1º El león de Nemea Su primer trabajo consistió en dar caza al león de Nemea. Éste era hijo de Ortro y Equidna. Se trababa de una fiera enorme con una piel tan dura que resultaba invulnerable a las armas. Habitaba en la región de Nemea devorando a sus gentes, a los ganados y destrozando las cosechas. Cuando Heracles se dirigía a cazar al león se hospedó en casa de Morloco, después partió hacia la guarida de la fiera. Al principio intentó abatirlo con sus armas, pero no lo consiguió. La morada del animal tenía dos entradas, Heracles lo azuzó hasta que el animal penetró en ella. Después taponó una de las entradas y acorralándolo por la otra lo atrapó y estranguló. Como trofeo le arrancó la piel, con ella se vistió a partir de entonces, ya que esta piel era invulnerable a las armas y al fuego. Acudio a Micenas con su botín, pero Euristeo se asustó tanto al verlo, que le ordenó que en lo sucesivo dejase sus trofeos a las puertas de la ciudad.