Diseño de materiales y Aprendizaje significativo Solange Gorichon Gálvez Introducción Para que el aprendizaje sea lo más significativo posible se requiere que los contenidos tengan sentido y que se cumplan una serie de condiciones desde el punto de vista de la persona que tiene que aprender: que pueda establecer una conexión entre los nuevos contenidos y los aprendizajes previos, que los nuevos contenidos sean adecuados a las capacidades de quien aprende, que éste se implique mentalmente en el proceso de aprendizaje, que se creen conflictos cognitivos, que se dé una predisposición o motivación para aprender, etc". Los materiales curriculares (y de manera muy especial el uso que se haga de ellos) tienen que ser coherentes con dichas condiciones" .(176) Sin duda que este párrafo expresa de alguna manera el contenido de este documento, que tiene como objetivo, dar a conocer algunos ámbitos y criterios en los cuales se basó el Programa de Articulación para elaborar sus materiales y estrategias educativas. En nuestro medio educativo se viene hablando con creciente insistencia de la necesidad de mejorar la calidad educativa. Si bien, no es el objetivo en este documento hablar y definir el término calidad educacional, sin embargo, me parece importante, que aunque sea un término muy usado, considerarlo y recordarlo, ya que poner al centro la calidad implica restablecer el primado de la preocupación por el aprendizaje como orientación prioritaria de la política educativa. El lector podrá preguntarse, y con justo derecho, qué relación existe entre calidad y el tema de este capítulo: diseño de estrategias y materiales educativos. Sin embargo, parece obvio. Una de las formas de mejorar la calidad de la educación es haciendo posible que los niños y niñas de nuestro país cuenten con estrategias y materiales didácticos adecuados para favorecer y mejorar sus aprendizajes. El actual Gobierno, además de prestar un apoyo técnico pedagógico a las escuelas y fomentar la renovación de las prácticas pedagógicas para mejorar la calidad de los aprendizajes en los niños y niñas, inició a partir de 1996 una Reforma Curricular de importancia. Ese año se promulgaron los Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos para la Educación Básica. Con ello, se inicia y se abre la posibilidad a las escuelas de que elaboren sus propios planes y programas de estudio, más adaptados a la realidad de los niños y niñas y coherentes con los Proyectos Educativos de los establecimientos. En este contexto, se plantea la necesidad de que las instituciones educativas coordinen esfuerzos y realicen un trabajo coordinado en la elaboración de un proyecto curricular que responda a las necesidades de los niños y niñas de un determinado lugar. Por ello, el profesor es visto como un profesional activo en la construcción del currículum, que no sólo enseña su materia y elabora estrategias y materiales para el logro de determinados objetivos, sino que desarrolla un currículum, es decir, integra su trabajo en un proyecto global del que él mismo es responsable, como miembro de un equipo y de una institución educacional. El Programa de Articulación, inserto dentro del marco de la nueva reforma, ha utilizado una serie de estrategias y materiales, que fueron diseñados para las escuelas capacitadas de algunas regiones del país, con el fin último que éstas mejoren la calidad de los aprendizajes de niños y niñas de 2do. nivel de transición a 2º. año básico. La elaboración de estas estrategias y materiales en el Programa de Articulación ha puesto de manifiesto dos aspectos. Por un lado, la participación de una serie de variables y mecanismos que están presentes en la elaboración de cualquier material o estrategias que estén al servicio de la enseñanza y el aprendizaje y, por otro lado, el tema de la Articulación que brinda nuevos criterios a considerar en su diseño. A través de este documento el lector podrá hacerse una visión del marco que sustenta el diseño de cualquier estrategia y material educativo, algunos criterios que ayuden a su elaboración, y clarificar, en base a ello y otros elementos, la idea e importancia de elaborar un "rnaterial educativo articulado" que permita mejorar la calidad de los aprendizajes de los niños y niñas. ¿Desde dónde partir? Antes de especificar los criterios a contemplar en la elaboración de un material para la articulación, es necesario reflexionar y explicitar que toda estrategia de enseñanza se sustenta en una base teórica. El diseño de estrategias de enseñanza siempre debe estar vinculado a un proceso de determinación de necesidades. Es decir, la identificación de un problema real que se quiere resolver, problema que debe estar avalado con datos. Para ello, se requiere un análisis del contexto o situación, que permita determinar el vacío entre la situación real, lo que es actualmente, y lo que debería ser o se aspira que sea. Determinando el vacío, se identifica la meta u objetivo que se desea lograr.