457 Preciosa, ¿la gitana hechicera? María de los Ángeles Vera Traverso FHUCE- Montevideo J ulio Caro Baroja sostiene que, cuando los pueblos son mutuamente hostiles ante grupos étnicos diferentes, recurren con frecuencia a la acusación de brujería. Sin embargo, con los gitanos, nos encontramos más que, ante herejes, con un grupo que tenía la quiromancia como un auténtico negocio y un medio de vida que ha sido utilizado por ellos para sobrevivir a lo largo de siglos, engañando a los incrédulos con mentiras, sin que esto represente un problema religioso sino social y étnico (Caro Baroja, 1980, 85-86). El pueblo gitano, según Caro Baroja, tenía una división del trabajo de acuerdo con el sexo: por un lado, los hombres se dedicaban al robo y comercio de animales, mientras que las mujeres eran hechiceras y echadoras de la buenaventura, o bailarinas y recitadoras, según la edad, la belleza y el genio (idem, 118). Los gitanos utilizan su poesía popular para atraer al público. Cervantes, muy atento a esto, introduce el tema de la danza desde el comienzo. Preciosa es una exquisita bailadora y por eso es contratada junto a su grupo para bailar en el palacio. Las representaciones del cuerpo y de los movimientos de éste que son aceptados y valorados, se actualizan en prácticas concretas y en experiencias individuales y colectivas. En la danza, la construcción y normalización de los cuerpos se lleva a cabo por medio de diferentes estrategias de entrenamiento, donde se ponen en juego modos específicos de disciplina para desarrollar habilidades, técnicas y hábitos. Preciosa danza, y lo hace tan bien que despierta la admiración de los espectadores. En La Gitanilla también se resalta la poesía, en los versos que canta Preciosa, y el narrador nos dice que son villancicos, coplas, seguidillas y zarabanda (Cervantes, 2010, 62).1 Si bien Preciosa canta poemas en honor a la reina Margarita, también utiliza en su poesía términos populares y nada apropiados para una joven recatada. Cuando Preciosa danza y canta en la iglesia de Santa María, algunos 1 M. Moliner sostiene que son danzas populares españolas y estrofas de cuatro o siete versos, usadas en canciones populares, que en algunos tiempos estuvieron censuradas (M. Moliner, II, 1125b). 458 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR oyentes exclaman “Lástima que esta mozuela sea gitana” (idem, 65). Posiblemente el narrador, a través de estos oyentes, deja entrever el pensamiento de lástima..., tal vez si no fuera gitana, podría lograr un mejor lugar en la sociedad. Y otros más groseros exclaman: “¡Dejen crecer a la rapaza, que ella hará de las suyas!” (idem, 66). Parecería que su belleza y dotes en la danza y el canto no sirvieran de nada debido a su condición de gitana. ¿Hará de las suyas? Sólo cabe pensar que estas personas se refieren al hurto y al sexo. El narrador nos está mostrando la desigualdad de oportunidades que se dan esa sociedad para las jóvenes, que no solamente no pertenecen a la nobleza, sino que, además, son parte de un grupo marginado. Asimismo, a la condición de gitana, se le suma la de ser mujer, subordinada al orden patriarcal. En La Gitanilla queda en evidencia la posición que tenían las gitanas en su entorno, esto queda bien claro cuando, finalizada la ceremonia de aceptación de Andrés como integrante del pueblo, un gitano viejo toma la palabra y le dice que le entrega a Preciosa, y que la puede tomar por esposa o por amiga, que puede hacer lo que fuere su gusto (idem, 101). Pero Preciosa, a pesar de ser criada como gitana, no piensa lo mismo, sino que sabe que posee una joya y es su virginidad (idem, 85). Lo único que posee Preciosa para medrar, obtener un buen casamiento, y sólo la entregará en el matrimonio (idem 85-86). Preciosa sólo vende su joya –su cuerpo, su virginidad–, a cambio de un matrimonio santo, es decir, cristiano, único matrimonio socialmente aceptado en la España del Siglo de Oro. La joven gitana demuestra pensar diferente del resto de los gitanos, cuando le dice a Andrés que habla por la ley de su voluntad (idem, 103). No actúa como el resto de las mujeres gitanas, a pesar de que la entregaron a Andrés. Ella no se brindará hasta que pasen los dos años de adaptación, de inserción al mundo de la Gitanilla, matrimonio mediante. Ella antepone su voluntad no sólo a las costumbres gitanas, sino también a las normas sociales de la época, en las que, el padre decide el matrimonio de sus hijos. Y continúa Preciosa reafirmando su voluntad y su libertad: “Estos señores bien pueden entregarte mi cuerpo; no mi alma, que