CAPITALISMO Y TRABAJO EN LOS BOSQUES DE LAS TIERRAS BAJAS TROPICALES MEXICANAS: EL CASO DE LA INDUSTRIA DEL CHICLE* Herman W . KONRAD Universidad de Calgary ANTECEDENTES Y DESARROLLO HISTÓRICO S I LA C O S T U M B R E de mascar diversas clases de gomas y resinas es probablemente tan antigua como la humanidad y se practica en todo el m u n d o , M é x i c o tiene todo el derecho a que se le reconozca el m é r i t o de haber introducido el chicle a la e c o n o m í a m u n d i a l . 1 * E l presente trabajo se basa en la i n f o r m a c i ó n que se e s t á reuniendo sobre los procesos de desarrollo en los bosques tropicales de las tierras bajas de M é x i c o y que abarca m á s de u n siglo (desde la d é c a d a de 1850 hasta la d é c a d a de los 80 del siglo x x ) . Es u n proyecto a largo plazo; p r i n c i p i ó en 1975 y sigue su curso. H a requerido de g.-andes trabajos en el campo en los estados de C a m p e c h e , Q u i n t a n a R o o , Tabasco, V e r a c r u z y Y u c a t á n . N o p o d r í a haberse realizado sin la c o o p e r a c i ó n y ayuda del I N A H , del I n s t i t u t o N a c i o n a l de Investigaciones Tropicales ( M é x i c o , D . F . ) , de la C o n f e d e r a c i ó n de Cooperativas de Q u i n t a n a R o o , del Banco N a c i o n a l de M é x i c o , del A r c h i v o G e n e r a l de la N a c i ó n , del A r c h i v o H i s t ó r i c o de la S e c r e t a r í a de Relaciones Exteriores y de los A r c h i v o s Estatales de M é r i da y Campeche. Para las investigaciones se ha recibido apoyo del Consejo Canadiense para Investigaciones en las Ciencias Sociales y las H u m a n i dades y de la U n i v e r s i d a d de C a l g a r y . 1 L a m a y o r parte de los estudios t é c n i c o s sobre la p r o d u c c i ó n chiclera son obra de ingenieros forestales mexicanos. Es excelente el de J I M É N E Z , HMex, xxxvi : 3 , 1 9 8 7 465 466 HERMAN W. KONRAD Sabemos que los aztecas y los mayas empleaban la resina solidificada de la Achras zapota como estimulante de la salivación y para fines medicinales y rituales. A u n entonces no era bien aceptado el mascar en público esta goma. Entre los aztecas, las prostitutas sí p o d í a n mascar goma sin ser sancionadas, se toleraba que discretamente y en privado las mujeres casadas —ya de cierta edad— y las viudas practicaran esa costumbre. Por otra parte, entre los varones de la sociedad azteca, especialmente entre los miembros de las ó r d e n e s m i l i tares, no se aceptaba ese h á b i t o . En la época colonial, entre la infinidad de productos de los bosques tropicales indudablemente figuró en los mercados de las regiones donde abundaba el chicozapote; con todo, hasta donde sabemos no se menciona en documentos mexicanos coloniales. Q u i z á haya gozado de cierta popularidad entre los militares de Veracruz en el siglo X I X , dado cjue uno de los caudillos militares vera. c r ú z a n o s m á s ilustres, el e n i g m á t i c o Antonio L ó p e z de Santa A n n a (1794-1876) t e n í a la costumbre de masticar chicle. Sa,nta A n n a nativo de una zona veracruzana donde abunda el chicozapote, fue quien introdujo la costumbre en Estados Unidos. 2 3 - Capturado por los texanos de Sam Houston en 1836, Santa A n n a fue enviado a Washington en 1837 como prisionero, bajo la custodia del coronel Adams. Este, impresionado por esa costumbre del famoso general, lo convenció para que le obsequiara, antes de que regresara a M é x i c o , el chicle que le sobrara. Adams no q u e d ó m u y convencido con el sabor, 1 9 5 1 . L a serie de estudios p a t r o c i n a d a por la Escuela N a c i o n a l de A g r i c u l t u r a ( C h a p i n g o ) s u m i n i s t r a detalles sobre los tipos de á r b o l , las c o n d i ciones ambientales y la h i s t o r i a de la e x p l o t a c i ó n de las tierras bajas m e x i canas. C o n s ú l t e s e : A G U I L A R L U N A , 1 9 4 8 ; C A B A L L E R O ROJAS, 1 9 4 7 ; C UEVAS L Ó P E Z , 194"7 \ CrURR ÍA, 194*6 \ 1V1 ARTÍNEZ CXARGíA , 194*9, 3V1 EDINA R A M Í REZ, 1 9 4 8 j IVÍORZ, 194"8 \ P A R D O \ ^ I L L A R R E A L , 1 9 3 9 , y Z A P A T A E S Q U Í V E L , 1 9 5 8 . , E n lo relativo a antecedentes, K O N R A D , 1 9 3 0 , pp. 2 - 3 9 . V é a n s e las e x p l i caciones sobre siglas y referencias al ñ n a l de este a r t í c u l o . ^ Las primeras aplicaciones de las resinas del chicozapote y otros á r b o les las e s t u d i ó M A R T Í N E Z C O RTÉS , 1 9 7 0 ; t a m b i é n K O N R A D , 1 9 3 0 , p p . 3-4. L l e g u é a esta c o n c l u s i ó n al cabo de m á s de 1 0 a ñ o s de estudio sobre cuestiones e c o n ó m i c a s d u r a n t e la colonia. CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 467 pero e x p e r i m e n t ó u n poco, a ñ a d i e n d o algunos edulcorantes y d e s c u b r i ó que t e n í a un producto fácil de empacar y capaz de producir ganancias en el mercado. Estableció la Adams Chewing G u m Company con una inversión inicial de 50 dólares, y se fue a Tampico a establecer una red de proveedores de la materia p r i m a . E n esta forma dio principio a lo que llegó a convertirse en una gran industria y, andando el tiempo, la costumbre de masticar chicle se e x t e n d e r í a por todo el m u n d o . A l mismo tiempo tramitó una patente exclusiva ante la Oficina de Patentes de Washington, que amparara la producción de esa delicia g a s t r o n ó m i c a : la goma de mascar. E n ese tiempo se tuvo la creencia de que m u y pronto la m a y o r í a de los habitantes de los Estados Unidos estaría masticando esta sustancia y que a y u d a r í a a fortalecer los dientes y calmar los nervios. Sin embargo, la nueva moda que lanzó Adams no ganó m u y pronto gran popularidad. E n el mercado nacional norteamericano las ventas aumentaron d e s p u é s de la d é c a d a de 1860. A mediados de los años ochenta del siglo pasado, el chicle ya se h a b í a convertido en u n importante producto que se exportaba desde Veracruz. L a Oficina de Estadística de los Estados Unidos informó que las importaciones ascendieron a 929 959 libras en el periodo 1885-1886. Durante el decenio siguiente las importaciones se cuadruplicaron (3 618 483 libras entre 1895 y 1896), y los precios subieron de 7-8 centavos por libra a 36 centavos. L a costumbre pegó definitivamente en Estados Unidos durante los "alegres noventa". 4 5 E n los ochenta y noventa del siglo X I X q u e d ó s ó l i d a m e n t e establecida la infraestructura logística que rige el acceso a la e x p l o t a c i ó n (concesiones de terrenos boscosos a ciudadanos y empresas extranjeros y a empresas nacionales), la producción ( o r g a n i z a c i ó n del suministro de la mano de obra y de la r e s i n a c i ó n de los árboles), los transportes (ferrocarriles y barcos), industrialización (fábricas) y la comercialización (ventas). Para 1914 la Adams Company — c a m b i ó de nombre por 4 KONRAD, 1930, p. 5 ROMERO, 1898, pp. 4. 53-54. HERMAN W. KONRAD 468 el de American Chicle Company— h a b í a aumentado a 10 millones de dólares su capital. Esencialmente, la industria del chicle se desarrolló dentro de u n contexto de e x p a n s i ó n capitalista (urbano) en Estados Unidos que llegó hasta M é x i c o (lejanos bosques tropicales) durante los últimos a ñ o s del siglo XIX. 6 Esta industria c o b r ó auge gracias, en buena parte, a que durante la Primera Guerra M u n d i a l el Departamento de la Defensa decidió suministrar chicle a las tropas. Por esas fechas se fundaron la Wrigley Chewing G u m C o m p a n y y otras empresas para satisfacer la creciente demanda. Los soldados, a d e m á s de consumir grandes cantidades de chicle, contribuyeron a que se difundiera enormemente el h á b i t o de mascar goma, con lo cual aumentaron a ú n m á s las ventas. Durante los "tumultuosos veintes", sin duda por la influencia del regreso a la vida civil de soldados acostumbrados a mascar chicle, la demanda y los precios se mantuvieron altos, pero durante la d e p r e s i ó n de los a ñ o s treinta el impresionante descenso de los precios y de las importaciones indica que disminuyeron la popularidad y los mercados. L a Segunda Guerra M u n d i a l hizo que nuevamente gozara de bonanza la industria del chicle. Las c o m p a ñ í a s chicleras norteamericanas estaban preparadas para surtir la demanda. E l activo de la Adams C o m pany ascendió a 50 millones de dólares en 1938, cifra que pronto superó la Wrigley Company. Durante la Segunda Guerra M u n d i a l el Departamento de la Defensa de los Estados Unidos incluyó el chicle en su lista de artículos militares estratégicos, q u i z á porque servía de digestivo y calmante para los soldados y para quienes trabajaban en las industrias bélicas. Durante la guerra, el personal militar estadounidense consum i ó anualmente 600 millones de pastillas de chicle, producidas por 26 fabricantes. Las exportaciones anuales mexicanas de este producto llegaron entonces al m á x i m o : 25 millones de libras, aproximadamente. Entre otras cosas, el esfuerzo bélico d i o por resultado u n nuevo incremento masivo de la costumbre a nivel mundial, factor que, por supuesto, los fabricantes aprovecharon. A fines de la guerra, se h a b í a n conver - ^ ROMERO, 1898, p p . 53-54. CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 469 7 t i d o en realidad las expectativas del coronel Adams acerca de abarcar el mercado mundial como fruto de sus esfuerzos empresariales. E n esa época las m á s importantes c o m p a ñ í a s chicleras t e n í a n fábricas en todos los continentes, excepto África. D e s p u é s de la guerra d i s m i n u y ó la importancia de M é x i co como productor de esa materia p r i m a y como exportador de la misma. Sin embargo, siguió creciendo la industria del chicle. Por una parte, dinámicas c a m p a ñ a s comerciales aument a r o n las ventas del producto, el cual, cada vez m á s , prov e n í a de sustancias sintéticas. C o n esto, en M é x i c o disminuyeron los precios, la demanda y los niveles de producc i ó n . Por otra parte, la destrucción de grandes extensiones de bosques donde crecía el chicozapote t a m b i é n d e s e m p e ñ ó u n papel importante en los costos de p r o d u c c i ó n m á s elevados y en el mayor empleo de sustancias sintéticas. El advenimiento de la televisión y que —casi en gran escala— se acost u m b r a r a n a mascar chicle los atletas profesionales (modelos y h é r o e s de gran parte del p ú b l i c o consumidor), a y u d ó a que crecieran las ventas y los mercados. Las ventas mundiales de chicle llegaron a 1 000 millones de dólares en 1977, pero las exportaciones chicleras mexicanas disminuyeron mucho. Y a para el decenio de los setenta W r i g l e y se h a b í a convertido en la mayor de las empresas productoras de chicle (sus ventas en Estados Unidos en 1978 tuvieron un valor bruto de casi 400 millones de dólares). Q u i z á el conflicto de V i e t n a m haya hecho crecer algo las exportaciones mexicanas. Para esas fechas en los círculos militares norteamericanos ya no se consideró 8 ^ C f . J I M É N E Z , 1 9 5 1 , p p . 