(177) Obviamente, los objetivos serán adecuados en la medida en que se deriven de necesidades identificadas y documentadas. Por lo tanto, de no realizarse este proceso, se corre el riesgo de elaborar materiales sin sentido, descontextualizados, poco efectivos, para lograr aprendizaje en los sujetos. El diseño de estrategias y materiales educativos que debe nacer en este contexto, se convierte en proceso creativo, que trata de buscar soluciones a la necesidad planteada, realizando para ello un enlace entre la teoría y la práctica educativa. Posterior a la identificación de la meta u objetivo que se quiere lograr, hay una gran pregunta que se debe resolver: ¿cuál será el enfoque que sustentará el material?. Enfoque que debe dar respuesta a cómo se entenderá el proceso de aprendizaje, lo que va directamente vinculado a la manera de entender la enseñanza y a la manera de comunicar la información. ¿De dónde surgen los enfoques? El Proceso de Enseñanza - Aprendizaje Las situaciones de enseñanza-aprendizaje constituyen hoy en día el principal centro de interés de la psicología de la educación y la pedagogía. Una de las metas claves que se le presentan a los educadores es, sin duda, el comprender cómo se produce este proceso llamado aprendizaje y cómo desarrollar diversos caminos para facilitarlo. La enseñanza y el aprendizaje son dos procesos inseparables, como dos caras de la misma moneda, con una secuencia continua: el profesor aprende su materia para poderla enseñar y enseña su materia para que los niños y niñas (o adultos) la puedan aprender. Enseñar y aprender son dos procesos que no solamente se dan en la escuela, sino que están presentes cada día a lo largo de la vida de los individuos. Las personas, ya sean niños, ancianos o jóvenes están continuamente enfrentados a situaciones que les exigen formas diferentes de adaptación a su entorno. En todas las situaciones de aprendizaje del diario vivir, tenemos algo que es común: las personas van adquiriendo habilidades y destrezas, tanto en ambientes formales (la escuela) como informales (la calle) que les permiten adaptarse a una determinada comunidad en la que están inmersos; dichas destrezas se relacionan tanto con sistemas de significados que les permiten comunicarse entre sí, como con actividades prácticas orientadas a transformar el mundo social y natural en el que se desenvuelven; y finalmente, todas las personas aprenden en un mundo social, aunque el mismo hecho de aprender sea considerado un proceso individual. Los conocimientos que se tienen actualmente del proceso de enseñanza, y la necesidad de adecuarla a la diversidad de alumnos, plantean la exigencia de que la actuación docente y la elaboración de materiales no consista en una aplicación generalizada de ciertos modelos de conocimiento y metodologías estereotipadas, sino que se realice una reflexión sobre la práctica pedagógica, y los materiales que se elaboran como apoyo a ésta, de tal manera que esta reflexión se convierta en el mecanismo más potente para mejorar la calidad de la acción educativa. ¿Cuáles son los criterios que nos permiten reconocer cuándo una forma de intervención educativa es apropiada? Los procesos de enseñanza-aprendizaje que se dan en las aulas son extremadamente complejos. Muchas veces olvidamos esta complejidad estableciendo pautas y modos de enseñar universales a partir, exclusivamente, de las interpretaciones provenientes de alguna teoría de aprendizaje. El enfoque o concepción constructivista, en la cual se basa el Programa de Articulación "no prescribe unas formas determinadas de enseñanza, pero sí provee elementos para el análisis y reflexión sobre las prácticas"(178), de modo que puedan facilitarnos una mayor comprensión de los procesos que intervienen en ella, y su pertinencia educativa. Aprender haciendo, con sentido. Enseñar para favorecer la construcción en los niños y niñas. Existe una coincidencia en señalar, desde diferentes enfoques y concepciones psicopedagógicas, la importancia del aprendizaje significativo como elemento clave en la educación. Entenderemos por aprendizaje significativo la interacción que realiza un niño o niña entre un conocimiento previo que posee y que se ha activado y una información nueva, o a la integración de información que existía con una nueva información, para generar, ya sea la construcción de un nuevo conocimiento, o incrementar en amplitud y profundidad uno que ya se posee. Por lo tanto, hablar de aprendizaje significativo equivale, ante todo, a poner de relieve el proceso de construcción de significados que realiza el niño o la niña, como elemento central del proceso de enseñanza aprendizaje. Por consiguiente, la eficacia de este aprendizaje está en función de su significatividad, no de las técnicas rnemorísticas (aprendizaje memorístico). Para ello, los prerrequisitos básicos son (179): por un lado que el material utilizado sea potencialmente significativo, es decir, que permita establecer una relación con conocimientos ya existentes en los sujetos, y por otro lado, que exista una disposición del alumno que indique interés por dedicarse a un aprendizaje en el que intenta dar un sentido a lo que aprende. La significatividad potencial del material depende de su significatividad lógica. Es decir, que el contenido o material posea una estructura interna, organizada, de tal manera que sus panes fundamentales tengan un significado en sí y se relacionen entre sí de modo no arbitrario. Esta significatividad potencial no sólo depende de la estructura interna del contenido, sino también de la manera de cómo éste sea presentado a los alumnos y alumnas. En este proceso de construcción de los alumnos y alumnas, el rol mediador de los agentes educativos (profesores y profesoras) es fundamental. Ellos crean las condiciones necesarias para que el aprendizaje, a través de actitudes mediadoras o del uso de metodologías adecuadas, se convierta en un