Nlliii. 11.541 Madrid.««Sábado 4 de Septiembre de 1915 aite'XXXIX C0MDICI0ÍIE8 j g SUSCmPCidil L a COirespondenm MILITAR Cinco odlclones Xñ GUERRA EUROPEA I I iii m » iti «I mili • Q •• *ii " u i I . .j»n'-j t ni.»' II i< i i i - n » » El avance de las tropas austrogermánicas es generaf.-Las fuerzas de von Mackensen llegan á la región de Antopoi, y otro ejército alemán fuerza el paso del Seretli.-Gestiones del Papa para la paz.-Otro transporte Inglés es echado á pique en los Dardanelos. liiréiiis lie lA ii3ji i U a tweemos diariamente en la Prensa apasionada por uno ú otro bando beligerante que Francia está animosa ó que está decaída, convencida de su derrota. Difícil es apreciar M moral de un país por el trato' superficial de algunas semanas; pero, sin que esto tenga otro valor que el de una impresión vislumbrada, tal vez será curioso el exponer algunos puntos de vista observados. Ante todo, veamos cómo se va á Francia. Basta un sencillo pasaporte otorgado por el Gobierno' civil ó alguna autoridad gubernativa española, visado por el cónsul francés, que en concepto de derechos cobra de 10 á 20 pesetas en moneda espafiola. Podríase hoy disponer que toda persona que entre -n Espaüa dispusiera de un pasaporte pagando iguales derechos, y así Francia vería diíicaltada la deserción de sus soldados, y nosotros ganaríamos dinero, haciendo un buen negocio ambas naciones. En el pasaporte ;-e p«ga. un retrato, que lo hace personal é intransferible. Al llegar á la primera estación francesa precísase hacer registrar de nuevo el po e. tJn joven inspector revisa rápida y amablemente los pases, pregunta discretíimente el íin y el motivo del viaje, y mientras coloca una firma y un sello, despidiendo al ex tranjero con una piadosa petición para los heridos de la guerra. Manifiéstase la caridad Cíi mayor ó menor grado, y á tomar billete, íln la taquilla un soldado pide los pases y los vuelve á ver, pero todo con amabilidad, rápidamente v con la menor molestia posible, y ya puede uno viajar por Francia fuer a de ia zona de los Ejércitos, ó sea en U -del interior. No espere, pues, el lector relatos de heroicas aventuras, sino apacibles narraciones de retaguardia entre los famosos tiembusqués» (militares que eluden ir al frente) y los inútiles paisanos, que en tiemipo do guerra, en naciones armadas, sólo son viejos, niños é impotentes. Ya en la estación se nota la guerra. Un viejo teniente de la resei-\\a, con aire biza3'ro, pasea iwr los andenes; soldados coa aJjigarrados uniformes embarcan; otros pasean; la estación adquiere cierto aire mar cial. Entramos en un departamento do se gunda V nos llevamos chasco; queríamos oír -conversaciones francesas y nos encontramos con una familia española que trae El Pueblo Vasco y El Correo Español. No es, pues, cierto que en Francia no dejan entrar periódicos españoles, ó, por lo menos, el rigor es niuy escaso. Cambio de coche y observo un soldado que me entero va al frente, pero es de la Cruz Roja y marcha á un hospital. Habla de la enorme, aterradora proporción de ciegos; dice que hay más de 1(X)000. ¿Sera una exageración? "Lo atribuye al enorme poder de la explosión de los proyectiles de grueso calibre, que causan conmociones tan fuertes, que se quedan los hombres sin vista. Me parece que quiere aterrar á dos mujeres bastante vulgares y á una «cocotte», las cuales lo oyen con profunda admirado i. Ni una palabra de lástima en las mujeres; dicen que hay que llegar al fin, y todos asienten. En La Negresse bajan á Biarritz la «cocolte» y las mujeres, y sub;;n dos señores. Hablan de España, quejándose uno de que es germanófila. Replica el otro que un periodista de la localidad pubUca un artículo del diputado Garat diciendo que España está por los aliados, citando artículos de ha Época y La lltislraciún El otro señor dice, que en España nadie ioe La Epnca, qao es como Le Gaulois en Francia (dejo la responsabilidad de esta apreciación al autor) ni Lo Ilustración. Discuten con calor; el soldado dice que los españoles se muestran partidarios (io Alemania porque creen que va á ganar Los tres coinciden en un acto de fe en a imposibilidad de que esto suceda, y en la victoria final. Hablan de los neutrales y Jf>s condenan, esperando que les llegue el turno. Los dos señores pertenecen á cla.