Relato D esde afu era veo la hoj a en blan co sobre la mesa y ju nto a ella el bolígrafo azu l. En ese momen to me deten go y doy u n paso atrás. Tras unos segu n dos decido ir h acia ellos y sen tarme en la mesa. Diestro, agarro el bolígrafo y me en fren to al folio. Lo miro fij amen te, desafian te. A mi alrededor todo es oscuro silen cio, sólo roto por u n a lámpara de mesa qu e, a su vez, n os desafía al papel y a mí. Estiro la man o para apagarla, pero no. Ten go qu e escribir un relato. Corto, de vein te lín eas en DIN A4. 10 Me dirij o con el bolígrafo decididamen te h acia el papel pero, ¿qu é historia contar? Dejaré qu e sea el bolígrafo qu ien de el primer paso. ¿A ver? Parece que funciona. Mi men te aú n no se h a coordin ado con la man o, pero comien zan a aparecer las primeras lín eas escritas. In ten taré n o estropear el momen to. La mente me cu en ta u na historia mien tras leo lo qu e el bolígrafo h a escrito. Se cruzan dos h istorias. ¿Será verídica? Un momen to. ¿Qu é es esto? ¿Qu e en tro en la habitación? No. Ten go qu e parar. Pero, ¿por qu é? ¿Realmen te n o se trata de con tar una historia en unas pocas lín eas? No tien e por qu é ser un a h istoria mu y rebu scada, ¿qué es lo más importan te, la historia, cómo lo cu en te, el medio más qu e el fin? De las cosas más simples sale también u na h istoria. 20 Sólo faltan dos lín eas. Cierto miedo se va apoderan do de mí, pero h ay que resistir. Los fin ales tampoco tien en por qu é ser siempre impactan tes. Pun to y fin al.