aprendizaje significativo para los niños y niñas. Se puede concluir que en el diseño de enseñanza y materiales educativos articulados, en este nuevo paradigma, es fundamental contemplar dos aspectos que son claves para producir aprendizajes significativos. Por un lado la actitud mediadora que deben asumir los profesores o adultos ante el que aprende, para que la tarea de aprender se convierta en algo grato y motivador. Y por otro lado, la importancia de elaborar materiales y usar metodologías adecuadas (con sentido), que se conviertan en elementos potenciadores de aprendizaje significativo cuando está en manos de profesores y/o adultos mediadores. Para el profesor, ser un guía o facilitador del aprendizaje es una tarea que implica, como lo señala Coll, tres elementos básicos: «la planificación detallada y rigurosa de la enseñanza, la observación y reflexión constante de y sobre lo que ocurre en el aula y la actuación diversificada y plástica en función tanto de los objetivos y la planificación diseñada como de la observación y el análisis que se vaya realizando" Condiciones que favorecen el aprendizaje significativo. La concepción del aprendizaje como una serie de procesos que ocurren en etapas tiene algunas implicaciones importantes en relación con la naturaleza de la enseñanza y lo que pueda esperarse que ésta cumpla con el alumno. La tarea esencial de la enseñanza y en particular de los agentes educativos, como ya se expresó anteriormente, es organizar las condiciones del ambiente del estudiante, de modo que los procesos del aprendizaje sean activados, mejorados, apoyados o mantenidos. Sabemos que en el aprendizaje intervienen diferentes factores, importantes de conocer, analizar y tener en cuenta en el momento de diseñar la enseñanza, ya sea en la elaboración de estrategias de tipo presencial o en la elaboración de materiales (guías, carpetas) utilizados como apoyo al proceso. Factores internos que influyen en el aprendizaje. Todos las personas actúan de distintas maneras, somos diferentes unos de otros. Desde el punto de vista de la enseñanza y el aprendizaje es importante respetar este principio básico que hace mención a las «Diferencias individuales». Dentro de los factores internos que influyen en el aprendizaje tenemos a los(as): • Conocimientos previos: Estos son ciertas capacidades previamente adquiridas que dan apoyo necesario a los conocimientos recién aprendidos. El alumno y alumna construye personalmente un significado sobre la base de significados que ha podido construir previamente. • Desde el punto de vista de la enseñanza, es importante disponer de técnicas o recursos que permitan activar en el aprendiz sus conocimientos previos, para que los confronten con la nueva información"). • Estilos cognitivos de aprendizaje: Los estilos cognitivos son patrones individuales de reacción ante un estímulo dado. Estos se relacionan con nuestra estructura de pensamiento. Por ejemplo, hay personas que tienen un estilo de aprender más reflexivo que impulsivo, independiente que dependiente, flexible que rígido, etc. Sin duda, que el conocimiento que se tenga de los estilos cognitivos de los alumnos y alumnas favorece una mayor adecuación de la enseñanza a sus características y necesidades, ya que hay estilos que pueden resultar más efectivos que otros. Estrategias de aprendizaje: Para aprender cualquier tipo de contenido, reglas matemáticas, fórmulas, etc., necesitamos de ciertas actividades que nos permitan o faciliten la adquisición, almacenamiento o utilización de esa información. A estas actividades, secuencias o procedimientos es lo que llamamos estrategias de aprendizaje. Estas las podríamos definir como procesos de toma de decisiones, en la cual el aprendiz, niño o niña, elige y recupera de manera coordinada los conocimientos que necesita para llevar a cabo una determinada demanda, dependiendo de las características de la situación educativa en la que se produce la acción. Mediante el uso de estas estrategias, los individuos obtienen un mayor aprovechamiento de sus procesos de aprendizaje.(183). Ritmo de aprendizaje: todos tenemos distintos ritmos o tiempos para aprender, por lo tanto, se requiere que el educador contemple en el momento de diseñar la enseñanza, que algunos alumnos y alumnas necesitan dedicar mayor tiempo que otros a resolver problemas o realizar actividades. Factores afectivos: dentro de los factores afectivos tenemos: motivación: Nadie se conduce ni modifica su conducta sin motivos. Hay diversidad de situaciones que nos coartan el «querer aprender». Si el niño o niña experimenta que ha aprendido, le produce un estado de gratificación frente a la tarea y aumenta su motivación al logro de nuevas materias. La meta que persigue el sujeto intrínsecamente motivado es Ia experiencia del sentimiento de competencia y autodeterminación, sentimiento que se experimenta en la realización de la tarea y que no depende de recompensas externas (184) ansiedad: Esta se refiere a la reacción que tienen los individuos frente a la realidad (cómo le afecta) y al modo de interactuar con los demás. Para lograr aprendizajes, se requiere que el sujeto esté afectivamente involucrado, pero no hasta el punto que este compromiso le genere una elevada ansiedad. concepto de sí mismo o autoconcepto: La imagen que tiene uno de sí mismo es producto de las interacciones con el mundo y especialmente con los pares, familiares o entorno más cercano. Si algún niño o niña se siente poco capaz o hábil, sus posibilidades de aprender serán más reducidas. Están demostradas las asociaciones del autoconcepto con el rendimiento, el logro y el aprendizaje. Se ha llegado a sostener que el autoconcepto y la autoestima constituyen un predictor del futuro éxito escolar, mejor que las medidas de aptitud o cociente intelectual .