27-95; t a m b i é n a r t í c u l o s en diversas publicaciones norteamericanas especializadas, tales como " C h i c l e and C h e w i n g G u m ; A review o f chicle p r o d u c t i o n and the sources o f suply, and the chew i n g g u m industry and t r a d e " , en Trade information bulletin, n u m . 197 (1924); " C h i c l e , j e l u t o n g a n d allied m a t e r i a l s ' B u l l e t i n of the Tropical Institute, 38 ( j u l i o , 1940), p p . 299-320; " C h e w i n g g u m : A m e r i c a ' s seventh i n d u s t r y " , Queens borough, 9 (1923), p . 470; " C h e w i n g g u m i n d u s t r y makes $1 b i l l i o n i n sales i n 1 9 7 7 " , New York Times (4 de d i c i e m b r e de 1977), F - l : " C h e w i n g g u m is w a r m a t e r i a l " , Fortune (enero de 1943), p p . 98-100; " C h e w i n g g u m stocks good defensive issues: w i t h data from leading companies", Financial World (2 de a b r i l de 1958), p . 6. ^JIMÉNEZ, 1951. 470 HERMAN W. KONRAD la goma de mascar como materia de valor estratégico: los soldados h a b í a n adoptado la costumbre de consumir otros productos como las drogas. A partir de 1980 los fabricantes estadounidenses dejaron de importar chicle mexicano, pues en sus fábricas empleaban exclusivamente productos sintéticos. Durante la temporada 1983-1984, les chicleros mexicanos produjeron algo m á s de 200 000 kilos, buena parte de los cuales permanece almacenada por carencia de compradores. A decir verdad, la p r o d u c c i ó n dé chicle dejó de ser e c o n ó m i c a m e n t e viable. 9 L a gráfica I es una r e p r e s e n t a c i ó n de las exportaciones mexicanas de la materia p r i m a de la goma de mascar. Proporciona u n diagrama del ciclo vital de u n producto de exp o r t a c i ó n que ligó lejanas tierras tropicales con metrópolis industriales. Su p r o d u c c i ó n sistemática no d e p e n d í a del cultivo de las plantas, debido a las características del lugar de origen. Los cultivadores no i n t e r v e n í a n ; este papel q u e d ó reservado a los fabricantes. E n u n principio hubo dos entidades empresariales que representaban una c o m b i n a c i ó n de inversionistas nacionales y extranjeros, a la que el gobierno mexicano favoreció con condiciones y concesiones especiales. Partiendo de este sistema evolucionaron una serie de instituciones intermedias establecidas por los fabricantes para garantizar el suministro de la materia p r i m a . D e p e n d í a n de contratistas mexicanos a quienes se concedió crédito y capital destinado a inversiones a cambio de un suministro garantizado. Sucesos de la política interior mexicana, especialmente las reformas introducidas por el gobierno del presidente C á r d e n a s (1934-1940), colocaron alas instituciones nacionales mexicanas en calidad de reguladores de la p r o d u c c i ó n y de las fuentes de capital destinado a inversiones. 10 No obstante los intentos del gobierno federal mexicano por socializar la industria del chicle —desde principios de los años veinte— subsistió el modelo capitalista de p r o d u c c i ó n . A 11 Datos proporcionados por el p r i n c i p a l proveedor mexicano, C C Q R . L a g r á ñ e a se e l a b o r ó con datos provenientes de muchas í u e n t e s , tanto de archivos como publicadas. Los presidentes de M é x i c o , d u r a n t e ese periodo, con d e c i s i ó n pro1 0 1 1 CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 471 Gráfica I EXPORTACIONES MEXICANAS DE CHICLE, 1 8 8 2 - 1 9 8 3 9 30 90 1900 20 40 50 60 70 80 t r a v é s deí tiempo se pueden identificar claramente algunas variedades de las modalidades capitalistas, las cuales van desde la i n t e r v e n c i ó n directa del capital extranjero al control ejercido a través de intermediarios mexicanos y al capitalismo de Estado. En todo momento las c o m p a ñ í a s manufactureras t u v i e r o n la sartén por el mango, y pudieron fijar el volumen de la demanda y de los precios de la materia prima. Esto influy ó siempre directamente en las condiciones de la p r o d u c c i ó n en los bosques tropicales. L a mano de obra, compuesta por quienes sangraban los árboles, siempre p e r m a n e c i ó bajo el control y la dirección de, por lo menos, una élite sustituía que adoptaba la forma de c o m p a ñ í a extranjera, contratista mexicano o institución gubernamental. c u r a r o n c a m b i a r las condiciones de trabajo, como lo demuestra la correspondencia de A G N M , RP. 472 HERMAN W. KONRAD EsTRUCTURA DE LA PRODUCCIÓN El proceso propiamente dicho de la resinación de los árboles, a partir de su introducción a escala importante en Veracruz a fines del siglo x i x , ' c a m b i ó m u y poco. El que no haya habido modificaciones a lo largo de u n siglo se debió, en buena parte, a que la ausencia de cambio resultaba práctica en el ambiente de los bosques donde se sangraban los árboles. Esto contrasta marcadamente con la extracción de maderas que se realizaba en los mismos, a menudo por los propios contratistas o empresas. L a o b t e n c i ó n del chicle y la explotación maderera eran actividades complementarias: la primera, requiere u n elevado grado de humedad y coincide con la temporada de aguas; la segunda, se rige por las estaciones en que no llueve. En lo esencial se aplicaron en ambas los mismos sistemas de c o n t r a t a c i ó n de mano de obra y de o r g a n i z a c i ó n , incluyendo el alojamiento y el aprovisionamiento de los trabajadores y la necesidad de contar con una base central y campamentos adicionales en zonas específicas dentro de los bosques, destinados a la extracción de la materia prima. Por lo d e m á s , diferían radicalmente en lo relativo a la tecnología y los transportes. Mientras que la e x t r a c c i ó n de madera perm i t í a el incremento de la productividad mediante una tecnología m á s eficaz —el hacha fue remplazada por la sierra de mano y ésta por la sierra de motor; la tracción animal, a base de bueyes, se vio remplazada por tractores, camiones y ferrocarriles en la extracción del chicle no podía aplicarse una 2 13 tecnología similar porque r e q u e r í a grandes inversiones. L a tecnología básica necesaria para la o b t e n c i ó n de chicle a fines del siglo X I X , consistía en machetes afilados, recipientes para la resina y amplios conocimientos acerca del momento en que los árboles producen la mayor cantidad de resina. A esto h a b r í a que a ñ a d i r recipientes para transportar al campamento lo recogido durante el d í a , recipientes para almace- 1 Entrevistas personales con u n anciano chiclero (94 a ñ o s de edad), en Castillo de T e a y o , V e r a c r u z , d i c i e m b r e de 1983. Acerca de u n caso reciente relacionado con la i n d u s t r i a maderera y sus ténicas, v é a s e GONZÁLEZ PACHECO, 1984. CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 473 namiento temporal en los campamentos, una caldera para herv i r la resina a fin de eliminar la humedad y lograr la solidificación, moldes de madera para formar los bloques de chicle que se transportaban desde los campamentos hasta la base a lomo de m u í a . Salvo las botas, los garfios de metal para trepar a los árboles y los cinturones acojinados donde se insertaba la cuerda, aditamentos tomados de la industria maderera, no hubo innovaciones en la extracción del chicle a lo largo de todo u n siglo. L a tecnología de 1880 para la o b t e n c i ó n del chicle es la misma que se emplea en los años ochenta del presente siglo. L a recolección del chicle siempre se ha regido por las características del chicozapote, el cual sólo produce cantidades aprovechables de resina en condiciones de humedad ambiental m á x i m a . Los árboles aprovechables no aparecen juntos sino m á s bien dispersos; producen cantidades limitadas de resina, la cual va disminuyendo a partir de las primeras incisiones. U n campamento que cuente entre 12 y 20 chicleros trabaja una superficie comprendida dentro de u n radio de aproximadamente 8 kilómetros, con el campamento por cent r o . En cada estación los campamentos cambian de lugar por lo menos una vez. Esto ha significado que áreas relativamente grandes produzcan cantidades relativamente p e q u e ñ a s de chicle, lo cual hace que se realicen inversiones m í n i m a s en la infraestructura logística (es decir, ésta permanece del tipo campamento-base o de central). Así, nunca ha sido posible utilizar recursos técnicos para incrementar la p r o d u c c i ó n per c á p i t a . En realidad, la p r o d u c c i ó n estacional por chiclero ha disminuido sin cesar. Los datos sobre p r o d u c c i ó n de que se puede disponer indican u n promedio de 1 000 kilos por temporada a principios de siglo, cifra que se redujo a 500 kilos en los años cuarenta, a 250 kilos en los setenta y a una cantidad mucho menor a principios de la presente d é c a d a . 14 15 El descenso del t é r m i n o medio de la p r o d u c c i ó n coincide 1 4 F o t o g r a f í a s de otras é p o c a s , por ejemplo las de M e n é n d e z , 1936; las fotografías conservadas por ex contratistas y mis propias fotografías (1970¬ 1980), c o n f i r m a n este aserto. 1 5 C f . K O N R A D , 1 9 3 0 , p . 1 9 (tabla 5 ) . 474 HERMAN W. KONRAD con la deforestación en zonas tropicales, lo cual está ligado no sólo a la excesiva explotación de este recurso sino también a la e x p a n s i ó n de asentamientos humanos en las zonas boscosas y a la deforestación generalizada en las regiones que proporcionan la materia p r i m a . A diferencia de la industria maderera — m á s estable debido a su ubicación y porque perm i t í a el aumento de la p r o d u c c i ó n mediante la tecnología y las inyecciones de capital— la recolección del chicle sólo podía mantenerse a buen nivel aumentando el n ú m e r o de trabajadores y conservando una tecnología sencilla y barata. Los cambios en los patrones climatológicos regionales —relacionados con la deforestación en gran escala— han complicado los problemas anejos a una p r o d u c c i ó n eficaz. E n la p e n í n s u l a de Y u c a t á n , hasta los a ñ o s cuarenta, se resinaba durante nueve meses (julio-marzo), pero en los años setenta la resinación se practicaba sólo durante cuatro o cinco meses a partir de septiembre. 