Lám. IV (pies al monstruo animal). Otros Signos RO a tener en cuenta Lám. I: “Una máscara”. Int.: ( ) En todo el dibujo. Tiene los ojitos, estos agujeritos y los agujeritos de la boca. ( ) La forma de la máscara. Quizá la parte de los maxilares, como si tuviera orejas, los ojos y la boca. La boca no está completa, no la veo. /WS F+ Másc. Shock al Blanco, FFF, Crítica de Objeto, Respuesta de Complejo oral, “ojos”. M+ = 3 / FK+ = 0 / IC = 8% / TR al gris = 10” (TRC = 10”) Puntaje EFYR = 5 De los 4 contenidos humanos que interpreta, 2 son irreales, lo que implica cierto pensamiento mágico que se puede traducir en aislamiento. En el índice de integración (13,5/2) se verifica la distancia. Lám. III: “Dos mujeres sosteniendo jarrones tipo vasijas como si fueran de barro”. Int.: ( ) Todo lo gris. Mujeres y vasijas con manos. ( ) La forma, como que están sujetando la vasija. ( ) Cabeza, brazos, pechos, el tema del pene…, lo único que dudo, zapatos como si fueran con tacos. (¿Vasija?) Vasijas, tiene una manija sola, la parte profunda de la vasija y la boca arriba. (¿Barro?) Justo hoy vi fotos de vasijas de barro. / D M+, F+, F+ H, Obj., Vest. P Rta de Par, EFSSM, Negación de Claroscuro, Autorreferencia, Evidencia, “Barro”. En las láminas edípicas, provee buenas respuestas, esperables (IV: monstruo, VII: resp. de par, IX: F+-) aunque no puede dar figuras femeninas. En cuanto al manejo del Color se evidencian buenas respuestas, representando la posibilidad de expresar el afecto de manera controlada por el pensamiento (FC+ = 3), con actitudes emotivas maduras y demostraciones afectuosas controladas (M/C = 3/1,5). Puntaje EFYR = 1,8 El IR es 7, demostrando buen grado de adaptación a la realidad. La disminución en este caso se debe a que no llega al 25% de respuestas Populares y tampoco al D% esperable (da 54%). Se repite lo analizado en cuanto a contenidos humanos, pero revelando además la capacidad de discriminar al objeto, pudiendo generar vínculos agradables. Esto se verifica por la calidez de las texturas (Fc+ = 2), y al grado de madurez de la dependencia del otro. Con respecto al modo aperceptivo se puede decir que la capacidad de contacto social se encuentra levemente disminuida a expensas de un pensamiento rebuscado y excéntrico (Ddr = 4) y de una necesidad de hacerse a un lado, expresando evitación y/o evasión (Dde = 1). En Lám V propone la respuesta popular “mariposa”, mostrando su ajuste a la realidad, viendo lo que los demás pueden ver, pero lo hace con una W cortada, demostrando su afán crítico o quizá una sobreexigencia. 2 3 Referencias bibliográficas Adrados, I. Teoría o Prática do Teste de Rorschach, Vozes, Petrópolis, (1977). Berenstein, I. “Realidad psíquica y técnica clínica”; en Revista de Psicoanálisis, editada por la Asociación Psicoanalítica Argentina. Tomo LI, Nº 3, Buenos Aires, 1994. Castro, F. “Funciones yoicas de realidad y diagnóstico diferencial con Rorschach”. 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