(185) El autoconcepto se aprende o se forja en el curso de las experiencias de vida que tienen los sujetos; en las relaciones con los otros, especialmente aquéllos que son significativos para uno (padres, amigos, hermanos, profesores). Factores externos que influyen en el aprendizaje (contextuales): Dentro de los factores externos que pueden afectar el aprendizaje tenemos a la familia, los pares o amigos y la escuela. Dentro de éste último, el profesor, las metodologías y estrategias utilizadas, como el estilo de comunicación que se establece con los niños y niñas. Algunas investigaciones muestran que la interacción alumno-profesor y alumno-alumno es esencial para que se produzca la construcción de aprendizajes significativos y la adquisición de contenidos de claro componente cultural y social. Por ejemplo, la interacción constructiva con el grupo de pares favorece e incrementa las habilidades sociales en los niños (Johnson ). En un trabajo de Hartup se muestra cómo los niños aprenden a controlar los impulsos agresivos en el contexto de las relaciones entre pares. Gottman y otros concluyen en un estudio acerca de cómo los niños más capaces de adoptar los puntos de vista de los demás son también los más activos socialmente y los más competentes en los cambios sociales. Alexander y Campbell; Stallings y Kaskowitz encontraron una relación negativa entre el rendimiento académico y la elevada frecuencia de estudio individual. Esto sugiere que los alumnos y alumnas en interacción con iguales pueden incrementar significativamente su rendimiento escolar. (186) Se ha mencionado el impacto favorable de la relación entre los alumnos y alumnas. Sin embargo, no basta con dejar que los alumnos interactúen o promover la interacción entre ellos. Lo importante no es la cantidad de interacción, sino la calidad de la misma. Este hecho deja entrever la importancia de identificar por parte de los docentes y en el diseño de materiales, las formas de organización de las actividades de aprendizaje que dan lugar a interacciones entre los alumnos, particularmente aquéllas que son ricas y constructivas en cuanto a sus efectos. Otro aspecto que merece especial cuidado y reflexión, y al que se ha hecho alusión, es la interacción profesor-alumno en el aula. Los estudios en este campo son numerosos. Por lo general, la mayoría de ellos hasta esta década han estado focalizados sobre la identificación de elementos relacionados con la eficacia docente. En la misma obra, Coll y Solé señalan que nos encontramos ante un cambio conceptual, ya que el interés de las investigaciones, hoy en día en éste ámbito, están cambiando de rumbo. Ya no están tan centradas en. la eficacia docente, sino más sobre el proceso mismo de interacción o los mecanismos de influencia educativa y los factores que convergen en él. Particularmente, este hecho se ha debido a la importancia creciente que se le ha dado a la actividad constructiva del sujeto que aprende, a la manera de entender el papel del profesor como guía de la actividad constructiva y a la estructura comunicativa o discurso que se establece en el proceso de interacción entre ambos actores. Sin duda que el panorama que se presenta en la actualidad sobre la interacción profesoralumno es más compleja, pero también más rica. En este contexto, la enseñanza puede ser descrita como un proceso continuo de negociación de significados, de establecimiento de contextos mentales compartidos, que es fruto de este proceso de negociación, cuyo análisis implica necesariamente tener en cuenta las relaciones que se establecen en el aula y los aportes que realizan todos los participantes. Está claro que, desde una perspectiva constructivista, el análisis de la práctica educativa es fundamental. La enseñanza, desde esta concepción constructivista, y el rol que ejerce el profesor en ella, debe entenderse como una ayuda al proceso de aprendizaje. Ayuda que es necesaria para que los alumnos lleguen a aprender de manera significativa los conocimientos necesarios para su desarrollo personal, comprender la realidad y actuar en ella. Esta sólo debe entenderse como ayuda, ya que la enseñanza no puede sustituir la actividad mental constructiva de los alumnos y alumnas, ni menos ocupar su lugar. ¿Cuáles son los criterios presentes al elaborar materiales? Algunos de los criterios para elaborar materiales, que a continuación se presentan, han sido producto de la revisión teórica que se ha hecho del enfoque constructivista y su aplicación a la enseñanza, otros de la experiencia recogida en la elaboración y aplicación de las estrategias y materiales utilizados en el Programa de Articulación. Un material educativo debe: Ser un instrumento que facilite la motivación de niños y niñas para trabajar. Estos deben ser potencialmente significativos. Las actividades que en él se propongan pueden ser de distinto tipo, atendiendo a la función que pueden cumplir desde la perspectiva del significado del aprendizaje: actividades de motivación, suscitadoras de conflicto cognitivo, de evaluación inicial, de información, de comprensión, etc. Para