16 Las inversiones de capital destinadas a dicha resinación se han enfocado en gran parte, no a mejorar la p r o d u c c i ó n de la materia p r i m a propiamente dicha, sino a la adquisición y mantenimiento de la fuerza laboral dentro de la red necesaria para llevar la materia prima desde las bases y campamentos hasta los centros de i n d u s t r i a l i z a c i ó n , a fin de transformarla en m e r c a d e r í a vendible y rentable. L a gran demanda de chicle durante la Segunda Guerra M u n d i a l , por ejemplo, dio por resultado el aprovechamiento de la m á s adelantada tecnología (aviones modernos) para llevar trabajadores y provisiones a las bases y a los campamentos y para llevar el chicle hasta las terminales ferroviarias o hasta los puertos. Sin embargo, fuera de las bases y de los campamentos se continuaba yendo a pie a los sitios de trabajo donde las provisiones y la materia p r i m a se transportaban a lomo de m u í a . D e s p u é s de la guerra, al disminuir la demanda bajaron los precios y decreció la eficiencia en la p r o d u c c i ó n ; a d e m á s , el aumento en el costo de la mano de obra hizo cjue se recurriera cada vez m á s ^ Esto queda c o n f i r m a d o en las entrevistas con chicíeros y contratistas veteranos de por lo menos tres estados: Campeche, Q u i n t a n a R o o y Yucatán. CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 475 a sustitutos sintéticos de menor costo que la materia p r i m a original. El sistema de p r o d u c c i ó n abarcaba una serie de eslabones (gráfica I I ) entre los bosques tropicales y centros metropolitanos como Chicago y Nueva Y o r k . Ocupan el primer lugar las c o m p a ñ í a s m á s importantes (Adams, Beechnut, Wrigley) que abastecen el mercado internacional con u n producto industrializado. A través del mecanismo de compañías importadoras registradas en Estados Unidos (tales como Wrigley I m p o r t C o m p a n y y The Chicle Development Company) o empresas subsidiarias (Mexican Exploitation Company) establecieron una presencia física en M é x i c o y suministraron el capital, el crédito y el equipo necesarios para garantizar la fuente de la materia prima. Estas empresas importadoras obtuvieron de las autoridades federales mexicanas la concesión de derechos exclusivos en materia de compras y exportaciones, pero d e p e n d í a n de otras empresas -—tanto nacionales como extranjeras— o de contratistas regionales para la p r o d u c c i ó n propiamente dicha. Esos productores representan el eslabonamiento regional hacia arriba —nacional e internacional— y hacia bajo hasta el nivel de producción local en los bosques. E l nivel local incluye asimismo el lugar de origen de los chicleros, la m a y o r í a de los cuales provienen de poblaciones y aldeas ubicadas en las tierras bajas tropicales. Los chicleros eran trabajadores estacionales, u n segmento asalariado de la fuerza laboral mexicana Durante los periodos de gran demanda y buenos precios la resinación del chicle a t r a í a mano de obra de casi todas las regiones de M é x i c o y t a m b i é n de varios países centroamericanos Para saber c ó m o se u n í a n estos trabajadores al sistema de p r o d u c c i ó n y c ó m o se estructuraba este ú l t i m o conviene estudiar de cerca alguna c o m p a ñ í a en particular 1 7 Durante unos 50 a ñ o s la Laguna Corporation fue uno de los m á s importantes productores de chicle en Campeche. 18 1 7 Basado en material contenido en 25 cajones que organizamos y catalogamos para el A r c h i v o del Estado de Campeche, A E C , f í C . E n A E C , RC y S R E , AH se pueden encontrar datos sobre la L a g u n a Corporation. 1 Gráfica I I ESLABONES DE LA PRODUCCIÓN MATERIA PRIMA CAPITAL Exportaciones Familias fundadoras Otros accionistas- Gomas de mascar ventas \ Empresas de fabricación Adams, Wrigleys, Beechnut etcétera Capital de inversión Chicle'crudo Empresas dependientes "7 Mexican Exploitation Co. Wrigleys Import Co., etcétera \ I Chicle crudo Financiamiento/abastecimiento Infraestructura Productores / Empresas extranjeras y nacionales Contratistas nacionales y regionales Producción/administración Infraestructura Chicle crudo ' \ Mano de obra o fuerza de trabajo J / Chicleros Capataz, chicleros / \ 1 Resina del chicozapote I Dinero disponible Deudas pendientes CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES Era una c o m p a ñ í a estadounidense a la cual se adjudicaron grandes extensiones de terreno (aproximadamente 400 000 h e c t á r e a s ) durante el Porfiriato. Las oficinas centrales de la empresa estaban en Filadelfia. E l capital proveniente de los accionistas norteamericanos se utilizó para establecer la infraestructura y constituir u n capital de trabajo destinado a la explotación de productos tropicales, que incluía caoba, cedro, maderas duras, madera para durmientes, maderas tint ó r e a s y árboles que segregan la resina de donde se obtiene el chicle. L a principal oficina administrativa estaba en C i u dad del C a r m e n , puerto del Golfo de M é x i c o y quedaba unida a la base y campamentos principales en Matamoros, cerca de E s c á r c e g a , con sus barcos y su ferrocarril de v í a angosta. M a t a m o r o s era la base de p r o d u c c i ó n , el centro de abastecim i e n t o , el centro principal de almacenamiento, así como de las operaciones ferrocarrileras y de mantenimiento, y la oficina de control de contratistas, los cuales contrataban a sus propios chicleros y al personal que trabajaba directamente para la empresa. H a b í a otra oficina, San Rafael, ubicada m á s al interior de la zona y con una infraestructura menor. Ambos centros controlaban 23 campamentos y nueve contratistas que estuvieron en actividad durante la estación chiclera de 1940¬ 1941. E n el cuadro l se clasifica y subdivide el personal relacionado con la producción del chicle y su ubicación durante esa temporada, lo cual suministra u n cuadro preciso de la estructura de la p r o d u c c i ó n . 1 9 Si los gastos generales y los costos anejos a la infraestruct u r a de la Laguna Corporation sólo concernieran a la extracc i ó n del chicle, h a b r í a n representado sumas superiores a las que los inversionistas estaban dispuestos a arriesgar. Teniendo en cuenta las grandes fluctuaciones de la p r o d u c c i ó n estacional, debido a los cambios del tiempo y a que una estación de lluvias "seca" r e d u c í a enormemente la p r o d u c c i ó n , esos costos se enfocaban en gran parte a otros aspectos de las actividades de la empresa. L a estructura de la Laguna Corporat i o n , tal y como a p a r e c í a en la temporada 1940-1941, ya era del tipo " d e t r a n s i c i ó n " . Otras empresas dedicadas a infini1 9 AEC, RC. Cuadro 1 CO L A G U N A CORPORATION (1940-1941) í Ciudad del Carmen 2 Matamoros Oficina administrativa — embarque/recepción — comunicación — contabilidad P r o d u c c i ó n y mantenimiento — d i s t r i b u c i ó n de provisiones — embarque/recepción — ferrocarril 3 San Rafael 2 y 3 y campamentos 4 campamentos (en el bosque) Personal (número y tipo) Función Ubicación Oficina local — almacenes de la c o m p a ñ í a — personal auxiliar Producción — 23 campamentos de la empresa — 9 contratistas (28 campamentos en el bosque) 11 administrativo y de oficina 19 a d m i n i s t r a c i ó n , almacenamiento, médico 9 administración/recepción 22 mantenimiento y o p e r a c i ó n 9 administración/recepción 7 7 16 5 267 54 10 348 53 18 13 7 vaqueros peones/obreros arrieros proveedores de forraje para las m u í a s chicleros aprendices de chiclero cocineros chicleros aprendices de chiclero arrieros cocineros peones E n estas listas evidentemente hay una discrepancia en e] n ú m e r o de cocineros. L a p r o p o r c i ó n entre chicleros y cocineros era de 10:1; como h a b í a un total de 722 chicleros d e b í a de haber m á s de 70 cocineros (no 23 como indican las listas). L a s u b d i v i s i ó n de los tipos de personal de acuerdo con las funciones y los porcentajes respectivos, arroja los siguientes resultados: a d m i n i s t r a c i ó n y de oficina (4.26%), transporte (6.67o), personal auxiliar y cocineros (10.2%), chicleros (78.9%). X PI > z 7i O •z > D CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES dad de actividades operaban en todas las tierras bajas tropicales. El Banco de Londres y M é x i c o , con oficinas en L o n dres y en la capital mexicana, por ejemplo, controlaba la mayor parte de la región septentrional de Q u i n t a n a Roo. C o n s t i t u y ó una "aldea empresarial" (Santa M a r t a , actualmente Leona V i c a r i o ) a 50 kilómetros (tierra adentro) de las instalaciones portuarias (Puerto Morelos) con el fin de supervisar la p r o d u c c i ó n de materias primas provenientes de los bosques. Dicho banco fue el mayor productor de chicle de la región desde la Primera Guerra M u n d i a l hasta fines del decenio de 1930. 20 Con el surgimiento de la ideología reformista del presidente L á z a r o C á r d e n a s (1934-1940) ya no se toleraron esas reliquias del Porfiriato. A l eliminarse el control extranjero directo sobre la p r o d u c c i ó n , las c o m p a ñ í a s compradoras de chicle d e p e n d í a n casi exclusivamente de los contratistas mexicanos, los cuales, a su vez, d e p e n d í a n del gobierno federal en cuanto a suministro de una infraestructura de acceso a la fuente de p r o d u c c i ó n . Este cambio, ya perceptible en el n ú m e r o de contratistas que empleaba la Laguna Corporation, casi no influyó n i en los sistemas de p r o d u c c i ó n de los campamentos, n i en el sistema de reclutamiento de mano de obra, n i en los m é t o d o s de financiamiento. 