íes Ilustradas y acomodadas, y tendrán algún empleo que les impida servir, porque están alrededor de los cuarenta años. Detlúcese de su conversación que los neutrales son para ellos lo que sería el espectador, impasible Je 'm crimen. Este concepto, que he visto que está scníiíío por todos los franceses, explica el abismo que separa nuestro punto.de vista ''-bsolutamente neutral, del suyo, y la impo sibilidad de hablar con un francés de la gueira. 1-IegamoH á Bayona; la estación, llena de Soldados. Francia no carece de hombres; algunos con anuamenfo y equipo, giau diversidad de uniformes, panas de todos colores, j^^ki, azules claros y oscuros, (p.ie|)is y fez iieriTiaDadüs. cap<jtt>tí"qne contrastan con el .ernble calor que nos abriima; empiezan á •Vislumbrarse visiones de guerra. yamo9 al pueblo; nos alojamos en el Grand -Hotel. El comedor rebosa viajeros. Vn cor°^el con su señora, varios oficiales con .-^ii ^fñilia animan con sus uniformes el amnffí*^' ^ ' «azul horizonte» predomina; no Obstante, sus combinaciones con fo-hs las P''eridas del antiguo uniforme subsirf^n. El |oroii«i sólo viste como en tiempo ñ-^ paz. dft jJ'^ven segundo teniente, con impaciencia ^ luchar, come con gemelos de campaña, **voiver, saWe v porta-pliegos con una carta U Idmiiiistrador de 11 CORHESFOIBOICU U P P l te dirigirá toda la correspondencia y girot Coarta plana, 0,25 pesetas línea. Reclamo, 0.75. Noticia general, i. Noticia con título, 1,50. Comunicado. 2. Extranjero, 2$ por roo aumenHV bien plegada. Recordamos nucístra tierra y los trajes de rayadillo y los salakós en la Calle de Alcalá al principiar nuestras guerras africanas. Veo que j>erlcnecen varios oficiales al depósito de un regimiento de Infantería. Salimos al café; pasan y repasan uniformes; hay de todas las armas, jinetes con uniformes como en tiempo de paz, artilleros bastante bien vestidos, alpinos, zuavos, ingenieros ya completamente de fantasía. Han ganado en disciplina, no obstante, ó es más exterior que en tiempo de paz; saludan correctísimamente á los que pasan El pueblo saluda á los heridos é impedidos, que abundan, les cede el asiento en el tranvía; se observa un gran agradecimiento, un gran amor al Ejército. Continuaremos otro día estas impresiones, por faltarnos ya hoy el espacio. Un neutral. tiene su fin, haciendo el río otra curva circular con la periferia hacia la llanura le Friaul, en la (jue enlran las alturas de Korst con la conocida meseta de Doberdo. Al Norte de este sector dominan el monte San Miqnel (275 metros) y el monte de San Maríino (19Í metí-os), ambos defendidos por cañones y ametralladoras; la llanura del rio y protegen Goricia conti-a un ataque por el Sur. En este sector están situados los pueblos de Sdraussina, Sagrado, Fogliano, Polazzo, Redipuglia, Venneliano y Selz, por donde los italianos intentaron tomar por a-^alto la meset.a de Doberdo (93 metros), para poder atacar Gorida desde el Sur y para apoderarse al mismo tiempo de la costa Sur desdé Monfalcone hacia Trieste, que está dominada por el Monte dei Busí. Antes dei 20 de Junio. Hacer un resumen exacto de los combates del Isonzo no es cosa fácil, puesto que los comunicados oficiales de los dos ejércitos se contradicen muy á menudo. La intención del Estado Mayor italiano de hacer del feiTitorio del Isonzo el principal teatro de batalla fué descubierta después de los combates de Tolmino, en el curso superior del Isonzo, que tuvieron por objeto el asegurar el