CAPÍTULO 1 HISTORIA DE LA SÁBANA SANTA Y DEL SUDARIO

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CAPÍTULO 1
HISTORIA DE LA SÁBANA SANTA Y DEL
SUDARIO DE OVIEDO
Los consuelos de Dios en el siglo XX
Dice el Concilio Vaticano II: "La Iglesia va peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, anunciando la cruz y la muerte del Señor, hasta que El venga (Cf. 1
Cor., 11,26)". 1
Persecuciones del mundo no le han faltado en el siglo XX:
algunas muy cruentas, en el nazismo, y sobre todo en el comunismo (la Unión Soviética, China, Países Satélites, Vietnam, Corea del Norte, España, México, Cuba...), y también en el Islam.
Ha habido mártires cristianos por millones, número muchas veces
mayor que el de todos los anteriores siglos del cristianismo.
Tampoco le han faltado, a la Iglesia, los consuelos de Dios.
Uno de ellos es la Sábana Santa, y otro el Sudario de Oviedo.
Hasta los albores del siglo XX, eran dos modestos paños que,
según la tradición, habían estado en contacto con Jesucristo en la
hora de su muerte. Tenían muchos devotos. No faltaban tampoco
las risitas incrédulas, ni las risotadas sarcásticas de quienes pensaban que se trataba de idolatría, superstición y atraso. Pero al
aplicarles la tecnología moderna, ha habido tales sorpresas, que
las risas (benévolas y sarcásticas) terminaron en seco en 1902. Al
llegar al fin del siglo XX, la Sábana Santa había sido el objeto
arqueológico más estudiado de todos los tiempos. "A veces, el
encuentro de Dios con el hombre tiene también la apariencia de
la casualidad, pero nada es "casual" por parte de Dios".2
1
2
4
Concilio Vaticano II. Const. Ap. LUMEN GENTIUM. n. 8
JUAN PABLO II. Carta a los Sacerdotes. Jueves Santo 2002. n. 5
Arriba: el tejido de la Sábana Santa, en espina de
pescado, con manchas de
sangre e imágenes tenues
grabadas. Derecha: ampliación. Las fibras tienen unos
150 µm de diámetro (150
milésimas de milímetro)
Enterramiento de Jesús según costumbre judía del siglo I.
5
¿Qué es la Síndone de Turín o Sábana Santa?
Es un lienzo de lino rectangular, de 436 por 110 centímetros.
Es un tejido de sarga (con diseño de espina de pescado)3 Actualmente se guarda en Turín (Italia). Sobre un mismo lado de la tela
están impresas, tenues y confusas, las imágenes frontal y dorsal
de un hombre, de tamaño natural. Para verlas mejor, hay que situarse a tres metros o más de distancia. Aparecen también manchas de sangre.
La tradición afirma que Jesús, después de morir en la Cruz,
fue envuelto en esta Sábana, según la costumbre de los judíos, y
sepultado tal como aparece en la imagen de la página 5. Si se
examina con más detalle, la información que nos proporciona la
Sábana nos puede llenar de asombro. También se la llama "Síndone", que en griego quiere decir "pieza de tela que puede ser
usada como lienzo fúnebre". Por ello a los estudiosos e investigadores de la Sábana Santa se les llama sindonólogos.
Según la tradición, esta sábana es, como hemos dicho, el
lienzo fúnebre de Cristo. ¿Hay razones para tal creencia? La gran
pregunta no es ¿qué es el lienzo?, sino, ¿de quién es la imagen y
cómo se plasmó? Provisionalmente podríamos llamar al personaje del que proceden las imágenes, el "Hombre de la Síndone".
La Santa Sede, propietaria actual de La Sábana Santa, ha
permitido todo tipo de investigaciones científicas. Los resultados
cada vez son más impresionantes (el negativo es casi un positivo,
es como un reportaje gráfico de la Pasión y tal vez de la Resurrección de Cristo, tiene tridimensionalidad, tiene muchos granos
de polen que permiten rastrear dónde ha estado...). Actualmente,
muchos, cristianos y no cristianos, creen que, en efecto, se trata
de la sábana fúnebre de Jesús de Nazaret, basándose en razones
intrínsecas a la misma Sábana Santa.