21 El costo de la mano de obra, basado en el sistema de anticipos o de enganche, p r e s u p o n í a la disponibilidad de u n gran capital, con anterioridad al inicio de la p r o d u c c i ó n propiamente dicha. Los contratistas de mano de obra o los agentes de las c o m p a ñ í a s o de los contratistas proporcionaban a los chicleros, es decir, a quienes sangraban los árboles, considerables adelantos ( m á s o menos 25% de lo que g a n a r í a n durante la temporada) a cambio de contratos firmados con los que se obligaban a trabajar para el productor durante la temporada venidera. E l productor pagaba los costos que ocasionaba el transporte de los chicleros a los campamentos. Estos gastos eran elevados cuando los trabajadores p r o v e n í a n de localidades distantes (lo cual sucedía con frecuencia). Debe 2 0 2 1 Archivo B L M . A G N M , RP, 1934-1940. HERMAN W. KONRAD 480 a ñ a d i r s e que los campamentos d e b í a n quedar provistos de equipo, alimentos y otras provisiones antes de que se iniciara la temporada de lluvias, durante la cual los transportes se h a c í a n a ú n m á s difíciles. Se calculaba que las sumas necesarias para empezar a producir a s c e n d í a n aproximadamente al 50% de lo que se esperaba recibir por concepto de ingresos. Las grandes empresas y corporaciones contaban con u n capital que p o d í a n arriesgar; no así, los contratistas. Por eso, cuando se redujo el acceso directo a las fuentes de p r o d u c c i ó n de que antes gozaban las c o m p a ñ í a s extranjeras, tuvieron que recurrir a mecanismos de f í n a n c i a m i e n t o (crédito, adelantos en efectivo) para controlar a los contratistas locales que necesitaban fínanciamiento para dar comienzo a la p r o d u c c i ó n de la nueva temporada. A cambio de estos servicios los contratistas se obligaban a vender la p r o d u c c i ó n a sus acreedores a los precios fijados por las empresas compradoras. A n d a n do el tiempo, el departamento de exportaciones del Banco Nacional de México t o m ó a su cargo el fínanciamiento y negoció precios y v o l ú m e n e s de p r o d u c c i ó n directamente con los compradores extranjeros. Estos cambios a nivel nacional e internacional, por lo d e m á s , p r á c t i c a m e n t e no tuvieron n i n g ú n efecto estructural en los sistemas relativos a la mano de obra y a la p r o d u c c i ó n utilizados en los bosques tropicales. 22 23 CONDICIONES DE TRABAJO Y FUENTES DE MANO DE OBRA L a p r o d u c c i ó n de chicle llegó a ser importante en Veracruz en una é p o c a en que la mano de obra no representaba u n problema serio, debido a las características de la p r o d u c c i ó n propiamente dicha. Siempre se ha pagado a los chicleros con base en la cantidad de kilos producida, dentro de u n contexto donde no se p o d í a n fijar normas de p r o d u c c i ó n . Las cuotas de p r o d u c c i ó n aplicables a todos los trabajadores, como sucedía con otras muchas materias primas (volumen de la 2 2 El Ramo de Chicle tiene abundante i n f o r m a c i ó n sobre los a ñ o s 1939¬ 1951, A E C , RC. Entrevistas personales y trabajo en los campamentos, 1975-1982. 2 3 481 C A P I T A L I S M O Y T R A B A J O E N BOSQUES T R O P I C A L E S madera, cantidad de caña de azúcar, n ú m e r o de hojas de heneq u é n ) no p o d í a n aplicarse al rendimiento excesivamente variable de la resina del chicozapote. H a b r í a sido contraproducente el intentar establecer cuotas. El éxito de la resinación chiclera d e p e n d í a de los incentivos y de los controles externos. El contexto dentro del cual se realizaban esas labores proporcionaba m á s libertad individual que la que existía en explotaciones agrarias de tipo m á s tradicional. Así, la resinación del chicle ofrecía a los trabajadores una alternativa favorable, particularmente cuando predominaban los sistemas de trabajo que se toleraron durante el P o r f i r i a t o . Debe recordarse que los chicleros estaban armados, el filoso machete necesario para su trabajo es t a m b i é n u n arma temible. A l terminar su p r i m e r a temporada en los bosques, los chicleros se c o n v e r t í a n en expertos l e ñ a d o r e s que, cuando las condiciones les resultaban intolerables, s a b í a n recurrir a la fuerza y escapar al m u y relativo control que p o d í a ejercerse en aquellas espesuras. 24 Dichos factores contribuyeron a que se formara esta imagen popular del chiclero: u n individuo feroz e incontrolable, siempre dispuesto a usar su machete contra todo lo que consideraba hostil, lo mismo hombres que animales. L a cost u m b r e porfirista de enviar a los enemigos políticos y a los "delincuentes" a los campamentos de prisioneros de Q u i n tana Roo, donde se les ponía a trabajar en el bosque, así como las lejanas espesuras donde se refugiaban los fugitivos de la justicia, t a m b i é n contribuyeron a que se considerara a los chicleros como individuos u n tanto enemigos de la ley. Las novelas de B r u n o T r a v e n acerca de las horripilantes condiciones que reinaban en los campamentos madereros y el México bár25 Los informes del personal consular mexicano en Beíice, sobre trabajadores mexicanos llegados a esa c o l o n i a b r i t á n i c a , p r o p o r c i o n a n u n a b u e n a vista de c o n j u n t o , S R E , z l / / ; lo m i s m o puede decirse de los informes que 2 5 aparecen en A G N M , RG. Esta es la i m a g e n que presenta la l i t e r a t u r a p o p u l a r y los medios de c o m u n i c a c i ó n m a s i v a . Cf. 1 9 2 4 , BETETA, 1 9 5 1 y VÁZQUEZ ISLAS, 1 9 5 1 . H a y numerosos informes p e r i o d í s t i c o s en Diario de Yucatán, del Sureste y Diario Yucateco. GANN, Diario H E R M A N W. KONRAD 482 2 6 (19 l l ) , de J o h n Kenneth T u r n e r , donde se describían los contratos de trabajo como contratos de esclavitud y a Quintana R o o como u n enorme campamento de la muerte, contribuyeron a que se pensase que quien trabajaba en los bosques tropicales estaba sometido a condiciones peligrosas y hostiles. L a imagen citadina del bosque tropical ubicado en un ambiente ominoso oscuro peligroso malsano contribuyó a que se creyera que los chicleros que trabajaban en ese medio tuvieran supuestamente feroces características. baro Los chicleros de la realidad se parecen poco al estereotipo negativo creado por la imaginación popular. Con todo, las experiencias por las que pasan han contribuido a la persistencia de esa imagen. L a resinación del chicle siempre ha sido estacional, contractual, y se realiza en medio de considerables dificultades. Por lo general, el trabajo se hace a gran distancia del lugar normal de residencia, presupone v i v i r alejado del hogar, de la familia, de las ventajas que representa la vida dentro de una comunidad durante periodos que van de cuatro a ocho meses. Por otra parte, q u i z á la carencia relativa de libertad individual y la ausencia de control social y político en los bosques tropicales hayan constituido u n atractivo para una m i n o r í a . Sin embargo, para la m a y o r í a , la necesidad e c o n ó m i c a y la posibilidad de ganar dinero en efectivo —inalcanzable en otra forma— han constituido el verdadero incentivo. Las condiciones de trabajo en su lugar de origen fueron u n factor decisivo cuando se optaba por participar en las faenas chicleras. Varones desempleados provenientes de ciudades villas v aldeas y campesinos miembros de comunidades donde escasean los medios para poder subsistir constituyen los contingentes de individuos desarraigados a quienes atrae la vida del chiclero. A principios del siglo X V I se inició en M é x i c o la tradición del trabajo estacional migratorio, contractual, participativo. 2 6 E n el l i b r o de B r u n o T r a v e n (adaptado al cine) La rebelión de los colgados se p i n t a con g r a n viveza esta i m a g e n . El l i b r o de T u r n e r es u n a n á l i sis p e r i o d í s t i c o del r é g i m e n de P o r f i r i o D í a z ; contradice lo que la prensa popular norteamericana publicaba sobre ese gobernante; tuvo gran impacto. G O N Z Á L E Z D U R A N , 1 9 7 4 , l i b r o escrito en la m i s m a vena. C A P I T A L I S M O Y T R A B A J O E N BOSQUES T R O P I C A L E S 483 Este tipo de participación en la e c o n o m í a de " d i n e r o contante y sonante" en la actividad agrícola de los latifundios (haciendas y plantaciones) constituye u n modelo tradicional. L a industria del chicle fue una m a n i f e s t a c i ó n capitalista m á s reciente de la e c o n o m í a a base de dinero en efectivo. L a res i n a c i ó n chiclera, como contexto laboral, siempre ha estado separada de la vida de comunidad, y su ubicación representa una fase de la e x p a n s i ó n de la e c o n o m í a hacia remotas regiones. Esta e x p a n s i ó n ejerce sus propios controles externos sobre la estructura de los sistemas laborales, mientras que el contexto laboral local ejerce una influencia condicionante. E n el caso de la resinación chiclera los mejores resultados se o b t u v i e r o n en medio de p é s i m a s condiciones, pues la resina del chicozapote sólo puede colectarse en condiciones de humedad m á x i m a . Esto implica grandes esfuerzos físicos y el tener que trepar por troncos de árbol a una altura que oscila entre 10 y 20 metros, sostenido por una cuerda colocada a pocos c e n t í m e t r o s del punto donde el chiclero hace en la corteza incisiones que requieren de gran precisión y habilidad. Esto significa que el chiclero se halla constantemente empapado ya por el sudor, ya por la humedad (del 90 al 100%), ya por la lluvia, y en peligro de resbalar o de que u n descuido al usar el machete lo precipite en una c a í d a con fatales consecuencias. Las condiciones de los campamentos en pleno bosque son extraordinariamente rudimentarias y ofrecen escasa protección contra los elementos. Por lo general, el chiclero está empapado de pies a cabeza, o i n c ó m o d a m e n t e frío (como es n o r m a l en los bosques tropicales durante la temporada de lluvias) o a lo sumo con u n m í n i m o de p r o t e c c i ó n . Asimismo, el r é g i m e n alimentario a menudo deja mucho que desear debido a problemas de aprovisionamiento o a fallas de los contratistas en esta materia. A ñ á d a s e que el chiclero está expuesto a las picaduras de insectos que le transmiten enfermedades o le chupan la sangre, a reptiles venenosos y 27 2 7 Si bien la temperatura nocturna rara vez es inferior a 12 grados cent í g r a d o s , la h u m e d a d por lo general asciende al 100% . D o r m i r en esas condiciones en u n a hamaca bajo u n techo de p a l m a resulta dolorosamente incómodo. 484 H E R M A N W. K O N R A D a otros peligros provenientes de las condiciones locales. L a fatiga, el tedio, el aislamiento y la carencia de diversiones en la estrechez del campamento hacen probables los roces personales. A s í , las condiciones de trabajo en los campamentos se asociaron a las enfermedades (particularmente el paludismo y l a tuberculosis), a la d e s n u t r i c i ó n , a la violencia y el peligro. L a costumbre de los chicleros — a l terminar la temporada de trabajo y con dinero en el bolsillo— de "desahogarse" bebiendo mucho y cometiendo excesos reforzó la imagen popular de los chicleros como gente violenta e incontrolable. 