facilitar el significado y funcionalidad de los aprendizajes, es necesario que los contenidos de los materiales se puedan relacionar con el medio del niño o niña. Estos deben ser relevantes, socialmente significativos, relacionados con el desempeño de los destinatarios en uno o más de los distintos ámbitos en que se desenvuelve en la sociedad. Propiciar el uso de los conocimientos previos, habilidades y competencias de los niños y niñas, mediante recursos apropiados, en donde se le dé oportunidad al educando de rememorar y recapitular lo que ya sabe acerca del tema que va a ser desarrollado. Además, en el desarrollo posterior de los contenidos, debe volver a traer a colación aquellos conocimientos previos e insistir en relacionarlos con los nuevos. No sólo es cuestión de invocarlos al comienzo, sino también a lo largo del material, a fin de que esa relación se afiance. Tener una estructura procesal. El auténtico aprendizaje implica siempre un proceso, todo material educativo debiera facilitar que los niños y niñas vayan avanzando hacia el nuevo conocimiento gradualmente, para que así lo hagan suyo y lo intenalicen. Es bueno, en el momento de diseñar un material, empezar haciéndose las preguntas espontáneas que los sujetos se harían frente al objeto a ser conocido e invitarlos a recorrer juntos el camino. En síntesis, "no comenzar afirmando, sino preguntándose; no empezar ya sabiendo, sino queriendo saber” Organizar los contenidos en una secuencia lógica. Estos deben ser planificados en forma muy cuidadosa, progresiva y muy bien pensada, de manera que exista un claro eje conductor y cada paso vaya llevando al siguiente. Por consiguiente, los contenidos deben estar presentados de forma que sus destinatarios puedan ir encadenándolos y ensamblándolos, percibiendo las relaciones entre ellos, visualizándolos como partes componentes e integradas de una construcción unitaria y global. Por lo general, se aplica y se aconseja que la organización de los contenidos siga una secuencia lógica de abajo hacia arriba, es decir, de lo más concreto a lo más abstracto, de la experiencia empírica a la generalización, de lo más próximo o inmediato del entorno del educando (adultos, niños y niñas) a lo más alejado. Los contenidos no sólo deben estar ordenados en sí mismos. Es necesario que el adulto, niño o niña, además, perciba y capte ese ordenamiento. que construya de manera organizada y consciente el camino que se está siguiendo. El material debiera preocuparse de tener puentes de articulación entre un contenido y el siguiente a medida que los va introduciendo; presentar con frecuencia y en forma destacada resúmenes en los que recapitulan e interrelacionan los aspectos ya vistos hasta ese momento y, a la vez, se los conecte con el nuevo concepto que se trabajará a continuación. Invitar a los niños y niñas a realizar un proceso de construcción con otros. Los contenidos tienen que presentarse de manera tal que estimulen la actividad mental personal de sus destinatarios para hacerlos participar en la construcción de ese conocimiento. Es bueno entregarles contenidos e irlos razonando y construyendo con ellos. En vez de decirles "éstas son las nociones que vamos a aprender", proponerles "éstas son las nociones que vamos a ir descubriendo y construyendo juntos". Por lo tanto, es recomendable presentar los conocimientos de manera que los alumnos y alumnas recorran el camino que siguieron sus inventores para llegar a él. Y esto se hace mejor en equipo. Por lo que es importante también generar en los educandos una actitud favorable al trabajo en equipo, ayudar a las interacciones en instancias educativas. Un grupo de aprendizaje es mucho más que la suma de sus miembros, estos se complementan y apoyan, se dinamizan y alientan mutuamente y con los aportes y saberes de cada uno construyen colectivamente un conocimiento. Se enfatiza, por ende, el trabajo colectivo como un espacio para compartir y construir significados. Considerar el nivel cognoscitivo de los destinatarios y adecuarse al mismo. Para ello es importante graduar los apoyos que se le deben brindar a los alumnos y alumnas. Cuando menor sea el volumen y consistencia de sus conocimientos previos y su capacidad de abstracción, mayor será la ayuda que debe brindar el material y viceversa. En un comienzo es bueno proporcionar más apoyos y luego paulatinamente ir retirando los andamios para favorecer el aprendizaje autónomo en los educandos. Favorecer la memorización comprensiva: Es convenientes incluir en los materiales ejercicios y prácticas encaminados a favorecer la retención y fijación de los conocimientos en la memoria de los destinatario, apuntando a la memorización comprensiva y no meramente a la repetición de frases y enunciados. La redundancia en los materiales no es siempre una falencia. Una cierta dosis de ésta es conveniente e incluso necesaria para facilitar una mayor memoria comprensiva. Estimular la actividad del educando, a través de ejercicios prácticos, la búsqueda personal, la observación, la exploración, experimentación, la investigación, la reflexión y la discusión. Facilitar la metacognición en los niños y niñas, es decir, una reflexión acerca de lo aprendido, de los logros y dificultades que tuvieron, de tal manera de ayudarlos también, paulatinamente, a tomar conciencia de las estrategias y estilos que utilizan para aprender. Estimular el razonamiento autónomo. Invitar al niño o niña a razonar la