“Llenando Vacíos” Por Francisco Cappellotti La verdad es que no sé

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“Llenando Vacíos”
Por Francisco Cappellotti
La verdad es que no sé por qué lo hacía. Nadie me lo había pedido, ni siquiera me lo habían insinuado, para
más, no saben lo que me costaba la mera intención de querer llenar un vacío (to fill a void).
Recuerdo que la primera vez que tuve que llenar un vacío fue en un cumpleaños de quince. Mi primer
cumpleaños de quince al cual osaba colarme (to which I was dared to crash). Fue el cumpleaños Paula, la chica
del curso de al lado, y había aceptado colarme (she allowed me to crash [her party]) sin mucha insistencia.
Entonces ahí estaba, tratando de pasar desapercibido. No había mucha gente en la fiesta, por lo que resultaba
fácil identificar a los intrusos. Sin embargo, era el riesgo que había que correr. En eso estaba, tratándome de
acomodar a las circunstancias cuando de pronto las luces se apagaron. Comenzó a sonar el vals (waltz) y el
padre sacó a bailar a la quinceañera. Luego se presentó un tío y otro hermano. Ahora era el turno de los
amigos, pero los amigos estaban aferrados al piso (clinging to the floor). Nadie se acercó a la pobre chica.
Paula seguía en la pista (dance floor) en su vestido elegante y adornado. Para colmo de males (to top it all off),
el idiota del disjockey no cambió la música. Es verdad que el vals había comenzado hacía unos minutos, pero
cuando la cosa no marcha hay que tener listo un plan B, una salida, algo. No había plan B, sólo la soledad de la
quinceañera en medio de la pista. Ni siquiera (not even) una amiga había ido en su ayuda.
Entonces, decidí actuar. Por más que el corazón golpeaba (was beating) fuerte en mi pecho y un sudor helado
(cold sweat) recorría la frente, yo tenía que actuar. Seguro estaba sintiendo lo mismo que aquellos
adolescentes que permanecían aferrados al piso, tratando de juntar (to gather) todo el valor perdido. No había
tiempo para más debates internos. Había que actuar y así lo hice. Di un paso (step), otro, hasta que la
quinceañera me extendió los brazos. Comenzamos a bailar el vals de forma atropellada (rushed, hurried). Ésa
era la primera vez que yo bailaba un vals y la verdad lo hacía muy mal. Era como un torpe (clumsy person) que
tropieza (trips) siempre con la misma piedra. Entonces, intenté suplir mi impericia (unskillfulness) con palabras.
-Gracias por dejarme estar en tu cumpleaños, y perdoná que baile tan mal – dije yo.
Ella sonrió y dejó ver sus hermosos dientes blancos.
-Gracias a vos por hacerme el aguante (helping me out) –dijo Paula.
Continuamos bailando. Yo miraba hacia un lado y otro para ver si algún voluntarioso compañero venía en mi
ayuda. Nadie se acercaba. El estúpido del disjockey se pensaba que yo era el novio de la quinceañera y ahora
subía un poco más el volumen de la música, enganchaba con otros valses. Yo seguía dando vueltas (making
turns) como un idiota. Al menos ya tenía una excusa para que no me echaran de la fiesta, aunque de fiesta,
hasta el momento, había poco. Poco y nada. Lo que sí había era una presión densa que estaba a punto de
derrotarme (about to destroy me). Respiré (I breathed). Otra cosa no podía hacer.
Por suerte, el estúpido de discjockey cambió la música. Un ritmo pegadizo (catchy) hizo que las amigas de la
quinceañera se fueran acercando para que yo me alejara. Estaba caminando al baño cuando una mano se posó
sobre mi hombro. Era una mano fuerte e intimidante. Encima que había oficiado de estúpido al bailar un vals
que nadie me había pedido, ahora, para más, yo pensaba que me iban a echar del cumpleaños. Estaba bien. No
tenía que hacer más nada allí. Levanté la vista para enfrentar la sentencia.
-Estuviste bien, muy bien…, no dejaste que mi hija se quedara sola con el vals. Sos todo un hombre ya, ¿querés
tomar una cerveza?
Asentí. Luego nos lavábamos las manos, mientras el viejo seguía mirándome con los labios contraídos,
aprobando mi actitud en aquella pista. Finalmente tomé mi primera cerveza. Sin quererlo había llenado un
vacío, sin saber que el vacío era quien me había llenado a mí.
Pregtunas de comprensión Responde a las preguntas en español.
1. Indica con números (1, 2, 3…) el orden correcto de las frases.
a. El narrador caminó hacia el baño.
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b. El papá de Paula le agradeció al narrador.
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c. El DJ tocó la música vals.
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d. El narrador bailó muy mal.
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e. Paula se quedó sola en la pista.
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f.
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El narrador se coló en la fiesta de Paula.
g. Paula bailó el vals con su papá.