es libre y nació libre” (idem, 103). En defensa de su libertad, Preciosa es un personaje femenino similar a Marcela, en el Quijote. Preciosa, más allá de ser gitana que no se somete a esas costumbres del pueblo que la crió, en el texto se hace constantemente referencia a esa práctica de libertad que no es usual en las mujeres del Siglo de Oro. Cuando Preciosa y otras gitanas entran a un salón donde las llaman unos caballeros para que canten y dancen, la gitana de nombre Cristina se rehúsa a entrar pues había hombres solos, a lo que Preciosa responde que se debe “guardar de un hombre solo y a solas” (idem, 73). La gitanilla se toma la libertad de entrar, sin dar mucha importancia al qué dirán, en una sociedad tan conservadora como la española del siglo ANEXO DIGITAL 459 XVII. En el transcurso de la novela, el narrador nos va mostrando de a poco esas pequeñas tomas de desafiantes decisiones de una jovencita, que va adquiriendo poder en su medio –a tal punto que los gitanos no la contradicen aunque el hombre tuviera la última palabra en el tema–, cuando le dice a Juan de Cárcamo que su voluntad es casarse por la iglesia cristiana. Si bien la Gitanilla no está caracterizada como la típica mujer gitana, esta hermosa joven, (que sabemos desde el primer párrafo que no es tal), “lee la buenaventura en las líneas de la mano a quien por dicho servicio le pague alguna moneda”. El narrador nos venía presentando el retrato de una joven virtuosa, pero –como ya nos tiene acostumbrados Cervantes–, irrumpen las características más terrenales de los gitanos, que se asemejan a la realidad: la gitanilla sabe leer las manos y pide por ello recompensa económica. Preciosa, haciendo referencia al poema que le escribiera el paje, sostiene que la pobreza es enemiga del amor. La gitanilla remarca el valor del dinero y lo antepone al amor. Cuando es interrogada por su sabiduría, ella responde que los gitanos se adelantan a sus años, que deben ser agudos y astutos (idem, 76). La propia Preciosa reconoce las características negativas de su gente, pero la justifica pues tiene que ganarse la vida, y sostiene “que no hay muchacha de doce que no sepa lo que de veinte y cinco” (idem, 77), y para obtener dinero, deben ser hábiles, y expertas timadoras, afirmando de esta manera que a las gitanas, en la mentira, la estafa, y el robo, las enseña el “diablo”. Otra referencia se hace a la enseñanza que le da la vida, y esta vez, lo manifiesta su abuela cuando afirma que tiene a “Satanás en su pecho” (idem, 87). Esa escuela de vida a la que hacía referencia Preciosa, la hace más sabia que un estudiante de la universidad y la propia gitana vieja se asombra de su sabiduría. Cuando Preciosa va con su abuela a la casa del teniente para leerles la buenaventura a las damas, la abuela les pide que le den la palma de la mano a Preciosa (idem, 78). La buenaventura es una práctica de las hechiceras y muy usada por las mujeres gitanas, que estas mujeres realizaban para quitarles el dinero a crédulas personas que solicitaban de ellas ese servicio. Según González de Amezúa, estas prácticas son a las que menos importancia les daba la Inquisición, que apenas las registraba, puesto que el Santo Oficio no las consideraba peligrosas como los conjuros de las brujas (González de Amezúa, 1982, 30). En verdad, la buenaventura que practica Preciosa no pasa de ser más que inventos espontáneos que surgen de su gran poder de observación y psicología que ella naturalmente posee. Cuando Preciosa se percata de que no querían pagarle por su buenaventura, porque supuestamente, “no había dinero”, le pide a la esposa del teniente una cruz de oro o de plata para predecirle el futuro (Cervantes, 2010, 78). Aquí no sólo se muestra embustera en cuanto a predecir el futuro, sino que, hábilmente, 460 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR solicita una cruz de mayor valor. Pero como no la hay, se conforma con un dedal de plata. El narrador pone en boca de Preciosa un improvisado poema a través del cual le predice el futuro a doña Clara. Tal vez ésta sea una forma de resaltar aún más su habilidad para los versos y como forma de mostrar la característica más realista de la gitanilla. Dado que doña Clara y unas doncellas se burlan de Preciosa al negarle dinero para leer sus manos, la gitanilla reacciona, sin perder la compostura, con un poema con tintes burlescos y agresivos: la compara con animales, la trata de ramera, y le habla indiscretamente de un lunar íntimo. Márquez Villanueva, analiza la retórica y la simbología presente en este poema (Márquez Villanueva, 