información dada, explicando el fundamento de lo enunciado, o bien a indagarlo por sí mismo. Los porqués (causas, fundamentos, razones) son tan importantes como los qué (enunciados) y los cómo (técnicas, procedimientos) Desarrollar una actitud crítica. Debe ser un material interpelante, provocador, problematizador. La criticidad se adquiere ejercitándola. Se debe propiciar discusiones en que los niños y niñas sean instados a confrontar distintas posiciones y optar por la que consideren más pertinente. Desarrollar la competencia comunicativa. Hay que proponer a los educandos ejercicios de comunicación pertinente y motivadores en torno a los conocimientos que se están adquiriendo y propiciar la socialización de los trabajos que realizan como puestas en común al resto de sus compañeros o equipos de trabajo, etc. Utilizar la resolución de problemas. No es cuestión de plantear clásicos problemas escolares, sino situaciones problema que se dan en la vida concreta de los niños y niñas y en el ámbito social. Potenciar los recursos del entorno. Fuera del material o recursos didácticos que se tiene a disposición en el aula, existen otros recursos que son posibles de utilizar. Por ejemplo, a través del desarrollo de una guía de aprendizaje, se puede incentivar la realización de entrevistas a personas del lugar, ejecución de un plano del sector, búsqueda de información en periódicos, visitas a consultorios u otros recursos disponibles de la comunidad, etc. Estar en coherencia o acorde con el proyecto curricular del centro educativo, tanto en lo que se refiere a la selección, elaboración como al uso mismo de los materiales. Estos deben ser congruentes con las intensiones educativas u objetivos propuestos y, en función de su coherencia, con los elementos facilitadores de un aprendizaje significativo. Atender a la diversidad del alumnado. Por lo tanto, es necesario contar con materiales diversos y, a la vez, diversificables, de manera que permitan distintas opciones de uso. Poseer rigor científico y evitar caer en inexactitudes o errores conceptuales. Estar alerta a los valores y actitudes que se reflejan en él, evitando discriminaciones y prejuicios de cualquier índole (sociales, raciales, etc.) Cuidar los aspectos formales o técnicos de su elaboración, como el uso de ilustraciones, espacios en blanco, calidad de las imágenes, tipo de letra, etc. . Es conveniente realizar siempre una evaluación del uso del material, considerando los criterios para el diseño de materiales como: si el alumno desempeña un rol activo, utiliza sus conocimientos, si se le dan oportunidades para que planifiquen con otros y participar en su desarrollo y resultados, etc. Permitir o favorecer el trabajo articulado en el aula entre los niños, entre distintos niveles o grados a través de una secuencia de contenidos que deben ser graduados acorde al desarrollo de los educandos, y el uso de metodologías activas y pertinentes a ello; y entre familia y escuela, en donde se exprese una mayor coordinación entre los distintos participantes involucrados en el proceso. Seguramente, el lector se preguntará si la elaboración de un material debe responder a todos los criterios mencionados anteriormente. Ciertamente que algunos materiales hacen uso de algunos criterios más que otros. No obstante, es indispensable que todo material educativo sea sometido a un análisis desde estos criterios, para que, en base a ello, pueda ser corregido o mejorado si es necesario los materiales, ideas fuerzas que sostiene la actividad, instrucciones de cómo deben proceder los participantes e indicadores de logro para evaluar las actividades. Los materiales elaborados en el Programa de Articulación. La puesta en marcha del Programa de Articulación ha supuesto la elaboración de una serie de materiales, juegos y guías, destinados a favorecer la Articulación en distintos ámbitos: entre profesores, en contenidos y procedimientos para trabajar desde segundo nivel de transición hasta segundo año básico y entre familia y escuela, con el fin último de mejorar la calidad de los aprendizaje de los niños y niñas. Dentro de los materiales que se han elaborado en el Programa tenemos: a. Manuales de procedimiento para Equipos de Centros Educativos: Estos manuales son utilizados directamente en las capacitaciones realizadas a los equipos de centros educativos, constituidos por Educadoras, Auxiliares de párvulos, Docentes de l' y 2` año Básico, Apoderados, padres o madres de los respectivos niveles, Directivos y Supervisores de Mineduc. Estos contienen los objetivos generales de la jornada de capacitación, una descripción paso a paso de las actividades que se realizarán, en donde se consignan los objetivos específicos, b. Guías de aprendizaje. Destinadas a ser trabajadas por los niños de 2º. nivel de transición hasta T año básico, en el aula y en el hogar. Estas poseen distintos grados de profundidad de acuerdo al nivel de desarrollo de los niños, siguiendo una línea curricular progresiva. Contienen unidades de aprendizaje referidas al lenguaje y matemática. Entre las guías desarrolladas por el Programa cabe destacar: De matemática: • "El negocio" • "Números con formas geométricas" • De lenguaje : • Escuchando, leyendo, dibujando un cuento ejercitamos el lenguaje oral y escrito" • El consultorio de mi barrio" • Creando, diseñando y escribiendo un diario" • "Interrogando textos" • Proyectos de aula" • Fichas técnicas para la lectura y escritura