Esta es la historia de cómo surgió la tribu kikuyu de Kenia. Todo empezó cuando unas 9 familias decidieron migrar desde Sudán a tierras desconocidas más al norte. Estaban hartos de todas esas costumbres y decidieron formar un nuevo pueblo con otra cultura. Empezar de cero era lo que buscaban, lo que deseaban, lo que necesitaban. Se alimentaban de lo que encontraran ya que no tenían mucha comida y necesitaban sobrevivir. Después de caminar unas dos semanas llegaron a una región con bosques tupidos, tierras húmedas y oscuras y una laguna profunda y cristalina, era el paraíso. Un hombre se hallaba flotando sobre el agua meditando. -¿qué estas buscando?-dijo el hombre desconocido. - oh lo sentimos mucho señor, espero que no hayamos invadido sus tierras. -al contrario, los estaba esperando. -¿cómo es eso posible?-preguntó uno de los niños. -con fe pequeño. Yo soy Gikuyu y les enseñaré todo lo que deben saber sobre cómo crear su paraíso. Ustedes serán separados por familias: los Achera, Agachiku, Airimu, Ambui, Angare, Anjiru, Angui, Aithaga, y Aitherandu y cada uno formará un clan. Se reproducirán y crearán un pueblo que será una tribu diferente. Les diré cómo crear sus casas, cómo hacer plantaciones y algunas pautas para la convivencia de su tribu. Ahora sepárense y vayan pensando en lo que harán primero. Les explicó a todos lo prometido, excepto a uno. La tribu a la que ahora llaman Kikuyu. Fue el último clan con el que fue y les ofreció mucho más de lo prometido -lo primero que deben hacer para que este pueblo surja es conseguir cañas o troncos y excremento de vaca, con eso crearán su hogares.-les ordenó. Así se hizo. Fueron un día de recolección de cañas y otro día juntaron excremento de vaca. Pusieron las ramas y cañas enterradas y aseguradas para que no se cayeran. Luego agarraron el excremento y lo esparcieron por las cañas para que quedaran fuertes. -ahora que ya tienen sus hogares deben conseguir un ganado, que los alimentará y les servirá de protección si lo ponen bordeando su pueblo. Entonces los hombres se adentraron en el bosque en busca de ganado. Al conseguirlos buscaron ramas con espinas y las usaron para armar una valla por donde ningún animal se escapara. Así fueron armando su pueblo hasta que estuvo perfecto y Gikuyu se fue. Su pueblo vivía de maravilla, como en el paraíso. Pero un día paso algo terrible que arruino para siempre ese paraíso. Un ejército Francés decidió atacar Kenia y quedarse a los kenianos como esclavos. Unos aviones pasaron haciendo mucho bullicio advirtiendo a la tribu kikuyu que algo malo estaba por pasar. Al pensar lo que podría suceder las pequeñas familias salieron corriendo rápidamente hacia el bosque para salvar sus vidas .Al llegar y se escondieron entre los arbustos, arriba de los arboles, entre las raíces que se encontraban en el suelo y el algún hueco que encontraron. Ni siquiera sospecharon que ya no quedaba ninguna persona que estuviera en su casa. La primera bomba cayó sacudiendo el suelo y sin dejar ninguna destrucción más que un hoyo en el. La segunda bomba afecto a las tres tribus más alejadas matando a la mayoría de las personas. Los pobres inocentes no merecían morir así. La tercera y cuarta bomba mataron a las cuatro tribus que quedaban. Sobrevivieron, pero aún así muchas familias inocentes murieron. La quinta bomba destruyó a la tribu kikuyu aunque no hubo ningún herido, ya que ellos nos e encontraban allí. Los aviones aterrizaron y unos hombres uniformados bajaron de este. Revisaron los escombros de las ciudades. Se llevaron a los pocos sobrevivientes y las personas que se resistían eran aniquiladas a golpes, tiros y desnucados. Al llegar al último pueblo bombardeado se encontraron con que no había ninguna persona. Fue tal la ira que se desató en el ejército francés que destruyó todo lo que quedaba sano. Decidieron dejar una nota escrita para que entendieran su mensaje.: “Volveremos por ustedes. No descansaremos hasta encontrarlos y llevarlos con nosotros.” Los aviones se