flanco izquierdo del Ejército Italiano en e' La guerra entre ItaMa y Austria-Hungf^a Isonzo, en los días 7, « y 9 de Junio, cuanha entrado ya en el cuarto mes, pero sola- do tuvo lugar por primera vez un ataque mente desde hace unas tres semanas se di- cerrado de aproximadamente una división visa claiiamente su fisonomía, permitiendo do infantería contra la cabeza de puente de reconocer con mayor certeza las intencionas Goricia, acompañado por simiiltáneos atade Itaha á la que, por razones político-estra- ques cerca de Gradisca y Monfalcone. Estos tégicas, pertenecía la ofensiva prímeros combates tuvieron por objeto el trasladar grandes núcleos de tropas al otro La ofensiva hacia Trieste. lado del Isonzo inferior, para que ocupasen puntos de apoyo para ataques contra la meLa suposición ulterior de que Italia se di rigiría con las mismas fuerzas é igual ener- seta en la orilla izquierda. gía política militar contra los dos grandes Para los austríacos -tistos combates tuviefines, - Xrentino y Trieste, por ios cuales es- ron únicamente el carácter de combates de talló Ja guerra, se reconoce ahora como erró- vanguardia, pues era indudable que, una vez nea. La ofensiva contra Trieste, que se ini llegados los refuerzos italianos, lograrían ésció por un movimiento concentrado en lo=i tos pasEír el río en ciertos puntos donde SDvalles conducentes• á ia capital del Tirol, de lamente ligeras obras defensivas de campo los ríos Agio y Brenta, secundada por los se oponían al avance. ataques en la región del Stiü'ser Jocti, al OesSin embargo, esto ya les proporcionó baste de Tolgaria, -y al Sur cerca de Lavacone tantes dificultades, porque el terreno es i>any en el Este en los Dolomilos, se vió pronto tanoso y las lluvias é inundaciones ha.bían detenida. La situación del Ejército italiano creado considerables obstáculos. Era la époes, en conjunto, la misma que al principio, ca en que los comunicadcís de Cadorna se es decir, los italianos ocuparon dos regio- parecían más bien á boletines mctereológicos nes del territorio austríaco, por las cuales que á informes de guerra y los italianos eméste penetra entre los lagos de Idro y Garda pezaban á comprender que iban camiHo ñ» y al Este de la parte Norte del lago de Garda una grave lucha. Siln embai-go, ocuparon ¿n el territorio alpino italiano, de modo que Monfalcone y al mismo tiempo iniciaron las la frontera militar pasa ahora desde la pun- tentativas de pasar el río cerca de Plava para ta septentrional del lago de Idro en direc- llegar á las alturas del bosque de Tarnow ción Nordeste por el final Norte del lago de y coger por el Norte al Monte Santo, en Garda, por Marco, en el valle del Agio y Bor. cuyos combates la brígada Ravenna fué '•ego en el Val Sugana (Brenta) hasta los Do chazada con sangrientas pérdidas. Lo mislomitos, donde desvía en fuerte curva hacia mo fracasaron nuevos intentos cerca ^e el Este fiara dirigirse hacia' el Sur en el Plava en los días 12 y Tí de Junio, aunque valle del Isonzo. No se sabe de seguro .si el los italianos pretenden haber pasado el río mando italiano tuvo realmente la inten- cerca de Plava desde el 17 y haber ocupado ción de forzar los desfiladeros alpinos, que allí en parte las alturas, á' pesar de la teson difícilmente accesibles y muy bien naz y Siempre continua resistencia de los fortificados y que forman una baíTcra na- austríacos. Parece .ser que á costa de graves tural entre el Tirol é Italia; más probable pérdidas por parte de sus tropas tripolitanas, es que, de antemano, previeron allí sola- los italianos lograron atríncherarse en la rimente pequeñas operaciones, pensando que bera izquierda, frente á las posiciones auslos éxitos que habían de obtener en el frente tríacas, é iniciar una guerra do f)Osicionew del Isonzo decidirían la campaña, danao al sobre cuyos resultados no se ha sabido nada i vencedor como botín de guerra el país d.4 de concreto hasta ahora. j Trentino. EHi rayusHiiim IOS M i l i i iSlO En la frontera Este, donde la llanura de Friaul permite á los austríacos el despliegue de grandes núcleos, colocaron los italianos una considemble parte de sus fuerzas disponibles para llevar la guerra á país enemigo—lo poco que ocupan ai.l,ualm€ate del territorio austríaco les fué cedido por razones estratégicas—y para abrir.