28 Antes de que la resinación chiclera se extendiera a la península de Y u c a t á n (en el decenio de 1890) el estado de Veracruz era la fuente de la mano de obra y la principal zona de producción. Se cuenta con pocos datos sobre esta fuerza laboral durante las etapas de formación de la industria del chicle. L a asociación del chicle con otros productos de los bosques regionales —en especial el hule, la vainilla y las pieles de venado— hace pensar que el aprovechamiento de estos productos de e x p o r t a c i ó n constituía una actividad estacional que complementaba las labores agrícolas. Los pueblos y aldeas en las regiones tropicales boscosas de Veracruz continuaron siendo la fuente principal de mano de obra en las fases iniciales de la extracción del chicle en Campeche, Q u i n t a n a Roo y Yucat á n . C o m o muchos chicleros se embarcaban en T u x p a n para dirigirse a los bosques de la p e n í n s u l a se les daba el sobrenombre de " t u x p e ñ o s " (término C|ue se siguió empleando hasta la segunda guerra mundial). Las c o m p a ñ í a s y los contratistas pioneros de la p r o d u c c i ó n chiclera en la p e n í n s u l a , a la vez que aprovechaban los servicios y la experiencia de los t u x p e ñ o s , gradualmente fueron obteniendo mano de obra en centros regionales menos alejados. Este fue el caso en Campeche, en el noreste de Tabasco y en Y u c a t á n antes de que se creara el territorio de Quintana Los comerciantes de los pueblos y ciudades de Y u c a t á n y Campeche (especialmente en M é r i d a y Campeche), gozaban a n u a l m e n t e de u n p e r i o d o de bonanza cuando, al t e r m i n a r la t e m p o r a d a , los chicleros regresaban con d i n e r o en el bolsillo. CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 485 R o o en 1902. Los trabajadores de las comunidades urbanas y rurales de esas zonas poco a poco se convirtieron en la fuente principal de mano de obra. E n el sur de Quintana Roo, colindante con Honduras B r i t á n i c a , los t u x p e ñ o s y los beliceños durante casi treinta años proporcionaron la mano de obra porque las comunidades mayas de esas zonas eran hostiles a los elementos mexicanos que llevaban del i n t e r i o r . Sin embargo, andando el tiempo, la e c o n o m í a chiclera constituyó el factor m á s importante en la r e i n t e g r a c i ó n de los mayas "rebeldes" —que se h a b í a n refugiado en los bosques tropicales para escapar al control de las autoridades mexicanas en la d é c a d a de 1850— a la e c o n o m í a n a c i o n a l . Comenzaron a participar en ella bajo la dirección de jefes i n d í g e n a s de la localid a d , los cuales se unieron a esta e c o n o m í a impuesta desde el exterior a fin de obtener fondos para comprar armas que les permitieran luchar contra el gobierno del centro. Los gobernadores de Quintana Roo, aprovechando el mecanismo de las cooperativas chicleras, gradualmente debilitaron, y al fin destruyeron, el poder e c o n ó m i c o y político de los cabecillas mayas. Aunque parezca mentira estas comunidades mayas continuaron emprendiendo c a m p a ñ a s militares hasta los años veinte contra los chicleros forasteros y éstos constituyeron a fines de los setenta la principal fuente de mano de obra chiclera en la R e p ú b l i c a Mexicana. 29 30 E n el cuadro 2 aparece el n ú m e r o de chicleros estacionales y las fluctuaciones respectivas. TRABAJO Y SUBSISTENCIA DEL CHICLERO Las investigaciones sobre la mano de obra chiclera dependen esencialmente de dos clases de fuentes: la oral y la escrita. A m b a s son exiguas en lo referente a los a ñ o s de la Segunda Guerra M u n d i a l , pero se cuenta con datos sueltos provenientes de dependencias oficiales, de archivos administrativos gubernamentales, de relatos de algunos visitantes y de la buena m e m o r i a de quienes participaron en esas actividades. N i n Los informes del gobierno ofrecen detalles al respecto, A G N , / ? G . Cf. BARTOLOMÉ y BARABAS, 1 9 7 7 y V I L L A ROJAS, 1 9 4 5 . 486 HERMAN W. KONRAD Cuadro 2 M A N O DE OBRA CHICLERA* Año 1890 1910 1920 1928 1935 1945 1968 1979 1983 Número de trabajadores 1 3 2 8 3 20 3 4 1 200 200 400 000 400 000 400 800 600 Fuente principal de abastecimiento N o r t e de V e r a c r u z V e r a c r u z , Belice V e r a c r u z , Campeche Campeche, V e r a c r u z , Y u c a t á n Campeche, Y u c a t á n , V e r a c r u z Campeche, Y u c a t á n , V e r a c r u z , Tabasco Y u c a t á n , Campeche, Q u i n t a n a R o o Quintana Roo, Yucatán Quintana Roo * Son cifras aproximadas provenientes, en g r a n parte de cálculos basados en datos c o m p r o b a d o s sobre p r o d u c c i ó n y sobre el p r o m e d i o de r e n d i m i e n t o a n u a l p o r c h i clero. S ó l o a partir de los a ñ o s 40 se p u d o contar con datos m á s precisos. Debe tenerse la r e l a c i ó n inversa entre el n ú m e r o efectivo de chicleros y el m o n t o total de la prod u c c i ó n ; ya que el p r o m e d i o a n u a l de p r o d u c c i ó n b a j ó de 1 000 kilos anuales en 1890 a 125 kilos en 1983. guna de las c o m p a ñ í a s —en particular las extranjeras— dejó registros de importancia sobre sus trabajos, y los registros administrativos de los contratistas no sobrevivieron n i a la humedad tropical n i al paso del tiempo. A l parecer, el capitalismo dejó pocas pruebas documentales acerca de su presencia en aquellas lejanías tropicales. Los intentos del gobierno mexicano para regular y controlar la resinación del chicle sí produjeron una d o c u m e n t a c i ó n mucho m á s abundante que a ú n se conserva. El establecimiento de archivos estatales en Campeche dio por resultado que en fecha reciente se haya podido rescatar gran n ú m e r o de valiosos documentos acerca de los chicleros en los años cuarenta. Esta fuente ( A E C R C ) , reforzada por largas entrevistas con chicleros y contratistas y por el trabajo realizado en los campamentos en los ú l t i m o s a ñ o s , servirá de base a las p á g i n a s restantes de este estudio. A h o r a se c o n s i d e r a r á n m á s de cerca detalles específicos de la resinación y de su impacto en la vida de los chicleros. Principalmente se enfocarán los datos CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 487 acerca de unos 2 000 chicleros que trabajaban en Campeche y representaban el 10% del total nacional en esa época. CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS E l contingente laboral chiclero está constituido predominantemente por varones, exceptuando el personal de cocina. E n las cocineras y sus m u y importantes funciones se c o n t i n ú a el p a t r ó n laboral agrario de la época de la colonia; las brigadas de trabajadores iban a c o m p a ñ a d a s de las molineras que preparaban el nixtamal para las tortillas, elemento básico del régim e n alimentario del p e ó n . Para cada 10 chicleros, aproximadamente, se necesitaba una cocinera (elemento importante en la vida d o m é s t i c a de los campamentos). Se les pagaba teniendo en cuenta el n ú m e r o de trabajadores que c o m í a n diariamente en él. A menudo la cocinera era la esposa o la c o m p a ñ e r a del capataz. Esta costumbre, a d e m á s de aumentar los ingresos de la principal autoridad del campamento, aseguraba protección contra posibles ataques de hombres aislados en zonas remotas durante muchos meses al a ñ o . Como la mayor parte de las cocineras estaban en edad de concebir, era natural que nacieran criaturas a las que a veces se acogía en el campamento. S u c e d í a a menudo que miembros de una misma familia —el padre y el hijo, el tío y el sobrino, los hermanos, etc.— trabajasen juntos y se ayudaran mutuamente. Era t a m b i é n frecuente encontrar paisanos trabajando en el mismo campamento. Estas costumbres p e r m i t í a n que hubiese ciertos lazos, cierta continuidad entre los lugares de origen y los campamentos. Los informes que proporcionaban los chicleros acerca de la fecha de su nacimiento indican que h a b í a trabajadores de m u y diversas edades, sin que predominase ninguna. A menudo el chiclero comenzaba a trabajar a los 10 o a los 12 años de edad. Esto indica que en el contingente laboral abundaban los campesinos, pues esa es la edad en que los n i ñ o s de las zonas rurales comienzan a trabajar jornadas completas. C o n todo, los datos oficiales correspondientes a Campeche 488 HERMAN W. KONRAD indican que a h í los j ó v e n e s principiaban a trabajar m á s tarde, pues el grupo con peones entre 15 y 19 a ñ o s representaba menos del 9% de los chicleros. En el cuadro 3 se divide a los trabajadores en categorías de cinco en cinco a ñ o s . Cuadro 3 CLASIFICACIÓN DE LOS CHICLEROS SEGÚN su EDAD* Edades Porcentaje del total 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69 70... 7.7 25.0 15.7 17.4 12.7 10.6 5.2 3.1 1.1 0.6 0.3 0.4 8.7 23.6 17.3 15.0 13.7 10.9 4.4 3.4 1.4 0.1 0.1 0.3 * L a s cifras i n c l u y e n al p e r s o n a l a u x i l i a r (cocineras, a r r i e r o s ) . T o t a l t é r m i n o m e d i o : 4 410. F U E N T E : A E C , RC. Los datos sobre el n ú m e r o de temporadas que los chicleros trabajaban en los bosques constituyen dos grupos: el de corto y el de largo plazo. E n las épocas de mayor demanda y mejores precios aumentaba el n ú m e r o de chicleros, y dism i n u í a cuando las condiciones eran menos favorables. Las empresas s i s t e m á t i c a m e n t e procuraban excluir a los trabajadores cuyo rendimiento era inferior al esperado. Teniendo en cuenta el rendimiento anterior se c o n c e d í a n adelantos y contratos por temporada. A menudo los chicleros escogían contratista y procuraban cambiarlo cuando no se sentían contentos con él. Los chicleros cambiaban frecuentemente de p a t r ó n , y h a b í a veteranos en el oficio que h a b í a n cambiado de contratista 10 o 12 veces. En el cuadro 4 se divide a los trabajadores en dos grupos: el de corto y el de largo plazo. CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 489 Cuadro 4 NÚMERO DE TEMPORADAS EN QUE SE TRABAJÓ' Número de temporadas Porcentaje del total 1 2 3 4 5-9 10-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35... 