3
http://shroudstory.com/essay/part08.htm
7
¿Qué es el Sudario de Oviedo?
En la época de Jesús un sudario era un pañolón (como uno de nuestros pañuelos actuales, aunque algo mayor) que, usado como una pequeña toalla, servía para quitarse el sudor de la cabeza o limpiarse la
cara en caso de necesidad. La Enciclopedia Universal judía recoge la
prescripción según la cual cuando un cadáver tenía el rostro desfigurado
o mutilado era imprescindible que lo cubrieran con un velo para ocultarlo a los ojos de la gente. No es extraño que se empleara para este
menester el pañolón -sudario- que se tenía a mano (en ocasiones enrollado en la muñeca) y que se colocara sobre el difunto antes del entierro.
El Sudario de Oviedo es una tela originalmente blanca, de lino, con
textura de tafetán. Está manchada, sucia y arrugada. Tiene forma rectangular, aunque con alguna irregularidad, y mide 83 por 53 centímetros aproximadamente. Presenta numerosísimas manchas de diversos
tonos de marrón, que parecen ser de sangre. Se le denomina tradicionalmente «Santo Sudario» o «Santo Rostro», a pesar de que en él no se
puede apreciar rostro alguno.
Es venerado en la Catedral de Oviedo (capital de Asturias, España), desde la época medieval. Según la tradición, fue colocado sobre el
rostro de Jesucristo en el descendimiento de la cruz y lo tuvo puesto
hasta su sepultura, o sea una hora como máximo. Los datos que de él se
han extraído, son mucho menos espectaculares que los de la Sábana,
pero los refuerzan y complementan.
Historia de la Sábana Santa
San Mateo señala sobre la sepultura de Jesús el viernes por la
tarde: "Llegada la tarde, vino un hombre rico de Arimatea, de
nombre José, discípulo de Jesús. Se presentó a Pilato y le pidió el
cuerpo de Jesús. Pilato entonces ordenó que le fuese entregado. El,
tomando el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, y lo depositó en su propio sepulcro, del todo nuevo, que había sido
8
La Sábana Santa tal
y como se veía a
simple vista antes de
julio de 2002 (el positivo). Tiene 436
centímetros de largo
por 110 de ancho. A
la izquierda está la
vista de una persona de frente, a la derecha la vista de espaldas. Como se
puede apreciar, las
imágenes son débiles y confusas. Después de la fecha
citada, hay cambios
casi imperceptibles
(ver capítulo 9)
9
excavado en la peña, y corriendo una piedra grande a la puerta
del sepulcro, se fue."4
Cristo resucitó en Jerusalén. San Juan dice: "...llegó Simón
Pedro; entró en el sepulcro y vio los lienzos extendidos, y el sudario que había estado sobre su cabeza, no extendido con los
lienzos, sino enrollado aparte. Entonces entró también el otro
discípulo, que había llegado antes al sepulcro, y vio y creyó."5
Pedro y Juan vieron "los lienzos y el sudario" y esto fue la
primera evidencia de la verdad central de la salvación y de la
historia: ¡Cristo ha resucitado!
Es decir, cuando llegó Juan al sepulcro, el domingo temprano
después de la Resurrección, la Sábana Santa estaba allí, como
"los lienzos"; y también estaba allí el sudario. Más adelante todo
habría desaparecido, puesto a buen recaudo por algún fiel piadoso. Lo más probable es que algunos fieles hayan tomado la Sábana y el Sudario con inmenso amor para mostrárselos a los demás
como la primera prueba de la resurrección. Desde entonces es
lógico que se guardasen como las mayores reliquias de la cristiandad.