1985/86, 741-768). De acuerdo con este crítico, los términos usados por Preciosa, como “arrimar la vara”, “caídas de espaldas”, tienen carácter erótico. Este vocabulario no sería el adecuado para una joven recatada y discreta, aunque esté enojada por no recibir dinero a cambio de la lectura de las manos. Aquí Preciosa trasgrede los códigos del decoro existentes en la época. Otra práctica de hechicería de las mujeres gitanas, –que era al mismo tiempo que la quiromancia, trasmitida de madre a hija–, es el curar con hierbas. La abuela de Preciosa, quien le enseñara a su nieta putativa todas estas artes, es la que cura a Juan de Cárcamo, utilizando romero, (Cervantes, 2010, 109), una hierba que según creencias populares, tenía poderes mágicos. En el caso de Preciosa, no ocurre lo mismo cuando cura a Juan de Cárcamo mediante un soneto con aspiraciones a ensalmo2 que le dice al oído, pero cuando se le pide que la escriba en papel queda evidente que el soneto es un engaño. De esto se desprende que Preciosa no actúa como una hechicera, pero sí actúa como una gitana que utiliza con astucia e inteligencia sus bien aprendidos trucos para sugestionar a los incautos enfermos (idem, 97). Cervantes muestra en esta novela dos mundos muy diferentes: el de los españoles cristianos nobles regidos por su reglas sociales, y el de la otredad gitana, un mundo subalterno, marginado. Los gitanos sin educación se resisten a la aculturación, viven del hurto, no utilizan la hechicería como tal, sino ciertos trucos y engaños para sobrevivir –como la lectura de las manos–, utilizan hierbas para “curar” a enfermos, acompañadas por ensalmos sin mucho sentido. Pero también este mundo gitano tiene su lado exótico en sus danzas y cantos, puesto que viven en comunidades nómadas, en campamentos montados al aire libre, donde se prodiga alegría y amor por la naturaleza. Esos gitanos que se casan entre ellos, y pueden tener más de una concubina, al mejor estilo de los jeques árabes. Pero estos gitanos también ejercen violencia a la hora de un supuesto adulterio de sus mujeres. La Gitanilla es una novela 2 El Ensalmo es una oración utilizada en hechicería para curar. Los ensalmadores son quienes utilizan los ensalmos para curar. Les toca el examinar a tales, a los señores Inquisidores (Covarrubias, 354). ANEXO DIGITAL 461 en la que se enaltece el matrimonio y se ensalza el amor conyugal, con una fuerte influencia erasmista. En ella se trasmite el amor que puede atravesar diferencias sociales. Juan de Cárcamo se enamora de Preciosa en cuanto la ve, y por ese amor, decide transformarse en gitano bajo el nombre de Andrés Caballero. El final feliz es cuando los padres de Preciosa, al identificarla como a su hija Constanza, al verla enamorada de Juan de Cárcamo, deciden entregársela a éste por esposa. Preciosa, personaje híbrido, por un lado de origen noble, pero criada por gitanos, nos muestra a una joven que fue absorbiendo desde niña toda esa cultura popular de las gitanerías. Es bella y discreta, pero basta que la contradigan para que deje traslucir lo que su interior oculta: una joven con vocabulario popular, con tintes eróticos, que finge conocer el “arte” de la quiromancia y de la curación utilizando “palabras mágicas” que ella inventa en el momento, y que de mágicas no tienen nada, y son sólo un embuste para recibir dinero. De lo que se desprende que no es una auténtica hechicera, sino que actúa como tal para embaucar incautos. El narrador por un lado, nos presenta a una Preciosa idealizada, (es bella, sabe cantar, danzar, y es letrada), y por otro, nos muestra un personaje con características más terrenas: fue educada en el arte de hurtar y en la lectura de las manos, siendo éste su modo de subsistencia. En la idealización del personaje, el narrador llega hasta una propuesta casi feminista, puesto que, Preciosa, sobrepone su voluntad a la de los gitanos ancianos en lo referente al uso de su libre albedrío en la elección de pareja para el matrimonio. Preciosa se comporta como una buena cristiana, al no consentir la unión fuera del matrimonio religioso, a diferencia de las costumbres del pueblo que la crió. Pero Preciosa no se enamora del paje, se enamora de un acaudalado caballero que decide dejar su vida de noble para insertarse en ese mundo gitano, pero sin dejar su dinero. Preciosa utiliza sus encantos físicos y su cuerpo virgen para poder medrar. El único valor que podía tener en esa época una joven que no era noble, además de su belleza, era su virginidad, y esto Preciosa lo tenía muy claro. En las prácticas de libertad