16.9 15.8 11.6 10.9 22.2 11.1 6.3 2.7 1.4 0.6 0.5 26.4 11.7 9.4 7.7 17.9 11.2 6.8 4.9 1.9 1.3 0.7 * L a s cifras i n c l u y e n t a m b i é n al p e r s o n a l a u x i l i a r (cocineras, a r r i e r o s ) . T o t a l t é r m i n o m e d i o : 4 529. FUENTE: A E C , RC. PRODUCCIÓN C o m o al chiclero se le pagaba con base en el n ú m e r o de kilogramos que p r o d u c í a , se sentía motivado para elevar al máxim o su rendimiento, aun cuando el éxito no dependiera exclusivamente del esfuerzo individual. Los contratistas llevaban a sus peones al bosque inmediatamente antes del inicio de la temporada de lluvias; si éstas tardaban o cesaban durante largo tiempo, era m u y probable que tanto los contratistas como los chicleros perdieran dinero. El factor " r i e s g o " en la producción chiclera era siempre elevado, y no era posible reducirlo con recursos técnicos o de otro tipo. C o m o buena parte de la humedad necesaria para una buena p r o d u c c i ó n era resultado de condiciones climatológicas que variaban de localidad a localidad, los índices de producción t a m b i é n variaban mucho de lugar a lugar. Esto daba por resultado índices de producc i ó n m u y irregulares de estación a estación, entre los contratistas v entre las brigadas de chicleros Cuando se presentaban condiciones favorables de p r o d u c c i ó n , el chiclero procuraba lograr u n rendimiento m á x i m o , pero el n ú m e r o de horas que trabajaba no influía necesariamente de manera. 490 HERMAN W. KONRAD favorable sobre los resultados. L a cantidad de resina que p o d í a n extraer los chicleros m á s hábiles variaba mucho en c o m p a r a c i ó n con la que o b t e n í a n los peones menos diestros. A s í , dentro de los campamentos variaban considerablemente las cifras relativas a la p r o d u c c i ó n . Todos los chicleros con experiencia creen en la suerte y en el influjo de fuerzas i n v i sibles, aun cuando el esfuerzo individual, la capacidad técnica y las condiciones locales (árboles sanos disponibles y condiciones propicias de humedad atmosférica) son las variables de importancia primordial. A l comparar los índices de prod u c c i ó n de la temporada 1940-1941 se ve que el promedio de rendimiento por p e ó n osciló entre 300 y 850 kilos, y entre 100 y 2 400 kilos, en función del rendimiento individual máximo y m í n i m o . El cuadro 5 —de producción— integrado por 29 contratistas y 3 843 chicleros, presenta los siguientes datos: Cuadro 5 PRODUCCIÓN ESTACIONAL INDIVIDUAL Cantidad (kilos) 100-199 200-299 300-399 400-499 500-599 600-699 700-799 800-899 % de Meleros 4.5 4.9 10.4 10.2 9.7 11.7 10.2 11.6 3.7 8.2 10.4 12.7 12.5 12.2 9.8 9.1 Cantidad 1 1 1 1 1 1 1 2 2 000-1 100-1 200-1 300-1 400-1 500-1 600-1 000-2 400. (kilos) % de chicleros 099 199 299 399 499 599 999 390 4.0 3.4 1.9 1.1 0.8 0.7 1.0 0.3 4.4 3.1 2.1 1.2 1.4 0.7 1.6 0.5 F U E N T E : A E C , RC. MECANISMOS DE LOS ANTICIPOS Y DEL CRÉDITO Los productores aprovechaban mecanismos establecidos tiempo atrás para controlar a sus trabajadores. A u n cuando parece que disminuyeron los abusos en las condiciones laborales debido a la i n t e r v e n c i ó n del gobierno mexicano, los chicleros siguieron sometidos a controles externos. Informes del cón- C A P I T A L I S M O Y T R A B A J O E N BOSQUES T R O P I C A L E S 491 3 1 sul de M é x i c o en Belice a principios de siglo dan cuenta de la afluencia de chicleros enfermos y hambrientos que h u í a n de Q u i n t a n a Roo y se internaban en aquella antigua colonia b r i t á n i c a . Se h a b í a inducido a esos trabajadores a firmar contratos en los estados de Tamaulipas y Veracruz a cambio de adelantos en efectivo. Incapaces de producir chicle en cantidad que les permitiera saldar el adeudo, sin medios para regresar a su hogar y padeciendo hambre, caían víctimas del paludismo y procuraban sacudirse sus obligaciones contractuales. M u c h o s no sabían q u é clase de contrato h a b í a n firmado pues los enganchadores, trabajando a comisión para los contratistas, guardaban el único ejemplar del documento. Como la afluencia de mexicanos estaba creando problemas d i p l o m á ticos en Belice, el cónsul mexicano p r e s e n t ó diversas sugerencias al secretario de Relaciones del gobierno porfirista. Poco d e s p u é s se informó al cónsul que los gobernadores de los estados de donde eran originarios los chicleros h a b í a n recibido instrucciones para que establecieran medidas destinadas a proteger a los chicleros cuando se c o m p r o m e t í a n con los contratistas. A l parecer, ésta fue la primera vez que las autoridades mexicanas intervinieron para reglamentar la industria del chicle. 32 33 Sin embargo, a pesar de la progresiva i n t e r v e n c i ó n del gobierno, el mecanismo básico de control c a m b i ó m u y poco a t r a v é s de los a ñ o s . E n cuanto el trabajador chiclero aceptaba u n anticipo —que gastaba pronto para satisfacer necesidades inmediatas o despilfarraba en juergas alcohólicas organizadas p o r los enganchadores— existía una obligación contractual legalmente reconocida entre el chiclero y el productor. D e p e n d í a de la oferta y de la demanda de mano de obra el que los gastos de transporte se a ñ a d i e r a n a la deuda o corrieran por cuenta del productor. A l llegar a la " c e n t r a l " nuevamente aumentaba la deuda del trabajador a quien se le adelantaba dinero para la adquisición de la ropa y de la herramienta necesaria en sus labores. E l productor a d q u i r í a 3 1 SRE, AH. 3 2 SRE, AH. 3 3 AGNM, RP. H E R M A N W. KONRAD 492 esos suministros (a menudo importados a través de las empresas compradoras) a precios de mayorista y los v e n d í a al precio que él establecía, a pesar de que las agencias gubernamentales fijaban los precios de esos a r t í c u l o s . L a deuda seguía aumentando porque diariamente se cobraba por los alimentos consumidos en el campamento desde que empezaba la temporada. Los contratistas c u b r í a n el importe de los alimentos durante el viaje y durante el periodo anterior al de la p r o d u c c i ó n propiamente dicha. Estos créditos y anticipos —pocos chicleros no r e c u r r í a n a ellos— c o n s t i t u í a n u n gran e s t í m u l o para la p r o d u c c i ó n . 34 N o se pagaba a los chicleros durante la temporada de trabajo; con base en su r e p u t a c i ó n y en lo que estaban produciendo, se les c o n c e d í a n nuevos créditos durante la temporada de labores. Los créditos a menudo eran en efectivo o en giros que el contratista enviaba a los familiares o personas que señalase el trabajador. Tanto éste como el contratista participaban en una especie de contienda e c o n ó m i c a . E l contratista siempre procuraba controlar los anticipos de manera que su importe quedara cubierto con la p r o d u c c i ó n del trabajador durante la temporada. El trabajador, a su vez, procuraba quedar a mano con el contratista o bien con u n saldo a su favor. Si la p r o d u c c i ó n era baja debido a las condiciones del tiempo, o si por a l g ú n problema personal r e q u e r í a inmediatamente de fondos en efectivo, el trabajador al ver que, en todo caso, al fin de la temporada seguiría endeudado, procuraba que su deuda llegara al m á x i m o . Los saldos insolutos al fin de la temporada constituían asimismo una especie de póliza de seguro, pues era la ú n i c a forma en que el contratista p o d í a recobrar su inversión. Los chicleros cjue acumula¬ ban deudas por encima de su capacidad productiva represen taban u n riesgo para el inversionista. C o n base en la evaluación de estas personas realizada por el contratista, o por su contador, se les volvía a contratar o se les descartaba como malas inversiones. Este aspecto de las relaciones ¬ 35 3 4 A E C , RC, tiene copias de esas listas. Entrevistas personales; los antiguos contratistas o p i n a r o n de manera u n á n i m e a s í . 3 5 C A P I T A L I S M O Y T R A B A J O E N BOSQUES T R O P I C A L E S 493 obrero-patronales en parte explican los cambios de contratista (con los cuales se intentaba dejar sin saldar deudas antiguas); pero aun así los contratistas dominaban la situación gracias a los informes sobre los peones que r e c i b í a n de la Asociación de Productores o a través de canales menos organizados. U n mecanismo adicional de control consistía en que el capataz d e s e m p e ñ a r a las funciones de enganchador y de agente controlador. Los capataces representaban un papel importante en la selección del personal de sus campamentos. El alcanzar este puesto —el cual contaba con incentivos relacionados con la cantidad y calidad del chicle producido— y el continuar o c u p á n d o l o se relacionaban con los intereses económicos del contratista. C o m o los capataces a menudo p r o v e n í a n de las mismas comunidades que otros muchos miembros de su campamento, su lealtad se dividía en dos campos. L a lealtad a los intereses del contratista quedaba recompensada con el ascenso a jefe de campo, responsable de una docena de campamentos y cuya base de operaciones se hallaba en la cent r a l . Los jefes de campo t e n í a n obligación de asegurar la llegada de suministros y de vigilar que el chicle llegara a lomo de m u í a a la central. E l jefe de campo ocupaba un puesto de confianza, con lo cual p r á c t i c a m e n t e tenía garantizado el trabajo para todo el a ñ o , mayores ingresos que cualquier chiclero y posibilidades de llegar a ser contratista. 36 Cuando no se solicitaban anticipos, a menudo h a b í a que someterse a u n periodo de prueba (que resultaba útil cuando escaseaba el trabajo). E l que en ciertas ocasiones no se solicitara anticipos o crédito durante la temporada —o que sólo sucediera a niveles m u y bajos— tiene dos explicaciones: o bien el trabajador procuraba elevar al m á x i m o la cantidad que recib i r í a al terminar la temporada, o bien el contratista consideraba que el trabajador ofrecía pocas g a r a n t í a s como sujeto de crédito teniendo en cuenta su escasa p r o d u c c i ó n . El cuadro 6 presenta el monto de los anticipos o del crédito otorgados antes y durante la temporada, en función de los porcentajes del contingente laboral. 3 6 Entrevistas personales; m u y pocos jefes de campo p u d i e r o n r e u n i r el capital necesario para convertirse en contratistas. 