La dimensión cultural de la disputa en torno de la naturaleza ha cambiado con el tiempo dentro de unos con textos más amplios y complejos. Así, para esta investigación hemos diseñado unos períodos que sirven de marco y significante histórico a los fenómenos ambientales (naturaleza-cultura). El ambientalismo como tal, por ejemplo, sólo lo consideramos como período reciente de la interrelación cultura y naturaleza. Las fases que, grosso modo y como punto de partida, hemos diseñado para marcar el derrotero investigativo son las siguientes: 1850-1930: naturaleza liberalizada En términos generales se trata de un período de formación del Estado nacional colombiano en búsqueda de apropiarse del territorio, de sentar las bases para la modernización política, económica y cultural, sobre la idea de la construcción de la ciudadanía, sentando las bases de la individualización y privatización de la tierra. Desde el ámbito jurídico, se trata de la época en que se generaliza la privatización de la propiedad de la tierra; comprende la recepción del Código Napoleónico adaptado por Andrés Bello, la distribución de bienes de manos muertas, la privatización de las tierras indígenas comunales, el ataque a otras formas de propiedad comunitaria y la división conceptual entre propiedad pública y privada. La construcción de una ciudadanía universal que apunta a desintegrar a los pueblos indígenas y sus tierras comunales se enfrenta con otro proyecto dominante paternalista que acaba imponiéndose a fin del siglo pasado. Desde el punto de vista institucional, además de la nacionalización de los códigos civiles, se producen fuertes disputas sobre la unidad y la regionalización del territorio, la centralización y federalización estatal. Desde el punto de vista del desarrollo, durante este período se generan las precondiciones de la apropiación capitalista de la naturaleza (1860-1900), lo cual incluye: Disolución de propiedades comunales y resguardos indígenas, desamortización de bienes de manos muertas, recepción de Códigos civiles en los Estados soberanos; construcción de líneas de ferrocarril que apuntan a la conexión del centro del país con el mercado internacional, navegación por el río Magdalena, colonización antioqueña y de algunas llanuras costeras con la expansión de la ganadería; lo más general, la expansión de la frontera agrícola por colonización andina. Vale la pena resaltar el desarrollo del modelo económico librecambista opuesto al proteccionismo y, por tanto, modelos agroexportadores como claves de política económica. No obstante fue el café, finalmente, el producto más exitoso y duradero generador de ingresos que permitió la integración del mercado interno y el desarrollo de la economía parcelaria relativamente exitosa para la exportación entre 1900y 1930. Ya a fines del período, la inversión extranjera en renglones de minería y agroindustrias, junto con la recepción de la indemnización por la pérdida del Canal de Panamá en un movimiento independentista controlado por los Estados Unidos, con tribu. ye a ampliar la economía monetaria y sienta las bases para un lanzamiento más agresivo de la modernización del país y de la naturaleza. La economía parcelaria no “exitosa” desde el punto de vista de su articulación al mercado internacional, sin embargo conservaba formas productivas biodiversas; lo mismo ocurría; con el café que era acompañado en la parcela con otros productos agrícolas. Sólo la llegada del desarrollo y la Revolución Verde en el siguiente período trastocaron una cultura de la biodiversidad. La subordinación del campo a la ciudad con las consecuencias ambientales del caso sólo se hacen patentes al final del segundo período, que aquí llamamos la naturaleza modernizada. En este lapso muy lentamente se van formando centros urbanos-industriales, principalmente Bogotá y el Valle de Aburrá. Desde el punto de vista de la mentalidad, se puede decir que se desarrollan y se desata una polémica sobre las concepciones liberales modernizantes que tratan de acabar con las ataduras de la fuerza de trabajo frente a las restricciones hacendarias y de la Iglesia Católica. 1930-1970: la naturaleza modernizada Desde este período ya nos encontramos frente a un cambio radical en contraste con el período anterior; la aspiración para modernizar económicamente el país deja de ser una utopía debido a que se empieza a romper las limitaciones y restricciones de una formación social que era hacendaria y rentista. Desde el punto de vista jurídico los dos fenómenos más importantes tocan con la estatización del subsuelo, clave para los desarrollos petroleros y mineros, en general, y la consagración del carácter social de la propiedad privada precondición para promover el desarrollo capitalista en el campo. Desde el punto de vista institucional, la expansión de la frontera agrícola se produce estimulada por las intervenciones del Estado que respalda la posesión y transferencia de propiedades, frente a lo cual los antiguos propietarios responden violentamente; se riegan las fronteras agrícolas más allá de la zona Andina; el fenómeno es promovido e inducido por el Estado mismo; se producen los primeros reglamentos sobre bosques; al final del período se desarrolla una estrategia de reforma agraria liderada por una de las instituciones más importantes de esta etapa: el Incora. Se puede empezar a hablar de un preambientalismo debido a que se desarrollan instituciones orientadas a limitar la explotación de los recursos o a regularlos; copiando de los Estados Unidos se empiezan a establecer Corporaciones Autónomas Regionales, en primer lugar la CVC. El desarrollo económico es considerablemente, aunque no exclusivamente, liderado desde el Estado. En este período hay fuertes tendencias a subordinar lo rural a lo urbano y a desarrollar una política económica proteccionista. El advenimiento de la "Revolución Verde" pareciera vislumbrarse paradójicamente como el esplendor del período. Junto con lo anterior, las ideologías modernizantes, la desacralización de la naturaleza y la industrialización de la misma, son aspectos claves de esta fase. Otras concepciones son arrinconadas o marginalizadas como "atrasadas", "enemigas del progreso", oscurantistas y otros epítetos similares. Se liga la explotación económica a la usucapión, es decir, las formas de adquirir el dominio por posesión. 