Ore por las etnias de Asia Oriental Ciudad de Nagasaki, Japón www.outreachjapan.org Nagasaki está ubicada en la costa oeste de Kyushu. Aunque cientos de islas llenan la bahía de Nagasaki, la cual conduce al mar de China Oriental, Nagasaki fue el único puerto japonés abierto para comercio durante el período de aislamiento japonés durante los siglos XVII al XIX. Por toda la ciudad hay jardines, templos, y monumentos dedicados a quienes fallecieron en la bomba atómica de 1945 que finalizó la Segunda Guerra Mundial. También se puede encontrar tumbas conmemorando extranjeros que perdieron su vida en esta ciudad, al igual que cristianos que fueron martirizados en Nagasaki. La iglesia cristiana más antigua en Japón, Oura Tenshu-do, fue fundada en 1864 para servir a la comunidad extranjera de la ciudad. Poco después de ser completada, un grupo de japoneses visitaron la iglesia identificándose a sí mismos como “cristianos escondidos” quienes habían estado practicando su fe secretamente por casi 250 años en la ciudad vecina de Uakami. El sacerdote jesuita Francisco Xavier introdujo el cristianismo a Japón en 1549, y éste prosperó por más de medio siglo. Durante la era Tokugawa, Japón se convirtió en un país unido y el gobierno estrictamente reprimió el cristianismo. Misioneros y prominentes creyentes japoneses fueron expulsados a Manila y Macao. Muchos sacerdotes se escondieron y un gran numero de creyentes rehusaron renunciar su fe. En los siguientes meses y años, ellos fueron capturados y forzados a renunciar su fe o morir como mártires. Un estimado de 40.000 fueron ejecutados entre el evento conocido como “El Martirio de los 26 Santos” del 5 de febrero de 1597 y la cancelación de la prohibición al cristianismo en 1873. Veintiséis individuos entre las edades de 12 a 64 años fueron crucificados. Hoy día hay un memorial en su honor en un parque en el centro de la ciudad. Priority Focus People Group http://eastasianpeoples.imb.org | eaprayer@pobox.com Map courtesy of The World Factbook 2011 Motivos de oración • P ida que los muchos santuarios y memoriales a muertos impulsen a los perdidos en Nagasaki a reconocer que están espiritualmente muertos y en necesidad de la salvación en Cristo. • P ida que los creyentes en Nagasaki no se escondan, sino que con valor testifiquen del poder y amor de Dios. • P ida que el evangelio prospere una vez más en los corazones y vidas de los japoneses en Nagasaki, y que miles de creyentes sean nutridos y fructíferos, compartiendo a Cristo con sus amigos y familiares.