494 HERMAN W. KONRAD Cuadro 6 ANTICIPOS Y CRÉDITOS Monto (en pesos) 0 25-100 101-200 201-300 301-400 401-500 501-600 601-700 701-800 801-900 901-1 000 001-1 100 101-1 200 201-1 300 301-1 400 401-1 999 000-3 000 1 1 1 1 1 2 Pretemporada* (% de los chicleros) 7.5 29.8 31.1 15.2 9.6 3.6 1.6 0.7 0.4 0.3 — 0.1 — — — — — 12.6 26.8 27.4 15.4 9.0 4.1 2.2 1.0 0.7 0.3 0,2 — 0.1 0.1 — — — Durante la temporada** (% de los chicleros) 4.6 4.1 12.1 13.6 16.1 14.5 8.8 6.1 4.4 4.2 2.6 3.2 1.2 1.1 1.0 1.3 0.7 11.8 4.5 6.9 9.9 14.0 13.9 10.0 7.6 6.1 4.7 2.7 1.9 1.6 1.0 0.9 1.5 0.7 * T o t a l t é r m i n o m e d i o : 5 048 ** T o t a l t é r m i n o m e d i o : 5 0 4 4 F U E N T E : A E C , RC. UTILIDADES Y DEUDAS N o obstante la imagen popular del chiclero como u n individuo siempre sin dinero o c r ó n i c a m e n t e endeudado, la resin a c i ó n del chicle proporcionaba ingresos considerables a u n buen n ú m e r o de trabajadores. Cuando aumentaban bastante los precios y la demanda, como ocurrió en la Segunda Guerra M u n d i a l , durante una temporada en que las condiciones eran favorables, este tipo de trabajo solía proporcionar a u n n ú m e r o limitado de chicleros ingresos que difícilmente se o b t e n d r í a n en otras ocupaciones. Los datos del cuadro 7 pre37 3 7 A c t i t u d que a ú n conservan antiguos contratistas. H a y referencias en p e r i ó d i c o s locales, v é a n s e Diario de Yucatán y Diario Yucateco. CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 495 sentan cuentas correspondientes al fin de la temporada que, comparadas con el monto de los adelantos y de los créditos, proporcionan u n cuadro m á s completo del r é g i m e n económ i c o en que vivían esos trabajadores. Relativamente pocos chicleros t e n í a n deudas al fin de la temporada, y entre quienes sí las t e n í a n h a b í a muchos prófugos. Los datos de ese cuadro indican que la mayor parte de los Cuadro 7 PAGOS O DEUDAS AL FIN DE LA TEMPORADA Monto Pagos al fin de la temporada* Deudas al fin de la temporada** (en pesos) (% de los Meleros) (% de los chicleros) 0 35.1 67.1 1-100 13.2 7.6 101-200 12.1 7.8 201-300 10.2 5.6 301-400 7.4 4.0 401-500 6.2 3.0 501-600 4.4 1.7 601-700 3.3 1.2 701-800 2.1 0.7 801-900 1.6 0.6 901-1 000 1.1 0.2 1 001-1 100 0.9 0.2 1 101-1 200 0.6 1 201-1 300 0.4 1 301-1 400 0.3 1 401-1 500 0.3 1 501-1 600 0.2 1 601-1 700 0.1 1 701-1 800 0.1 1 801-1 900 0.1 1 901-2 000 0.1 • T o t a l t é r m i n o medio: 5 049. ** T o t a l t é r m i n o medio: 5 050. F U E N T E : A E C , RC. — — — — — — — — — 496 HERMAN W. KONRAD trabajadores con saldo a su favor al terminar la temporada t e n í a n menos de 500 pesos, es decir, la misma suma aproximadamente que habían recibido como anticipo durante la temporada. L a suma que se les pagaba al final de ella debe combinarse con los adelantos para calcular las utilidades. A l concluir la temporada, sólo unos cuantos individuos t e n í a n grandes ganancias netas en efectivo o grandes deudas. E l que el chiclero con una buena suma de dinero en el bolsillo regresara a casa con sus ganancias es cuestión aparte. Los comerciantes de los pueblos y ciudades por las que pasaban los chicleros en el camino de regreso realizaban grandes ventas al finalizar la r e s i n a c i ó n . T a m b i é n los contratistas p o n í a n en juego diversos subterfugios para quedarse con el dinero de los chicleros que tuvieran saldo a su favor. El alcohol y las prostitutas daban buenos resultados en este punto. A l cabo de meses de aislamiento en los bosques tropicales por lo general resultaba fácil inducir a los trabajadores a la bebida, al juego y a otras actividades en las que r á p i d a m e n t e desap a r e c í a lo que tantos esfuerzos les h a b í a costado. Es decir: si bien las sumas pagadas por concepto de salarios influían en la e c o n o m í a de la región o de las zonas que atravesaban los chicleros m u y poco de ese dinero beneficiaba su econo¬ m í a personal. 38 39 ENFERMEDAD Y MUERTE Las causas de las muertes registradas constituyen u n índice preciso de las condiciones en que v i v í a n los chicleros. En la d é c a d a de 1940 el gobierno mexicano logró implantar un sistema de seguro de vida. Los contratistas descontaban las p r i mas al chiclero, y una comisión gubernamental especial se encargaba de estudiar cada caso. Estas investigaciones eran necesarias para determinar la causa del deceso, la legitimidad de las reclamaciones y lo relativo al pago del seguro a 3 8 Entrevistas personales; en especial comerciantes de Campeche y Mérida. H a y comerciantes en M é r i d a que a ú n recuerdan estas grandes ventas anuales. 3 9 CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 497 los beneficiarios. Los datos procedentes de este r e n g l ó n no permiten calcular el n ú m e r o de accidentes, pero era considerable a juzgar por el informe de la Laguna Corporation sobre la temporada 1940-1941 cuando el 16% de la fuerza laboral sufrió accidentes no fatales relacionados con su trabajo. Por otra parte, los datos a que nos referimos sí presentan u n cuadro sobre la esperanza de vida de los chicleros y el tipo de peligros a que se enfrentaban. S e g ú n la o p i n i ó n popular, los peligros m á s graves provenían de las mordeduras de serpientes y de las caídas de los árboles, pero, en realidad, no se contaban entre los factores que m á s influían en la muerte de los chicleros. Entre las 192 reclamaciones presentadas en C a m peche durante el periodo 1939-1948, 4.16% de las muertes corresponde a caídas de los árboles y 2.1 % a mordeduras de serpiente, mientras que 41.6% corresponde, en conjunto, al paludismo, a la tuberculosis y a la p u l m o n í a . L a correlación entre la edad y el porcentaje de muertes queda de manifiesto en el cuadro 8, y cuando se comparan estos datos con los de el cuadro 3 (clasificación de los chicleros según su edad), como era de esperarse, se ve que el porcentaje de muertes asciende en p r o p o r c i ó n directa a la edad de los trabajadores. E l cuadro 9 presenta una subdivisión m á s detallada de la cuestión. L a mayor parte de los fallecimientos o c u r r i ó en dos lugares: en los campamentos ( 2 7 . 0 % ) y en las comuni40 Cuadro 8 EDAD AL FALLECER Edades Porcentaje del total Edades Porcentaje del total 15-19 6.8 45-4Ì 9.8 20-24 15.7 50-54 8.8 25-29 10.8 55-59 2.9 30-34 12.2 60-64 1.9 35-39 17.6 65-69 1.0 40-44 11.3 70... 1.9 F U E N T E : A E C , RC. AEC, RC. 498 HERMAN W. KONRAD dades donde r e s i d í a n los trabajadores fuera de la temporada chiclera (63.0%). Estas ú l t i m a s , ocurridas en poblaciones que contaban con servicios m é d i c o s , hacen pensar que las enfermedades o infecciones se contrajeron en los campamentos y que andando el tiempo causaron la muerte. El índice de mortalidad dentro del campamento era de 3.33 % , y los accidentes constituían la causa principal. Debido a la c o m b i n a c i ó n del alcohol con las desavenencias personales, las muertes violentas no eran raras en los campamentos. Los reglamentos establecían que en los centros de p r o d u c c i ó n ("centrales") hubiera medicamentos y alguna persona con conocimientos de medicina (con m á s frecuencia era alguien que h a b í a trabajado en una farmacia en vez de u n m é d i c o titulado). Los Cuadro 9 CAUSAS DE FALLECIMIENTO (192 CASOS) Enfermedades Hepatitis Paludismo Pulmonía Tuberculosis Tifoidea O t r a s fiebres Relacionadas co Desórdenes ( 2.1) (18.8) (11.0) (12.0) ( 3.1) ( 0.9) accidentes Caídas/mordedura de serpiente (6.24) Ahogamiento/ envenenamiento Gangrena/tétano Hemorragia/otras 47.9% Infligidas F U E N T E : A E C , RC 6.25% (por sí mismo/por otro) Homicidio 18.8% (4.7> H e r i d a de bala (2.6) Suicidio (1.5) > 1 3 . 0 % Relacionadas con el alcohol (3.2) ) Causas Naturales (1.0) Parasitarias Disentería Otras Cardiacos Intestinales Renales Cáncer Úlcera Otras 6.25% (6.8) CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 499 chicleros t e n í a n mucha confianza en los hierberos y en los curanderos. Los enfermos o heridos graves no p o d í a n ser fácilmente transportados desde los campamentos; t e n í a n que caminar, o ser llevados por amigos o parientes o esperar a los arrieros que pasaban una o dos veces por semana. Eran m á s fáciles los transportes desde la central a las poblaciones con instalaciones m é d i c a s . 41 IMPACTO SOBRE LA MIGRACIÓN E l cambio del sitio donde se realizaba la resinación del chicle tuvo u n impacto directo sobre los movimientos migratorios. C o n el paso del tiempo, el cambio de Veracruz al interior de Y u c a t á n dio como resultado la formación de nuevos asentamientos en las zonas fronterizas. En el sur de Quintana Roo, por ejemplo, hay u n n ú m e r o considerable de poblaciones y aldeas fundadas por chicleros veracruzanos a principios de siglo. Chicleros venidos de zonas donde no había abundancia de tierras se familiarizaron con nuevas regiones en el transcurso de su trabajo. U n buen n ú m e r o de asentamientos espont á n e o s en el oriente y en el centro de Quintana Roo, así como en el interior de Campeche y Tabasco, fueron fundados por chicleros que h a b í a n sido campesinos dedicados a la agricultura o que adoptaron esta actividad. Su m i g r a c i ó n a las nuevas tierras p e r m i t i ó , a d e m á s , el trabajo estacional continuo en los bosques y s u p r i m i ó la necesidad de recorrer grandes distancias. En todo el interior de la p e n í n s u l a de Y u c a t á n u n gran n ú m e r o de asentamientos que a ú n subsisten comenzaron como campamentos chicleros y como "centrales" previamente controladas por los contratistas. Resulta p r o b l e m á t i c o el intento por clasificar y medir con precisión esta corriente migratoria, pero hay datos sobre lugar de nacimiento, residencia habitual y residencia de los benefi42 4 1 Entrevistas personales. Por ejemplo, C h a c h o b é n , que e m p e z ó como " c e n t r a l " de producc i ó n chiclera. L a t r a n s i c i ó n de central a asentamiento e s p o n t á n e o y, post e r i o r m e n t e la c o m u n i d a d p e r m a n e n t e , era frecuente en Q u i n t a n a R o o y en la zona oriental de C a m p e c h e . 4 2 500 HERMAN W. KONRAD ciarios que proporcionan buenas huellas. E n el caso de C a m peche durante la d é c a d a de 1940, el origen de los chicleros s e g ú n el lugar de nacimiento, indica que algo menos de la mitad de los chicleros p r o v e n í a de ese mismo estado (49.0%), Veracruz c o n t r i b u y ó con el 2 2 % , Tabasco con el 15.0% y Y u c a t á n con el 11.0%. E l resto c o r r e s p o n d í a a Guatemala ( 1 . 5 % ) y a diversas regiones mexicanas ( 1 . 5 % ) . Las labores chicleras realizadas en Campeche tuvieron efectos m í n i m o s en Tabasco y Y u c a t á n , pero influyeron considerablemente en los trabajadores de las otras regiones. M á s de la m i t a d de los chicleros guatemaltecos permanecieron en Campeche, y el 35% de los trabajadores veracruzanos s e ñ a l a r o n a C a m peche como lugar normal de residencia. Curiosamente, de 100 trabajadores oriundos de una localidad veracruzana, 99 indicaron que ellos y sus beneficiarios normalmente residían en Campeche. C o m o los beneficiarios eran la esposa o comp a ñ e r a , los padres o los hermanos, el dato anterior prueba que h a b í a n cambiado de residencia. L a dirección del beneficiario, a d e m á s de indicar el cambio de residencia, señala que muchos chicleros estaban procreando descendientes en C a m peche. E l porcentaje de chicleros con beneficiarios radicados en Campeche excedió en 11 % al n ú m e r o de los originarios de este estado. 