1970-1996: la naturaleza ambientalizada Sólo en este período podemos hablar con propiedad de ambientalismo, ecologismo, o conservacionismo en Colombia. Los acontecimientos internacionales rigen la dinámica del proceso y frente a un relativamente debilitado Estado nacional, las lógicas locales se articulan con las fuerzas internacionales. O, al revés: las fuerzas supranacionales, a la vez que debilitan al estado nacional en la toma de decisiones autónomas, lo obligan a readecuarse y a permitir la irrupción de fuerzas ¡nfranacionales, regionales y locales que se empiezan a articular de variada manera a la dinámica mundial. La Conferencia de Estocolmo de 1971, la publicación de Nuestro Futuro Común, y la Cumbre de Río, constituyen tres de los eventos internacionales más importantes a nivel ambiental. Pero las ideas de desarrollo sostenible, los progresos de la biotecnología y la idea de la participación de las comunidades locales en la toma de las decisiones que las afectan hacen parte de procesos que no tienen origen en los estados, sino en instituciones trasnacionales o multilaterales, y se engarzan con fuerzas locales que obligan a los estados nacionales a reorganizarse y admitir las nuevas circunstancias supra e infraestatales. Aunque puede decirse que la dinámica internacional es una variable de importancia en los tres períodos bosquejados, es en este último que la globalización marca la dinámica del conjunto de la formación social, y no solamente enclaves, localidades o regiones. Un punto muy alto, marcado después de un publicitado pero fracasado Código de Recursos Naturales Renovables expedido en 1974, lo constituye un proceso que coincide con la reforma constitucional de 1991, que despierta fervientes e ingenuas esperanzas de construir visiones más integrales. Los derechos al ambiente sano y la función ecológica de la propiedad son las mayores conquistas según algunos analistas. Junto con lo anterior se diseña y pone en funcionamiento el Ministerio del Ambiente para sustituir al Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente, Inderena. Se propone el Estado, sin lograrlo, ser menos regulador, intervencionista y policivo y, a cambio, más estimulador, permitiendo que otros mecanismos como el mismo mercado sirvan de acicate al cambio ambiental. Se construyen otras formas institucionales no estatales como ligas de ONG;, sectores empresariales dispuestos, según reza su retórica, a "cambiar el rumbo"; pero el fraccionamiento territorial del país obliga a reconocer a otros actores con fuertes influencias territoriales como los pueblos indígenas y afrocolombianos, la guerrilla, los narcotraficantes y paramilitares con controles territoriales. En el campo de las mentalidades colectivas, la ola biotecnológica y las visiones de la sostenibilidad, el manejo ancestral proveniente del conocimiento de pueblos localizados en áreas más o menos silvestres es rescatado y constituyen unas de las tendencias más relevantes que conforman el período y canalizan la disputa por la naturaleza. La academia, como tal, e investigadores de ONG, participan en la difusión contradictoria de modelos científicos y modelos sociales ancestrales o alternativos. Con estos elementos podemos ahora sí adentramos en interrogaciones más históricas que habíamos anunciado al final de la sección "Tierra, territorio y biodiversidad...". Por ejemplo: ¿cada período tiene una lógica predominante? ¿Es la dimensión jurídica, institucional, la mentalidad o el desarrollo el elemento dominante? O, ¿lo que define el período es una interrelación compleja entre distintos factores?¿La lógica internacional se sobreimpone a la nacional? O, por el contrario, ¿la lógica nacional endógena se adecua al azar a la dinámica internacional? Si no se pudiera dar una respuesta única, ¿el análisis histórico nos puede dar respuestas específicas diferenciadas, período por período? ¿El Estado nacional puede dar respuesta territorial o institucional a los desafíos ambientales globalizados? Y podríamos continuar así: ¿por qué desapareció la preocupación sobre el territorio en Colombia, en particular, en el así llamado conflicto agrario y viene a reaparecer a fines desde los años ochenta, en las discusiones sobre descentralización y reordenamiento territorial, y también en las reivindicaciones de los pueblos indígenas y de las etnias afroamericanas? ¿Cuáles son los modelos dominantes de relación entre naturaleza y sociedad en la historia colombiana? Y ¿cuáles fueron los modelos de resistencia más importantes a la lógica dominante? Por último: ¿la preocupación ambiental es efectivamente una inquietud reciente? ¿La preocupación ambiental, así no lleve ese nombre, está presente en las luchas sociales en la historia de Colombia? ¿Por qué parece discreto o invisible el carácter ambiental de la lucha antes de la historia reciente, que corresponde al período de la naturaleza glocalizada? ¿La reciente creación de entes territoriales ambientales sigue una lógica ecosistémica, simplemente política o de otro tipo? ¿Cuál?