La Sábana Santa presentada al público
La ostensión pública de la Sábana Santa, desplegándola ante
el público en toda su magnitud, es, ante todo, un acontecimiento
religioso. En los últimos cuatro siglos la Sábana Santa ha sido
expuesta varias veces; las ostensiones más recientes son las de
1978, para celebrar los 400 años del traslado a Turín, y la de
1998 (centenario de las primeras fotografías de la Sábana). La
última vez que ha sido presentada al público fue en el año 2000,
con motivo del jubileo.
4
San Mateo. Evangelio 27:37-40
Juan. Evangelio 20:5-8
5 San
11
El Mandilón de Edessa y de Constantinopla
Los historiadores han relacionado la Sábana Santa con una
famosa tela llamada "Mandilón", que presentaba la faz de Jesucristo venerada en Edessa (hoy día Urfa. en el este de Turquía)
desde muy poco después de la Pasión de Jesucristo. Según la
tradición, curó al rey de Edessa, Abgar, que se hizo cristiano. De
aquella milagrosa tela sólo se presentaba al público la faz, porque
el resto se escondía al estar la tela plegada. Podía ser la misma
Sábana Santa o bien una copia, interpretada según la estimación
del artista (mientras la verdadera Sábana Santa se guardaba en un
lugar seguro).
En el año 57, al subir al trono de Edessa un reyezuelo pagano, la Sábana Santa fue escondida en un hueco de la muralla de la
ciudad. Los que la habían ocultado, murieron, y se perdió el dato
de dónde estaba. Después de casi 400 años, en el año 525 fue
reencontrada, y entonces pudo ser estudiada por artistas de primera línea, quienes harían sus apuntes.
En el año 638, Edessa fue conquistada por los musulmanes.
La comunicación con el mundo cristiano fue cada vez más difícil,
aunque la Sábana Santa fue respetada por los árabes.
En el año 944 el ejército bizantino cercó Edessa, y se retiró
sólo cuando le entregaron el Mandilón. Los bizantinos llevaron la
Sábana Santa de Edessa a Constantinopla, capital de su imperio.
Existen muchas referencias y muy confiables sobre la presencia
del lienzo fúnebre de Jesucristo en esa ciudad.
En 1204 los cruzados, que tenían como objetivo liberar de la
invasión musulmana a los Lugares Santos, fueron los culpables
del saqueo de la cristiana Constantinopla. El cruzado Roberto de
Cari escribió que en agosto del año 1203 había visto el lienzo con
la imagen del cuerpo de Jesucristo, y que había desaparecido tras
el saqueo de la ciudad.
12
El Sudario de Oviedo. Tiene 83 por 53 centímetros aproximadamente.
Presenta numerosísimas manchas de diversos tonos de color fundamen-
talmente marrón claro
Este icono ruso representa la
exhibición, en el siglo VI, del
Sudario de Edessa conocido
como Mandilón.
13
¿Cómo llegó a Francia?
Hay dos teorías. Una dice que la llevaron los Templarios
(Orden Militar, de combatientes contra los infieles), muy influyentes en Europa en esa época (hasta la supresión de la Orden en
1312) y que tenían gran interés en las reliquias. Los Templarios
guardaban en secreto las reliquias sólo para los iniciados de entre
ellos mismos y por eso no sería raro que la Sábana Santa "desapareciera". Además, los Templarios la habrían adquirido a consecuencia del saqueo de Constantinopla y, si se divulgaba que la
poseían, se verían obligados a devolverla o entregarla.
La segunda teoría propone que la Sábana Santa pasó por
Grecia, donde había comunidades latinas relacionadas con Lirey,
y la llevaron a esa ciudad de Francia.
Hay testimonios históricos y de absoluta certeza que sitúan a
la actual Sábana Santa en Lirey (Francia) a mediados del siglo
XIV. En 1389 el obispo de Troyes, Pierre d´Arcis, declaró que la
Sábana Santa era un fraude y prohibió su veneración, pero el
Papa poco después lo desautorizó. Sin embargo, la Iglesia no se
ha pronunciado oficialmente. El pueblo, con o sin prohibición,
continuó venerándola. La trayectoria de la Sábana Santa desde
esa época hasta nuestros días está bien documentada y sin interrupciones.