43 Dentro del mismo Campeche pueden observarse varias corrientes migratorias. U n a va hacia puertos como la ciudad de Campeche o C h a m p o t ó n , que t a m b i é n era el lugar donde residía la mayor parte de los contratistas; otra va desde las comunidades costeras hacia el interior o hacia puntos m á s cercanos a las nuevas explotaciones chicleras en los bosques tropicales. A lo largo de los 50 a ñ o s en los que el chicle representó la principal actividad e c o n ó m i c a del estado de Campeche, t a m b i é n c o n s t i t u y ó el estímulo principal de los movimientos de p o b l a c i ó n . Esto t a m b i é n puede aplicarse a Q u i n t a n a R o o , y en grado menor, a Tabasco y Y u c a t á n . 4 3 A E C , RC, t o m a d a de las listas de trabajadores que preparaban los contratistas, en las cuales se i n c l u í a n datos personales útiles para la p o l i c í a en el caso de los p r ó f u g o s o de i n c u m p l i m i e n t o de contrato. CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 501 CONCLUSIONES L a e x p o r t a c i ó n de materias primas desde lejanas tierras tropicales a centros metropolitanos, donde existe la demanda y se realiza la industrialización, representa u n aspecto importante del desarrollo del sistema capitalista en M é x i c o . * L a p o l í t i c a formulada durante el Porfiriato p r o p o r c i o n ó estímulos a la inversión extranjera y d e s e m p e ñ ó u n papel importante en el desarrollo e c o n ó m i c o nacional. De a h í nació una m a y o r explotación del trabajador, lo cual tuvo consecuencias políticas de largo alcance. Los productos de los bosques tropicales —tales como la madera y las resinas— ubicados en regiones escasamente pobladas y próximas a zonas con importantes intereses británicos y guatemaltecos, dieron por resultado que se aclararan cuestiones relativas a las fronteras nacionales y que se hicieran planes estratégicos para incorporar esas regiones a una e c o n o m í a de mayores horizontes. El gobierno federal d e p e n d i ó en gran parte del capital extranjero para la obtención de esos fines. H i z o grandes concesiones (en mater i a de impuestos y tierras) y ejecutó importantes obras de infraestructura (puertos, ferrocarriles y otros medios de comun i c a c i ó n ) . E l capital nacional d e s e m p e ñ ó el papel principal en las plantaciones henequeneras de Y u c a t á n , pero el capital extranjero d o m i n ó en la zona de los bosques tropicales. Q u i z á la fuerza de la e c o n o m í a henequenera haya fomentado en Y u c a t á n las tendencias separatistas, pero, por el contrario, en t é r m i n o s generales, las actividades madereras y chicleras tomaron la dirección opuesta; es decir, el gobierno nacional a p r o v e c h ó esas actividades para imponer su v o l u r i tad política en aquellas lejanas regiones. 4 45 - En Q u i n t a n a Roo, la presencia federal sirvió de base para la pacificación de los mayas rebeldes. U n a vez alcanzada esta meta, se c r e ó el T e r r i t o r i o Federal de Q u i n t a n a Roo. En los Esto ha recibido gran a t e n c i ó n en las actividades mineras y ferrocarrileras, Cf. COATSWORTH, 1 9 7 6 y WASSERMAN, 1984; SUÁREZ MOLINA, 1 9 8 0 y W E L L S , 1 9 8 5 , proporcionan abundante i n f o r m a c i ó n sobre Y u c a t á n . ^ N o se ha publicado n i n g ú n estudio completo sobre este tema. L A P O I N T E , 1 9 8 3 , presenta datos útiles sobre Q u i n t a n a R o o . C o n s ú l t e s e t a m b i é n SUÁREZ M O L I N A , 1980. 502 HERMAN W. KONRAD conflictos posteriores entre el nuevo territorio y los estados vecinos de Campeche y Y u c a t á n acerca del acceso a los recursos forestales del trópico y el control de los mismos, el gobierno federal conservó la s u p r e m a c í a y prosiguió con la incorporación de aquellas regiones al sistema político nacional. Por otra parte, los inversionistas extranjeros estaban menos interesados en la política nacional que en la explotación a u n costo m í n i m o de los recursos forestales. Es verdad que sus actividades abrieron esas regiones al nacionalismo, a la colonización y al incremento de los productos agroindustriales, pero demostraron poco interés en la conservación de los recursos naturales. Iniciaron una época de deforestación en gran escala que dio por resultado a largo plazo que las zonas forestales se vieran reemplazadas por la g a n a d e r í a . Hasta épocas recientes los historiadores h a b í a n prestado m u y poca atención a estas cuestiones, y a ú n sabemos m u y poco sobre el papel de los bosques de las tierras bajas tropicales en la historia nacional. 46 47 El presente trabajo enfocó la estructura de la industria del chicle y de su r e p e r c u s i ó n en el terreno laboral. Demuestra que el éxito de la extracción de materias primas d e p e n d i ó de condiciones establecidas en gran parte por los inversionistas extranjeros, no por el gobierno nacional, a pesar de los constantes esfuerzos de este ú l t i m o por alcanzar sus objetivos en la época posrevolucionaria. Para los chicleros las demandas externas constituyeron factores cruciales que determinaron tanto las condiciones laborales en que se realizaba la producción como el nivel de los ingresos. Las condiciones en que se trabajaba casi no cambiaron, y otro tanto puede decirse sobre los sistemas de p r o d u c c i ó n . Para las c o m p a ñ í a s extranjeras la industria del chicle se convirtió en remunerador camino hacia el crecimiento industrial, particularmente en épocas de conflictos internacionales. En cuanto a los chicleros, con los periodos de gran demanda aumentaron las oportunidades de trabajar, pero relativamente pocos de ellos obtuvieron bene- 4 6 GONZÁLEZ PACHECO, 1 9 8 4 , y las obras citadas en la nota 1 constituyen fuentes ú t i l e s . C f . JoSEPH, s/f. 4 7 CAPITALISMO Y TRABAJO EN BOSQUES TROPICALES 503 ñ c i o s de esa situación. Durante ias épocas de gran demanda, el contingente laboral r e p r e s e n t ó una amplia gama de individuos provenientes tanto de zonas urbanas como rurales, muchas de ellas a gran distancia de los bosques. E n las épocas de demanda m í n i m a , los chicleros dependieron de actividades realizadas en el campo, con las que apenas p o d í a n subsistir. Invariablemente y en todos los periodos, la resinación chiclera ha constituido u n subproducto de estímulos capitalistas con consecuencias de largo alcance. SIGLAS Y REFERENCIAS AEC, RC AGNM, RG A G N M , RP BLM CCQR SRE, A H AGUILAR LUNA, 1948 A r c h i v o del Estado de Campeche, Ramo de Chicle. A r c h i v o General de la N a c i ó n , Ramo Gobernación. A r c h i v o General de la N a c i ó n , Ramo Presidentes. Banco de Londres y M é x i c o (ahora Banca S e r f i n ) . C o n f e d e r a c i ó n de Cooperativas de Q u i n t a n a R o o , Chetumal. S e c r e t a r í a de Relaciones Exteriores, Archivo Histórico. Lorenzo Explotación chiclera en el estado de Chiapas. Escuela N a c i o n a l de A g r i c u l t u r a . Chapingo, B A R T O L O M É , M i g u e l A . y A l i c i a B . BARABAS 1977 BETKTA, La resistencia maya. Relaciones interétnicas en el oriente de la Península de Yucatán. M é x i c o , I N A H . ( C o l e c c i ó n C i e n tífica, n ú m . 5 3 . ) Ramón 1952 Tierra del chicle. 3a. ed. M é x i c o . CABALLERO ROJAS, Ramiro 1947 La explotación del chicozapotey el problema de su conservación en el estado de Campeche. C h a p i n g o , Escuela N a c i o n a l de Agricultura. 504 H E R M A N W. COATSWORTH, John 1976 H . Crecimiento con desarrollo: el impacto económico de los ferrocarriles en el Porfuiato. M é x i c o , SEP. (SepSetentas, 271¬ 2 7 2 ) 2 vols. CUEVAS LÓPEZ, Armando 1947 GANN, KONRAD Explotación de tres especies forestales y propagación artificial de la caoba en Quintana Roo. C h a p i n g o , Escuela Nacional de A g r i c u l t u r a . Thomas 1924 In an unknown land. N e w Y o r k . G I L B E R T , Joseph s/f. " R e d i s c o v e r i n g the past at M e x i c o ' s periphery. Essayes o n the history o f m o d e r n Y u c a t a n " . GONZÁLEZ D U R A N , Jorge 1974 La rebelión de los mayas y el Quintana Roo Melero. GONZÁLEZ PACHECO, 1984 GURRÍA, JIMÉNEZ, Luis Capital extranjero en la selva de Chiapas, 1863-1982. La explotación de chicle en el estado de Tabasco. Escuela Nacional de A g r i c u l t u r a . México. Chapingo, M. 1951 El chicle: su explotación forestal e industrial. México. Herman 1930 LAROINTE, Cuauhtémoc T.L. 1946 KONRAD, Mérida. ' ' U n a p o b l a c i ó n chiclera: contexto h i s t ó r i c o - e c o n ó m i c o y u n perfil d e m o g r á f i c o " , en Boletín de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad de Yucatán, v m : 45. Marie 1983 MARTÍNEZ CORTÉS, 1970 Los mayas rebeldes de Yucatán. Michoacán. Z a m o r a , El Colegio de Fernando Pegamentos, gomasy resinas en el México prehispánico, M é x i c o . MARTÍNEZ GARCÍA, J o s é 1949 Inventarización forestal, repoblación artificial y aspecto agronómico en el estado de Campeche. C h a p i n g o , Escuela Nacional de A g r i c u l t u r a . C A P I T A L I S M O Y T R A B A J O E N BOSQUES T R O P I C A L E S M E D I N A RAMÍREZ, 505 Bernardo 1948 La explotación forestal del territorio de Quintana Roo. C h a pingo, Escuela N a c i o n a l de A g r i c u l t u r a . M E N É N D E Z , Gabriel Antonio 1936 MORZ, Quintana Roo. Álbum monográfico. M é x i c o . C.G. 1948 La explotación del chicozapote en el estado de Campeche. C h a p i n g o , Escuela N a c i o n a l de A g r i c u l t u r a . PARDO VILLARREAL, 1939 ROMERO, Luis La industria del chicle en la República Mexicana. México. Matías 1898 SUÁREZ M O L I N A , Coffee and indian-rubber culture in Mexico. Preceded by geographical and statistical notes on Mexico. N e w Y o r k and London. Victor 1980 V Á Z Q U E Z ISLAS, La evolución económica de Yucatán. M é r i d a . Enrique 1951 V I L L A ROJAS, Alfonso 1945 WASSERMAN, Chicle, ensayo de novela del trópico mexicano. M é x i c o . The Maya of East Central Quintana Roo. W a s h i n g t o n . Mark 1984 Capitalistas, caciques, and the Revolution; elite and foreign enterprise in Chihuahua, 1854-1911. Chapel H i l l . WELLS, Allen 1985 Yucatán's gilded age: haciendas, henequén, and International Harvester, 1860-1915. A l b u q u e r q u e , U n i v e r s i t y o f N e w M e x i c o Press. ZAPATA ESQUIVEL, J o s é M . 1958 Bosquejo de la situación forestal México. del estado de Campeche.