-.o camino J interior de Austria y forzar la carretera cojtera de Trieste, aquella ciudad que en la historia austriaca se la llama .((fidelísima» ('a más fiel) y en la italiana ((irredenta». La llave para estos objetos es la línea del bajo Isonzo desde Plava hasta Monfalcone, con la ciudad de Goricia como centro de las fortificaciones au siriacas. Después de haberse terminado los movimientos preliminares, ó sea la ocupación de Gradisca v el paso del Isonzo cerca de Sagrado y Plava, todos los sangrientos combates diel último tiempo tuvieron como fin la ciudad de Goricia. Allí ei Isonzo describe un círculo abierto hacia el Oeste, en cuya periferia está la ciudad y la cabeza de puente de Goricia, situada en medio de una llanura que se extiende desde !a región de Triaul hasta las alturas del bosque de Tarnowa, los niontes avanzados de los Alpes julianos en el Nordeste v las alturas del Karsf hasta Aidussina en el Sur. Al Norte de Plava las alturas se aproximan bastante al río, ofreci<índo en el monte de Santo Zagore, de 682 metros úe altura, una posición desda la cual los austríacos con sus cañones pesados dorninan t.odo el terreno del Isonzo casi hasta Goricia. En la ríbera derecha del Isonzo, Goricia está protegida por dos fuertes posiciones austríacas que, hasta ahora, resistieron á todos los ataques, impidiendo así al cmemigo la travesía del rio. Una de estas po.^ciones, la septentrional, está en el monte Sabótino (609 metros) y la otra en las alturas de Podgora. Ofiduas: l ^ e de la AUiambra, 1, enla:ei8a^ / ac Grodno es ocupado por los alemanes ii«i< Múmefo mumtto, B oénthaomi mtmmsmém, 99 diarlas mSSmm I liii Ibirid, an mes, i^o pesetas.—Provincits, trimestre, 5.—Ptfaes déte Uaióa Posttd, un año, 60.—Asia y Amanea, -Jo El segundo período. Desde el día 20 de Junio empezó un nue- o período de calma en la hnea del Isonzo, interrumpido por algunos duelos de artillería y motivado i)robablemenle por la necesidad del alto mando italiruio de reflexionar sobro las experiencias hedías en la primera fa*e de la guerra. Los muy pequeños progresos italianos que, vistos de cerca, consistían linicameníe en haber logrado éstos, con ti'emendas pérdidas, pasar el río cerca de Plava y en el curso inferior del Isonzo, cerca de Monfalcone y Sagrado, han demostrado claramente que aún están lejos del fin deseado, ó sea la conquista de la ciudad de Goricia. El Estado .Mayor italiano cerró d capítulo de experiencias hechas en el prim ;r mes de la guerra en el Isonzo, haciendo constar que la situación estrutcgica de Italia es extremadamente de.sfnvorable, buscando compensación para los pocos éxitos y dispensando á las tropas italiana.s que atacaron PlaVa, Monfalcone y Sagrado, las mayores alabanzas, tal vez no inmerecidas. Solamente el día 30 de Junio se renovaron l(>s ataques, que, al día" siguiente, hicieron descubrir á los austriacos el carácter del nuevo plan de llevar el ataque principal contra la. meseta de DoI>erdo, pai-tiendo de Sagr-rdo, Vermegliano y Selz hacia el Este y desde Monfalcone hacia el Nordeste. Parece ser que el Estado Mayor italiano creyó píjder forzar esta vez el borde septentrional de la meseta que baja hacia Goricia y que e.'