Segunda parte: Reseñas Pampedia, No.6, Julio 2009 - Junio 2010 En el principio era el sentido. Reflexiones en torno al ser humano Viktor Frankl La existencia humana: entre nihilismo y logoterapia Luis Ernesto Cruz Ocaña En una sociedad en la que la ansiedad, el estrés y el temor se han convertido en partes constituyentes de la existencia humana; es primordial volver la mirada hacia textos que se configuran en posibilidades que abarcan lo antropológico, lo filosófico, lo axiológico y lo educativo. En este sentido, el libro reseñado muestra una amplia aportación no sólo como una teoría aplicada al ámbito puramente psicológico o terapéutico, sino como una guía que busca contribuir a la comprensión de la vida humana en su estrecha relación con la búsqueda del sentido. Éste aparece como la necesidad primordial de la vida e, incluso, como la única posibilidad de sobrevivencia en situaciones de adversidad extrema, situaciones límite Más allá de un escrito de orden teórico, se presenta un itinerario práctico para comprenderse a sí mismo y, a lo sumo, encontrar el sentido de la existencia humana. 66 Uno de los fenómenos más causado por el tedio que viven generalizados en la sociedad las personas. En este tenor, la vida huactual hace referencia a la pérmana se disputa entre el vacío existencial y la apropiación de sentido, entre el pesimismo y la esperanza, entre el nihilismo y la logoterapia; de la cual no surge únicamente una psicoterapia específica dirigida hacia la consecución y apropiación de sentido por parte del ser humano, sino que propone una serie de presupuestos filosóficoantropológicos que denotan la posibilidad humana de ver más allá de sí mismos, de salir de su propio ser, de extenderse a la alteridad. Sin entrar en un debate más profundo, el nihilismo es una forma de fatalismo en el que se piensa la vida como carente dida de sentido que muchos de sentido y significado. No seres humanos experimentan, es posible controlar el destino traducida en diversas formas porque éste se encuentra deterde desinterés, frustración y minado de antemano, es inútil desesperanza. El Siglo XXI se luchar contra él. El ser humano encuentra en el límite de la fa- no es libre, sino víctima del entalidad, al borde del colapso torno y de las circunstancias. Luis Ernesto Cruz Ocaña Pierde toda su capacidad de elegir y de participar en la realización de su ser siempre en contacto con la otredad social y natural, en la medida que sus condiciones de existencia están prefijados por el Estado, la Historia, Dios… Por su parte, la logoteoría parte del supuesto de que la vida y el sentido están implicados íntimamente. El sentido de la primera se encuentra, precisamente, en la búsqueda de éste. Lo primordial es el sentido, que es manifestado, ciertamente, en la acción de llegar a él. No pertenece al mundo, sino que se revela en él. Está localizado más allá de los límites de lo empírico, de lo tangible. Viktor Frankl (2001), a partir de la introducción de un nuevo principio a los propuestos por Fausto1, señala: “En el principio era el sentido, y el Sentido era la Acción” (:58). De esta frase surge el título de uno de los textos que Frankl deja como legado para la sociedad del Siglo XXI, la sociedad al borde de la desesperación: En el principio era el sentido. Reflexiones en torno al ser humano; libro estructurado en cuatro apartados que tienen como cometido demostrar, no sólo el predominio del sentido para la vida humana, sino la necesidad de las personas por apropiarse de él para sobrevivir aun en situaciones de adversidad, en situaciones límite. El primer apartado del libro es una “Entrevista con Viktor Frankl”, realizada por Franz Kreuzer en el año de 1980; en la cual se tratan temáticas diversas, tales como los antecedentes de la logoterapia, además de sus fundamentos teórico-metodológicos. Se presentan reflexiones acerca del sentido, la autotrascendencia, el autodistanciamiento, la capacidad humana de reírse de sí mismo… En suma, el ser humano es arrojado a una vida que lo cuestiona constantemente y a la cual responde por medio de sus acciones que denotan el sentido que le otorga a esa vida. El segundo apartado es un “Anexo a la entrevista con Viktor