TEMA 5. EL TEATRO ENTRE 1898 Y 1936 1. INTRODUCCIÓN En el teatro del primer tercio del s. XX se dan dos tendencias opuestas: La tendencia conformista, de acuerdo con los gustos burgueses del público que llenaba los teatros; y La tendencia renovadora, que pretendía cambiar la escena española de la época. A la tendencia conformista pertenece: o o o Jacinto Benavente, con su alta comedia, los continuadores del Modernismo como Villaespesa, Marquina, Pemán y los hermanos Machado, y el teatro cómico, costumbrista y de comedia burguesa, como los hermanos Álvarez Quintero, Arniches, Muñoz Seca y Edgar Neville. En la tendencia renovadora se incluyen: o o Valle Inclán, García Lorca, Salinas, Alberti, Casona, Max Aub, y los representantes de un humor nuevo, como Mihura y Jardiel Poncela. 2. TENDENCIAS CONFORMISTAS 2.1. Jacinto Benavente (1866 – 1957) Nació en Madrid, en 1912 ingresó en la Real Academia y en 1922 recibió el Premio Nobel de Literatura. Escribió gran cantidad de obras teatrales, siendo sus máximas aportaciones las que se encuadran en la alta comedia: obras de ambiente burgués, pero de gran perfección técnica y cuidado lenguaje, como son Lo cursi, La noche del sábado y Rosas de otoño y Los intereses creados. También escribió dramas rurales, como La Malquerida y Señora ama. Que posteriormente también harán –con mayor calidad técnica- Valle Inclan Después de la Guerra Civil, sigue escribiendo a la manera de la alta comedia, en obras como La culpa es tuya y Al amor hay que mandarlo al colegio. 2.2. Continuadores del Modernismo A principios de siglo, aparece un teatro en verso de lenguaje colorista y exaltado, que enlaza con el teatro barroco del s. XVII (sobre todo en sus temas), de corte noble y caballeresco. A esta tendencia corresponde: o o Francisco Villaespesa (La leona de Castilla) y Eduardo Marquina con temas históricos (Las hijas del Cid), religosos (Teresa de Jesús) o rurales (Los Julianes). José María Pemán también cultiva el teatro de carácter histórico (Cuando las cortes de Cádiz), aunque su mayor éxito corresponde a comedias de tema andaluz (Los tres etcéteras de don Simón). Los hermanos Machado (Antonio y Manuel) también escribieron obras con personajes históricos de corte modernista, como Julianillo Valcárcel, y otras de tema andaluz, como Lola se va a los puertos. 2.3. Teatro cómico, costumbrista y comedia burguesa En el teatro del humor del primer tercio del s. XX se pueden destacar dos tendencias: Una, más tradicional, en la que destacan los hermanos Álvarez Quintero, Carlos Arniches, Pedro Muñoz Seca y Edgar Neville; y, otra más innovadora, que se deja influir por las nuevas técnicas de los grandes cómicos del cine mudo. Estos autores producen, en su mayoría, una comedia de costumbres, mezclada con rasgos del sainete, de gran éxito en la época. o o o o Los hermanos Álvarez Quintero de ambiente andaluz, El patio y Malvaloca, los sainetes de ambiente madrileño de Carlos Arniches (El santo de la Isidra), y sus tragedias grotescas (La señorita de Trevélez), las astracanadas de Muñoz Seca, creador de este género, donde se intenta la comicidad a través de juegos de palabras y situaciones disparatadas, como en La venganza de don Mendo, y Edgar Neville, escribió guiones cinematográficos y novelas como Don Clorato de Potasa. 3. INTENTOS RENOVADORES En el primer tercio del siglo XX las tendencias renovadoras del teatro europeo tuvieron eco en España a través de Cipriano Rivas Cherif que fue director del Teatro Español y fundó con Margarita Xirgu la primera escuela de actores que hubo en España El teatro europeo atraviesa una época de reflexión, con teóricos y autores como Constantin Stanislavski, Max Reinhard, Meyerhold, Adolphe Apia, Edward Grondon Craig con su teatro de supermarioneta, Bertold Brecht con su teatro épico, el surrealista Antonin Artaud con el denominado teatro de la crueldad, así como Luigi Pirandello, con su teatro de reflexión, buscaban un nuevo camino para la escena. La obra de Antonin Artaud, El teatro y su doble, tuvo gran repercusión, viniendo a corroborar la importancia de la puesta en escena, así como la de otros elementos sensoriales, como la música, el vestuario y los efectos visuales. Luigi Pirandello, con su teatro de reflexión, indagando sobre la esencia del teatro y sobre los conflictos de la personalidad, tuvo gran importancia entre los autores españoles. Su obra Seis personajes en busca de autor tuvo repercusión en obras como El público de Garcia Lorca. El teatro para estos teóricos de la escena era tenido en cuenta, no solamente como texto literario, sino también como hecho teatral, por lo que su renovación debía venir no sólo por la innovación de las obras, sino también por la escenografía, renovación del decorado, la formación de actores y por la actitud del público, que debía ser capaz de entender las nuevas corrientes teatrales. 