08-tu.qxd 7/24/04 10:51 PM Page 1 8 La Plata, domingo 25 de julio de 2004 Woodham sentó el precedente que después fue seguido por otros adolescentes Los disparos de Woodham estaban dirigidos hacia su ex novia, pero alcanzaron a varios chicos HISTORIAS DEL CRIMEN: “LA MASACRE DE PEARL, MISSISSIPPI” Por orden de Satanás y para no quedar como un cobarde Luke Woodham tenía 17 años cuando en 1997 mató a puñaladas a su madre. Poco después irrumpió en su escuela y asesinó a tiros a dos compañeras e hirió a siete más. Mientras era condenado a cadena perpetua simplemente se disculpó y aseguró que Dios lo había perdonado Una masacre fríamente planificada El 1º de octubre de 1997, Luke Woodham apuñaló a su madre Mary, de 50 años, hasta matarla. Después salió de su casa con un rifle y fue hasta la Pearl River Central High School, donde cursaba sus estudios secundarios, y disparó a mansalva. Eran las ocho y mientras los estudiantes ingresaban a clase, Woodham abrió fuego contra ellos. Disparó más de una vez contra una chica que era su ex novia. También mató a otra compañera. Varios estudiantes resultaron con heridas. Un alumno dijo que vio cuando Woodham le pedía disculpas a Gerry, uno de los heridos. “Gerry dijo que Luke corrió hasta donde él estaba y empezó a disculparse. Dijo que lo hirió sin querer, porque estaba disparando contra una persona en particular”. La mañana del 1º de octubre, Woodham se levantó más temprano que de costumbre. Tenía un macabro plan en su mente. Se dirigió sigiloso hacia el cuarto de su madre, que se encontraba durmiendo, y la sofocó con la almohada. Luego le clavó varias veces un cuchillo de cocina. La mató dos veces. Después cargó su pistola y manejó como loco hasta su escuela, donde estudiaba Cristina Menefee, una chica de 16 años que había sido su novia pero que poco tiempo atrás lo había dejado . Tenía como objetivo matarla, y así lo hizo. En la balacera infernal, también murió Lydia Dew, de 17, y fueron heridos otros siete de sus compañeros. Fue el día más horrible de la historia de Pearl. La masacre de Pearl, Mississippi, se convertiría en un macabro acto inspirador para otras matanzas que ocurrieron luego en otros colegios secundarios de los Estados Unidos. Su autor, de 17 años, fue condenado poco después a dos cadenas perpetuas, más 20 años. Después de escuchar la sentencia, el asesino pidió disculpas. “Lo siento por la gente que maté, por la gente que lastimé”, dijo ante el mismo tribunal que lo condenaba a pasar el resto de sus días tras las rejas. Para muchos eran sólo palabras sin convicción. Luke no lloraba ni demostraba verdadero pesar, es que para todo esto te- nía una increíble excusa: “la razón por la que no verán más lágrimas es porque yo ya fui perdonado por Dios”, explicó. Woodham debió enfrentar dos juicios diferentes, en los que recibió la máxima condena que pudo haber merecido un menor de edad. En el estado de Mississippi no se puede sentenciar a un adolescente con la condena capital. Por eso, tanto por el asesinato de su madre como por el de dos de sus ex compañeras de escuela se pasará EL ANTECEDENTE La tortura como una “verdadera belleza” Antes de la masacre, Woodham había relatado en su diario cómo pegó, quemó y torturó a su perro, Sparkle, hasta la muerte, describiendo esta atrocidad como “verdadera belleza”. Un vecino fue testigo de parte de la tortura a Sparkle, pero no lo denunció, tal vez sin imaginar el asesino que se estaba gestando en él. En junio de 1998 se lo declaró culpable de tres asesinatos, entre otros delitos, por los que fue sentenciado a más de 3 cadenas perpetuas y deberá pasar el resto de su vida en la cárcel. la vida tras las rejas. “Si me hubieran podido condenar a muerte, lo hubiera merecido”, agregó Woodham. Durante todo el proceso, sus abogados defensores trataron de salvarlo de su suerte, alegando que Woodham es un desequilibrado mental. Sin embargo, los psiquiatras que testificaron en el juicio afirmaron que el joven entendía perfectamente los actos que estaba cometiendo y que con las muertes intentó paliar las frustraciones de su vida. “La edad no es una excusa en este país para asesinar”, sostuvo el fiscal John Kitchens ante el jurado. “The Kroth” En el juicio, Woodham confesó que mató porque estaba bajo la influencia de otro de sus compañeros de escuela, Grant Boyette, de 19 años, que lideraba una secta satánica, llamada “The Kroth”. “Boyette me dijo que tenía que matar a mi mamá. Me dijo que tenía que vengarme de Christy”, quien había roto su relación con él tiempo atrás, “y causar un reino de terror”. Según Woodham, si no cumplía con las órdenes de su amigo, iba a ser considerado un cobarde. “Le disparé a Cristina. No sé por qué le disparé a los otros. Simplemente sucedió. La razón por la cual sucedió no está justificada. Nada puede justificar esto”, agregó Woodham ante el jurado que lo condenaba. El dato Luke Woodham cursaba sus estudios en la Pearl River Central High School, cuando una mañana temprano se presentó en el lugar y desató el horror. Ya había matado a su madre Como si regresara de una excursión Cuando confesó sus crímenes a la policía estaba relajado, como si hubiera vuelto de una excursión y no de una cacería humana. “Me di vuelta y sentí pum”, sostuvo en la confesión, que fue mostrada en la televisión nacional. “No sé por qué lo hice”, agregó. A pesar de sus muestras de arrepentimiento, los familiares de las víctimas no parecen muy dispuestos a aceptar sus disculpas. “Nos robaron el amor y el afecto de mi nieta”, dijo la abuela de Cristina, Nita Lilly. Víctimas de una locura