Frankl”, en el que se discuten temas de orden praxiológico como la vejez, la muerte, el sufrimiento y el amor. Pone de manifiesto el lado más humano del autor de la logoterapia, es decir, las experiencias –en los campos de concentración– que lo llevaron a la formulación de su teoría (Frankl, 2004: 25-116). La vejez, la muerte y el sufrimiento son visualizados como parte constitutiva de la vida humana, le otorgan un sentido porque la hacen concebirse como algo pasajero, dinámico. Por su parte, el amor es pensado como una de las condiciones para encontrar el significado de la vida, un sentir que hace, a quienes lo experimentan, aferrarse a lo amado y, con ello, a la propia vida. El tercer apartado es una conferencia titulada “Sobre el poder de la obstinación de la mente”, en la que se refleja la lucha del ser humano por no caer en el nihilismo; reconociéndose como capaz de configurar las circunstancias de su alrededor y, a lo sumo, transformarse a sí mismo. En otras palabras, reconocerse como influido por circunstancias externas, pero no determinado por ellas. Sus elecciones son importantes, conforman su actitud. El poder de la obstinación de la mente presupone el hecho de poder autodistanciarse, observarse desde fuera, salir de sí mismo y, por tal razón, objetivarse y objetivar el mundo en el que se habita. Finalmente, el cuarto apartado es un texto de Frankl titulado “¿Qué es la logoterapia?”, en el que realiza un análisis alrededor de lo que es y no es la logoterapia; en donde incluye los momentos en que sería útil la aplicación de ésta en tanto que psicoterapia. Por tal razón, realiza una serie de precisiones ¹ El Dr. Fausto, personaje principal de una obra de Goethe (2008), realiza una progresión acerca de lo esencial en la vida humana desde la concepción de la palabra como principio, pasando por el pensamiento y la fuerza, hasta llegar, desde su perspectiva, a lo primordial: la acción. Viktor Frankl agrega a lo anterior un quinto elemento –el sentido- que no sustituye a la acción, sino que la confirma como el elemento principal para llegar al sentido de la vida. 67 En el principio era el sentido. Reflexiones en torno al ser humano acerca de lo que son las neurosis psicógenas, noógenas y sociógenas, así como las posibilidades y límites de la logoterapia en su tratamiento. El autor expresa la utilidad de algunos métodos logoterapéuticos como la “intención paradójica” y la “desreflexión” en el proceso de curación de individuos dispuestos a recibir tratamiento psicológico. Tras este breve análisis de la obra, es necesario precisar que ésta no requiere una explicación desarticulada de sus conceptos e ideas principales, sino que la manera más efectiva de cubrir su contenido es, precisamente, visualizándola como una totalidad, como una red de principios interconectados e interrelacionados de forma compleja. En este punto, se hace posible responder a la cuestión principal que propone Frankl: ¿Qué es la logoteoría y la logoterapia? ¿Cuáles son sus presupuestos filosóficoantropológicos y praxiológicos más relevantes? Sin afán de abordar totalmente la logoteoría, se puede definir como una teoría orientada hacia el sentido; en tanto que la logoterapia es esa forma de psicoterapia que se dirige hacia la consecución del sentido por parte del ser humano en su vida. El sentido es el motivo por el cual vale la pena vivir. Éste no está dado por sí 68 mismo a la espera de ser aprehendido, sino que se manifiesta al ser humano en cuanto ser viviente, que experimenta circunstancias, en ocasiones adversas, que lo cuestionan, que lo confrontan para encontrar las razones para seguir adelante. Con su teoría psicoanalítica, Freud estableció la existencia de una “voluntad de placer”; por su parte, Adler esbozó una “voluntad de poder” desde una postura más social enfocándose en el sentimiento de inferioridad. En contraposición a los dos autores anteriores, Frankl (2001) propone que el ser humano posee una “voluntad de sentido” y, por lo tanto, se dirige hacia su descubrimiento como la única posibilidad de sobrevivencia: Una persona que se proyecta hacia un sentido, que ha adoptado un compromiso por él, que lo percibe desde una posición de