3.1. Ramón María del Valle-Inclán En la evolución de Valle Inclán del modernismo al esperpento, el autor va cambiando progresivamente su estética, incorporando elementos distorsionadores de la realidad con un fin crítico, hasta llegar al esperpento, género inventado por él. Despues de un primer momento totalmente modernista con obras como El yermo de las almas y El marqués de Bradomín, vuelve al mundo rural de Galicia con el denominado ciclo mítico de las Comedias bárbaras, formadas por Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata. A estas obras les siguen sus farsas y dramas, como Voces de gesta, El embrujado y La marquesa Rosalinda. A partir del año 1920 publica cuatro obras fundamentales: La farsa italiana de la enamorada del rey, escrita en verso y con muchos elementos todavía modernistas; Farsa y licencia de la reina castiza, que es una caricatura del reinado de Isabel II; Divinas palabras, donde vuelve al ambiente gallego; y Luces de bohemia, que ya marca la plenitud del esperpento. A esta obra le siguen otras tres de carácter esperpéntico, agrupadas bajo el título de Martes de carnaval (Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán), donde se burla de temas del teatro clásico español, como el Don Juan, con la critica velada a la realidad de su época. Sus siguientes obras, que componen el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, son La rosa de papel, La cabeza del Bautista, Ligazón y Sacrilegio, muestra lo avanzado de su teatro con respecto a la escena mas comercial, con recursos como el teatro de sombras o la incorporación de elementos tomados del cine, principal novedad en su época. 3.2. Otros autores Unamuno se sintió atraído por una forma de teatro más psicológica, siguiendo las teorías de Freud, así como las nuevas consideraciones sobre la escena de Luigi Pirandello. Entre sus obras destacan El otro, donde plantea un problema de identidad personal, así como Fedra y Soledad y Raquel, sobre la esterilidad femenina. Que no tuvieron éxito por ser demasiado conceptuales. Azorín se dejó influir por el Surrealismo, sobre todo por su trilogía Lo invisible (La arañita en el espejo, El segador y Doctor Death, de 3 a 5), y también por un tipo de teatro irreal y simbólico, como Old Spain o Angelita. Jacinto Grau, autor más independiente, aunque también influido por las teorías de Freud y las apuestas innovadoras de Pirandello. Su principal obra es El señor de Pigmalion, con un tema que toma de Bernard Shaw. Ramón Gómez de la Serna, figura central de las vanguardias en España, intentó llevar al teatro las nuevas ideas de Ionesco, Pirandello y el Surrealismo. Su obra más destacada fue Los medios seres, donde se plantea el problema de la personalidad, entonces de moda. 3.3 El humor nuevo: Jardiel Poncela y Miguel Mihura Jardiel Poncela y Miguel Mihura apuestan por nuevas fórmulas teatrales, tomadas en gran medida del cine cómico de la época, como el de los Hermanos Marx, Charles Chaplin o Buster Keaton. El absurdo de muchas de las situaciones mostradas en estas películas, unidos a la utilización de un lenguaje ilógico, se vieron reflejadas en las obras de estos autores. Jardiel Poncela (1901–1952) llenó sus obras de situaciones disparatadas, siendo su trayectoria semejante a la de Miguel Mihura, ya que el éxito comercial no le llegó hasta después de 1939. Entre sus principales obras están Usted tiene ojos de mujer fatal, Cuatro corazones con freno y marcha atrás y Eloísa está debajo de un almendro. Miguel Mihura (1905–1977) además de colaborar con las revistas humorísticas más importantes de la época (La Codorniz), se dejó influir por el cine cómico del momento. Su influjo es claro en su obra más destacada, Tres sombreros de copa, así como en el resto de sus obras, entre las que destacan El caso de la señora estupenda y Ninette y un señor de Murcia. 3.4 El teatro del 27: Salinas y Alberti. Casona y Max Aub Rafael Alberti conjuga la tradición teatral de los autos sacramentales de Calderón con la influencia de la vanguardia surrealista, como El hombre deshabitado (1930). Pero su mayor producción teatral fue realizada en el exilio como Noches de guerra en el museo del Prado y El adefesio. Pedro Salinas también escribió la mayor parte de su obra en el exilio, por lo que su obra teatral no fue muy conocida ni representada en España, hasta épocas recientes. Entre sus obras más importantes destacan Judith y el tirano, Los santos y La estratosfera. Alejandro Casona dirigió el grupo teatral de las Misiones pedagógicas. De esa época es su obra Nuestra Natacha, que tuvo gran repercusión política. Después del 39, durante su exilio en México, escribió, entre otras obras, Los árboles mueren de pie y La dama del alba, donde juega con el lirismo y la fantasía, y no demasiado innovadoras técnicamente. Otro contemporáneo del 27 fue Max Aub, cuyo teatro sí se acogió a las nuevas tendencias escénicas, rechazando el exitoso teatro de Jacinto Benavente, en obras como Crimen y Narciso. Su principal producción teatral la escribió en el exilio, impactado por hechos como el auge del nazismo y las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, en obras como Morir por cerrar los ojos, San Juan y Los trasterrados. Su estilo expresionista y la innovadora utilización del coro, dan a su teatro un estilo propio, de gran modernidad técnica. 