En 1453 la Sábana Santa fue cedida al ducado de Saboya en
Chambéry, Francia. En el año 1506, el Papa otorgó a la Sábana
Santa una fiesta especial, aprobando una liturgia para la Santa
Misa y el Oficio Divino. En el año 1532 sufrió un pavoroso incendio que le dejó marcas permanentes, pero milagrosamente no
se llegó a perder. Las hermanas Clarisas pusieron parches en las
quemaduras en 1534. Los Saboya, al trasladar su capital a Turín
en 1578, llevaron allí la Sábana Santa. Desde el año 1694 es custodiada (aparte de breves interrupciones) en la capilla que Guarino Guarini construyó entre la Catedral y el Palacio Real de Turín.
15
Desde 1983, la Sábana Santa es propiedad de la Santa Sede,
dejada en herencia por Humberto II de Saboya al Papa. En 1997
la Sábana otra vez escapó a un incendio, esta vez, en Turín, en la
capilla de Guarini. Un bombero pudo quebrar con un hacha el
vidrio antibalas que protegía el Santo Lienzo y así, rescatarlo.
Mas tarde el bombero, que no era creyente, explicó que logró
hacerlo porque recibió una fuerza especial de lo alto.
Es el tercer incendio del que se tiene noticia. El primero fue
en Constantinopla o en Asia, el segundo en Chambéry y el tercero en Turín.
Historia del Sudario de Oviedo
Ante la invasión de los persas, mandados por Cosroes II, en
el 614, los cristianos de Palestina quisieron poner las reliquias a
salvo. El presbítero Filipo fue el encargado de llevar hasta Alejandría un arca (el "Arca Santa") con el Santo Sudario y otras
reliquias.
El empuje de los persas en África dio lugar a nuevos traslados, y, a través de ellos, terminó llegando a España. El obispo de
Ecija, San Fulgencio, acogió a los huidos, que habían llegado a la
península por Cartagena, y puso en manos de San Leandro, obispo de Sevilla -su superior y hermano- el "Arca Santa". El Diccionario Eclesiástico de España señala la presencia de la misma en
los primeros años del S. VII. El Arca Santa estuvo muchos años
en Toledo.
En la primera mitad del S. VIII, una nueva arca -de roblesubstituyó a la antigua Arca Santa y salió de Toledo en dirección
al norte, esta vez empujada por la invasión musulmana, llegando
a Oviedo entre el 812 y el 842. Para albergar tal tesoro, el Rey
Alfonso II el Casto mandó construir la llamada "Cámara Santa",
que inicialmente debió ser la capilla de su palacio, y que hoy se
halla incorporada a la Catedral gótica que se edificó posteriormente. Desde ese momento la denominada "Arca Santa" y su
contenido han recibido la veneración constante de los fieles.
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Que el Sudario está en Oviedo desde hace mucho tiempo es
algo indiscutible. En 1075, con ocasión de la visita del Rey Alfonso VI, se procedió a la apertura del Arca y la realización de un
inventario de los distintos objetos guardados en ella. Posteriormente se la recubrió de plata como homenaje a su precioso contenido. En esta cubierta de plata se puede leer la fecha de su
realización (el año 1113) y la relación del contenido que atesora.
Se menciona expresamente "el Santo Sudario de N. S. J. C.
(Nuestro Señor Jesucristo)". Desde ese momento son constantes
las referencias documentales al Sudario, puesto que se hicieron
diversos inventarios.
No hay circunstancia alguna que permita dudar de la permanencia ininterrumpida de la reliquia en Oviedo. Su fama llegó a
ser tal durante la Edad Media que, a pesar de la dificultad que
suponía atravesar el macizo montañoso que separa Asturias de
Castilla, muchos peregrinos se desviaban del Camino francés a
Compostela para acercarse a la Catedral de Oviedo y venerar el
"Arca Santa" de las reliquias. Actualmente el Sudario de Oviedo es
estudiado muy concienzudamente por el Centro Español de Sindonología, así como por sindonólogos de todo el mundo, como
veremos más adelante.
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