responsabilidad, tendrá una posibilidad de supervivencia incomparablemente mayor en situaciones límite que la del resto de la gente normal (Frankl, 2001: 36). Aquí Frankl introduce la trascendencia de la responsabilidad. El ser humano es libre de elegir, libre de actuar. Es influenciado por circunstancias económicas, sociales, culturales y biológicas; sin embargo, no deja de ser libre para asumir formas diversas de adaptación. La libertad es parte del ser humano, a la manera de Sartre (2001), está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo; y libre, porque al participar del mundo es responsable de lo que hace. La libertad conlleva, en todo momento, responsabilidad. El ser humano no es un ente aislado. No es posible encerrarse ni ver hacía sí mismo únicamente. Está inmerso en la sociedad, de modo que sus acciones tienen consecuencias y debe responder por ellas asumiéndolas como propias. No hay posibilidad de culpar a otros ni de permanecer ajeno ante lo realizado. Los otros le conciernen e incitan a responder, a comprometerse, sobre todo, porque posee dos dimensiones inherentes a su ser: la autotrascendencia y el autodistanciamiento. La primera se refiere al hecho de que el sentido de la vida está más allá de sí mismo, se manifiesta en algo o alguien externo; por lo que se tiene la posibilidad de salir del yo para encontrar el sentido en aquello que lo trasciende. Esta es la dimensión espiritual del ser (no entendida en sentido religioso). Por otro lado, la segunda dimensión denota la capacidad humana de salir de sí mismo para observarse, confrontarse e, incluso, reírse de sí mismo Luis Ernesto Cruz Ocañas –el lado reflexivo del ser que puede mirarse a sí mismo como otro–. Autodistanciarse es verse desde fuera, espiarse. Es así que el individuo es capaz de autotransformarse, de decidir sus formas de pensar y de actuar, siempre sabiéndose como parte de un contexto específico. La logoteoría, aplicada como logoterapia, se dirige hacia los individuos que enfrentan algún tipo de neurosis, preferentemente noógena y sociógena, además de quienes experimentan sentimientos de pérdida de sentido. Las neurosis noógeneas no se desarrollan por desajustes en la psique del individuo, sino por dudas y confusiones en función de la búsqueda del sentido. En este sentido, sus métodos terapéuticos –intención paradójica y desreflexión– se dirigen hacia las dos dimensiones del ser humano mencionadas. La primera implica reírse de sí mismo, cambiarle el sentido a aquello que es problemático, tornándolo en humor, en posi- tivo. Por su parte, la segunda consiste en autodistanciarse, salirse de sí mismo para dejar de pensar y prestar atención al yo. De todo lo anterior se concluye que no hay vida sin sentido, ni sentido que no esté incluido en la vida. Es, precisamente, en la búsqueda del sentido que éste es encontrado. En la logoteoría no es posible el nihilismo. Es así que la obra de Frankl no constituye únicamente una serie de textos con una propuesta puramente académica, sino que muestran el fuerte vínculo que se desarrolla entre el autor y su obra, entre su vida y su creación teóricometodológica. Por último, Frankl y su propuesta trascienden el ámbito puramente psicológico, al manifestar presupuestos que pueden ser retomados desde la antropología, la filosofía, la ética, entre otras. Asimismo, demuestra posibilidades diversas para su uso en el ámbito de la educación, en tanto proceso de formación humana que dura toda la vida y que tiene como finalidad la consecución del sentido de existir. Una amalgama entre educación –en un sentido amplio que excede lo escolarizado– y la logoteoría es posible, con la única pretensión de lograr que cada ser humano en particular sea capaz de salir de sí mismo y extenderse hacia sus semejantes para, en conjunto, encontrar los motivos por los que vale la pena vivir. Libro reseñado Frankl, V. (2001). En el principio era el sentido. Reflexiones en torno al ser humano. México: Paidós. Bibliografía Frankl, V. (2004). El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder. Goethe, J. W. (2008). Fausto. Xalapa, México: Universidad Veracruzana. Sartre, J. P.(2001). El existencialismo es un humanismo. México: Quinto Sol. 69