ílá dominado por el monte San Miifiíel, pnr nn violento ataque contra este último; pero de los comunicados oficiales de ambas partís se desprende que estos intentos fueron rechazados sangrientamente. El 6 de Julio .se terminaron estos combates, como también los remetidos ataques en masas centra la cabeza del puente de Goricia. Según cálculos austriacos, loa italianos Las defensas de Goricia. habían reunido sólo en el sector de SagradoEste sistema de defensa natural de Goricia Ronchi cuatro Cuerpos de ejército, y dirigies completado de un modo muy feliz por el do todo su ejército en un ataque general conparticular estado del terreno al Sur de esta tra la línea de Goricia-Monfalcone, sin obciudad, donde ei arriba mencionado círculo tener éxito alguno. Así lo reconoce también el comunicado oficial italiano del día 6 de Juho, que hace un resumen de esta segunda batalla del Isonzo, en el que se lee solamente que el ejército italiano atacó y rechazó victoriosamente los contraataques efiernigo?, manteniéndose en sus posiciones. ¡Qué resultado tan pequeño, en comparación con los grandes medios con que .se ejecutó esta segunda ofensiva! (üe una inlorrnación alemana.) * En otro número daremos el final de este relato, cuya extensión no permite insertarlo de una vez. -0- ^ Austrm La manifestación feTolucíoBaria de Moscou. Dice la Gaceta de Voss: ((En un Consejo celebrado en común por todos los directores han acordado todas las Compañías de Seguros rusas no responder en absoluto de Ids daños ocasionados por la manifestación revolucionaria de Moscou. Ellos reclaman ó apelan al texto original de la policía normal rusa, sobre la cual pesa la responsabilidad en los tumultos y revueltas. Sólo de los rusos hay hasta ahora una pérdida de 53 millones ("e rublos entre robos é incendios; de los neutrales más de 19 millones. Los daños que sufren los no asegurados, que son en su mayoría gente poco acomodada, ascienden próximamente á 20 millones.» La preparación militar a t Rusia. El mismo periódico se expresa de est« modo: ((Frente á una declaración del embajado; ruso en Berna, en la que dijo que Rusia no estaba, así como tampoco las demás pote'. cias de la Entente, tan bien preparada coma Alemania y Austria-Hungría, expone la Gaceta General del Norte de Alemania lo siguient*' Es bueno, como recuerdo histórico, examinar una vez más los dos conocidos articalos del (jue fué ministro de la Guerra ru30 Suchomlmbiw, publicados en el Birshewyja Wjcdomosti, que precedieron á la guerra en los meses de Marzo y Junio de 1914. El prímer artículo contiene, como es sa bido, un canto de alabanza á la preparación de guerra rusa; Rusia no quiere, á decir verdad, guerra alguna—asi dice él—, mas, sin embargo, está en pie de guerra y no teme tener que sostener una guerra, tal vez próxima. Antes fueron hechos todos los pieparativos de guerm pai^ estar á la defen siva; ahora, empero, el plan de guerra estriba en la suposición de que el Ejercito ruso emprenderá la ofensiva. Como se sabe, este artículo debía apare cer en el Russkoie Slowo después de un convenio entre Sucbomlinow y su colega francés; como el Slowo, que no quería agravar las lelaciones entre Alemania y Rusia, .e opuso á aceptar el artículo, resultó que fué enviado para su publicación al Dirshewyia Wiedomosti, después que hubo él encontrado, según parece, también la aprobación de Sazonoff. Ya entonces se intranquilizó en alto grado el público alemán ante la notoria acentuación de los preparativos de ofensiva de Rusia. El segundo artículo, pu' licado en Junio, que fué escrito con motivo de la ley dictada en Francia sobre los tres años de servicio militar, da lugar á pocas confusiones respecto á los propósitos de Rusia. ((Rusia y Francia no desean ninguna guerra, pero Rusia está preparada y espera que Francia también lo estará.» Con estas palabras quedó claramente expresado el giro de las cosas. "En el extranjero—así se hace constar en el artículo—so está completamente informado sobre los colosales sacrificios que no-sotros (Rusia) hemos soportado con el fin de prestar á la alianza francorrusa un vigor realmente importante. Las reformas del ministerio de la Guerra en la organización dú poder armado ruso superan á todo lo que .