La Historia de Estados Unidos y la nueva Ley de Arizona Eva Lorena Jiménez El pasado viernes 24 de abril, la Gobernadora Jan Brewer del estado de Arizona aprobó una ley llamada “Ley de Apoyo a Nuestra Aplicación de la Ley y Barrios Seguros” (Support Our Law Enforcement and Safe Neighborhoods Act) mejor conocida como SB1070. Ésta es una ley que ha llamado la atención internacional y ha recibido críticas de los gobiernos, individuos y organizaciones de muchos países en todas las regiones del mundo. Tal parece que la ley será detenida por las cortes superiores del país sino del estado mismo de Arizona ya que va en contra de leyes federales del país, y no necesariamente porque los gobernantes crean que viola los derechos de los migrantes. La ley SB1070 es una ley muy parecida a leyes discriminatorias que ha pasado el gobierno de EE.UU. durante su historia. Por las violaciones que ésta ley conlleva por si misma y el historial de los EE.UU., los gobiernos deberían trabajar juntos para detenerla y hacer una reforma a un nivel internacional. La ley SB1070 es una ley que viola los derechos constitucionales de los migrantes en el estado de Arizona. El derecho a no ser cuestionado arbitrariamente es el principal (Cuarta Enmienda de la Constitución de EE.UU.) ya que los policías del estado ahora tienen el derecho a detener a cualesquier persona que ellos crean con “causa probable” que es indocumentado o que haya cometido algún crimen que lo convierta en removible de los EE.UU. La cuarta enmienda dicta que las personas tienen el derecho a estar seguros en sus personas, casas, papeles, y efectos, y el derecho en contra de tomas y búsquedas no debe ser violentado. Si los policías tienen el derecho a detener a las personas y de allí investigar su estatus migratorio, es una violación directa en contra de la seguridad de sus personas ya que la ley no define qué puede ser una “causa probable,” violando así el derecho de los migrantes documentados o indocumentados. No sólo eso sino que los EE.UU. tienen varios departamentos ya determinados para revisar y llevar a cabo las revisiones sobre asuntos migratorios como lo son la Patrulla Fronteriza (Border Patrol), La Aduana de EE.UU. y Protección de la Frontera (US Customs and Border Protection), y la Aplicación de Inmigración y Aduanas (Immigration and Customs Enforcement). Dándoles a los policías el derecho para que hagan estas revisiones infringe en el trabajo de estos agentes autorizados y entrenados para hacerlo y crea en sí un ámbito de miedo que prohibirá que las víctimas de un crimen lo reporten a las autoridades por miedo de ser perseguidos por la misma. Ésta es una violación de la quinta enmienda de la constitución de EE.UU. que dicta que no pueden ser privados de su vida, libertad, o propiedad sin proceso debido de la ley. Si los migrantes son arrestados simplemente porque los policías tienen “causa probable” de creer que han cometido algún delito, se estarían violando los derechos fundamentales de libre movimiento y el derecho a la libertad sin debido proceso de la ley ya que las personas serían detenidas arbitrariamente. Muchos dirían que la Constitución de los EE.UU. no incluye a los migrantes indocumentados por su situación legal en el país. Sin embargo, esto es falso ya que existe la catorceava enmienda que dice que todas las personas dentro de la jurisdicción de EE.UU. tienen el mismo derecho a ser protegidos igualmente por las leyes del país. En ningún lugar se diferencia entre migrantes documentados o no, y de ésta manera la ley SB1070 viola también la catorceava enmienda de la Constitución. Aun así, lo que es aun más preocupante, quizás es el hecho de que está ley nos recuerda a lo ya pasado en la historia del país. Ésta no es la primera vez que el gobierno estadounidense o un estado criminalice a un grupo de migrantes en su territorio. Ha pasado desde el principio de la formación del país y tal parece que la historia se repetirá en el siglo XXI si nosotros no actuamos. En 1882 fue la población China la que sufrió a causa de leyes discriminatorias con la Ley de Exclusión de Chinos (Chinese Exclusion Act), firmada por Chester A. Arthur para detener la migración de ciudadanos de China que habían llegado a la costa de California para construir ferrocarriles y buscar