3.5 Federico García Lorca En su obra teatral va pareja a su creación poética, se pueden distinguir varias etapas, siendo ambos géneros como vasos comunicantes que se explican mutuamente. Lorca utiliza en su teatro varias de las tendencias entonces en boga, pero siempre lo hace con un toque de originalidad que lo diferencia ampliamente de su contexto. Se acerca al tradicional teatro de guiñol en una de sus obras iniciales, Títeres de cachiporra, y, más tarde, en Retablillo de don Cristóbal. Asimismo, se sintió atraído por el teatro en verso, de corte modernista, en su obra Mariana Pineda, centrando su atención en una heroína granadina, ejecutada en 1831 por bordar una bandera liberal. Su acercamiento a la vanguardia lo realiza a finales de los años 20. En teatro, a través de una farsa, como La zapatera prodigiosa, donde mezcla el humor, la poesía y el dolor al representar un amor imposible, como también lo hará más tarde en su aleluya erótica, su obra Amor de don Perlimpín con Belisa en su jardín, de 1931. Sin embargo, la mayor repercusión de la vanguardia se dará en las dos obras que compone en América entre 1929 y 1930 con influencia surrealista: el poemario Poeta en Nueva York y su obra teatral El público, donde se muestra la originalidad de García Lorca al utilizar las diferentes influencias literarias, en este caso la surrealista. Ambas obras son un ejemplo claro de la estrecha comunicación existente entre estos dos géneros literarios. Después de su viaje a Nueva York, Lorca cambia de registro teatral, orientándose hacia otros rumbos, quizás por la imposibilidad de representación de una obra tan innovadora para su época, como El público, estrenada más de 50 años después de su composición. Antes de su último viaje a Granada en 1936, Lorca volvió sus ojos al tema rural, componiendo su trilogía rural: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. En estas obras, Lorca mezcla la estilización de la realidad (alejándose totalmente de composiciones andalucistas, como las de los hermanos Álvarez Quintero), con la expresión de conflictos íntimos, como la no realización amorosa, de tipo homosexual, así como la denuncia de realidades sociales, según aparece en la obra La casa de Bernarda Alba. Sus protagonistas son mujeres, y sus obras están impregnadas de gran lirismo, que le lleva incluso a la utilización del verso dentro de las tramas en prosa de sus obras. Por tanto, su producción teatral es un acercamiento a las diferentes tendencias del teatro de su tiempo, pero siempre con resonancias clásicas. Y con la presencia de autores universales, como Goethe en El público. Todo ello unido a la clara intencionalidad del autor de alejarse de la circunstancia concreta de su momento histórico, para mostrar problemas intemporales, como el amor, la libertad o la muerte. COMENTARIO DE TEXTO: Dña. Rosita la soltera (página 163) 1,-Relacione este texto con su contexto literario e históricoartístico, señalando asimismo de estos contextos sus aspectos fundamentales. 2.- Analice la estructura y las principales características temáticas y estilísticas de este texto, relacionándolas asimismo con su contexto mas inmediato. 1.- Federico García Lorca nació en Fuentevaqueros (Granada) en 1898. En 1909 se traslada con su familia a vivir a Granada capital. Estudia Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Granada, donde comienza su actividad literaria, pues nunca ejerció como abogado. En 1918 se traslada a Madrid donde continúa sus estudios de Filosofía y Letras y Derecho instalado en la Residencia de Estudiantes. Allí forma un grupo con Dalí, Buñuel y Pepín Bello, coincidiendo con numerosos literatos e intelectuales. En este ambiente, Lorca se dedicó a la poesía, a la música y al dibujo, también empezaría a interesarse por el teatro. Entre 1921 y 1924, escribe su obra basada en el folclore andaluz, el Poema del cante jondo (publicado en 1931), iniciando lo que sería su identificación con lo popular alcanzando su madurez con el Romancero gitano (1928), con el que obtuvo un éxito inmediato. En 1928 funda la revista Gallo en Granada. En 1929 viaja a Nueva York donde residió durante el curso 1929-1930 y a La Habana. A su vuelta a España, funda el grupo