salt ii y las élites de la muerte

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COMENTARIO
INTERNACIONAL
SALT II
Y LAS ÉLITES
DE LA
MUERTE
GUSTAVO LAGOS
Después de más de seis anos de
frustrantes negociaciones, Estados
Unidos y la Unión Soviética han
llegado a un acuerdo para la firma
de un segundo tratado SALT que
se realizará en Viena cuando el
Presidente Cárter y Brezhnev se
reúnan en esa capital a mediados
de este mes. El acuerdo SALT II es
por el momento un documento de
trabajo para las dos superpotencias, cuyos representantes en Ginebra tendrán que resolver algunas
diferencias técnicas para la redacción del documento definitivo de
76 páginas, que comprende un
preámbulo, el tratado mismo, un
protocolo, una declaración de principios y varios apéndices.
SALT II, que regirá hasta 1985.
sigue en general las líneas establecidas en el acuerdo de Vladivostok, firmado en 1974 por Brezhnev
y Gerald Ford.
El tratado impone a los arsenales
estratégicos los límites máximos
que pueden observarse en el cuadro superior.
El acuerdo SALT. como su nombre lo indica [SALT: Strategic
Arms Limitation Talks), ignora los
armamentos convencionales
jue
son objetos de otra negociación denominada MBFR (Mutual Balance
Forcé Reduction), destinada a obtener una reducción mutua y equilibrada de las fuerzas militares en
Europa, negociaciones
que
no
han arrojado progreso alguno desda
que se inauguraron. Las fuerzas
convencionales totales de ambas
superpotencias se describen en el
cuadro inferior de la página siguiente.
Las élites de la muerte
Tenía razón el sociólogo norteamericano Wright Mills cuando calificó a los líderes soviéticos y
americanos como las élites de la
muerte. Porque Estados Unidos y la
URSS y sus respectivos aliados de
la OTAN y del Pacto de Varsovia,
representan aproximadamente el
70% de todos los gastos mundiales de armamentos. El poder destructivo del arsenal termonuclear de
las superpotencias alcanza actualmente a 60 toneladas de TNT por
habitante de la OTAN y del Pacto
364
de Varsovia. Porque uno solo de los
proyectiles ICBM de la Unión Soviética del tipo SS-18 es portador de
10 MIRV, cada uno de los cuales
tiene una capacidad destructiva de
1.000 kilotones, lo que hace un total de 10.000 kilotones por cada
ICBM, cifra realmente pavorosa si
se considera que la bomba atómica
de Hiroshima tenía sólo 20 kilotones. Porque se calcula que un ataque nuclear de cualquiera de las
superpotencias infligiría a su enemigo cien millones de víctimas.
Porque SALT II no es un tratado de
desarme ya que sólo impone un
ritmo más lento a la carrera armamentista en materia de armas estratégicas, dejando además en total libertad a Estados Unidos y a la
URSS para aumentar sus armas convencionales. El acuerdo SALT deja,
por otra parte, fuera de su control
a los bombarderos de largo radio
de acción que son también armas
estratégicas [la exclusión de SALT
del bombardero soviético Backfire
así lo demuestra) y tampoco regula con eficacia el problema del
futuro perfeccionamiento tecnológico de las armas estratégicas para
hacerlas más mortíferas.
Realidad terrorista y
retórica pacifista
La sola mención del poder destructivo del arsenal termonuclear de
Estados Unidos y la URSS demuestra la validez del calificativo que
les aplicara Wright Mills. Mientras
las superpotencias prosiguen su carrera de la muerte, que podría aniquilar a la especie, cobra vigencia
a nivel internacional la lucha por
los derechos humanos dentro de
los sistemas políticos de los países y la preocupación universal por
combatir el terrorismo de diversos
signos que aparece como un flagelo propio de nuestra época. Verdaderamente pertenece al campo
de la patología mental el hecho dn
que transnacionalmente la matanza
masiva del hombre parezca permitida, mientras que se condena di
mismo tiempo la vulneración de los
derechos humanos realizada por
grupos terroristas. ¿No es acaso esto una demostración palpable de esquizofrenia? ¿No demuestra ello
MENSAJE
N? 280 JULIO
1979
COMENTARIO
Lo que SALT II permite
Actual arsenal estratégico de EE.UU.
Máximo de 2.250.
Para todos los sistemas estratégicos
de lanzamiento nuclear.
1.046
Máximo de 1.320.
Para todo tipo de misiles M1RV '.
975
1.046
Máximo de 1.200.
MIRV, SLBM e ICBM 2.
725
Máximo de 820.
MIRV ICBM
600
Congelados al nivel existente.
Todos los MIRV ICBM pesados (como el soviético SS-18) 3.
308
0
' MlfW:
viduales.