oro en las minas del estado algunos años antes. La ley se llevo a cabo porque el oro encontrado había minimizado y la mayoría de los ferrocarriles ya habían sido construidos. Los gobernantes de estas épocas creían que los migrantes Chinos llegaban a quitar el trabajo de los estadounidenses y bajaban los salarios ya establecidos, unos discursos similares a los que ocurren ahora. Entre 1882 y 1905, alrededor de 10.000 peticiones de migrantes Chinos reclamaron que habían sido injustamente detenidos a causa de esta ley. La historia se repitió poco después entre los años 1929-1939, cuando siguiendo la Gran Depresión de los EE.UU. se llevo a cabo la “Repatriación Mexicana”. Durante ésta época, el gobierno estaba tratando de recuperarse de la Gran Depresión (crisis económica) que había acechado al país y decidieron deportar a los Mexicanos por la proximidad de la frontera y a todos los que les estaban quitando los trabajos a los “verdaderos Americanos”. Por órdenes del Presidente Herbert Hoover, se prohibió contratar a los mexicanos, sin diferenciar entre los mexicanos migrantes y los nacidos en EE.UU. con descendencia mexicana. Desde Nueva York, hasta Chicago, y Los Ángeles, se recogieron y deportaron a más de 2.000.000 de mexicanos, algunos incluso que no hablaban español, que habían nacido en EE.UU. y que jamás habían estado en México. Los japoneses también sufrieron su parte durante la Segunda Guerra Mundial en 1947 después que el gobierno japonés atacara al Puerto de Harbor. Además de ser la causa de que EE.UU. entrara a la Segunda Guerra Mundial, el ataque tuvo un mayor efecto en torno a la población japonesa en territorio estadounidense. Después del ataque, alrededor de 110.000 Japoneses y Japoneses-Estadounidenses fueron detenidos porque tenían “causa probable” de creer que eran espías para el gobierno Japonés, aunque realmente hay datos que demuestran que detenían a todos los que “parecían” japoneses. Constantemente la historia ha continuado con diferentes grupos vulnerables incluyendo a los alemanes, irlandeses, italianos, judíos en la entrada de la Isla de Ellis en la costa de Nueva York entre 1892-1954 y nuevamente a los mexicanos con la Operación Mojado (Operation Wetback) en 1954. Tal parece que constantemente el gobierno estadounidense abre sus puertas a los migrantes cuando necesita mano de obra barata y cuando se lleva a cabo una crisis cierra sus puertas y manda a detener o deportar a los migrantes más vulnerables. La ley SB10710 parece ser una más de las tantas pero debería verse desde otra perspectiva. Desde los inicios de la formación de EE.UU. se ha visto al país como un país de migrantes y por está razón, los gobiernos de otros países continuamente miran a los EE.UU. como guía para formar en sí sus propias leyes migratorias. Poniendo ejemplos como la ley SB1070 de Arizona no es sólo perjudicial para los que viven en EE.UU. sino para toda la comunidad internacional y los millones de personas que viven en lugares que no son su país de origen. Si han hecho una cosa bien la Gobernadora Jan Brewer y sus representantes es utilizar ésta ley para recordarnos de los eventos repetidos de migración y deportación en la historia de EE.UU. Los gobernantes del estado llaman la atención al gobierno estadounidense que lleva más de cuatro años prometiendo una reforma migratoria desde las movilizaciones masivas que se llevaron a cabo en el año 2006. Asimismo, millones de manifestantes salieron a las calles este pasado primero de mayo presionando al estado de Arizona para que detenga ésta ley e instando al gobierno federal que cumpla sus promesas de una reforma migratoria. En general, tanto los manifestantes como los representantes de Arizona aclaman la atención al hecho de que EE.UU. tienen en su territorio a 12 millones de indocumentados que aunque sea cierto que han infringido las leyes del país también es cierto que sus derechos están siendo violados día a día por falta de una reforma general. Quizá sea tiempo que el gobierno de EE.UU. y los gobiernos internacionales actúen sobre éste fenómeno ya que son sus nacionales los que están en está situación. Está en nuestras manos decidir si se repetirá la historia de nuevo este año pero ya no de 1.000.000 ni 2.000.000 sino de 12.000.000 migrantes. Lima, Mayo 2010