^e ha hecho en este sentido. Nuestro contingente anual de reclutíis se compone, según la última orden imperial, de 580.000 hombres en vez de -iSO. .000. Así, pues, tenemos un aumento anual en el Ejército de 130.000 hombres. Ha sido aumentado en medio año el tiempo del servicio, d'^ suerte que durante cada invierno permanecen bajo la bandera nacional cuatro contingentes de reclutas. Con ayuda de un simple cálculo aritmético se pueden fijar los datos de las cifras fie nuestro Ejército, que son ta«i grandes como jamás vió Estado alguno: 580.000 por 4, igual á 2.320.000. '...Hay que tener en cuenta que todos estos aumentos del Ejército en tiempo de paz son con el ñn de poner en pie de guerra el Ejército todo lo más pronto posible, esto es, en interés do una ligera movilización. En este respecto hemos introducido una gran refonna, en la que se proyectó tirar una red completa de ferrocarriles estratégicos y cuya construcción se ha comenzado ya. be esta manera hemos necho todo ;© posible para adelantar al enemigo en la movilización de las tropas y concentrar los Ejércitos todo lo antes posible en los primeros días de la guerra.» Si queremos completar toflavía ambos •rtículos de Suchomlínow mediante una tercei'a voz periodística, fijémonos en un comunicado de Jules Hedemann que apareció en Le Matin del 18 de Julio del pasado año. Hedemann fué enviado píira observar el :s tado de ánimo de los rusos durante la vi sita de Poincaré á, San Petersburgo y él e.5, seguramente, uno de los mejores exponentes para los pensamientos secretos de los políticos de la Entente. Bajo el título ¡(Un trabajo militar sin igual» —(din effort militaire sans pi-écedent»— describe Hedemann en 11 Matin lo que han hecho los rusos en la parte militanr. Ellos han ;red(->blado su Ejército; contra 1.200.(XX) soldados existentes hace dos años, tendría Rusia en 1916 bajo la-s armas 2.245.000 hombres; por consiguiente, una fuerza mayor, en tiempo de paz, que la de la Triple Alianza. Los nuevos trenes estratégico.s permitirán á Rusia hacer la movili^.acii'in tan ligeramente como sus enemigos. Pbincaré co- loca su pie sobre el suelo ruso « i ua momento en que Rusia se ha convertido én üt potencia militar mayor del munda EU comunicado de Hedemann termina.como sigue: «Ya desde hace algunos meses han hablado en un nuevo tono los diplomáti<?os m&oa con los elementos de la diplomacia alemana. Antes era el tono tardío; ahora es fuerte. S()lo algunos políticos hablan sobre una Entente franco-ruso-alemana. Esta Entente seiá siempre imposible. Entre Alemania y Francia está el pasada; entre Alemania y Rusia el futuro». ¿Son necesarias más pruebas para un-aecho donde existe la preparación para la p e rra, la voluntad de la ofensiva y la intención ó deseo del ataque?» ;• Noticüts oficiales alMOaasui, La Caballería alemana se apoderó ayer 4e la cabeza de puente fortificada de Le»newaden, al Noroeste de Príedrichstíait. Las tropas alemanas han logrado .cruzar el Niemen, y después de sostenidalucba octtparon Grotíno, haciendo 400 prisidnerc». El ejército del general von Gallwití ba qpabrantado la resistencia de la reta¿aar*i. rasa á lo largo de la carretera de Abekszyec 6 Swiel«3z, haciendo ayer más de 3.000 prtaioneros y tomado ün cafién y diez y ocUo ametralladora». .. „ j El ejército de von Mackensen. ha llegado. en su avance, hasta la región de Aalopol, ;iO kílómeti-os al'Este de Kobrin, Las tropas austrohüngaras avanzan nacuv el Este, al Sur de Bototo 0uli(»Wcqa.' El ejército del general von Bothmer se aproxima al paso de Sereth. El plan de von Mackensen. De San Petersburgo telegrafíafa al Hmés que en aquella capital s3 concede gran importancia al movimiento enaprendido por las tropas de von Mackensen éontra el empalme de la vía Kovel-Kieíf, pues podría llegar ú aislar á los rusos que combaten en Gáltíta. Pero las lluvias, las grandes irregulartd»»des del terreno, entorpecerán y retrasár&i notablemente el avance alemán. Tan.bién la ofensiva alemana en las marismas de Poliesia ha de tropezar con gríintles dificultades naturales. Se espera que la actividad máxima de la-^ operaciones del otoño será alcanzada ew lo-í frentes Norte y Sur de la línea. Los alemanes e» Varsovia. La War.vc/iaueríJe?Wn.