- MiRV
MIRV
' SS-1B:
Actual arsenal estratégico soviético
2.060
550
Múltiple
Independently targetable Re-entry Vohicle
INTERNACIONAL
2.570
(cohetes con múltiples cargas nucleares dirigidas a varios blancos indi-
SLBM: Sea Launched Ballistic Missile (cohetes lanzados desde submarinos con cargas MIRV).
ICBM: Intercontinental Ballistic Missile (cohetes intercontinentales con cargas MIRV).
el más poderoso ICBM soviético armado hasta con 10 MIRV de 1.000 kilotones de carga nuctear.
que una cultura de las armas nucleares se está apoderando de la
mentalidad mundial y que la pose
sión de estos artefactos terroristas
aparece crecientemente legitimada
por el fenómeno de la proliferación
nuclear?
Frente a tales realidades, laá declaraciones de los líderes soviéticos y norteamericanos en el sentido
de que SALT II conduce a un mundo más estable, más predecible y
más pacífico, constituyen meros
ejercicios de descarada retórica que
no pueden engañar a todos aquellos que conocen los datos más
elementales del poder letal de las
superpotencias terroristas.
Las dos superpotencias tienen
plena conciencia de que no hay
que mezclar la política de los derechos humanos de Cárter y sus críticas consiguientes a la URSS con
las negociaciones de SALT. La prueba es que un novato de la delegación norteamericana que se permitió mencionar el problema de los
disidentes rusos, en un téte-á-téte
informal con un negociador soviético, fue inmediatamente amonestado. Sus superiores le dijeron que no
MENSAJE N? 2B0 JULIO 1979
había que mezclar "los negocios
con asuntos desagradables".
Es cierto que SALT II podría ser
considerado como un "avance" por
el hecho de que por primera vez
los límites señalados en el cuadro
transcrito más arriba obligarán a
una de las superpotencias —la
URSS— a desmantelar algunas de
sus armas nucleares [ver columna
1 del cuadro).
Es cierto que peor sería que no
se hubiera firmado ningún acuerdo,
pero ello no puede hacer olvidar la
pavorosa realidad ya descrita.
La gran obsesión de
SALT II
El problema de la verificación y
supervigilancia del cumplimiento
de los acuerdos de SALT II se ha
convertido en una obsesión para
los norteamericanos y la ratificación del tratado por el Senado de
¡os Estados Unidos dependerá en
gran parte de que el Ejecutivo pueda convencer al Congreso de que
los soviéticos se atendrán realmente a lo estipulado. Moscú y Wa-
URSS
EE.UU.
1] Personal uniformado
2.026.000 hombres
4.400.000 hombres
2) Aviones tácticos
5.364
8.000
3) Artillería de combate
5.500
20.000
13
2
12.100
50.000
161
284
81
195
4) Portaviones
5) Tanques
6) Cruceros, destroyers, fragatas
7) Submarinos de ataque
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COMENTARIO
INTERNACIONAL
shington, para supervigilar el cumplimiento del tratado, cuentan con
satélites espaciales y sistemas
electrónicos como elementos claves de la verificación y han acordado no interferir con el uso que
cada uno de ellos haga de tales instrumentos, como las fotografías tomadas desde satélites o las transmisiones de radio (telemetría) y
otros procedimientos semejantes.
Aun si tales reglas se observan rigurosamente, subsisten problemas
técnicos que preocupan al Pentágono como, por ejemplo, el de poder
distinguir si los cohetes soviéticos
están armados o no con MIRV
cuando tales cohetes son colocados juntos en diversos emplazamientos, como ocurre con los de
Derazhnya y Pervomaisk en la
URSS.
Es indudable que la discusión en
el Senado dará origen a un gran
debate nacional sobre la ratificación de! tratado. Los senadores
que se oponen a su aprobación están bien organizados y alcanzan a
casi un cuarto del Senado. Si logran
convencer a algunos de sus colegas
de que el tratado concede una peligrosa superioridad a la URSS y de
que su cumplimiento no es verificable, como están arguyendo, el cuarto podría llegar al tercio, con lo cual
la ratificación quedaría bloqueada y
el gobierno de Cárter sufriría una
desastrosa derrota. Como dice un
senador republicano, si SALT II es
lo mejor que la Administración puede ofrecernos, yo sugeriría un régimen sin sal (en inglés: Salt = sal).
Contestando a las críticas de los
opositores, entre los cuales hay
también varios destacados demócratas como el senador Henry Jackson, el Secretario de Estado, Vanee.
ha dicho que SALT II debe ser ratificado porque fortalece la seguridad
de Estados Unidos y de sus aliados,
porque ayuda a mantener la estabilidad estratégica y porque está basado en un sistema de verificación
adecuado. Haciendo una concesión
a la realidad y olvidándose por un
momento de la retórica, Vanee ha
expresado que el argumento más
poderoso en favor de la ratificación
es que hace menos probable el horror del uso de las armas nucleares y en consecuencia es de importancia fundamental para Estados
Unidos, para los soviéticos y para
el mundo entero.
Junio, 1979.
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