retiraron y los kenianos salieron de su escondite. Los niños estaban hambrientos y asustados mientras los padres intentaban calmarlos y pensar en que iban a hacer. Decidieron agarrar las pocas cosas que habían quedado bajo las casas destruidas y recuperar algo de comida. Volvieron decepcionados al bosque. Los padres se fueron a buscar comida, las madres comenzaron a construir cosas y los niños buscaban hojas y otras cosas que sirvieran para taparse y no pasar frio. Fue un día muy triste; no encontraron mucha comida, no había nada para cubrirse por la noche y muchas cosas se vinieron abajo con el viento de la tarde. Cenaron todos juntos y luego los niños se retiraron a las cosas. -¿ahora qué hacemos? -no tengo idea, sea lo que sea hay que hacer algo. -sí, hay demasiada escases y no vamos a sobrevivir tanto tiempo. -¡oh Gikuyu dinos que podemos hacer para salvarnos!. -hay algo que pueden hacer, es algo emm… asqueroso pero tienen que hacerlo.les dijo gikuyu -¿qué cosa? - deben comerlos. Ya sé que suena muy inhumano pero de esa manera también obtendrán su valentía y vencerán. - si Gikuyu lo dice y aprueba ¡hay que hacerlo! El pueblo aceptó la idea que les propuso Gikuyu y decidieron que cuando los franceses volvieran a Kenia los matarían y comerían enfrente de sus compañeros para causarles un miedo tan grande que se fueran y no volvieran nunca más. Necesitaban también armas. Consiguieron troncos y piedra que luego afilaron para crear lanzas, unas rocas que luego arrojarían y también armaron arcos y flechas. No durmieron en toda la noche ideando con todo detalle lo que harían al día siguiente. Mientras que los kikuyus se preparaban para la guerra, su dios Gikuyu, fue a buscar personas de otros países que los ayudaran. Al primer lugar al que fue era Etiopía. Les explicó cual era la situación. La tribu por la que era venerado había sido atacada por un país muy egoísta que quería matarlos, les contó que necesitaba su ayuda. Los etíopes aceptaron y algunos de ellos se marcharon hacia el sur. Luego recurrió a Sudán del sur. Les relató la historia y pidió ayuda. Al principio se negaron, pero los persuadió y les ofreció entregarles tierras fértiles y un río extenso cerca del mismo el cual les serviría para regar en un futuro. Los sudaneses aceptaron y marcharon hacia el sureste. Lo franceses tardaron menos de lo que esperaban pero lograron armar las herramientas y organizarse lo suficiente. Esta vez vinieron en un solo avión y no bombardearon. Bajaron perfectamente alineados marchando rápido. Los kenianos emergieron abruptamente del bosque arrojando sus lanzas, disparando flechas y lanzando rocas. Muy pocos soldados quedaron vivos. El grupo de hombres y mujeres corrieron hacia los cuerpos inertes y comenzaron a descuartizarlos y comerlos. La escena se convirtió en algo espantoso; había mucha sangre, cuerpos esparcidos por todo el suelo y caras horrorizadas por lo que hacían los kenianos. Muy asustados se retiraron y juraron no volver a ese lugar de maníacos. Los kenianos festejaron y fueron al bosque a buscar a sus niños. Con la sangre de sus oponentes muertos en la batalla dibujaron en sus frentes un triángulo invertido con un punto en el centro, símbolo que usaron para honrar a su dios. Mientras festejaban vieron a lo lejos una muchedumbre con antorchas encendidas que venían en su dirección. - La guerra ha finalizado pueden festejar y dormir en paz esta noche- les dijo Gikuyu ¿Y esas personas? ¿quiénes son? Son sudaneses y etíopes que les pedí su ayuda. Pero no hay de qué preocuparse. Integraron a los sudaneses y a los etíopes a su tribu y así lograron tener una tribu más numerosa. Al terminar su celebración decidieron reconstruir el pueblo pero esta vez en el corazón del bosque. Nuevamente recogieron cañas, juntaron excrementos, arriaron ganado y juntaron espinos para que los animales no se escaparan. Al finalizar su aldea decidieron agradecerle a Gikuyu por su ayuda. Y así fue como surgió esta hermosa tribu a la que hoy llamamos kikuyu.