c. Cartillas para reuniones técnicas: instructivos que contienen orientaciones básicas para la gestión, sistematización y evaluación de la estrategia de articulación a nivel regional, para ser usadas entre instituciones, programas, niveles y con la familia. d. Carpetas: Contienen materiales diversos, como juegos destinados para el trabajo conjunto de educadores y familia, ya sea en el centro educativo (reuniones de apoderados) y/o en el hogar, materiales destinados a reforzar los aprendizajes en los ámbitos del lenguaje, matemática y desarrollo socioafectivo o apoyar la gestión educativa y el trabajo en equipo al interior de los centros educativos. Dentro de las carpetas elaboradas tenemos: Carpetas para ser trabajadas por las familias: •Terminando juntos aprendemos mejor" •Encontrándonos y dialogando con la escuela" • "Contándoles cuentos" • "Leyendo descubren el mundo" • "Apoyando el aprendizaje desde el hogar" • "Comunicándonos" • "Acompañando a niños y niñas en su desarrollo" • "Recordando como aprendimos" • "Conversando con los niños" • "Jugando los niños también aprenden" • "Lectura, escritura y cálculo en la vida familiar" Carpetas para apoyar la gestión educativa de los centros educativos: • "El tren de la articulación" • "La ruleta de la articulación" Curso Teleduc : En 1995 el equipo del Cide elaboró el manual del curso a distancia "Familia y Centros Educativos", con el fin de extender y difundir el Programa de Articulación a nivel nacional. Este manual consta de 12 capítulos. El diseño de estos materiales está basado, como ya se hizo mención, en un enfoque constructivista. Todas las actividades propuestas en estos apuntan a favorecer un aprendizaje significativo, tanto en los participantes que asisten a las distintas capacitaciones, como en las familias y niños y niñas que los van a usar en cada escuela. Efectos del uso de los materiales Según opiniones recogidas entre los participantes del Programa de Articulación, a los diferentes datos obtenidos directamente de las capacitaciones y la aplicación de algunos de estos materiales al interior de los centros educativos ha puesto en evidencia la potencialidad de éstos para mejorar el aprendizaje de los niños y niñas. Por ejemplo, a través de la carpeta llamada el "El tren de la articulación", los participantes (familia y escuela), han manifestado representaciones que se tienen respecto al trabajo en equipo, condiciones facilitadoras y obstaculizadoras de éste y la necesidad de aunar criterios para mejorar el aprendizaje de los niños y niñas. La guía de aprendizaje "El negocio", articula el trabajo entre familia y escuela y entre los distintos maestros. Presenta, según los participantes, una manera, entretenida", lúdica, de introducir y trabajar con los niños el concepto de número, articuladamente desde el 2º. nivel de transición hasta el 2º. año básico. Los apoderados en conjunto con los maestros, después de haber utilizado la carpeta "Trabajando juntos aprendemos mejor", han manifestado la necesidad de conversar sobre los niños y niñas, de crear las condiciones en el hogar para hacer del aprendizaje algo más entretenido y con sentido. En síntesis, según las opiniones emanadas por los participantes se constató, con relación a las estrategias aplicada y uso de materiales, lo siguiente (188) Con respecto al trabajo en equipo : El uso de estrategias y materiales relacionados en este ámbito ayudó a una mejor comunicación entre profesores, alumnos y familia; mayor valoración del trabajo del otro, compromiso, disposición; mayor integración de los padres a la escuela para la confección de materiales y contar cuentos; padres más motivados y dispuestos a colaborar con los niños, niñas y profesores; mayor importancia al trabajo en equipo, como instancia que permite el compartir experiencias metodológicas entre docentes, la planificación y coordinación de actividades a desarrollar en los distintos niveles o grados y la creación de materiales y metodologías nuevas. En general, según las opiniones de los participantes, el trabajo en equipo es una herramienta que permite unificar criterios y trabajar en forma coordinada para mejorar el desarrollo y calidad de los aprendizajes de niños y niñas. Este trabajo favorece: una planificación, fijar objetivos, secuenciar actividades y contenidos entre los niveles y hacer menos brusco el paso de los niños en los distintos niveles del sistema educativo. Con respecto a las guías de aprendizaje y estrategias metodológicas: los participantes expresan que a través del uso de actividades lúdicas y materiales concretos, los alumnos aprenden más significativamente. Además utilizan la estrategia de proyectos de aula para promover el lenguaje oral y escrito y desarrollar el concepto de número. Opinan que las guías de aprendizaje les permiten aplicar en los diferentes grados.. los mismos contenidos con distintos niveles de dificultad y utilizando los mismos recursos. Mencionan además, la necesidad de realizar una graduación de contenidos y procedimientos para los distintos niveles o grados, incorporando a la familia como apoyo al aprendizaje; de usar variados procedimientos para llegar a un mismo concepto; y la importancia de partir de los conocimientos previos de los alumnos y alumnas para la adquisición de nuevos conceptos. Con respecto a las carpetas para ser trabajadas en las reuniones de apoderados : Se constata que el uso de estas carpetas ha permitido elevar la autoestima