teatral universitario La Barraca, para acercar el teatro clásico del siglo de oro al pueblo, bajo el patrocinio de Fernandez de los Ríos. Los últimos años de su vida los dedico principalmente a la creación teatral, con excepción de un par de libros de poesía “Diván de Tamarit” y “Llanto por Ignacio Sanchez Mejías”. El 18 de Julio de 1936 viaja de Madrid a Granada, donde el 19 de Agosto muere fusilado entre Viznar y Alfacar. Dejando una gran obra por acabar. Se le considera, junto con Valle Inclán, el principal dramaturgo español de su tiempo. Siendo actualmente el poeta español más leído internacionalmente. En la producción teatral de Garcia Lorca este utiliza varias de las tendencias entonces de moda en el teatro, pero añadiéndole un toque de originalidad que lo diferencia de los demás. Tiene influencias del teatro de guiñol, en obras como “Títeres de cachiporra” y “El retablillo de Don Cristóbal” También escribe el teatro en verso de corte modernista, pero utilizando personajes que le son cercanos como “Mariana Pineda”, una granadina que fue ejecutada en 1831 por bordar una bandera liberal. Las vanguardias dejaron su huella en las dos obras que hizo tras su viaje a Nueva York (1929/30), el poemario “Poeta en N.Y.” y su obra teatral “El Publico” de influencia surrealista. Ejemplo de la comunicación que hay en Lorca con ambos géneros literarios. También escribió una farsa en 1930 como “La zapatera prodigiosa”, donde mezcla el humor, la poesía y el dolor del amor imposible. Durante el periodo 1933 al 1936, se interna en el teatro de tema rural con un sello propio en su trilogía “Bodas de sangre” (1933), donde la pasión y la auto búsqueda concluyen con la destrucción de todo el orden establecido, ”Yerma” (1934) una tragedia al modo clásico, incluido el coro de lavanderas, y “La casa de Bernarda Alba” (1936), considerada su obra maestra, donde mezcla los conflictos íntimos, la no realización amorosa y la denuncia de realidades sociales. En 1035 escribe “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores” 2,- El texto pertenece al tercer acto de la obra teatral “Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores”. El titulo nos anuncia una metáfora, “el lenguaje de las flores”, la duración efímera de la rosa comparable con el transcurrir de la vida humana. La rosa y su ciclo vital, rosa fresca por la mañana que se va volviendo mustia al llegar la noche. Comparable a la vida humana, Doña Rosita que está feliz y enamorada en su juventud, empieza a languidecer con la partida de su novio a las américas y se va consumiendo poco a poco en esa espera tan ineficaz como desesperante. El tema es el “tempus fugit”, tema de larga tradición literaria, como podemos deducir tras la lectura de las primeras líneas del texto, donde se habla del paso del tiempo. La técnica dramática que se emplea es un dialogo con un amplio monologo de Doña Rosita, donde se describen sus experiencias amorosas pasadas. Al final del texto se aprecia en la última línea que en realidad mantiene un dialogo con su tía que se limita a exclamar una palabra de cariño ¡Hija! y su nombre. Se utiliza en la obra, a través del personaje de Doña Rosita, la primera persona. Pero en lugar de ser el “yo” del autor el que se expone, al tratarse de una obra de teatro cara al público, lo hace en boca de la protagonista principal. El texto propuesto está estructurado en varios párrafos. En la primera mitad del primer párrafo la protagonista describe el paso del tiempo. A continuación y hasta el final del primer párrafo Rosita resume su drama personal y el impacto que tiene en su persona el comportamiento y el trato en el día-a-día de los conocidos con ella. Los dos últimos párrafos describen una Rosita dolorida por la pérdida de ilusión y esperanza de casarse, pues su novio le ha mentido, ya se ha casado con otra y no volverá. Pero que Rosita no desea exhibir frente a los demás, para no alimentar la maledicencia de las gentes. En cuanto a los recursos literarios se puede apreciar la utilización de polisíndeton en “Y hoy se casa una amiga y otra, y otra, y mañana tiene un hijo y crece, y viene a enseñarme sus notas del examen’’. Dándole al relato como más rapidez al paso del tiempo. También se aprecia un “simil” en la expresión ''Cada año que pasaba era como una prenda íntima que arrancaran de mi cuerpo'', con esta comparación se le dota de mas dramatismo al relato. Por último, se aprecia una ánafora en ''quiero huir, quiero no ver, quiero quedarme serena'' ya que se repite varias veces la misma palabra. Con este recurso incide en el deseo de querer huir, es decir de la muerte. El personaje de Doña Rosita está muy bien perfilado, es muy lorquiano, de fuerte personalidad, muy humano, mostrándonos una mujer honesta, sincera y con características de fuerte raíz popular.