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2. El cuento se llama “llenando vacíos.” ¿Qué es el vacío que llenó el narrador?
3. El cuento describe una fiesta de quinceañera. ¿Cuáles son unas tradiciones que aprendiste sobre una
quinceañera?
“La quinceañera de la chaqueta negra”
Por William H Ramírez P
http://www.loscuentos.net/cuentos/link/120/120666/
Una noche oscura y lluviosa, cerca al cementerio de Itagüí, había una jovencita que vestía un vestido negro y
tiritaba (shivered) de frío. Eran las nueve de la noche como lo anunciaban las campanas de la iglesia, y en ese
preciso momento apareció un chico en una motocicleta. La jovencita desde la puerta del cementerio le hizo
señas para que se detuviera (so that he would stop). El joven frenó la moto y la adolescente le solicitó el favor
de llevarla.
-Pero yo voy para una fiesta de quinceañera– dijo el joven.
-No importa, llévame contigo – dijo la chica.
-Vamos. Estoy de suerte porque yo no tengo pareja – dijo él.
Era una adolescente hermosa, estaba en esa edad mágica de los quince años, tenía cabellos negros que caían
sobre sus espaldas como una cascada mágica, alta y morena, se montó en la moto con la pericia (expertise) de
quien ya lo ha hecho muchas veces, entonces el joven sintió que esas manos que aprisionaban su cintura, eran
heladas como sin vida.
La jovencita casi ni hablaba, escasamente le dijo el nombre y nada más.
-¿Cómo te llamas? – le preguntó el chico.
- Mónica – dijo la jovencita.
-¿Dónde vives?
- Eso no importa.
La fiesta estaba llena de gente. Los muchachos jugaban con la piñata mientras los adultos hablaban y comían
las comidas tradicionales, incluso el pastel enorme y adornado. De pronto empezó el vals (waltz) y la
quinceañera salió a la pista (dance floor) a bailar con su papá. Después de un rato, todos los invitados bailaban,
haciendo el lugar una olla hirviente (boiling pot). Sin embargo el joven notaba que Mónica seguía tiritando de
frío, entonces le prestó (he lent her) su chaqueta negra. El joven agotaba todas las técnicas del coqueteo
(flirtation), mientras le insistía que le diera el teléfono, ya que su belleza lo tenía cautivado.
-No tengo teléfono. – dijo la jovencita bella.
-Bueno al menos (at least) dime donde vives porque me gustaría visitarte.
Mónica escribió en la mano del chico su dirección. Bailaron hasta las doce de la noche y de pronto la
adolescente como moderna cenicienta (Cinderella) que ha perdido su zapato, se esfumó (she vanished) en la
noche como un fantasma.
Pasaron los días y el joven seguía recordando a Mónica. Decidió ir a visitarla con la disculpa (excuse) que le
devolviera (she should return) la chaqueta, que la bella se le olvidó devolver en la fiesta de quinceañera.
El joven llegó y tocó la puerta de una casa pobre y antigua. Le abrió una señora, que le dijo que efectivamente
era la mamá de Mónica, pero se mostró muy sorprendida y angustiada cuando el joven le dijo que había
hablado con la muchacha. Luego lo hizo pasar a la sala y le mostró una foto grande que pendía de la pared.
-¿Es esta la mujer de la que usted me habla? – le preguntó la mamá al chico.
- Sí señora
- Eso no es posible, mi hija precisamente el sábado que usted dice que bailó con ella cumplía un año de
muerta. No me haga esa broma tan macabra que mi hija murió hace un año.
- Eso es imposible, le juro señora que yo bailé con ella el sábado. Si usted quiere negármela o no le gusta que
lo busque dígamelo de una vez, pero no se invite esas excusas tan raras
Ante la incredulidad del joven, la madre de la muchacha para despejar (to clear up) cualquier duda, lo invitó a
que la acompañara a llevarle flores al cementerio, cuando llegaron ante su tumba, allí estaba la chaqueta
negra encima tapando la tumba.
Pregtunas de comprensión Responde a las preguntas en español.
1. Indica con números (1, 2, 3…) el orden correcto de las frases.
a. La mamá de la chica dijo que su hija murió.
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b. La chaqueta está en la tumba de la chica.
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c. El chico llevó a la chica a una fiesta de quinceañera.
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d. El chico fue a la casa de la chica.
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e. La chica desapareció sin devolver la chaqueta.
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f.
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Eran las nueve en una noche fría.
g. El chico y la chica bailan hasta las doce.
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4. A lo largo del cuento el autor presagia (foreshadows) la idea de que la chica está muerta. Escribe unos
ejemplos (en tus propias palabras) de cómo lo hace.
5. El cuento describe una fiesta de quinceañera. ¿Cuáles son unas tradiciones que aprendiste sobre una
quinceañera?
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