que el narrador pone en boca de Preciosa, ésta se va convirtiendo en Constanza, la noble que eligió a otro noble para su matrimonio, aunque igualmente para ello se requiriera de la voluntad de sus padres. La joven gitana hasta el momento de ser identificada como Constanza, sostenía un discurso de gitana. Habla con ceceo, se identifica como gitana, pero de pronto ante la violencia que ejercen los gitanos sobre la mujer gitana, ella se rebela e impone su discurso que, para esos tiempos y para una jovencita, era muy avanzado. Foucault sostiene que “el discurso, por más que en apariencia sea poca cosa, las prohibiciones que recaen sobre él, revelan muy pronto, rápidamente, su vinculación con el deseo y con el 462 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR poder. El discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse” (Foucault, 1996, 6). De acuerdo con lo que sostiene Foucault, Preciosa parece querer adueñarse de un poder social al que aparentemente no pertenece. Esto queda realmente afirmado en el final de la obra, cuando se revela la verdadera identidad de Preciosa, ella inmediatamente se olvida de su discurso de gitana como si nunca lo hubiese sido, y asume el papel de doncella, confesándole a su madre que por haberse considerado gitana, y por haber pensado que mejoraba su suerte el casarse con Juan de Cárcamo, “alguna vez le había mirado con ojos aficionados; pero que en resolución ya había dicho que no tenía otra voluntad que aquella que ellos quisiesen” (Cervantes, 2010, 131). Es el discurso propio de una doncella de la nobleza, de acuerdo con las costumbres de la sociedad de la época. Preciosa-Constanza no es una gitana hechicera, sino una doncella letrada y conocedora del discurso propio de su estatus social. Pero a pesar de que Preciosa asume inmediatamente su papel de noble, Preciosa continúa siendo llamada por Preciosa, y no con su nombre de nacimiento, porque a pesar de su origen, ella lleva consigo todo las enseñanzas del pueblo gitano. Bibliografía Caro Baroja, Julio, 1980. Temas Castizos. —————, 1996. Hermenéutica del Sujeto. Madrid: Akal. Buenos Aires: Altamira. —————, 1992. Vidas Mágicas e Inquisi- González De Amezúa, Agustín, 1956. Cervanción. Madrid: Istmo. tes Creador de la Novela Corta Española. Tomo I. Madrid: Consejo Superior de InvesCervantes, Miguel de, 2010. “La Gitanilla”, en tigaciones Científicas. Novelas Ejemplares, Vol I. Madrid: Cátedra. —————, 1982. Cervantes Creador de la Covarrubias, Sebastián [1611]. Tesoro de Novela Corta Española. Tomo II. Madrid: la Lengua Castellana o Española. [en líConsejo Superior de Investigaciones Ciennea]: http://fondosdigitales.us.es/fondos/ tíficas. libros/765/16/tesoro-de-la-lengua-castellana-o-espanola/ (fecha de consulta: 28-XI- Márquez Villanueva Francisco, 1985-1986. 2012). “La buenaventura de Preciosa”, Nueva Revista de Filología Hispánica, 34.2: 741-68. Foucault, Michel, 1992. El orden del discurso. Buenos Aires: Letrae. Resumen: La Gitanilla es una novela en la que se enaltece el matrimonio, ensalzándose el amor conyugal, con una fuerte influencia erasmista. En ella se trasmite el amor que puede atravesar diferencias sociales. Preciosa, personaje híbrido, de origen noble, pero criada por gitanos, nos muestra a una joven que fue absorbiendo, desde niña, toda esa cultura popular de las gitanerías. Es bella ANEXO DIGITAL 463 y discreta, pero basta que la contradigan para que deje traslucir lo que su interior oculta: una joven con vocabulario popular, con tintes eróticos, que finge conocer el “arte” de la quiromancia y de la curación utilizando “palabras mágicas” que ella inventa en el momento, y que de mágicas no tienen nada, siendo sólo un embuste para recibir dinero. Palabras claves: La Gitanilla, gitana, hechicera Abstract: La Gitanilla is a novel that enshrines the matrimony by means of exalting marital love, with a strong Erasmist influence. The kind of love presented through its pages it is one capable of overcoming social differences. Preciosa –a hybrid character, of noble origins but brought up by gypsies– is shown before us as a young woman who has been assimilating all the traditional culture of the gitanerías since her childhood. She is beautiful and discreet, but someone contradicting her would be enough for her to reveal what she is hiding inside: She uses lower class vocabulary with erotic hints; she pretends to know the “art” of palmistry and healing through “magic words” that have nothing to do with magic, and are only a deception used to obtain money. Keywords: La Gitanilla, gypsy, sorceress.