(7 ha reproducido el siguiente decreto del gobernador alemán de Varsovia: ((Ha llegaxlo á"mi conocimiento que algunos comerciantes, y particularmente determinados banqueros, méganse & fadlitiaP las operaciones comerciales de los alemanes por Li exclusiva razón de ser éstos subditos del kaiser. En lo sucesivo daré orden p a r a l a c'-aupura inmediata de la casa Comercial «ítie* así proceda, y haré conducir á su propietario í un campo de concentración alemán. Quedan abolidas t(xlas las disi>osiciones! del Gobierno rasó que prohiban el pago de sumas pertenecientes á alemanes, aUStrohúngai'os y turcos. Todo aquel que se niegue á cumplir sus obligaciones hacia los subditos gemiánicoa y sus aliados sufrirá una pena mínima de cinco años de prisión.» £1 trato á los oficiales prisioneros de los rusos. Cuando se generalizaron las noticias de que los oficiales alemanes y austríacos prisioneros de los i'usos eran privados por éstos de sus condecoraciones militares, se vió el Gobierno austríaco precisado á protestar de semejante proceder denigrante, amenazando con justas represalias. Por do pronto no tuvo éxito la ^'eclamación, porque el Gobierno ruso se bása^bá en el artículo 69 de su reglamento para el tratamienlü de luisioneros de g-aerro, en donde la relevación de condecojaciones militáis era decretada. El cuartel general austríaco desistió al principio de tomar represalias, pero avisó en Neuleiigbach al jefe superior en rango de los prisioneras rusos, teniente general Kornilow. advirtiéndole que AustriaHungría no tenía ya más remedio que proceder en la misma forma si á última hora no se modiflcaimn las ordenanzas rusas resV-ecto á este detalle. El general Kornilow pidió Un plazo de diez días para poder comunicar con un importhnte ponsonaje ruso do Sun Petersburgo. Obtuvo el general el plazo, y como éste transcurrió sin que llegara la contestación, sfi vió el míru'stro de la Guerra austríaco obligado ú dar satisfacción áí los oficiales austríacos víctimas del deispojamiento de sus insiífnias militares. Prin.ero fueron los suboficiales rasos ODUgados á quitarse las charreteras, condecoraciones y distintivos, mientras los jetes y generales quedaron todavía, exentos de esta medida. Últimamente se decidió el Gobierno ruso é ))rescindir del reglamento citado respecto á la (ííjiiservación de las condeeoraciorfeg y distintivos de clase para los oficiales austrohúngaros. En su consecuencia, los suboficiales y jeíes rusos seguirán ostentando sus distinüífos y se evitarán así disgustos innecesáriof. Lubün después de su liberación. Dice el corresponsal del ñcichspost del 10 de Agosto: ((Nuestra Caballería ha entrado hoy foco después de mediodía en Lublin.» Asi reza el telegrama del mando superior nustrohiingaro, huíanos, polacos y dragones qsta|fleeieron un pugilato por entrar los primeros en el eentio de Lublin, después de haber rechazado al enemigo por sorpresa. Formaba Lublin la llave de la posición militar en el centro dd frente .Sur de la resistencia enemiga. PfJlticarnente mii-ado, era la cuna del sentimiento nacional polaco en •suelo rusopolai'-o. ^ Lublin, que antes de la guerra tenía 70.000 habitantes, allíergaba en s'i seno aquellos partidos j.ólacos que precisamente hace ¡xjco hicieron su íntin.a unión en el coniprotniso de rechazar para siempre toda.inteligencia con el ideal grah-ruso, y que. por eloontrari(>. simpatizan franf-amenle con nm.»síra causa.