de los padres, ha favorecido una mayor comunicación y acercamiento entre los apoderados, sus hijos, hijas y profesores; mayor compromiso de los apoderados con la escuela, entusiasmo de éstos por participar en la comunidad educativa y en actividades que la escuela plantee; ha favorecido la reflexión entre los padres acerca de la educación de los hijos y su participación en la confección de material didáctico para desarrollar las guías o en la colaboración directa al profesor en el aula. Al parecer, según las opiniones emanadas de los participantes en las jornadas de capacitación, la aplicación de algunos materiales y la retroalimentación obtenida ha abierto apetitos en los centros educativos respecto a seguir elaborando y creando materiales pertinentes y adecuados a la realidad de los niños y su desarrollo. También ha fortalecido la necesidad de trabajar en equipo con metodologías activo participativas, en donde el aprender y enseñar se transforman en una experiencia agradable para los niños, niñas y adultos que están involucrados. A modo de reflexión final Si aceptáramos que la enseñanza es exclusiva y fundamentalmente una actividad rutinaria, no necesitaríamos teorías o aspectos a reflexionar, como lo hicimos anteriormente, sino recetas o instrucciones de lo que sería más adecuado en determinadas situaciones. Enseñar o planificar la instrucción es asumir que los alumnos aprenden y se desarrollan en la medida en que pueden construir significados compartidos adecuados en tomo a los contenidos que configuran el currículum escolar. Es la persona en su globalidad la que aprende. El aprendizaje repercute también globalmente en la persona, en lo que sabe, en su forma de verse y relacionarse con los demás. Por ello, es importante que en el momento de elaborar materiales articulados se sienten profesores, educadores de párvulo y familias a aunar criterios en tomo a lo que el niño o niña necesita, a los contenidos que deben ser tratados con ellos, a las metodologías adecuadas, etc. Y en base a ello, planificar y elaborar situaciones educativas que les permitan mejorar su aprendizaje. Tal vez la complejidad de lo que supone enseñar explica que muchas veces no nos pongamos de acuerdo cuando discutimos acerca de lo que queremos en el aula, de su adecuación o pertinencia. Es probable que ello ocurra porque no siempre hablamos de lo mismo, no siempre tenemos detrás un mismo referente o unos objetivos compartidos acerca de lo que supone aprender y enseñar. El primer paso consistirá, entonces, en identificar los elementos de discrepancia, para poder responder de mejor manera a las demandas de los niños y niñas: se requiere el trabajo en equipo. Nuestro foco siempre debe estar puesto en el que aprende. Los esfuerzos de padres y profesores deben estar destinados a favorecer los medios e instrumentos para que el aprendizaje de los niños y niñas sea significativo, situado y contextualizado. A veces focalizamos nuestra mirada sobre la enseñanza y no el aprendizaje. Esta última es condición necesaria para saber qué, cómo y a quien enseñar. «Se trata que los alumnos no sólo conozcan los propósitos que guían una actividad, sino que los hagan suyos, que participen en la planificación de aquella, de su realización y de sus resultados en forma activa, lo que no supone únicamente que hagan, que actúen y que realicen, exige, además, que comprendan qué hacen, que se responsabilicen de ello, que dispongan de criterios para evaluarlo y modificarlo si es necesario. Cuando una tarea que se ajusta a las posibilidades de los alumnos les es presentada como algo que permite cubrir determinadas necesidades, y cuando se les ofrece la oportunidad de que se impliquen activamente en ella, estamos poniendo las condiciones para que dicha tarea les interese. El interés no viene dado.. hay que crearlo..., cuidarlo para que no decaiga. Su mejor alimento es, no hay que olvidarlo, la experiencia de que se aprende, y de que se puede aprender» (189). Crear las condiciones para que el otro aprenda, diseñar la enseñanza es salir de uno y pensar en el otro, en aquéllo que necesita y pide. Es cambiar la posición de enseñante a querer compartir y construir junto al otro conocimiento. Es crear en el aula un clima de aceptación y respeto mutuo, en el que equivocarse sea un paso más en el proceso de aprendizaje, y en el que cada uno se sienta con pleno derecho y en confianza para pedir ayuda. La educación se dibuja como una actividad interactiva y mediatizada, en que todos los actores deben decir algo al respecto. Por lo tanto, el trabajo en equipo no sólo es necesario, sino urgente plantearlo al interior de cada establecimiento educacional, y por qué no decirlo también, un cambio personal, de apertura y respeto para trabajar con otros, en pos de mejorar el aprendizaje de los niños y niñas. El profesor que avanza como un francotirador en la renovación educativa acabará no sólo agotado personalmente, sino deprimido al ver cómo todas las hipotéticas ganancias conseguidas se van perdiendo a medida que los alumnos pasan por sistemas contrapuestos al suyo .... En la enseñanza es mejor avanzar muchos un poco que unos pocos mucho (190). No se ha pretendido aquí dar recetas ni soluciones respecto a cómo diseñar más eficientemente la enseñanza para que el niño o niña aprenda mejor, sino simplemente dejar un espacio a las preguntas que individual o grupalmente tenemos que resolver. Aún hay mucho por reflexionar.